CAP. 18: LAS DUDAS DEL LEÓN Y ¿RECONCILIACIÓN?


*+*Aioria*+*

Este calor no es tan malo como pensaba. Bueno, la túnica blanca ayuda mucho a estar más cómodo. Supongo que Milo también disfruta el clima. A nuestro lado, nos acompañan dos de los espectros de Hades. Creo que sus nombres son Minos y Radhamantys. No lo sé, tienen cara de pocos amigos. Y vamos a la par. Es como si quisieran que mordiéramos su polvo. ¡Eso no se los voy a permitir!

― ¿Ya viste, Milo? Esos tipos nos quieren ganar y me caen mal...

―Sí, a mí también... pero no lo permitiremos, ¿Verdad, compañero?

― ¡Claro que no!

Y, así, con el ánimo en alto, seguimos caminando. Lo malo es que esos sujetos nos miran raro. ¡Ya me cayeron mal! Si no hubiera prohibiciones dentro de la competencia, juro que les sacaría los ojos. Eso, ni dudarlo. Y lo mejor, es que Shaka me ha dado fuerzas para competir a su nivel. ¡Es un ángel que ha venido a salvarme! Ahora me habla más relajado, como si quisiera hacer las paces conmigo. Recuerdo la cita que tuvimos y me la pasé increíble junto a él. ¡Suerte que quiso ser mi tutor!

Afortunadamente, pasamos a los espectros. Ja, ja, sí que mordieron el polvo, ¡Cómo la canción Another Bite of the Dust de Queen! Me alegra poder estar con mi cuatacho de la Universidad, Milo, pero me preocupa su estado de ánimo. ¡Menudo susto me llevé cuando Mu nos dijo que se había intentado suicidar! ¡Y todo por culpa de esa estúpida fotografía! Lo que me pregunto, ¿Milo realmente habrá engañado a Camus? No creo, pero, ¿Cómo tomaron esa foto? ¿Realmente Milo habrá tenido sexo con esa tal Psique o fue un engaño de ella? Umh... hay tantas dudas al respecto...

Lo bueno es que Camus lo perdonó, ¡Imagínense! Apuesto que el cubito sintió que la vida se le iba. Yo hubiera sentido lo mismo si Shaka... No, no, no. Mi rubio no haría eso ni en un millón de años... o tal vez... mejor me quito ese pensamiento tonto de la cabeza o si no, podría pasar, ¿No? Dicen que lo que pensamos puede hacerse realidad... Piensa positivo, Aioria. Mejor piensa que estarás con Shaka y él te querrá como tú a él... buena idea...

―Oye, Milo, ¿Te has sentido bien últimamente?

―Sí, ¿Por qué lo preguntas, Aioria?

―Bueno, es que terminando la primera prueba, te harán un chequeo médico... y pensaba en eso...

―Pues me siento bien, amigo...

Se ve muy bien, pero me preocupa el que se deprima otra vez. Milo es un tipo muy amable, pero esa tonta de Psique lo saca de sus casillas, ¿Cómo es posible que su familia trate con esa arpía repugnante? Por más que trato de explicarme ello, no concibo una respuesta clara. Bueno, como sea, seguimos avanzando sin hablar más. Creo que ya vamos a llegar al quinto punto, je, je, je...

¡Por fin! Vemos a lo lejos una hermosa pradera verde y una rubia ninfa con un sátiro peliazul... ¡¡¡QUÉ!!! No, tranquilízate, Aioria, sólo es Shaka con Death Mask, NADA MÁS... ¡Cielos! Una trampa de mi inconsciente. Shaka se ve así con esa túnica, lo hace más hermoso de lo que ya es y... digamos que Death Mask, no tanto... Milo me mira de reojo y los saluda acercándose. Sigo sus pasos con felicidad y sonrío para saludarlo. Death no tiene ninguna expresión en el rostro y parece como si estuviera enojado, pero, ¿De qué?

― ¡Hola, chicos! ― saluda alegremente Milo mientras que yo les hago un gesto amigable con la mano. Shaka se queda impresionado al verme y trato de abrazarlo, pero se quita y corre a saludar a Mu, que va llegando. Un momento, ¿Qué hace Mu aquí? ¡Oh! Viene con Saga. Osh, esto va muy mal, muy pero muy mal... ¿Por qué Shaka se emociona al ver a Mu? ¿Qué no entiende que YO estoy enamorado de él y podría morir si él me lo dijera? Tristemente, creo que no.

―Hola, chicos. Me alegra que estemos juntos. ―saluda Mu con su emblemática sonrisa. Para serles sinceros, no es que me caiga mal Mu, es sólo que parece que Shaka se interesa demasiado en él y eso me asusta. ¿Y si Mu le corresponde a mi ángel? Milo me sigue mirando, pero ahora con tristeza. Trato de animarme, no puedo estar así toda la vida, así que les hablo a todos:

― ¡Chicos, hagamos un pacto!

―Ahora vas a sacar tus cosas, gato. ―replica Death Mask. Todos voltean a verme y carraspeo un poco:

―Sí, el que ningún espectro nos derrote en ninguna otra prueba...

―Creo que eso ya lo tenemos claro, Aioria. ―dice Saga a punto de reír. ¿Reír? ¿Y a este qué le pasa? En toda la historia de la Doce Casas, no he visto a Saga más feliz que este momento, ¿Por qué será? Uhm...

―De todas maneras, hay que hacerle caso al gatito y ganemos para estar en paz con el público que nos está viendo, ¿No es así? ―me defiende Milo poniéndose a mi lado.

―Sí. Ahora déjame revisarte, bicho. ―le dice Saga ya serio tomando de su mochila un estetoscopio. Milo pone una cara de repulsión y replica:

―Pero, Saga, ¿Ahora? Yo me encuentro muy bien y puedo asegurarte que estoy en perfectas condiciones...

―Eso no importa. Alguien debe monitorearte en las pruebas. Puedes tener problemas después de lavado intestinal. ―levanta la cara y le dice a Death. ― Ayúdame en esta ocasión, Death.

―No lo creo. Tú revisa a los locos que yo me encargo de los muertos.

―Por favor, Death, no todo es muerte en tu vida, ¿O sí?

―Oye, Saga, De verdad no quieres que lo revise, ¿O sí? ―Saga está impacientándose. Lo puedo ver en su rostro. ―Por algo no seguí la curación en mi carrera y me enfoqué a la muerte. Si alguna vez en mi vida revisaré a Milo, será en una autopsia.

Milo traga saliva, ¿Por qué Death Mask no siguió la curación como buen doctor que estudió? Supongo que habrá matado a alguno de sus pacientes... ¡Imagínense a Death Mask de doctor! No quiero saberlo. Es demasiado repulsivo para pensar en algo así... Volteo a ver a los demás y noto que Shaka habla con Mu. Voy a ver qué averiguo:

― ¿Qué te pasó en el tobillo? ―pregunta Shaka.

―Tropecé y Saga me curó. Es muy bueno en lo que hace. ―responde con su típica sonrisa. Al verme escuchar su conversación, me saluda amigable.

― ¿Y qué Saga no tuvo cuidado para protegerte?

―No es eso, Shaka. Yo iba distraído caminando y me tropecé. Saga no tiene la culpa.

Observo que Saga se sonroja al oírlo mientras que examina el estómago de Milo. Mu parece sonrojarse igual, haciendo que sus pómulos brillen con el Sol. Shaka los mira con cierto enojo y yo sólo puedo pensar dos cosas: Si Mu le hace caso a Saga, Shaka se pondrá triste al igual que yo, pues compartiré su dolor; y si el tibetano se queda con Shaka, seguramente voy a enloquecer de aflicción. No puedo pensar otra cosa. Si alguna de esas dos cosas sucede, llevaré las de perder... Vuelas muy alto, Aioria, si albergas demasiadas esperanzas en que Shaka te haga caso...

Mi sonrisa se desvanece al igual de mis ganas de seguir. Algo me dice que esta historia puede convertirse en un mar de lágrimas. No quiero que me vean así por lo que decido sentarme en el pasto. El aire ya no se siente bien y menos con este vacío que tengo en el estómago. El hermoso campo verde ya no se me hace tan hermoso y siento que ya nada es igual...

―Aioria, ¿Te sientes bien?

Giro mi vista para ver al dueño de aquella voz y noto que Mu se sienta a mi lado. Mu, el ser que juega con nuestros destinos con el simple hecho de implantar su presencia... Mu... trato de sonreírle, como dije antes, no me cae mal, pero tengo el estómago lleno de dudas que no sé qué hacer...

―Estoy bien, Mu, ¿Tú cómo estás?

―Pues el aire de este lugar me gusta mucho, pero ―se interrumpe al ver mis ojos acuosos. ―parece que a ti no te va tan bien, ¿Quieres contarme lo que te sucede?

―No por ahora, Mu. Sólo... ―Siento que la vida se me va... creo que eso es lo que pasa conmigo... ―... Nada. No me ocurre nada...

―No me gustaría ver que mi compañero se deprima por no sacar lo que le aflige... ― ¿Por qué será que no quiero sacarlo? ¿Será porque él podría ser mi rival de amores? ¿Podría ser el rompecorazones más cruel de todos los tiempos por su ignorancia? No lo sé, pero de una cosa sí estoy seguro: no quiero odiarlo por eso. ¿Y por qué sigue sonriendo? ¿Se está burlando de mí como el destino? ¡Y no soporto esta situación! ¡Quiero que se vaya y me deje solo...!

―...Entonces levanta tu trasero de aquí y márchate de nuestras vidas... ― ¡Oh, no! Lo dije en voz alta. Mu parece desconcertado y se levanta del pasto para dejarme completamente solo. Yo trato de disculparme como sea.―Lo siento, Mu... no lo dije para ti...

―No te preocupes, Aioria. ―se voltea contestándome con una mirada de tristeza infinita. ―Sé que salió del fondo de tu alma y con gusto me iré, si mi presencia te molesta...

―No, Mu, espera, déjame explicarte... ―trato de decirle incorporándome, pero toma su mochila y le dice a Saga:

― ¿Ya terminaste de examinar a Milo?

―Sí, es todo. ―lo mira extrañado. ― ¿Sucede algo malo, Mu?

―No, no me pasa nada. ―esconde su mirada tras su flequillo dándole un aire de dolor. Soy un tonto. ―Continuemos nuestro camino, por favor...

―Claro, será como tú dices, pero, ¿En serio estás bien?

―Sí. ―se dirige a mí y me tiende la mano para decir: ―Fue un enorme placer conversar contigo, pero tengo que irme. No quiero importunarte más con mis palabras...

― ¡No! ¡Escúchame, Mu...! ¡Yo...! ―en serio que quiero disculparme con él y estrechar su mano, pero la quita y se dirige a dónde está Saga.

Death Mask mira toda la escena y nos observa desconcertado. Shaka me lanza una mirada de odio puro y Milo no puede creer lo que está pasando. ¡Ya sé que soy un idiota por decirle eso a Mu, pero...! Pero eso era lo que pensaba en ese momento. Tanto Shaka como Death se despiden de Milo y siguen el camino a paso presuroso sin voltear a verme más. Milo se levanta del pasto y me toma de los hombros, sorprendido:

― ¿Qué fue lo que le dijiste para que se pusiera así, Aioria?

―No lo sé... sólo se me salió lo que estaba pensando... ―comento cabizbajo, pero Milo furioso me sacude los hombros:

― ¡¿Y qué le dijiste?!

― ¿Por qué te pones así? ―me extraño de su actitud.

― ¡¿Cómo qué por qué?! ―Milo me suelta y se lleva una mano a la cara y la otra a la cintura, como si tratara de calmarse. Después de eso, habla pausado. ―Aioria, Mu es un buen amigo que sólo trata de ayudarte en tus serios problemas con Shaka. Me ha ayudado en mi relación con Camus y a Kanon le dio un buen consejo para que no se deprimiera más... Aioria... por eso te pregunto, ¿Qué le dijiste?

―Bueno... le dije que ya no lo necesitábamos y que se fuera de nuestras vidas... ―le contesto en un susurro. Milo se queda sin palabras, es como si le hubieran quitado el audio. Mueve la boca sin emitir ningún sonido y camina de un lado al otro. Ya desesperado, patea su mochila y se acerca a mí como toda la paciencia del mundo para tratar de estar sereno mientras me pregunta:

― ¿Y por qué estabas pensando eso, Aioria?

―Es que...

―Ya sé, no me digas. ―me interrumpe pateando de nuevo su mochila. ―Existe todo un motivo de esto: SHAKA... ¿No es cierto? SHAKA... ―hace pantomima en el aire con las manos como si la palabra que gesticula existiera ahí. ― ¿Qué acaso no sabes que Saga está enamorado de Mu y que éste le corresponde? Shaka no tiene posibilidades de ser la pareja de Mu y tú, amigo mío, acabas de arruinar tu futuro con tu rubio...

―Pero... ¿Por qué...? ―trato de preguntarle, pero Milo recoge su mochila y me dice exasperado poniéndosela:

― ¿Eres de lento aprendizaje o qué? Si te metes con Mu, Shaka ya no te va a hablar jamás en tu vida... y precisamente él lo presenció todo, TODO... así que ve ideando algo rápido si no quieres que tu amor platónico quede en ese estatus de por vida... ―se aleja un poco y voltea enojado. ―Y apúrate que tenemos que ganar...

Milo tiene razón, aunque me duela o no quiera verlo por mis propios ojos. Sé que lo eché a perder y quiero arreglar las cosas. Hay muchas cosas que no debí haber hecho, pero si puedo arreglarlo, no queda más que enfrentarlo como un verdadero hombre. No sé si Shaka está enojado conmigo, pero sólo espero que me perdone. Milo es muy duro, pero la mayoría de las veces me hace reaccionar. Admito que se le pasó un poquito la mano, mas no creo que dure mucho su enojo. Dejemos que el tiempo decida.

*+*Shion*+*

Todo ha ido de mal en peor. Dohko le pidió a mi secretaria que se le informara sobre el avance del concurso desde el apartamento donde se hospedan los muchachos. No tuve más opción que aprobar su petición. Debo ser una persona fuerte... Por él... Por Kiki y Mu... trato de convencerme que esto es sólo temporal, que no es tan doloroso como se ve, pero... Extraño su presencia tanto como el aire que antes respiraba cuando estaba Él...

Al día siguiente de nuestra decisión, Shiryu acordó visitar a su pequeño hermano, a Shun Rei –pues se quedaría conmigo. –a mí y que cuidaría bien de Dohko. Lo observé preocupado, pero no mencionó palabra alguna. Sonrió lastimoso y ayudó a su padre a cargar un poco de equipaje al auto. Kiki se extrañó del semblante de ambos y me preguntó: "―Otosan, ¿Qué está pasando? ¿Por qué Dohko se va?" Al mirarlo, se me partió el corazón. No deseaba verlo tan triste y angustiado, por lo que contesté: "―Lo siento, Kiki, es una decisión de los dos y es por nuestro bien, pequeño. No debes preocuparte." Y no sé de dónde saqué fuerzas, pero lo abracé y sólo besé su pequeña frente...

―Doctor... ¿Podría firmar estos oficios? Es para el inventario general de Rectoría...

― ¿Eh?

¡Oh, sí! Mi secretaria ha colocado unos papeles en el escritorio. Los observo y noto que esto es de Rectoría. Pero, ¿Qué no lo había mencionado antes? Supongo que estoy distraído. La chica asiente e insiste que debo firmarlos. ¡Cielos! ¿Dónde tengo la cabeza últimamente? Después de haber puesto mi garigoleada aprobación, Elisa me retira los documentos y los coloca en un fólder. Al dirigirse a la salida, me tomo de la sien y le pido con paciencia:

―Elisa, tráeme un té de Hierbabuena, por favor...

―Enseguida, doctor...

Cierra la puerta con cuidado sin dejar de mostrar preocupación en su rostro... como si algo hubiese cambiado en mi pequeño mundo... ¿Pero qué estoy diciendo? Yo le dije a Dohko que nos separáramos por el buen prestigio de la Universidad, ¡No puedo echarme para atrás! Además, debo ser fuerte y hacer todo lo posible por salir adelante, ¡Yo...!

Un par de toquidos en la puerta y parece que vuelvo en sí. No deseo dar lástima a mi secretaria por lo que empiezo a revisar el trabajo pendiente... Veamos, aquí tengo los cheques de la mecenas listos para cobrarse... Uhm, designaré a alguien que haga eso por mí... La cuota neta del presupuesto anual que nos brinda el gobierno griego, más los recibos de honorarios de los trabajadores... ¿Qué hace esto aquí? Debería estar destinado a recursos humanos y...

―Shion, ¿Es que acaso no planeas saludarme?

― ¿Eh?

Ésa no es la voz de Elisa, así que... Levanto confundido la cabeza, ¡Por Atenea! Mis pupilas se contraen de la impresión y las manos comienzan a sudar. Involuntariamente, me pongo de pie y me quito los anteojos de media luna... la mujer, de pálida tez, verdes ojos felinos y el cabello negro recogido está justamente parada frente al escritorio.

―Ma... Maki, es una sorpresa que vengas a visitarme... ―del estupor, trato de no atropellar mis palabras, mas el nerviosismo me lo impide. ―Dime, ¿Puedo hacer algo por ti?

―De hecho sí... ―tomamos asiento mientras coloca sus manos en el escritorio. Parece intrigada. ―He notado a Shiryu algo preocupado...

― ¿En serio? Pues yo lo veo bien. No me ha comentado nada al respecto del concurso, Maki...

―Yo no dije nada del concurso, donde seguramente Mu resultará vencedor, pero el asunto que tengo que tratar contigo es en base a la relación actual con Dohko...

―Lamento mucho haberlo preocupado. Sin embargo, era necesario separarnos. ―me acomodo en el sillón, mientras Maki eleva una ceja:

― ¿Y por qué fue tan necesario, Shion?

―Bueno, nuestra unión me restaba imparcialidad en el concurso y los demás rectores me recomendaron que solucionara ese percance...

―Ajá. ―su rostro se torna incrédulo y mira fijamente mis ojos. ―Pero estar con él no te impidió crecer en tu carrera, Shion...

―Pues a veces las cosas no resultan como las planeamos, querida. ―respondo un poco nervioso, ¿Por qué siento que Maki no acepta mis repuestas? Por fin, la ex esposa de Dohko cierra sus párpados y suspira resignada. Habla lento, como si me dictara una misteriosa profecía:

―Como tú sabes bien, nuestros padres nos comprometieron a casarnos cuando éramos más jóvenes y Dohko, en ningún momento, puso una negativa. Ambos encajamos a la perfección en todo lo que mandaba la sociedad y tuvimos que esperar lo suficiente para tener a Shiryu... pero cuando tú apareciste en su vida, Dohko pareció cobrar vida; sus ojos tenían ese brillo que yo nunca pude lograr... ¿Tienes idea de cómo me sentí en ese momento? Estaba derrotada antes de comenzar una batalla, porque tú ya la habías ganado desde antes...

―Entonces, fue ahí cuando lo dejaste ir, ¿No es cierto? ―tomo su delicada mano entre las mías e, inesperadamente, una lágrima sale de su rendija.

―Sí, Shion. Comprendí que lo más importante de mi vida era que él estuviera comprometido con alguien que escogiera...

―De verdad, siento tanto haberte hecho infeliz, Maki... ―le digo al acariciar su mejilla. Mas, para mi sorpresa, sonríe sin dejar de derramar más lágrimas:

―No, Shion. El dolor que sentí en ese momento no era comparado al de Dohko si yo no lo hubiera dejado en libertad.

―Si deseas que te brinde una disculpa, lo haré, pero no quiero que la madre de Shiryu me guarde rencor. ―niega con la cabeza sin dejar de sonreír. En serio me siento triste por ella y haré lo que sea para que no esté así. Sé lo que es perder a quién te ama. Mi hermosa Xiao no lo hubiese aceptado.

―Shion, te digo esto porque eres la estrella vital de Dohko. Lo conozco mejor que nadie y puedo decirte que aceptó su separación con madurez, ¿No es cierto? Dohko es de los hombres que se sacrifican para hacer felices a los que le rodean. ―apoya su otra mano en mi sien y me observa con ternura. ―Si luchaste contra una sociedad tradicional y machista como la nuestra, ¿Por qué no lo haces en otra más abierta?

―Maki, yo...

―Lo sé, Shion. El terreno de batalla es diferente. Eres el Rector de la Universidad y él tu subordinado. Entonces, ¿Por qué no lo conviertes en tu consejero personal? ―se levanta de la silla y retira las manos de mí para caminar a la salida. Se voltea antes de tomar el picaporte y me sonríe por última vez. ―Sólo piensa tres razones por las que no podrías vivir sin él y úsalas como tu escudo contra las malas opiniones entre ustedes... Analízalo y toma tu mejor decisión, Shion... lo dejo en tus manos...

Gira el picaporte y sale de la oficina. Me inclino hacia el escritorio y, con mis puños sosteniendo mi frente, evito el llanto doloroso de un recuerdo. Sé que le hice mucho daño a Maki separándola de Dohko, pero ella ya había tomado su decisión. A lo mejor hubiese hecho sentir mal a Xiao si todavía viviera, pero... pero las cosas resultaron diferentes, ¿Qué si amé a Xiao? Sí, lo hice, ¿Qué si me dolió cuando murió en el parto? Claro, soy un ser humano de carne y hueso, ¿Qué siempre quise un futuro mejor para mis hijos? Eso, ni dudarlo... entonces, ¿Por qué me siento miserable? ¿Por qué...?

―Doctor, aquí le traigo su té de Hierbabuena... ¿Doctor Shion?

Me incorporo rápidamente asustando a Elisa, quien se hace hacia atrás con el té. Trato de sonreírle, pero, al no contener las lágrimas, el gesto se desvanece. La cara de Elisa, quien intentaba alegrarme, cambia a desconcierto. Deposita mi té en la superficie plana y toma mi mano, como hace unos momentos Maki y me dice, compasiva:

―Será mejor que vaya a casa. Les informaré a los demás Rectores que se encuentra indispuesto y, si me autoriza, iré en su lugar.

Asiento en silencio mientras me levanto del sillón, agarro mi saco y me desanudo la corbata para beber el té a toda prisa. Elisa me observa como si fuese algún bicho extraño. En cierta forma, las palabras de Maki me hicieron reaccionar: "Sólo piensa tres razones por las que no podrías vivir sin él..." No puedo esperar más. Debo ir con Dohko y decirle que...

―Doctor, ya son las doce y cinco. Debe recoger a Kiki a la escuela. Acuérdese que su profesora desea verlo. ―me dice mi secretaria. ¡Es cierto! Kiki me dijo en la mañana que su maestra deseaba verme alguna vez que tuviera tiempo disponible... sé que comprende mi situación de ser la cabeza de la Universidad, pero aún así, el tiempo de mis hijos es primero. Inexplicablemente, adquiero una fuerza interior que me hace volver a una realidad no tan trágica. Como respuesta a su comentario, asiento y le sonrío:

―Claro, ¿Cómo pude olvidar una cosa tan importante? Elisa, quiero que les digas a los Rectores que las necesidades de mi familia son primero y que me ausentaré por un momento. ―tomo la otra mano libre de ella con ternura. ―Gracias por estar aquí...

―No se preocupe, Doctor. Es mi trabajo y un honor servirlo...

Suelto su mano para tomar mi saco y salir corriendo. Trataré de arreglar las cosas a como dé lugar y seremos una familia de nuevo. No puedo decepcionar a mi gente y, si algo me lo impide, lucharé como en la anterior Guerra Santa. Primero es mi familia y nada me puede hacer cambiar de opinión.


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