Heridas frescas

Conocí el dolor, uno que te inunda el corazón de lágrimas y de donde no puedes salir. O eso crees. Vives de ellos. Caminas y lo ves en las sonrisas, en las miradas, en los gestos egoístas y en los gestos llenos de amor. El dolor te acompaña antes de dormir y cuando sueñas. Al día siguiente te levantas y tu cuerpo te pide regresar a la cama.

–¡Quédate! –Te dicen las voces en tu interior.

Te llevas las manos a tu pecho, te acurrucas en aquel colchón y lloras esperando a que alguien te salve. Piensas en todas las posibilidades de vivir ¿Como seria tu estadía en el mundo si te quedas? Muchos recuerdos felices vienen a ti, que luego se convierten en malos, en pesadillas, en el maldito dolor.

Mis heridas están frescas y no quiero sonar sensible, loca o depresiva. Solo quiero decirte que el dolor me acompaña, que no puedo dejarte ir sin que me acompañes, sin que me digas que todo va a estar. Aunque probablemente, esté sufrir dure meses, años o toda la vida.

No pienso en morir, porque quiero vivir, pero la vida se me complica desde que tocaron mi corazón con una llama de fuego que solo quemó lo poco de carne que me quedaba. Los sentimientos se fueron al carajo, mientras rogaba al cielo ayuda. Nadie me quiere escuchar. Todos son superficiales, nadie quiere estar a mi lado.

Saben mentirse a ellos mismos y a mi me duele ver como se lastiman, fingiendo ser algo que nunca lograran. Descubrir la verdad de los demás, con el nombre de "amigos" ha causado soledad en mi. No quiero rodearme de personas falsas y el dia que se den cuenta, les va a doler, como a mi ahora.

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