Llevaban una semana en la cabaña y los días parecían no cambiar. Se acercaba la Navidad, y con ella, el final del año y el frío invernal. Stephanie proporcionó a cada uno ropa y calzado de abrigo, así podrían salir de vez en cuando de la cabaña sin congelarse.

Emalee y Picky estaban leyendo junto al hogar. Comentaban entre ellas los aspectos más importantes del libro. Eran las mejores amigas desde pequeñas, juntas habían crecido en Coomloughra y ahora continuaban juntas. Las gemelas O'Sullivan discutían como siempre: Carrie decía que el mapa estaba al revés y Camelie insistía en que estaba derecho. El equipo Ilvermorny, (que así lo habían llamado) estaba en la cocina tomando el té. A excepción de las O'Sullivan, la casa estaba en silencio total. Sophia se había ausentado para (por fin) pesar a Hattie la demiguise. Entró en la cocina para hacer una proposición:

—Chicos, ¿venís a dar de comer a las criaturas?

Muchos aceptaron inmediatamente para no morir de tedio. Otros se levantaron después de diez minutos, finalmente estaban todos en el Bosque de Criaturas, como lo llamaban. El Bosque de Criaturas, era una enorme sala con varios apartados, con hábitats específicos para cada especie. Los bowtrukles tenían su propio árbol milenario, los augureys sus propios nidos, los kappas su propio estanque, y así cada criatura tenía su lugar.

Sophia le dió un cubo con comida a cada uno, y le asignó una criatura para dar de comer. Mientras todos estaban ensimismados con las criaturas, Evelynn, la hermana mayor de Sophia, dibujaba la escena. Aunque Evelynn fuese la mayor, Sophia era más responsable que ella. A Evelynn le encantaba dibujar, compartía el amor por las criaturas mágicas de su hermana, pero al contrario que ella, Evelynn prefería dibujarlas, cosa que se le daba a las mil maravillas. Carrie y Camelie volvían a discutir sobre el alimento de sus hadas. Las gemelas tenían un hada cada una como mascota llamadas Kate y Rose. Carrie decía que su hada Rose estaba demasiado flaca, porque su hermana le daba todo el alimento a la suya. Camelie decía todo lo contrario, y mientras tanto, entre grito y grito, su hada Kate aprovechada a comer lo que quedaba en el cubo.

Cuando Sophia terminó de dar de comer a Hattie la demiguise, Stephanie a Flynn su billywig, las gemelas a sus hadas, y Karma a su gata Miaura, Emalee se ofreció para contar una fabula del libro que estaba leyendo ya que la tarde aún era joven. Todos aceptaron, así que Emalee contó la historia de: