«3»

-Solo digo que la pizza no es un lugar para que la piña habite ahí - Entro a la habitación con su amigo detrás de ella.

- Y yo solo digo que el mundo no es un lugar para que tú habites aquí - Contra-ataco Francis empujando la puerta sin cerrarla completamente.

Isabella iba a reprochar, pero fue interrumpida por Phil, quien entró corriendo al cuarto y maullando, posicionándose como siempre frente a la ventana.

- Siento que el pequeño Phil me odia - El peligro se sentó al lado del felino, acaricio despacio su lomo y la bola de pelos maullo.

- Es un echo que Phil te odia - Soltó una risa, cargando a su mascota, lo tomó por sus costillas poniéndolo a la altura de sus ojos - Lo que pasa es que a Phil no le gustan los chicos que se creen muy guapos con sus lentes de contacto nuevos, ¿Verdad, Phil? - Rozó su nariz con la del gato, rió para después bajarlo y que el volviera a tomar su lugar inicial.

- Okey a Phil no le gustan ese tipo de chicos - Se levantó de su asiento y camino lentamente a Isa, con una mano rodeo la cintura de la chica y con la otra acariciaba su rostro, mirándola a los ojos, ella con sus brazos rodeo el cuello de él, también mirándolo a los ojos- Pero... ¿A ti te gustan? - susurro cerca de sus labios, con la respiración entre cortada, loco por besar esos carnosos labios, por primera vez

- Puede que me gusten... - Con su dado índice acariciaba delicadamente el labio inferior de Francis, aún mirándolo, disfrutando de la desesperación de éste - Puede que no me gusten - se acercó a él, dispuesta a besarlo, pero una piedra estrellando contra la espalda de él chico interrumpió el romántico momento.

- ¡Auch! - se separo de golpe, intentando sobar la parte golpeada - ¿Que mierda paso? - Brincoteaba por todos lados, esperando que el dolor disminuyera así.

- N-no lo se

Los quejidos de dolor por parte de Francis y los maullidos desesperados de Phil, terminaron por alterar a Isabella, sin saber que hacer, tomó a Phil por las costillas y lo echo de la habitación, observó el estrellado cristal de su ventana, con un poco de miedo se asomo al callejón, que estaba iluminado por la luz pública, buscando algún rastro de vida que le indicara quien fue el que lanzó la piedra, pero no había nada, ni nadie, por inercia levantó su mirada hacia la ventana de enfrente, la oscura silueta de un chico pasar frente a las cortinas erizo la piel de la chica, sin dudarlo cerró la ventana y las cortinas, regreso hasta su amigo, quien aún se retorcía del dolor.

- Tranquilo, ven, quítate la playera y acuéstate bocabajo - Ordenó mientras sacaba un bote de cremas del baño, el pelinegro sin protestar obedeció, cuando Isabella visualizo el golpe, no pudo evitar hacer un gesto de dolor, sobre la espalda del chico había un moretón, partes rojas que indicaban el reciénte impacto y unas cuantas partes moradas que dejaban en claro que el golpe no saldría de la noche a la mañana- Me siento muy mal por esto, Frank - se lamento, untando crema sobre toda su espalda.

- No tienes porque, bella - Hablo con cierto trabajo, pues el dolor era más fuerte con el tacto de Isabella.

- Te juro que no se que fue lo que paso - termino de sobarlo y le extendió su playera.

- Y te juro que te creo - tomó su prenda y se la coloco, después se puso de pie y la miro - menos mal que fue a mi y no a ti - sonrió de lado - Aunque ahora me preocupa que te vayas a quedar sola.

- No tienes nada de que preocuparte, se defenderme, pero si te hace sentir más tranquilo, cualquier cosa sospechosa que pase, te llamare, ¿Okey? - sonrió para después darle un beso en la mejilla y salir de la habitación.

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