Llegó el día de despedirse pero solo de mi Bob porque no aceptaban perros en el centro. Federico se prestó a quedarselo por un tiempo  pero tendría problemas con sus padres. Al final se quedó con el panadero. El se sentia solo y no tuvo inconveniente. Se lo agradecí enormemente.

Había terminado mi segundo año y sólo me quedaba el tercero para graduarme. 
Tengo entendido que en el centro nos proporcionan material. Y un profesor puede frecuentar el mismo para darme clases de algunas materias. El fin es que no pierda el año.
Todavía sentía temor a lo desconocido. ¿Con quien compartiré cuarto en aquel lugar?.
Pero no valía la pena preocuparse demasiado.

En cuanto hice mi maleta, eché  un vistazo desde mi posición mi hogar, bueno a partir de ahora no lo será. A mi hermano no lo vi y esa era la única espina clavada que tenía.
¿Por qué me evita? Si supiera  que lo echaré de menos, si supiera que es lo único que me queda y sin él todo será triste.
Solo espero que algún día cambie y me visite al centro.
También me despedí de Juanjo y de las chicas. Creo que en este momento me está  observando pero de lejos.
Me acuerdo que dijo: me gustaría verte otra vez pero  sin despedirme, claro si me dejas.

Luego me abrazó con delicadeza y continuó: ah no olvides que nos tienes siempre de amigos. 

Lo tenía presente, sabía que hablaba por todos.