Capítulo XLVIII || Larga vida al rey
HANNES
Esa mañana los cielos se aclararon y se podía escuchar el repique de los escarpines hechos con láminas de acero y latón de las botas de los soldados Romalios al marchar por las calles de la ciudad hacia la Plaza Blanca. 8,000 de ellos, más otros 5,000 del traidor conde Thorbald Dressler. A la entrada del palacio estaban los caballeros de la orden de Aihri. Y el gran maestre en medio, listos para defender el palacio hasta el último aliento. Sobre un caballo estaba el padre Manetti el hombre religioso tenía una mirada de satisfacción en el rostro, a su lado estaba Callum. El muchacho tenía un semblante sobrio en el rostro.
Hannes entonces dio una respiración pausada y se dirigió a la ventana desde donde veía todos los acontecimientos. La joven reina miró hacia la silla de oro donde su padre una vez se sentó. Sobre la cabeza de ella yacía la corona y en sus manos tenía la espada de su padre. No tenía ninguna duda que después de hoy todo cambiaría. Tampoco de que Callum pudiese ser un mal rey. El muchacho había dejado a Hannes impresionada con su estrategia en el campo de batalla. Pero ahora ya no estaban en la batalla, ahora ellos dos tenían que volverse a ver nuevamente.
Elke interrumpió los pensamientos de Hannes cuando entró en la habitación del trono.
—La están esperando alteza. —Respondió Elke.
—Gracias Elke, voy enseguida. —Respondió Hannes. Y tomó la espada de su padre, luego la chica abandonó el salón del trono. Los guardias abrieron las puertas del palacio y Hannes salió. En la explanada estaban reunidos las tropas de Callum y el muchacho justamente en el centro a lomos de su caballo azabache. Hannes descendió la escalinata del pórtico y Callum y el padre Manetti avanzaron hacia el encuentro de Hannes. El Gran Maestre Engelbert, fungiría como testigo de lo que ocurriría.
—Se terminó princesa Hannes. —Dijo el padre Manetti. —Rinda la corona para su hermano Callum, él fue elegido por los cielos, elegido por Edum para ser el nuevo rey de Esterreich.
—Dudo que vuestro dios haya tenido algo que ver con la elección de Callum para conquistar el trono de nuestro padre. —Respondió Hannes. Luego la chica pasó a mirar a Callum. —Hermano ven, da un paso al frente.
Callum descendió de su montura, el padre Manetti hizo lo mismo. El padre le tomó del hombro a Callum.
—Cuidado alteza, puede ser una trampa. —Respondió el padre Manetti. Callum se liberó del agarre del religioso y caminó hacia Hannes.
—Toma. —Respondió Hannes y le dio la espada a Callum. Callum sostuvo la espada con sus manos y la recorrió con la mirada, cada moldura, cada dentada en la hoja. La espada del Rey de Esterreich.
—Después de todo este tiempo, después de todo lo que ha pasado entre tú y yo. ¿Deberás quieres ser rey, Callum? ¿De verdad quieres ser el rey de Esterreich?
—Yo...—Dijo Callum tímidamente.
—Pero por supuesto que sí. —Interrumpió el padre Manetti, Esto es lo que debe pasar, Callum es el último hijo varón del rey Reinhard, y usted es una mujer. Princesa Hannes, usted no es capaz de gobernar en nombre de nadie.
Hannes entonces hizo que Callum empuñara la espada y luego se arrodilló con las manos extendidas a ambos lados. la corona resplandecía en su cabeza.
—Esta es la única forma querido hermano. Si quieres la corona deberás tomarla de mi cuerpo muerto pues no te la cederé estando viva. —Respondió Hannes. La chica cerró los ojos y esperó... Callum alzó la espada Y se quedó inmóvil con la espada suspendida en el aire.
—Alteza que espera, hágalo. —Respondió el padre Manetti. —Por el bien del reino, en nombre de Edum debe hacerlo.
Callum observó a Hannes, toda su vida Hannes había sido su familia, era la única que en realidad lo había protegido, y lo había criado. Le había enseñado todo lo que sabía sobre el arte de gobernar. Hannes era la única pizca de bondad en el mundo de la nobleza. Callum entonces alzó con ira la espada y lanzó el tajo, pero fue incapaz de atacar a su hermana.
—No quiero. —Respondió Callum. —No quiero la corona si tengo que perderte en el proceso. —Respondió Callum. —Puedes quedarte con la corona hermana, tú eres la legitima reina de Esterreich. Hannes entonces abrió los ojos, se llenaron con lágrimas. La chica corrió y abrazó a su hermano.
—¡Blasfemia! —Exclamó el padre Manetti. —¡Esto es un ultraje! Y no se quedará así. Tan solo esperen a que el santo padre se entere que faltaron a su palabra, Romalia reducirá Esterreich a cenizas. —Gruñó el padre Manetti. Entonces Callum dejó a Hannes y caminó hacia el padre Manetti.
—Si quiere ver sangre yo le mostraré sangre. —Respondió Callum, el muchacho entonces le dio un tajo con la espada en la garganta al religioso, el padre Manetti cayó muerto. Todos quedaron en silencio. El Conde Thorbald tardó más que el resto de los hombres en darse cuenta que él sería el siguiente. Y cuando trató de huir dos de los hombres de Callum lo apresaron.
—¡Yo Callum Kohle! ¡Reconozco a Hannes Blauenblud como la legitima y la única reina de Esterreich, desde este momento hasta el final de sus días! —Exclamó Callum. Todos los hombres comenzaron a vitorear.
Hannes se acercó a Callum y besó su frente.
—Gracias hermano...—Dijo Hannes entre lágrimas. —Pero ahora Romalia vendrá y no podremos ganar la guerra contra ellos.
—No hermana, nuestro padre le prometió al Santo Padre un reino bajo la fe de Edum. Y pienso dárselo, por eso tienes que desterrarme Hannes, al sur, a Weinland. De esa manera, Romalia no podrá atacar Esterreich mientras yo esté allá. — Hannes entonces acarició la mejilla de su hermano.
—Callum...si hago eso, no podrás regresar, no podré volver a verte, vivirás el resto de tus días allá. Y si regresas serás ejecutado. Podrías pedirme morir en este momento y sería lo mismo. —Respondió Hannes.
—Te traicioné Hannes, no quiero ser un rey si tengo que acabar con la única persona que salvó mi vida. —Respondió Callum. —Por lo que el destierro suena bien, mucho tiempo para pensar en la traición que te hice. Y mucho tiempo para purgar mis culpas.
Hannes asintió con la cabeza y le dio a su hermano un último abrazo.
Poco tiempo después Hannes regresó al palacio, y pidió que nadie la molestara, la chica se encerró en su alcoba y comenzó a llorar, mientras la chica lloraba, su llanto comenzó a convertirse en risas. "No podía creer que el plan hubiese funcionado, un plan que había llevado tantos años en construir finalmente hubiese dado sus frutos." Hannes supo desde el momento que su hermano legitimo murió, que tendría que actuar, o de lo contrario el trono jamás sería suyo. Por lo que busco al bastardo de su padre y lo convirtió en un noble, luego alimentó los sueños y el amor de Callum por ella para que le fuese leal, sabía que los Romalios eventualmente tratarían de tomar el control de Esterreich, por eso convenció a Callum para que tomara el bautizo, para obligarlos a actuar. Luego tenía que encargarse de Ferdinand, su primo podría tratar de tomar el trono para él. Por lo que lo mandó a una batalla que él perdería. Y con su reputación dañada, nadie osaría sumarse a él en su búsqueda por usurpar el trono. Y finalmente Callum. Habiendo derrotado a todos en el campo de batalla y nadie que pudiera hacerle frente. La dulce e inesperada reina Hannes lo haría recapacitar demostrando el poder que ella tenía legitimando las razones de quedarse como la única e indiscutible reina de Esterreich.
Hannes se la pasó riendo por largo rato mientras su reflejo se distorsionaba en las joyas incrustadas en la corona de oro.
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