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Capítulo 7: "Una declaración y capricho."





Luego de que la mayoría de los alumnos pudieron recuperarse, por unos días se había dado de reposo y cerrado la Academia UA, en ese tiempo la mayoría sólo esperaba el regreso a clases, saber como estaba su compañera pelilavanda de la cual no sabían nada de ella. Ni siquiera Bakugo, quién sólo tenía según él: "Tiempo para entrenar".

Hoy por hoy, la joven Laviun luego de la reunión con los maestros y Nezu, se encontraba maquinando mejor su plan. Ahora que Tomu estaba con vida su luto estaba fuera de lugar, aunque se sintiera aun culpable por la situación de no haberlo salvado de las manos del "Sensei". Debía mover también las piezas del shojo.
Ahora haría de todo para volver a disfrutar su vida junto a Tomu. Pero sabía que tampoco se podría deshacer del rubio ceniza, se había dado cuenta de la atracción que sentía hacia él, le había hablado, o bueno un murmullo. Pero esto temía que los resultados de su plan se hicieran un lío.

—Laviun-san... Mañana se reanudarán las clases, y según Aizawa es imposible que se niegue a estar presente. —comenta Yagi.

Quien se encontraba recostado en la orilla de la puerta observándola, perdida en sus pensamientos, Laviun al percatarse de eso, suspira.

—Como dijo Nezu, debo quedar bajo la apariencia de ustedes para llegar a mi meta~ Gerk~ —dice Lukoil mientras se come una cereza, y claro se la pasa una a ella.

—Entiendo, pero recuerda que tus actos harán acto de consecuencia. No puedes estar haciendo planes para algo que nos concierne. Al menos podría intentar en ayudarte.

Laviun se levanta de la cama, y se sienta observándolo con una mirada cansada. Odiaba que se entrometieran. Pero era un Héroe.

Deja de meterte, eres el primero a quién quiere matar, no dejaré que consiga su objetivo, mi meta es proteger el legado de Nana. No importa el riesgo, no hay tiempo de seguir con la misma forma de luto, pronto quedarás inválido por tanto usar el One for all, y aún debes ayudar a Midoriya—dice firme pasando por su lado,  mientras Lukoil vuela hacia su hombro.

Yagi había quedado sorprendido y absorto, la voz de la pelilavanda era tan neutral pero aterciopela junto con tono seco llena de frialdad pero tranquila. Aun no estaba acostumbrado a escucharla. Pero al menos esto era un primer paso a su mejoría, aunque no fueran con las mejores causas. Suspiró, y escuchó una puerta cerrarse, se había ido.

—Definitivamente siento que este comienzo debo prepararme para dar todo de mi para protegerlos, incluso apoyarla y a Midoriya-Shonen—piensa Yagi.

[...]

『Horas después』

Se observaba a la pelilavanda entrenar dentro de un bosque cercano a un parque, modulando su quirk de agua, del cual ahor con un movimiento de sus puños y palmas formaba ligeras cuchillas con corriente del agua aun vivas, tirándola con fuerza hacia los arboles ocasionando estruendos. Para luego con un movimiento saltar y golpear de relleno y seguro su mano en el tronco del mismo.

Al estar concentrada su mano sólo se había raspado, pero nada grave, se alejó un poco del árbol y poco después este se desmoronó. Ocasionando que una pequeña sonrisa de satisfacción iluminara su rostro.

—Tks.. Mierda muda, ¿ahora eres sádica? Te ves terrorífica mente fea —dijo una voz a unos metros.

Bakugo Katsuki se encontraba observándola, al escuchar el estruendo lo había cautivado su atención, mayor fue cuando descubrió que era con la cuál realmente debía hablar seriamente.

Hmp... ¿Y eso te importa? —formuló una pregunta Laviun

Tensando por completo al rubio ceniza, no se esperaba que la contraria le contestara, por lo que con pequeñas explosiones nervioso y enojado se acercó a ella, pero esta no hizo nada para detenerlo. Bakugo rumía, pero Laviun solo se encontraba con una expresión pacífica.

—¡¿Ahora que te crees para hablarme tan normal idiota!? Mierda, explícame, maldita sea —el mal temperamento del Bakugo no se hizo esperar.

Pero Laviun no estaba lista para decir algo al respecto. Realmente sentía que no lo estaría. Nunca se había dejado llevar por los sentimientos por otras personas, sólo por Tomura. Que era prácticamente su hermano.

Podrías bajar el tono de voz, me dejarás sorda y no querré verte en un buen tiempo —soltó sin inmutarse a contestar su pregunta.

Ocasionando que el rubio ceniza creara explosiones en sus manos vacías, y la acercara bruscamente a él. Dejándolos a centimetros de distancia.

—¿¡No me ignores!? Mierda loca o te mataré —exclama exasperado Bakugo.

Ocasionando que eso haga que a Laviun se le formulara una sonrisa. Desconcertándolo más, pero cuando quiso hacerlo al respecto, se encontraba manipulado por la pelilavanda,  quién lo retenía contra un árbol.

—¿¡Qué mierda haces!?

—Bakugo, me gustas, pero siento que es mejor que te alejes de mí, no te merezco —afirma con una suave sonrisa.

Que sin duda causa que al rubio ceniza la piel se estremeciera por tal placer, pero de escucharla afirmar algo que muy en el fondo no iba admitir pero sí, tambien le gustaba. Pero lo último realmente lo había enojado y confundido.

—¿Qué te hace creer que puedes decir que mereces o no? Realmente eres una idiota —rumia Bakugo.

Laviun sabía que tenía razón, pero no lo quería exponer al peligro, quería protegerlo, y le era difícil admitirlo. Pero debía admitir que al tenerlo cerca no podía evitar desear besarlo.

—Tengo mis motivos, tú solo aléjate, y no sufrirás por mi culpa —contesta Laviun.

Mientras se apartaba de él, y con un movimiento involuntario para el rubio ceniza, lo llevaba hacia su casa. Aquellas palabras de alguna manera habían afectado al rubio. Era él quién le diría eso, pero al ser ella quién se lo dijera, por algun motivo le dolía. Sólo soltó un chasquido de lengua al verse llevado a su casa por su fuerza del quirk de su contraria. Al estar a muy pocos metros de la puerta, soltó de su control a Bakugo, para luego tomar su mano.

—¿Ahora que mierda haces?

—Un capricho que tampoco me merezco, pero quiero un incentivo –formula una sonrisa divertida.

Aquello lo había desconcertado otra vez, pero antes que pudiese reaccionar o contestar, sus labios estaban siendo tapados, interrumpiendo tal acción. Unos labios suaves y finos, cálidos, estaban haciendo presión contra sus labios, ocasionando que el rubio abriera los ojos sorprendido, mas ahora cuando no pudo evitar soltar un gruñido al sentir una mordida en su labio inferior, y abrir su boca, para luego soltar involuntariamente un gruñido de satisfacción, sintió como su contraria lo estaba besando dulcemente pero de manera ruda, haciendo que su corazón saltara. Ella misma se contradecía, pero no podía evitar que le gustase así tal cual era.

Por lo que no desaprovechó ese "capricho" como dijo anteriormente, y sin mas la atrajo hacia él, tomando su cintura,  apegandola a él. Correspondiendo el beso mas explosivo de entre sus labios y sentidos gustativos. Haciendo que de apoco el frío de la noche se tornara calido y la respiración de ambos enloqueciera. Laviun al encontrar consciencia de sus actos, se separó con un leve rubor, mientras reposa su frente con la de Bakugo.

Quién apesar de sentirse resentido porque cortó el beso, del cual estaba disfrutando, estaba sonriendo complacido al ver que sus mejillas de la chica la cual le gustaba, tenían cierto rubor que no negaría que el también lo sintiera. Más no lo admitiría.

—Mierda, besas delicioso y no te ves tan mal, idiota —comenta.

Ocasionando que Laviun sonría levemente, por alguna manera a su lado se sentía con fuerza para poder seguir luchando para estar viva, pero su misión era suicida y no tendría futuro si fallaba al rescatar a Tomu.

—A pesar de ser maleducado, tienes un delicioso gusto. Sigue así de bueno y rudo. Y olvídate de mi —pidió con cierta tristeza pero antes de que el rubio ceniza pudiese contraatacar.

La contraria lo movió como si fuera un muñeco de trapo, manejable y lo llevo e hizo abrir la puerta desu casa. Por suerte la madre del mismo hizo acto de presencia regañandolo por llegar tarde. Ocasionando que el mismo le contestara gritando y no pudiendo hacer nada para detenerla.

Laviun respiró hondo, y miró a lo lejos,  desapareciendo de entre las casas a su hogar. Las cosas cambiarían para bien o para mal, pero estaba segura que no dejaría que ese hombre se saliera con sus manos, ensuciando las manos de Tomu, y a los que quería. Llegaría a él, y cuando estuviese bastante lastimado se lo entregaría a los héroes. Ese era su meta.









Pero... El camino a las metas propuestas por sí mismos... Eran las más difíciles de cumplir con menores daños colaterales. Pero era un riesgo que estaba dispuesta a cumplir...

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