Capítulo 12

•Disfruten el cap. Arepitas.

✨🐞✨

Sebastián POVs

¿Qué es lo que Agnesia le ve a ese tipo?, no entiendo por qué  siempre se queda con cara de tonta cuando siquiera él le habla.

La risas de la venezolana llegan a mis oídos, desde lejos veo a su amiga guiar el teléfono frente de ellos como si demostrara una especie de espectáculo.

Podría ser uno con ella tan nerviosa y sonrojada.

Hasta ellos se ríen, me gustaría saber que esta pasando por la mente de esa casi rubia.

Claro, ella sí es teñida, yo soy natural.

Soy hermoso.

—¿Qué demonios... —murmuró confundido dejando la manzana a medio comer, la fastidiosa chica que me sacaba de las casillas le había dado un beso en la mejilla al torpe de ojos grises, podría asegurar que ese sonrojo me estaba dando molestia.

¿Por qué te sonrojas cuándo él te habla?, ¿por qué lo miras así?, ¿qué estás haciendo, Agnesia?

—Son pensamientos estupidos. —vuelvo a realidad donde yo controlo mis propios pensamientos, negándome a ver a mi rival como una chica linda, es más.

¡¿Qué hago siquiera pensándola?!

No es para nada fea, pero no puedo verla de la forma...

—Hermano, a veces pienso que estás o te estás enamorado de ella. —me sobresalto casi cayéndome de donde estaba sentado en la cafetería, alejado de las chicas que me perseguían casi siempre.

Wyatt, uno de mis amigos, el qué más me daba miedo cuando aparecía de golpe estaba frente a mí sonriendo como psicopata.

Tan típico del ojiverde.

—¿Estás seguro que tienes todos tus pensamientos en orden? —él rodó los ojos tomando asiento a mi lado riéndose pasándome una bolsa de papas fritas.— No, en serio, Wyatt. Esas apariciones así no son normales.

—¿De cuándo acá he sido alguien normal?, mira nada más que soy una edición limitada. —concluye en tono de diva, su voz chillona me hace reír perdiendo de vista lo que veía.— dejando de lado mi origen, ¿por qué miras a mi nueva actriz?, ¿acaso te gusta? —movió sus cejas pícaramente y yo le tiré la bolsa de papas en la cara, creo que lo que tenía de dramático se le perdía al lado del profesor matchmaker.

—¡No!, ¿ella?, por favor, estás mal de la cabeza. Agnes no me gusta, es mi rival en las bromas. —cuando me escuche terminar de hablar quise golpearme mucho, ahora Wyatt lucía como el mismo sombrerero loco con su típica sonrisa de psicopata para terminar su drama.

—Ni siquiera había dicho un nombre... y ¡ajá!, yo lo sabía. —se levanta posando una mano en su cintura adoptando esa posición de modelo o como él la llamaba, digna de la villana de novela. —Te doy tres meses para que admitas que te gusta, porque sabemos que sí es así.

—No sé de qué me hablas, eh... mira, ahí me están llamando, nos vemos, drama, digo Wyatt. —y con eso dejé al ojiverde solo, corrí fuera de la cafetería ignorando mi objetivo de hacerle una broma a Agnesia.

Por hoy se libraba.

Sólo por hoy.

Agnes POVs.

—Y como les decía, la perdimos. —volvió a hablar Lily a la pantalla de mi celular, yo seguía como tonta viendo a Cory ahora de cerca.

—H-Hola. —¿acaso acabo de tartamudear?, carraspee mi garganta tomando un rápido sorbo del toddy en mi termo, error, me queme la lengua. — la grandísima madre de... —reí nerviosa sabiendo que la mirada del dios griego estaba sobre mí, así que me acomode mejor en mi asiento y traté de actuar neutral.— estoy excelente. ¿Cómo estás tú? —él volvió a sonreír y le señale el asiento vacío a mi lado. —adelante no...

—Agnes, tienes el cuello rojo. —la voz divertida de Parker me hizo sobresaltarme un poco.

¿Dónde se supone que está la chama coqueta que Vera creo?

Ignore su comentario riendo algo nerviosa como si fuese un chiste viéndolo a los ojos con ganas de matarlo.

—Eh... bueno. —la voz de Cory se llevó mi atención lo cual me sonroje cuando él sonrió, y juré verle un destello de los dientes a lo Colgate.

¡Ay, madre!

—Estoy muy bien también, ahora que lo mencionas, no pudimos estudiar y conocernos como habíamos dicho así que, había pensado... quiero invitarte a salir, ¿te gustaría?

A ti todo te digo que sí, bebé.

Digo, ¡santas arepas!

—Yo...

—¡Mujer!, mira ese papasitoooooo, ¡dile que sí!, no desperdicies esa oportunidad, chama. —la voz de Vera me hizo reaccionar, volví a sonrojarme más que antes peleando mentalmente porque mis nervios ante semejante escultura ilegal, porque diosito creó madre obra de arte, digo.

Ok, voy a dejar la cosa.

¿Qué me está pasando?

—Claro.

Tardó tanto en hablar para sólo responder eso, ¿qué le pasó a la rompe corazones?

La perdimos, Kat, eso pasó. Y yo que pensaba en ser la madrina de esa boda.

¿Tú también lo pensaste?

—Con ese papi, cualquiera. —Cory miraba confundido a Lily quién seguía hablando con mis mejores amigas, todo en español, por ende el único que medio entendía era Parker quien estaba riéndose a carcajadas.

—¿Me llamó pa-piiii? —el ojigris intentó decirlo en español pero no le fue bien, y yo me sonrojé de nuevo, de todo lo que habían hablado, ¿eso era lo único que había entendido?

Mi crush era un caso.

Cuando el dios griego se fue de la mesa a sus clases yo seguía como tonta mirándolo de lejos, por un momento me consideré loca así que me obligué a ver a mis amigos quienes tenían una sonrisa demasiado amplia, menos Parker que parecía pensativo.

—¿Y ustedes qué?

—¿Nosotros? —la primera en hablar fue Lily quien me entregó el celular ya sin la llamada en curso, la vi sonreír como psicopata y temblé de verdadero miedo.—Nosotros nada, chama, la pregunta es, ¿tú?, ¿qué pasó ahí?

Will movió sus cejas pícaramente ante la mirada cómplice que le dio a mi mejor amiga.

No debí besar la mejilla de Cory.

Creo que con eso ya me daba una idea.

—¿Ah?, eh, chicos me tengo que ir, debo, debo ir a la baño, quiero decir, olvídenlo, nos vemos después. —recogí mis cosas al estilo flash y huí de ellos fuera de la cafetería.

Por lo menos me evitaría el interrogatorio y pensar en mi crush.

—¡El toddy! —iba a llorar cuando vi mi preciado termo en el suelo lejos, no se había botado pero si me sentía mal al haberlo visto volar.

—Mira por dónde vas, estupida. —cuando levanto la mirada veo a una chica más alta que yo; la cual hace berrinches porque se le cayó su bolso Prada.— tiraste mis cosas, niñata.

—Primero que nada, sólo se te cayó el bolso, segundo fue a mi la que se me cayó todo, y tercero, chama piérdete en un bosque.

—¡Ey! —la chica del cabello amarillo y mechones rosados tomó su bolso del suelo viéndose las uñas largas del mismo color que sus mechones.— tú eres quién debe fijarse del camino, niña tonta.

Conté hasta tres, ni siquiera sé para que me había quedado ahí haciéndole caso, así que me agaché recogiendo mi termo.

Tenía suerte de que no se regó, cuando me puse de pie, esperé que la versión china de una muñeca terminará de quejarse y poder alejarme.

En verdad esta era la cosa más tonta que me había pasado en toda mi vida.

—Pierdo mi tiempo con personas tontas, o sea, tú. —rodó los ojos enderezando su postura pasando por mi lado empujando mi hombro con el suyo.

¿Esto es en serio?

Iba a ser pacífica aquí, por mi bien.

—Ella siempre le hace bullying a todos. —pegué un pequeño salto viendo a Sebastián salir de una esquina, ¿estaba escondido? —y está obsesionada conmigo, por eso estos escondites son los mejores.

Reí sin poder evitarlo viéndolo mejor.

—Quieres decir que ella es la abeja reina.

—No entiendo a qué te refieres con eso pero sí. Oye, eh... ¿a qué hora nos vemos en la biblioteca? —él me miró curioso sin parar mucho tiempo en mis ojos.

—Podría ser después de que terminemos las clases completamente, ¿no crees?

Lo escuche reírse y acercarse más.

—Supongo. Y Agnes. —me llamó pero volvió a pasar lo de la cafetería, solamente era él en ese pasillo, nadie más. Cuando el timbre sonó pareció reaccionar.— no te olvides de la broma que te cobraré. —su voz fue forzada pero se alejó en el momento que nuestras respiraciones casi se mezclaban por la cercanía.— no me extrañes mucho, Agnesia. —con eso último y una sonrisa típica de él se perdió en el mar de gente que estaba caminando por el pasillo.

¿Qué había pasado?, ¿habíamos hablado sin insultarnos?, él hasta había sido totalmente amable, en ese momento aún estática me di cuenta que mi corazón parecía que saldría de mi pecho y ni hablar de cómo sentía mis mejillas ahora.

¿Qué me está pasando?, no, él no me puede... ¡agh! Ni hablar, no puedo ver a mi rival como un chico lindo, ni de broma.

Pero su cercanía me estaba afectando de una forma que no debería de hacerlo.

Por nada del mundo, ni porque fuese la última Coca Cola en el desierto.

Ignorando los pensamientos que me invaden por completo camino hasta mi clase sin siquiera procesar más.

Debí hacerle caso a mi mamá de no comer dulce antes del desayuno, me senté en la mesa correspondiente concentrada en la nada hasta que llegó el profesor y presté atención.

***

Me quedé sin nada más que decir acá. 😂

Nos leemos, prontou.

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