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Aún era un poco temprano para cuando entré.
Papá me dejaba a mi primero porque después llevaba a mamá a la escuela. Y no, mi mamá no estudia, ella es maestra. Mientras que mi papá es abogado.
Por ese motivo llegaba temprano a la escuela, y cuando lo hago casi no hay nadie.
Me quede en el pasillo principal para esperar a Selegna, lo más cercano que tengo a amiga. Aunque ella decía que era mi mejor amiga y mamá decía que era como una hermana.
No confió en muchas personas a pesar de que me llevo con muchos compañeros, pero es que mamá desde niña siempre me decía: "conocidos muchos, amigos pocos". Y ella siempre tiene razón, las mamás siempre la tienen.
Estaba pensando en mi mamá y sus sabios consejos cuando lo vi, mi gran amor imposible. No era el típico chico popular, él era lo contrario al chico popular. Él es un poco reservado, su forma de ser es como la mía, él se lleva con Selegna, que suerte la de ella.
Cuando alzo la mirada me sonrió y por lógica le devolví la sonrisa, continuó caminando.
Ni me hacía ilusiones porque tiene novia que resulta ser la prima de Selegna. El mundo es muy pequeño.
—Amor de vida en amigaaaaaa— grito Selegna corriendo
—Shhh, no grites
—Ay yo también te extrañe— dijo dramáticamente para luego abrazándome
—Sabes que si mensa— dije apretándola
—Awow sé que no puedes vivir sin mi
—Ajá, ¿por qué tardaste tanto?— cambié de tema
—Porque quería ver como reaccionabas ante Antonio— dije cambiando su cara de enternecida a una pícara
—No paso nada, no sé qué es lo que esperas
—¡Te sonrió!— dijo alegremente
—Se le llama educación Selegna
—Déjame soñar— dijo haciendo un puchero
Iba a contestar pero es eso sonó la campana indicando que comenzaban las clases, así que juntas caminamos para ir al salón de clases.
Cuando llegamos al salón nos sentamos en la primera fila porque si Selegna se sentaba atrás haría relajo y no prestaría atención, no quería eso por lo que la obligue a sentarse a mi lado.
Cálculo. Era mi primera clase, que flojera.
****
Al parecer me quede dormida en mi última clase porque Selegna me tuvo que dar un golpe para que nos fuéramos, definitivamente me dormí.
—¿Qué tienes?— me pregunto al ver que me veía cansada, nos dirigimos a mi casa
—Nada, solo que no pude dormir bien— dije dándome palmadas en la cara para quitarme un poco el sueño
—¿A qué hora dormiste?—
—A las 4 de la mañana— no había dormido nada
—¿Doña Danae te dejó dormir a esa hora?— dijo sorprendida
—Mi mamá no sabía
—Sabía...- dijo pensativa, —Tu papá te acuso, ¿no es así?
—Ese señor me hace la vida imposible— dije negando
—Que bonito que tu padre se preocupe por ti— dijo agachando la cabeza
Los padres de Selegna no la querían, o eso era lo que ella decía. Siempre se la pasan peleando y la golpean por eso nunca está en su casa, mejor se viene conmigo. Cuando son vacaciones se va con su abuela, dice que con ella si puede estar en paz. Me da tristeza.
Así que la abracé y deposite un beso en su cabeza
—No pienses en eso, vamos— dije para que olvide ese tema
—Extrañaba esto— dijo una vez que entramos
—Lo sé— dije mientras cerraba la puerta y cuando voltee a verla ella se aventó a uno de los sillones
—¿Qué vamos a comer?— dijo mientras se sobaba el estomago
—No sé que dejo mamá— dije dirigiéndome a la cocina
—Mamá debió dejar comida— dijo mientras me seguía.
Ella lleva años de amistad conmigo y mi mamá le dijo que le diga así, que para ella Selegna era como otra hija. Mientras que papá decía que le da igual como le diga, aunque sé que también le agarró cariño.
—¡Genial!— chillo emocionada cuando abrió el refrigerador
—¿Qué fue?
—Mamá dejó pizza— dijo haciendo un baile raro
—Como tú lo descubriste, tú la calentarás
—¿Y yo por qué?— dijo indignada
—Porque yo lo digo— dije sonriendo
—Eres un ser cruel— dijo mientras sacaba la pizza del refrigerador
—Me voy a bañar en lo que terminas— dije dándome la vuelta para ir a mi habitación
—Okey— oí que gritó
Cuándo llegue al baño me quité la ropa y me miré en el espejo, no por algo perverso, sino porque algo me llamo la atención. De la zona de las clavículas tenía algunos hematomas, y se veían de un color morado fuerte, como si llevaran días ahí cuando ayer no tenía nada.
Raro.
No le di importancia y me bañe.
Mi tarde se fue con Selegna viendo películas y comiendo mientras esperábamos a que llegará mamá y luego papá.
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