Lizzy Loud
Link del capítulo original: https://www.fanfiction.net/s/13502429/4/La-Vida-De-Lola-Loud
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Lana caminaba de forma tranquila a su "Trabajo", aunque no llevará prisa, no era una opción llegar tarde a dicho lugar. Por azares del destino y por decisión propia, hacía algo que muchos no verían de la mejor manera.
Se prostituía para ganar dinero... Pero, no era cómo se lo imaginan, no, Lana solamente tenía un cliente y ese cliente era muy especial para ella... Era el padre de su amada hija Lizzy y después de que tenían sexo, él le daba mucho dinero para que pudiera mantener a su hija y algo extra para ella.
—Aaaahhhh... —Soltó un suspiro enamorado mientras caminaba. Recordaba cómo fue que comenzó todo esto... De la misma forma que comenzó su enorme resentimiento contra Lola y la mayoría de los miembros de su familia.
Hace más o menos tres años.
Lana espiaba a su hermana Lola mientras llegaba a altas horas a la casa. Era obvio para ella que venía de verse con Lincoln.
—Maldita, ya me la imagino, controlando a mi pobre hermano mayor con su máscara de niña buena y melosa, solo para conseguir lo que quiere... Me da asco —dijo desde la ventana una Lana de tal vez quince años de edad. La joven rubia desconocía que su hermana Lola solo iba a tener sexo con Lincoln y mucho menos de que tenía una hija con su hermano, por lo que no sabia lo que le pasaría si los enfrentaba a ambos.
Era muy tarde para que hiciera algo, por lo que esperaría para hacer su jugada. Ella también quería saber de Lincoln, su hermano mayor y no era justo que solo esa traidora tuviera la oportunidad de verlo.
—Ya verás maldita, ojo por ojo y suplantación por suplantación... —Murmuró con seriedad. Regreso a su cama en donde dormía a gusto. Ya que en la otra dormían sus animales.
Pasaron alrededor de dos semanas en donde sólo se concentró en seguir a su hermana Lola de lejos. Debía saber en donde se veía con Lincoln. Lo que era difícil, ya que le perdía la pista a Lola y tenía que volver a empezar.
Estuvo así por varias semanas hasta que por fin pudo seguirla bien, la vio acercarse a una casa lujosa en un barrio muy lujoso.
Desde atrás de un árbol vio que su gemela tocaba el timbre de una puerta y a los pocos segundos salía alguien que esperaba ver desde hace casi diez años.
—Hermano... —Susurró entre lágrimas.
Tenían grandes ganas de correr hasta donde estaba él y darle un fuerte abrazo. Pero frunció rápidamente el ceño al ver que Lola estaba allí, no, ella quería ver a su hermano y a solas.
Tuvo que resignarse e irse de allí, para volver después. De todas maneras ya sabía donde vivía Lincoln.
—Espera Lincoln, ya pronto nos veremos...
Espero a que fuera un día en el que Lola no iba a visitar a su hermano. Sin que su hermana lo supiera, robo uno de sus vestidos rosas y una de esas bobas tiaras.
Se roció perfume, el cuál olía muy horrible según ella y hasta se bañó. Debía estar presentable más o menos. Al estar lista aprovechó que era muy de noche para salir.
—Muy bien Lana, solo debes ir a ver a Lincoln y acordar un punto de visita para mi, así como lo hace con Lola... Luego le diré que soy yo jeje, nada puede salir mal —habló con mucha confianza en sí misma. Al parecer aún era muy ingenua.
Con suma cautela salió de su habitación y se dirigió escaleras abajo.
—¡Iiiik! —Se asustó al ver que sus padres estaban en la cocina, por lo que tuvo que ocultarse atrás de una pared.
Tal vez no lo pensó bien, tal vez, solo tal vez. Cometió el gravísimo error de ponerse el vestido en casa.
—Tonta, tonta, tonta... —Se decía a sí misma por lo descuidada que fue.
¿Qué pasaría si la atrapaban? ¿Qué iba a decir?
—Qué bien —suspiro aliviada al ver qué sus padres volvían a su habitación, al parecer se veían muy tristes últimamente. —¿Será por que ya casi es el cumpleaños de Lincoln? —Se preguntó a si misma.
Se encogió de hombros y siguió en marcha con su plan de ver a su hermano mayor.
Era muy de noche. Tal vez pasada la media noche. Por lo que era muy peligroso que una chica como ella anduviera sola en las desoladas calles de Royal Woods.
Afortunadamente llegó a salvo a la casa donde se supone, encontraría a su hermano.
—Listo, ya llegue —estaba muy aliviada. Iba a tocar la puerta pero lo pensó mejor.
Quería darle una sorpresa a Lincoln, por lo que con algo de práctica, forzó la cerradura y entró a la casa sin hacer mucho escándalo.
Ahora solo debía encontrarlo.
—L-Lincoln... —Susurró el nombre de su hermano mayor de cabello blanco.
Allí estaba él, acostado en su cama de su habitación. Dormido y roncando muy fuerte. Estaba cambiado, tenía el cabello un poco más largo y se veía muy fuerte.
Se acercó lentamente hasta estar al lado de su cama y verlo más de cerca. Estaba en ropa interior de color blanco. Seguramente tenía calor. La rubia miró cómo tres botellas estaban tiradas en el suelo, tal ves eran gaseosas o algún otro tipo de refresco carbonatado. No le dio importancia y siguió contemplando a su hermano.
Su mano se movió instintivamente cuándo ella le empezó a acariciar el cabello. Nunca se dio el lujo de ser cariñosa con su hermano, solo era una niña tonta y sucia que pensaba que las cosas se solucionaban por si solas.
Qué equivocada estaba...
Pero eso ya no importaba, ahora se aseguraría de hacer todo lo posible para hacer sentir bien a su hermano, para que pueda perdonarla.
—Ya verás Lincoln, te demostraré que he cambiado —susurró por lo bajo y se acercó a darle un beso en la frente a Lincoln.
Aunque fue muy mala idea.
—¿Uh? ¡Oh! —El albino se despertó de su sueño. Al parecer no sabia donde estaba, hasta que vio que Lola lo besaba en la frente.
Rápidamente la rubia se separó y empezó a temblar, lo miraba cómo si no supiera que decir.
—¿Qué demonios haces aquí Lola? —Preguntó de muy mal humor, se sujeto la cabeza cómo si estuviera mareado o algo peor.
—Es-este... —Lana olvido por completo que estaba vestida como Lola, por lo que no supo que decir en su defensa.
—(Suspiro) Mira, se que es difícil para ti estar separada tanto tiempo de Leia... —le hablaba él.
—"¿Quién?" —Pensó confundida.
—¡Pero me vale! —Gritó un poco fuerte Lincoln, se levantó de la cama y tomó del brazo a su hermana con la intención de sacarla de la casa y enviarla con su mami y papi.
—¡No, por favor! ¡D-dejame quedarme un poco más! —La rubia opuso resistencia, mientras lloriqueaba y gritaba que no quería irse.
Eso sorprendió a Lincoln un poco, al parecer su hermana estaba aumentando su fuerza. Incluso se le hacía un poco difícil jalarla.
Pero, solo un poco...
—Muy bien —la sujeto de las muñecas y la acercó a su cuerpo. —Ya que la ultima vez no jugamos por que estuviste jugando con la bebé, entonces juguemos un poco ahora, ¿Qué opinas?
—"¿Bebé?" —Iba a preguntar algo más, pero de la nada recibió un beso en la boca por parte de su hermano mayor.
Él no le dio tiempo de reaccionar y la fue empujando hasta la cama. Obviamente ella intentó quitárselo de encima, pero Lincoln era mucho más fuerte que ella y la sometió sin el mayor esfuerzo.
Lana ahora lo entendía todo, Lola venía a tener relaciones con Lincoln y lo más asqueroso... Era que tenían un bebé de quien sabe que edad.
Se puso a llorar cuando Lincoln le levanto el vestido, dejando su intimidad expuesta.
—Lola será mejor que te calles o ya verás... —Lincoln no estaba del todo bien, aun estaba una poco ebrio y las botellas de licor en el suelo, demostraban que bebió mucho.
—No por favor, Lincoln... —Rogó ella y cuándo iba a decir que era Lana. —... ¡AAAAAAH! —Gritó al sentir como su intimidad era invadida por el miembro desarrollado de su hermano mayor.
Lincoln la miró de cerca fijamente a los ojos, si no estuviera muy ebrio, se hubiera preguntado por que gritó como si le hubiera roto su himen pero no lo hizo, simplemente le dio un beso en la boca y empezó a darle embestidas lentas.
—¡Uhmnm! ¡Ughm! ¡UUUUUM! —Gritaba Lana dentro de la boca de su hermano, le dolía y mucho, no paraba de llorar y moverse de forma enérgica intentando quitarse de encima al albino.
Lincoln se harto de esto, se separó un poco de ella solo para...
¡SLAP!
Silenciarla de una muy fuerte cachetada en la mejilla.
—Te dije que guardarás silencio —le dijo con seriedad a su hermana.
Al ver que se quedaba quieta, le removió el resto del vestido.
—Vaya, no usas ropa interior, ¡Ja!, Qué zorra eres —se burló de ella y siguió penetrandola. Por alguna razón el interior de Lola se sentía muy genial, es cómo si fuera más apretado de lo usual.
Si, ella no usaba ropa interior por que no le gustaba esa ropa ridícula de encajes que usaba su hermana gemela, por lo que pensó en que no haría daño no usar boxers o pantaletas en esta ocasión.
Lana nunca espero que sucediera esto, la joven rubia se tocaba la mejilla con su mano por el golpe que Lincoln le acababa de dar.
—"¿A-acaso esto solo es una pizca del sufrimiento de lo que él sufrió hace años?" —Pensó tristemente.
Apretó los dientes al sentir que su hermano aumentaba la velocidad de las estocadas, no sabía que hacer, su mente estaba en blanco.
Su madre ya le había dado la charla de cómo vienen los bebés al mundo, ella no usaba anticonceptivos, ya que no planeaba estar con chicos hasta que fuera un poco más mayor, pero si Lincoln dejaba su semen dentro de ella, entonces podría...
—¡No Lincoln, no lo hag...! ¡Ahg! —Intentó advertirle pero fue muy tarde.
Lincoln se corrió en su interior, liberándolo todo, dejando que la inundará por completo, cuando por fin acabo, sacó su miembro del interior de su hermana y cayó acostado sobre ella.
—Zzz... —Al parecer se quedó dormido sin saber que lo hizo con la hermana incorrecta.
Lana se lo quitó de encima y rápidamente se levantó de la cama, se empezó a vestir. Se sentía muy mal y por primera vez en su vida, se sentía asqueada y muy desagradable. Sentía que el líquido caliente que su hermano liberó en su interior, salía de su intimidad y bajaba por sus piernas.
—¡Nononono! ¡P-porque...! —Empezó a llorar, no le quedó de otra que regresar a casa.
Corrió y corrió por las calles desoladas de la ciudad. Al llegar a su casa, corrió directamente a su habitación. Se quitó ese horrible vestido y lo arrojó lejos, se puso su pijama de siempre. Un short gris y una camisa negra sin mangas, se metió bajo las sábanas de su cama y se puso a llorar en silencio.
No sabía que pensar ahora...
No sabía que hacer...
No sabía a quien acudir...
Las semanas pasaron y ella tuvo que pedirle algo a su madre. Algo muy vergonzoso.
—¿Me compras esto? —Preguntó con la mirada al piso.
Rita tomó el papel que su hija le daba y tembló un poco al ver que decía que quería una prueba de embarazo.
—¿L-L-Lana? —Preguntó con miedo.
—Por favor... —Pidió Lana ya con mucha dificultad y con el ceño fruncido.
Su madre no tuvo de otra que obedecer la petición de su hija e ir de inmediato a la farmacia. Mientras que ella se sujetaba la cabeza y se sentaba en el sofá a esperar.
Más tarde ese mismo día.
Rita caminaba de un lado a otro afuera del baño, esperando a que su hija Lana saliera de este.
Una parte de ella quería saber quién fue el desgraciado que tocó a su hija y otra parte quería ver a sus hijas felices y con hijos propios por lo que solo debía esperar.
Hasta que Lana por fin salía del baño hecha un mar de lágrimas.
—¡L-lo siento! —Suplicó ella al momento en que abrazó a su madre con fuerza.
Rita la abrazó también y lloró junto con ella. Botaba lágrimas de felicidad y de rabia por no haber estado allí para defender a su hija.
Ahora solo debían esperar.
Al pasar el tiempo, tuvieron que decirles a todos, obviamente su padre quería matar al imbécil que embarazo a su hija, pero Lana no quiso decir nada.
Pero poco a poco los aires en la casa iban cambiando a unos más tranquilos, al principio estuvieron furiosos con Lana, más específicos con el padre anónimo del bebé de ella, pero a medida que se acercaba el día del nacimiento, todo mundo ya quería ver la llegada del nuevo integrante de la familia Loud, sobre todo Lola.
—Lola por última vez, no quiero que estés aquí —le dijo a su hermana con enojo.
—Pero debo estar aquí por si necesitas ayuda con el parto —se defendió ella y se cruzó de brazos con la intención de quedarse.
Lana soltó un suspiro muy cansado. Si no tuviera una barriga de ocho meses y medio de embarazo, le rompería la cara a su hermana.
Unos días después.
La mayor de las gemelas se encontraba en el hospital acostada en su respectiva cama, tenía una cara de cansancio extrema.
El parto había salido bien y había dado a luz a una hermosa niña rubia tal y cómo lo era ella, incluso la nombró Lizzy Loud.
No podía estar más feliz, incluso sus hermanas mayores regresaron de la universidad solo para verla. Su madre lloró mucho, por que por fin era abuela y su padre la felicito, sus dos hermanas menores Lisa y Lily también la felicitaron por que ahora era madre y aunque era muy joven se encontraba muy feliz.
Aunque había un problema.
—Lola, deja a Lizzy en su lugar por favor —pidió casi sin fuerzas y con algo de enojo.
—P-pero... Es tan linda, solo... Déjame cargarla un par de horas más, ¿Si? —Pidió Lola. Ella más que nadie estaba encantada con su hermosa sobrina.
Lana soltó un suspiro muy enojado. Si no estuviera muy débil por el parto, le rompería la cara a su hermana y tal vez un brazo y una pierna.
Aunque ahora solo quería dormir.
—Hola Lincoln —saludó Lana a su hermano mayor, el cuál la esperaba apoyado de espaldas contra la pared en el interior de un callejón.
—Hey Lana —saludó él y ella le dio un abrazo que el obviamente no correspondió. —¿Lista para pasar tiempo de calidad con tu hermano favorito? —Preguntó él con burla.
—Eres mi único hermano, bobo —enganchó su brazo al de él y empezaron a alejarse del lugar.
Lincoln rió de forma divertida.
—¿Y cómo está Lizzy? —Preguntó de repente.
—Muy bien —respondió de forma desinteresada.
—¿Cuándo podré verla? —Preguntó con cansancio como si ya supiera la respuesta.
—Pues cuándo gustes, solo debes ir a casa de mis padres y listo —respondió con una sonrisa, volteó la vista al frente y cerró sus ojos. Aunque abrió uno de ellos para voltear a ver la expresión de molestia de su hermano.
Lincoln desvío la mirada furioso y suspiro con derrota. Al parecer tendría que hacerle una visita a sus padres si quería ver a su segunda hija.
—Lo pensaré... —Mascullo molesto.
—¡Esa es la actitud hombre! —Exclamó ella con alegría, se pegó más al cuerpo de su hermano y así ambos continuaron su camino a quien sabe donde.
Aunque ella no sabía que su hermano era capaz de hacer cualquier cosa solo para cumplir con sus metas.
Incluso de matarla si era necesario ya que ellas no valían nada para él.
Y tal vez nunca lo valgan.
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