Después de la inesperada visita de la pelinegra, mis pensamientos dejan a la castaña de un lado. Estoy más que todo asustada, con miles de preguntas y sin idea de lo que acaba de pasar. Mi mente no logra unir la información; Yoon piensa que estoy en peligro, habló en plural como si no fuera solo ella la emisora de ese mensaje, y asegura que me ha conocido antes, lo cual es lo que más dudas me hace surgir.

Por otro lado, esta Ally, ella también mencionó indirectamente haberme conocido antes, era la única que oyó ese espantoso ruido, pero lo negó, y despertó una extraña memoria dentro de mí que fui incapaz de comprender. John, al contrario, nunca hizo nada extraño, pero fue raro el cómo observó mi lado derecho, al igual que lo hizo Yoon. Sumándole a todo, no logré percibir las emociones de ninguno de los tres. Todo ha sido muy extraño desde que llegué aquí.

Los siguientes días paso concentrada en mis estudios, lo cual me ayuda a distraerme de la charla con Jen, esto afectando a que no haya hecho ningún amigo. En las noches solo hago mis tareas, estudio, como y me duermo, mis días son muy monótonos. Con respecto a Ally, no la he visto en estos días, pues tenemos horarios diferentes, la única vez que nos vemos es en la clase de dibujo que toca solo lunes.

A John lo he observado algunas veces en la cancha de futbol, con algunos chicos que ya he visto en mis clases, siempre que lo veo lo saludo y luego él me saluda devuelta con una sonrisa, pero es solo eso. No he hablado con él ni una sola vez.

Llega sábado, despierto agotada, aunque al observar mi reloj, noto como son las diez de la mañana. En la anterior noche no pude dormir, esto gracias a mis pensamientos sobre todo lo ocurrido, pues estoy ansiosa porque iré a una casa desconocida, que supongo es de la chica gótica, a conocer qué me tiene que decir al respecto con lo anteriormente dicho. Me ducho y me cambio a unos jeans rotos, una sudadera gris y un gorro blanco.

En el día hago pocas de mis actividades, toco algunas canciones en mi teclado, limpio el cuarto y observo el dibujo hecho el lunes de Ally. Mientras analizo la obra, recuerdo a la castaña y su hermosa sonrisa, al igual que lo rara que se representó conmigo.

De pronto se hacen las seis y media, y me alisto para partir. Tomo un bus en la estación más cercana, y este me lleva a mi destino a las seis y cincuenta y cinco. La casa es enorme, aunque es más pequeña que una mansión; está pintada toda de blanco y está muy bien estructurada. Observo dos carros parqueados cerca, el BMW de donde vi a Yoon salir y un Jeep blanco (al parecer esta chica tiene mucho dinero). Procedo a caminar hasta llegar en frente de la puerta doble, para después tocar el timbre.

Luego de muchos segundos esperando, una de las puertas es abierta por la pelinegra, quien ahora está vestida con una camiseta negra, jeans holgados y alcaparras con un diseño de cuadrados negros y blancos.

-Hola chica universitaria, llegaste a tiempo, ¡que puntual! - dice sonriendo, formando el peculiar hoyuelo en su mejilla- Acompáñame.

Entro entonces a la casa, cerrando la puerta abierta detrás de mí. Su interior es algo interesante, observo una gran escalera en frente de la puerta, a la par unos sofás con una mesa de decoración, una sala a la derecha, y una cocina que le sigue; aparte de todo, se ve un jardín atrás que parece ser inmenso. Aunque lo más lógico para mi es ir por las escaleras, Yoon me lleva a un elevador a la izquierda que no noté antes, para después entrar a este y que la pelinegra presione un botón para llevarnos abajo. No hablamos en todo el recorrido.

Llegamos al destino donde Jen y yo tendremos una muy larga platica acerca de los secretos que ella esconde de mí. Cuando empiezo a caminar hacia la puerta del elevador, la pelinegra me detiene con su mano y me dice seriamente:

- Tienes que prometer, que sin importar lo que te diga, no dirás ni una sola palabra de la conversación que vamos a tener-

- Lo prometo- respondo curiosa.

La puerta se abre, revelando un espacio muy pequeño sin nada a su alrededor.

- ¿Por qué me trajiste a un lugar así? - pregunto algo extrañada.

- Espera- dice sonriendo.

Yoon sale del elevador y se inca, levantando una puerta secreta del suelo, la cual revela un cuarto iluminado por luces azules, con una escalera que lleva hacia abajo. Así que así de secreta es nuestra conversación, pienso asombrada.

Bajamos por las escaleras hasta que llegamos a una puerta cerrada. La chica procede a presionar la pared, para que de ahí salga un pequeño teclado cubierto por un protector de vidrio, el cual Jen levanta para ingresar un código de números; en este caso, leo como los números que pone son 011 para después presionar ok, cerrar el protector y colocar el teclado escondido en su lugar. Esto lleva a abrir la puerta.

Me sorprendo al ver el interior del cuarto en el cual Yoon quiere que hablemos, pues no es realmente una habitación, sino un gimnasio.

- ¿Me trajiste aquí para hacer ejercicio? - pregunto sarcásticamente.

- No, te trajo para que comprendas muchas cosas, es el único lugar asegurado para contarte todo- procede a decir una voz conocida. Al levantar la vista hacia enfrente, observo como la dueña de la voz es la chica misteriosa, Ally, quien esta vestida con una camisa blanca, una chaqueta negra, skinny jeans y unas zapatillas negras. Es por esto entonces que Yoon hablaba en plural, pienso algo confundida.

- Ally, ¿Qué haces tú aquí? - pregunto sorprendida de la presencia de la castaña, para luego ver a mi acompañante- Yoon, dijiste que esta conversación iba a ser privada y solo de nosotras dos.

- Nunca dije que solo yo iba a hablar contigo- dice para luego ver a la otra chica- Creí que no se habían conocido aún.

- Lo siento, se me olvidó ese pequeño detalle- dice la castaña con esa hermosa sonrisa que vi hace seis días.

- ¿De qué están hablando ustedes dos? Me están asustando. - pregunto confusa y sin dejar de mirar a la nueva acompañante. Ellas me están tendiendo una trampa, pienso preocupada.

- Tranquila, no te vamos a hacer nada- dice la chica gótica incitándome a voltearla a ver para después ver como ella suspira tristemente- Es difícil aceptar que en verdad nos has olvidado.

Ambas de repente cambian a un ambiente triste mientras me observan detenidamente, mas veo como Ally me mira aún con más tristeza.

- No estoy entendiendo nada- digo rompiendo la tensión.

- Si, lamentamos eso, pero te lo enseñaremos ahora- dice la pelinegra procediendo a caminar a una plateada mesa redonda y sentarse en esta incitando a que las tres lo hagamos igual. Ellas quedan a ambos lados de mí, la pelinegra a la izquierda y la castaña a la derecha.

- Eli, es hora de que recuerdes todo lo que has olvidado, te lo enseñaremos transmitiéndote los recuerdos y luego te explicaremos todo- explica la chica a mi derecha.

Antes de poder preocuparme de lo que pasa, mis ojos comienzan a ver más luz, para luego todo caer en oscuridad.

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Habían pasado milenios desde que la guerra de los ángeles en el cielo se diera a cabo, y de que el jefe, Lucifer, y sus secuaces, cayeran a los abismos del infierno, un lugar sombrío y lleno de sufrimiento. Lucifer había perdido contra dios, quería venganza, poder y ser superior a él, por esto mismo, planeó una manera de entrar al cielo y matar a la santa trinidad. Sin embargo, él no sabía que estaba siendo vigilado por un ángel de investigación (ángeles que velan por la seguridad en la tierra y en el cielo), que iba a informar su plan en los cielos.

Su plan era sencillo, por años había tenido a un ángel prisionero, quien había sido atrapado vigilando el lugar; con las alas del ser divino, tenía en mente descubrir la manera en la que él podría destruir su objetivo, con la finalidad de convertirse en el ser más poderoso.

Alak, el ángel que había estado escuchando su plan sin ser descubierto, voló preocupado hacia el cielo, previniendo a los serafines (quienes siempre alaban y engrandecen el amor universal). Estos informaron a dios, quien ordenó a los querubines (quienes son los guardianes de la santa trinidad) mantenerse firmes en las puertas del cielo.

Mientras tanto, el diablo llevó a sus ángeles y al ángel prisionero, a las puertas del cielo de donde ellos habían sido exiliados. Observó con asombro las alas divinas, y no halló respuesta alguna, así mismo, enfureció y mandó a que encerraran al ser divino en el valle sagrado, donde las almas de los ángeles castigados quedaban atrapadas para siempre.

Sin embargo, el espíritu maligno no se rindió y aun así luchó contra los querubines, fallando por segunda vez y cayendo de regreso al infierno. Al ver que su plan había sido un fracaso, y al ver que las alas no contenían la información que deseaba, preguntó a su ángel custodio cómo podría encontrar semejante tesoro. El traidor le confesó, que el único que podría tener esa información, era un arcángel, (entes espirituales que guían a grandes grupos, y que protegen a dios y le obedecen, son 7) pero no cualquiera de los siete, sino uno de ellos; le explicó, que no podría conseguir la información, hasta arrancarle sus alas y matar al dueño. Con esto en mente, Lucifer comenzó a buscar a su víctima.

Mucho tiempo después, los ángeles estaban reunidos en el cielo, alabando y celebrando como de costumbre, pero esta vez era por haber terminado otro siglo de la tierra, el cual había sido muy duro, por todas las guerras producidas anteriormente. Existía un ambiente de felicidad en todo el cielo, pero no se esperaban lo que iba a pasar.

De repente, tres demonios aparecieron en las puertas del cielo, ya que estos no podían entrar por sus almas impuras. Todos los ángeles trataron de luchar contra ellos, pero dios les dijo que los dejaran hacer lo que necesitaban. Así pues, el arcángel conocido como Uriel, el encargado de las tierras, fue arrastrado junto a los demonios, para jamás ser visto.

Después del terrible suceso, Dios les explicó a los ángeles lo que él, por ser omnisciente, ya conocía. Existían ángeles traidores alrededor de ellos, los cuales eran llamados ángeles custodio del mal, que ayudaban a Lucifer a obtener la información que buscaba. Les explicó los objetivos de los demonios, y el hecho de que habían mandado al arcángel a la tierra, en donde los ángeles morían al instante por perder sus almas impuras solo si eran mandados por demonios.

Nadie podía hacer algo al respecto, solo mandar al ángel custodio al infierno. Sin embargo, este nunca fue hallado.

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Nuevo capítulo, espero les guste.

Hasta pronto 

Annyeong<3