Capítulo 1. Adelaida Lesley Black

AdelaidaLesley

Llovía. Yo caminaba por las calles de Londres sin rumbo alguno. Esperaba algo que temía que no llegaría. Después de unos minutos cuando me daba por vencida, divisé una silueta a lo lejos.
Avancé hacia ella, y cuando estuvimos al lado el uno del otro, nos dimos la mano, y cogí el mensaje. Cada uno se fue por su lado.

Miré la nota, ponía:

Caldero Chorreante
Tigre negro
Periódico

Giré en la primera esquina, y me dirigí al Caldero Chorreante. Entré, estaba todo lleno de gente. Divisé un enorme periódico y unas piernas debajo.

En el periódico ponía:

Newton Artemis Fido Scamander salva Nueva York.

El pasado jueves, Newt salvó Nueva York de las criaturas que lo asolaban, y consiguió desmemorizar a la cuidad entera gracias a su ave del trueno y una solución creada por él. Esperamos ansiosos su regreso a Europa para celebrarlo.

Redactora: Rita Skeeter

Sonreí. Es ella, dije para mis adentros. Me senté a su lado en la barra.

—Una cerveza de mantequilla y dos pastas de calabaza por favor —le dije al elfo doméstico.
Me volví hacia la chica.

—Gato Negro salió a cazar —le susurré.

Inmediatamente, retiró el periódico, lo dobló y lo dejó sobre la mesa. Pude ver a una chica pelirroja con flequillo hasta las cejas, ojos azules como una laguna profunda. Era alta y delgada, con el pelo casi hasta la cintura.

—¿Eres Gato Negro? —me preguntó.

—Depende de quien lo pregunte —vacilé un instante—. Si, soy yo, pero mejor vayamos a un lugar mas seguro...

El elfo doméstico me trajo la cerveza de mantequilla y las dos pastas de calabaza.

—Para llevar por favor —las cogí.

Salimos del pub, e hicimos dos paraguas con la varita.

Giramos a la izquierda y nos dirigimos a un parque.

Entramos en un pasillo lleno de farolas, y giramos a la derecha hacia la oscuridad de los árboles.

Lumos —susurré.

La varita nos alumbró con una pálida luz.

—Veamos, me han dicho que tienes cierta información confidencial sobre Grindelwald.

—Así es, hace unas semanas descubrí el paradero de la conocida Varita de Saúco...

Abrí los ojos como platos.

—¿La Varita de Saúco? —exclamé—. pensé que era una leyenda que le contaban a los niños...

—Pues es real, y según mis fuentes se encuentra en...

Un estruendo nos interrumpió, de todas partes aparecian seguidores del Ejército de Grindelwald. Nos estaban buscando.

—Hemos encontrado a Adelaida, señor —dijo un mago.

De entre ellos apareció un mago oscuro de debía de ser el jefe.

—Grindelwald estará muy contento de saber esto cuando salga del MACUSA... —dijo.

Yo tomé las riendas:

—¡Dame la mano Adelaida! —grité.

En un segundo cogí su mano y usé el hechizo Aparición para llegar a mi piso franco. En cuanto nos recuperamos de las emociones vividas le pregunté:

—Así que Adelaida, ¿eh?

—Sí, mi nombre es Adelaida Lesley.

Pensé un momento.

—¿Quieres tomar un café?

—Lo necesito.

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