Sᴘᴇᴄɪᴀʟ Sᴀɴ Vᴀʟᴇɴᴛɪɴᴇ·s

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"Estás loca, mi Nunchilate."

《💋》

Playlist special: 
Azúcar Carla Morrinson.

"Azúcar morena, es tu piel~
Tus besos me saben a pura miel~
Tu boca son cerezas, para comer
Tu voz retumba en todo mi ser."

Hoy como es de esperarse era el 14 de febrero día de la amistad y el amor, pero por sobre todo del amor. Por lo que aquel día la pelinegra como cada año sorprendía a su ahora esposo. Hace unos pocos años, pequeños la verdad, se habían casado. Bakugo al terminar de recibirse como el título de súper héroe oficial había estado tan orgulloso, que no había esperado más para llevarla al altar y convertirla en la señora Bakugo, esposa hasta el fin.

Por ahora, Nunchi estaba preparando una pequeña sorpresiva deliciosa para su marido. «Uhm~, que bien se siente decir aquello»pensó. En el pequeño y acogedor departamento, el cual habían alquilado para su propia privacidad, después de haber contraído nupcias, ya que sentía una falta de respeto tener sus intimidades en la casa de sus padres, aunque en la opinión personal de Mitsuki Bakugo, había dicho que no le molestaba ya que la susodicha aprovechaba para salir con su esposo. Aunque bueno Bakugo era bastante intenso con ella, y más siendo ella la que lo encendía, nunca acababa limpia la casa, por lo que había decidido conseguir ese apartamento que no estaba muy lejos del cuartel de Tsukauchi, por si las dudas, siempre estaba prevenida para que su héroe numero uno llegara al mundo que se lo necesitara.

Ella si bien estaba por así decirlo, de vacaciones, por lo que aquella mañana como era de costumbre cada San valentine, Bakugo la besaba como si no hubiera mañana, diciendo que volvería para despojarla de lo que ahora le molestaba acariciar en ella.

—Hmp... Ninfómano~

Le había dicho en tono burlón a su esposo, pero este tan solo había acenturado su agarre y posición apegada a su esposa, para luego posar sus labios, sin más dejando una pequeña mordida en el cuello, dando como evidencia, que ella soltase un gemido.

—Tu eres mi maldita ninfómana,  preciosa Ai.

Había dicho una vez cuando habían compartido una conexion de miradas, notándose así la mirada delitada de placer enjaulado en la mirada ambarina de su contraria.

[...]

De tan solo recordar lo de esa mañana, que la había dejado deseosa, se había puesto como objetivo que el fuese su aperitivo y postre, en aquel día. Por lo que con una receta básica de crema de chocolate, empezó a cocinar su dulce plan chocolatoso.

—Serás mi pastel, Katsukilate (Katsuki+chocolate).

[...]

Mientras que en otro lado Bakugo estaba de aquí para allá rescatando ciudadanos que justamente iban quedando como rehenes de villanos deplorables, que solo con desear acabar con las parejas enamoradas, acabaron en llegar a sus manos.

—¡¿MUERÁNSE!? ¡¿IMBÉCILES!?

Sin dudar alguna aquellos villanos habían sido una asquerosidad e inutiles, ya que su combate eran muy débiles. Lo cual, había dejado que el maldito de Deku se llevara el resto, ya que no le interesaba estar lidiando con un par de villanos inutiles, que hacían que perdiese su tiempo.

Kirishima se había acercado para recordarle de llevar un regalo de San valentin, y Bakugo tan solo sonrió complaciente, una idea perfecta había surcado sus pensamientos, bastantes pervertidos la verdad.

Dejando con la palabra en la boca al mismo Red Riot, para ir en busca del regalo que estaba seguro que complacería a su hermosa mujer.

[...]

"Tu voz retumba en todo mi ser~
Azúcar, azúcar, tu piel~
Azúcar, azúcar dame de beber~
Azúcar morena es tu piel~
Es tu bella voz~..."

—¿Qué cantas tan feo, Maldita?

Había dicho Bakugo rompiendo el momento de su esposa quien se movía con cierta gracia por la cocina, decorando algo al parecer. Había podido escuchar su voz armoniosa y suave, no siempre la escuchaba cantar, aunque le dijera que era fea, era bella, aunque no lo admitiría, además la escena tan bella movía como encendía su ser. Parecía un baile demasiado sensual para su propio "amigo".

—¿U-uh? B-bakugo...

Se sorprendió la pelinegra que se encontraba en shor, y solo una camisilla que dejaba ver un poco de la cicatriz del trasplante de corazón, ya que solo marcaba como un top de licra sus senos. Se estremeció al sentir la calidez presencia de su rubio ceniza tras de ella, más aun apegarse. Pero como estaba saboreando el chocolate que había quedado en su dedo indice, una vez volteada hacia él, Bakugo se sintió brillar por tal belleza sensual.

—Te vez sexy, Ai.

Sonríe burlon, robándole un beso un tanto brusco, mientras acariciaba la espalda de su contraria. Sintiendo perfectamente como ella temblaba bajo aquella caricia y le regalaba un gemido amortiguado entre el beso.

—Hum~ K-katsu~

—¿Ya me deseas, mi ninfómana loca? —se burló separándose un poco de sus labios.

Aquella mirada rojiza la volvía loca, pero si no detenía el camino no podría seguir con su plan chocolatoso.

—Hmp~ Ajá. Pero quiero, bueno más, tengo un juego perfecto para ti, che corazõ hendy. (mi corazón ardiente o encendido)

Despistando, como despertando el instinto natural y recelosos del rubio ceniza. Quien solo se deja llevar pero sorprende al ver que su mujer pasó por la heladera, agarrando un tazón de fresas y cerezas bañados en chocolate, pero cuando iba a gritarle por ser tan cursi, esta le metió una cereza entre sus labios.

—Calmado, mi rubio explosivo.

Sin más, él ya la miraba receloso, pero no pudo decir mucho cuando la misma utilizó tan solo un poco del residuo de su anterior quirk, el de titiritera, para desnudarlo, sin que el fuese a hacer un movimiento de manera consciente, quedando solo en un bóxer ante ella.

—Maldita sea, ¡no soy un patético muñeco! Además tu sigues con mucha ropa.

Ella tan solo se dedicaba a dejar el tazón en la mesita de noche, mientras él exclama molesto, chasqueando la lengua, sumamente frustrado con ella. Más no tarda en quedarse mudo ante ella, cruzado de brazos.

—Lo sé, che corazõ. (Mi corazón)

Una vez que empujó a su hombre hacia la cama, dejandolo caer bajo sus garras, se sentó con delicadeza atrapando ambas intimidades, logrando que Bakugo gruñera llevando las manos hacia la cintura de su mujer.

—No me tientes mujer, que te quemarás.

—¿Y si lo que quiero es perderme en tu fuego hoy, cariño mío?

Dice mientras se deshace del top, dejando a la luz sus senos. Haciendo que Bakugo trague saliva, ansioso.

—El juego será, aguantar el reto hasta el final, sin explotar de placer. Si me tocas, te amordazo.

Bakugo siente como sus manos empiezan a sentir ese cosquilleo conocido, lo estaba cabreando.

—Con la condición de que tu lo hagas luego, maldita.

Nunchi sonríe y une suavemente sus labios, sellando así esa promesa. Para luego removerse sutilmente, ocasionando que Bakugo gruña, sintiendo como su amigo temblaba bajo su mujer.

—Joder, Ai...

La risa ronca y picarona resuena en el ambiente íntimo, para luego agarrar el tazón. Bakugo la mira receloso, pero jadea al sentir el chocolate chocar contra su pectoral, estaba frío, y el caliente..

—Agh~ maldita se-...

Iba a maldecirla, pero tembló por completo al sentir los besos de su mujer lamiendo lo que había derramado en él. Por cada gruñido y jadeo, Nunchi se sentía en el cielo, complacer a su pareja era su propio placer. Dulcemente iba dejando su cariño con sabor a chocolate. El bulto entre las piernas de su rubio ceniza, era palpable.

—Te amo tanto, Bakugo Katsuki.

Dijo en medio de un beso que iba deslizandose por su esternon, y estomago, hasta llegar a la cinturilla que apresaba al amigo latente de su esposo.

—Estás loca, mi Nunchilate~

Gimió sin poder evitarlo al sentir los labios de su mujer en su palpitante excitación, podía seguir siendo presa de la muestra cariñosa que tenía su mujer, pero esto debía acabar o se volvería loco al llegar al clímax.

Mas no midió rápido sus pensamientos, y al sentir que ella introdujo en absoluto su miembro en su boca, no pudo evitar encorvar su pelvis del placer, acariciando el cabello de su mujer al correrse del placer.

Con la respiración y latidos del corazón acelerados, se voltearon las posiciones, dejándola bajo él, admirándola mientras sonreía con picardía, por lo que no tardó en acercarse ferozmente a depositar besos en el cuello de su mujer, hasta llegar a su lóbulo izquierdo y morderlo con delicadeza, ocasionando que ella jadeara.

—Me toca a mi, maldita sea, me vuelves loco, mujer.

Beso bruscamente, pero dejándose llevar por el amor intenso que sentía hacia la pelinegra de ojos ambarinos, acariciandole su vientre y cintura. Haciéndola estremecer.

—¡U-Uhm!~ ¡Uhm!~

Bakugo se aleja de esa unión dulce y lujuriosa, para mirarla con una sonrisa lasciva, tomando los senos de su mujer entre sus manos, sintiendo como enseguida estos reaccionaban con los pezones rectos, mas no perdió tiempo en mimarlos, devorarlos, y devolverve el cariño puesto en él. Su cariño y amor incondicional era tan intenso que se sentía cuando ambos estaban solos.

Con la mano izquierda tomó un poco de la frutilla bañada en chocolate y colocó en los labios de su esposa, para acallar sus gemidos. Sin embargo, su tortura no había acabado allí.

Se deshizo del short que poseía su contraria tapando su intimidad de él, mas cuando empezó a adorarla con besos desde los senos e ir deslizándose por el vientre quedando en el monte venus, Nunchi jadeo y tembló nerviosa.

—Ai, yo también tengo regalo para ti. Con esto te volveré loca.

Nunchi tembló ante la voz ronca y sensual que Bakugo había puesto, haciendo que retumbase en su ser.

—¿A qué... t-te refieres...?

Bakugo con toda su sensualidad y falta de timidez, se alejó tan solo un poco de ella, para tomar de sus bolsillo algo. Una vez se volvió a colocar cerca de ella, sacó de la cajita, un pequeño juguetito sexual, logrando que el rostro de la jocen de piel blanca se volviese rojiza de vergüenza y sorpresa.

—¿P-para qué?

Bakugo con destreza, deslizó su mano derecha para entreabrir la  intimidad de su amada, y acariciar, sonriendo complacido, mientras apegaba su cuerpo al de ella.

—Un chico regala uno de tus juguetitos, para poder jugar y complacer a su pareja. En tiempos de San Valentin.

Admite Bakugo con total sensualidad, besando la piel de su mujer, para luego besarla dulcemente y de manera corta, robandole el aliento a su contraria. Sin embargo, no la dejó hacerse la idea, y en un descuido introdujo el vibrador vaginal, ocasionando que ella gimotee de sorpresa.

—¡Ngh!~

Bakugo sonríe con picardía, viendola con su mirada rojiza sobre ella, para luego aprisionar uno de sus senos entre sus labios.

—Ahora recién empieza nuestro juego mi amor, te volveré loca a mi. Te entregaras a mi como yo a ti.

La pelinegra tan solo pudo sentir una vibracion cosquilleando su interior, volviendola loca contra los besos lujuriosos y juguetones de su rubio ceniza.

Recordando una frase de la canción que iba cantando. Este San valentin sin lugar a dudas, era la belleza completa de entregarse ambos a la luz de la luna que llegaba por la ventana.

Ellos dos perdidos, en su amor intenso, en secreto.

"En secreto podré entregarme~
Azúcar, azúcar tu piel~
Azúcar, azúcar dame de beber~
Azúcar morena es tu piel,
es tu bella voz~
que retumba en mi ser~
Son tus ojos que
manipulan mi miel~
Azúcar, azúcar
Yo tengo también
pa' darte de beber~
Azúcar morena es tu piel, es tu bella voz que retumba en mi ser~"

Así ambos se fueron perdiendo en sus deseos y cariño, en aquel San valentin, juntos al fin.



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Hola!
¿Qué tal estan?
Espero que hayáis disfrutado del especial de San Valentin. 7v7
¡Nos veremos pronto!
¡Salud y mucha lokura!

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