Vieja Guardia


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Hola a todos,

Les recomiendo que vean la película de "La Vieja Guardia" no es el tipo de películas que suelo ver, pero es buena, además en cuando escuche la frase con la que inicia este capitulo supe que necesitaba usarla en algún momento. Por lo tanto, reitero que la frase no me pertenece, la tomo prestaba para el argumento de este capitulo con unas pequeñas modificaciones, sin fines de lucro, por el placer de endulzar sus corazones como se endulzo el mío cuando la escuche.

Saludos,

Helena Grand

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"Eres un niño, un infante, tu burla es así de infantil. El no es mi novio. Este hombre significa mas para mi de lo que imaginas. Él es la luna cuando estoy perdido en la oscuridad, y el calor cuando tiemblo de frio. Y su beso todavía me emociona incluso después de un milenio. Su corazón se desborda con una bondad de la que este mundo no es digno. Amo a este hombre más allá de toda medida y razón. Él no es mi novio. Él es todo, y más."

(Declaración de Joe a Nicolo, película "La Vieja Guardia")

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Cuando Magnus ve salir a Draco y a Alec, se permite sonreír con alivio, pero esa calma no dura lo suficiente. Pronto se ven asaltados por un grupo de hombre vestidos de negros, con mascaras de plata. Los conoce bien a pesar de ser la segunda vez que les enfrenta.

Conoce la historia mágica para saber de antemano sus intenciones y a quien se han aliado. Con lo que no contaba el gran mago de Brooklyn es que pronto fueron superados en número. No saldrían tan fácil de esa, al menos no ilesos o incluso vivos.

-Es mejor que te marches Malfoy. Tenemos una oportunidad para cumplir nuestro objetivo.

La voz de Magnus es apenas un susurro. En un abrir y cerrar de ojos se ven rodeados.

-No voy a dejarlos. -Advierte con voz peligrosa, a pesar de ser casi un siseo el que sale entre sus dientes apretados.

-No tienes mas opciones Draco.

-Trataremos de cubrirte lo suficiente. -Esta vez es Alec quien le toca el hombro, haciendo que de un paso hacia atrás.

Draco quedo entre los dos hombres que le protegían de manera decidida. No tenia tiempo para replicar, saberlo no facilita las cosas.

Quisiera tener opciones, ser el quien se quede para cubrirles. Pero la llave está en su posesión y los brazaletes para escapar en su muñeca. Pudiera intentar romperlos y llevar a alguno de sus dos compañeros consigo, aun en contra de su voluntad, pero para eso tendría que decidir a quién salvar y está convencido que Magnus y Alec, prefieren morir juntos a ser separados.

Draco no tiene opciones, rompe el primer brazalete un segundo antes de ver como se lanzan contra ellos. La oscuridad lo absorbe con un fuerte tirón que siente hasta lo profundo de sus entrañas. Cae de rodillas en el piso, sin aliento, con un dolor punzante. Sintiéndose de nuevo el mismo cobarde del pasado, que estaba dispuesto a huir para sobrevivir.

Se traga las lágrimas, sabiendo que su deber aun no termina. Rompe el segundo brazalete y después el tercero.

Para cuando llega el claro escucha voces cercanas. Aún sigue aturdido, le tiembla el cuerpo, pero es el corazón el que mas se cimbra de un dolor tan físico que hubiera preferido entregar su vida con tal de traer de vuelta a sus compañeros.

Sin fuerzas intenta levantarse, sus piernas se doblan una y otra vez. Es entonces que la mira en el suelo lodoso hecha un ovillo. Con lagrimas surcando su rostro pálido, su cabello rojo es una maraña ingobernable sucio y despeinado. Parece no importarle nada, parece tan vencida como el mismo.

Se abraza a si misma, sin dejar de llorar, sin moverse.

Como puede se arrastra hasta ella, la adrenalina le hace moverse, alarmando busca alguna herida, inspecciona su cuerpo con detenimiento en busca de cualquier indicio que le haga saber que es lo que le ocurre. Su traje de cazador de sombra parece intacto, piensa que quizás el daño sea interno.

-¿Clary estas bien? -Pregunta con desesperación, palpando con cuidado su delgado cuerpo.

La joven no puede hablar, se limita a llorar. Estrechando con fuerza la llave que encontró contra su pecho.

-Por favor, contesta. -Suplica desesperado, a punto de perder el poco control que le queda.

-Yo... -Intenta decir, pero la voz se quiebra, un nuevo sollozo y el llanto se vuelve más profundo.

Es entonces que Draco entiende que no esta herida, al menos no físicamente. La luz se hace en su cabeza cuando por fin es capaz de darse cuenta de que Clary esta completamente sola. Weasley y Jordan no están a su lado.

Sus compañeros no volvieron con ella.

Entonces lo entiendo, todo esta claro como el agua.

La abraza incapaz de hacer otra cosa. No hay palabras que pueda decirle para consolarle. La desolación que siente en su corazón es la misma que experimenta la joven y no hay manera de suplir el tormento de la culpa.

Aun sabiendo que es su deber.

A pesar de saber que se entregaron a una causa por el bien mayor.

Aun conociendo desde el inicio que era mas que probable no sobrevivir.

Todos hicieron un juramento, todos entregarían algo o lo perderían todo.

Aun con ese conocimiento no hacia que doliera menos ver como alguien se sacrifica para dar una oportunidad de vida.

Draco quiere decirle que todo esta bien, pero no quiere mentirle. Aun cuando sea el rey de las mentiras, no es capaz de mirarle a la cara y soltar algo tan ruin como eso.

La abraza fuerte, sosteniéndola contra su pecho con una desesperación que se suma a la suya. El dolor los cobija sordo e infinito. Las lagrimas se mezclan en unos minutos que parecen eternos.

Ambos se mantienen unidos en ese sobrecogimiento de dolor y perdida.

Dos llaves han sido encontradas, pero el costo ha sido demasiado alto. Las llaves palpitan entre ellos como si tuvieran un corazón propio, irradiando un calor que no puede calentarlos.

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No sabe donde se encuentran, para cuando retiraron la venda que cubría sus ojos ya habían sido trasladados a algún lugar incierto. Posiblemente un sótano, la humedad y el aire enrarecido le hacían saber que estaban en los pisos inferiores.

Grueso grilletes restringían sus movimientos. No eran cadenas normales por supuesto, estaban sellados con magia para no ser abiertos. El dolor corporal era el menor de sus males, poco importaba la sangre que manaba de por un costado de su cabeza o el malestar punzante de su costado derecho donde fue apuñalado.

Toda su atención esta puesta en el cuerpo que yace a su lado inmóvil.

-Alec, despierta.

Intenta acercarse, pero sus restricciones se lo impiden. Furioso, tira de las cadenas sin importar lastimarse más.

-¿Estas bien? Alec, ¡Por favor abre los ojos!

La desesperación en su voz es evidente lo que hace que una carcajada resuene en el lugar.

Jonathan parece complacido con su preocupación. Sale de las sombras solo para burlarse.

Alec comienza a moverse lentamente, lo que alivia de inmediato a Magnus quien suelta un suspiro.

-¿Estas bien? -Pregunta de nuevo, esta vez mas suavemente. Ignorando por completo a su captor.

-Estoy bien. -Contesta con dificultad, incorporándose lentamente.

Tiene el rostro ensangrentado, el labio inferior abierto y un profundo corte sobre su ceja izquierda. Sus hermosas facciones comienzan a mostrarse como un lienzo con manchas moradas y rojas.

Escupe al piso saliva mezclada con sangre. Trata de incorporarse rápido cuando es consciente de que han sido secuestrados, mareándose en el proceso.

-¡Tranquilo! -Le pide su novio viendo la brusquedad en sus movimientos.

-Me decepcionas Magnus. -Soltó con desdén Jonathan. -Estas más preocupado por tu novio que por tu propio propósito.

Su joven captor suelta otra carcajada de burla, lo que lejos de molestar a Magnus parece divertirlo. Pues sonríe sin un humor claro, antes de fijar sus ojos con desdén en Jonathan.

-Eres un niño Jonathan, un infante, tu burla es así de infantil. Él no es mi novio. Este hombre significa más para mí de lo que imaginas. Él es la luna cuando estoy perdido en la oscuridad, y el calor cuando tiemblo de frio. Y su beso me emociona más que cualquier cosa incluso después de haber vivido milenios. Su corazón se desborda con una bondad de la que este mundo no es digno. Amo a este hombre más allá de toda medida y razón. Él no es mi novio. Él es todo, y más.

Su voz siempre fue firme, sus ojos pronto buscaron los de Alec, mientras hablaba con tal apasionamiento que hizo que su corazón latiera con fuerza y los bellos de su piel se erizaran.

-Magnus.

Alec Pronuncio su nombre con tanta dulzura en respuesta que hizo sonreír al mago, que inclino ligeramente la cabeza dándole a entender que comprendía que sus sentimientos eran correspondidos.

Entonces giro de nuevo para buscar los ojos negros que tanto odiaba solo para ser el quien se burlara esta vez.

-Pero tu que sabes de amor, si a ti nadie te a amado. Dudo mucho que un demonio como tu sea capaz de sentir algo tan puro o profundo como el amor.

La sonrisa se borro de los labios de Jonathan.

-Pronto, muy pronto acabare con ustedes. Pero a ti te dejare ver como torturo lentamente a Alec, antes de asesinarle. Al final suplicaras por una dulce muerte que no te concederé.

Girando con rabia de alejo.

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Cuando Hermione y Jace se aparecieron en el claro. Encontraron una desgarradora escena, Draco y Clary lloraban abrazados de rodillas en el sucios de barro, llenos de dolor.

Los ojos de Granger se anegaron de lagrimas de inmediato, llevo su mano derecha contra su boca para ahogar un grito. Sus piernas se doblaron. Jace se apresuro a atraparla antes de caer al piso.

-¿Qué pasa? -Pregunto sin comprender el rubio.

-¡No regresaron todos! -Hipo la respuesta dejando que las lagrimas fluyeran libres por sus mejillas. -Tenemos que ayudarlos a llegar a casa.

Incorporándose camino lento hasta acercarse a Malfoy.

-Lleva a Clary. -Le pidió suavemente.

-No. -Intento negarse Jace.

-Necesita ser atendida, apresúrate. Enseguida iremos tras ustedes. -Su voz estaba quebrada, pero a pesar de todo trataba de ser firme.

Se puso a la espalda de Malfoy, poniendo las manos sobre sus hombros le apretó ligeramente para instarlo a que soltara a Clary.

-Suéltala Draco.

Malfoy dejo caer los brazos sin fuerzas, obediente. Sin ser capaz de mirar a Hermione a los ojos. ¿Cómo iba explicar que dejo atrás a Magnus y Alec?

Clary tardo un poco mas en soltarse de Malfoy. Jace conteniendo sus emociones la había tomado por los brazos con cierta brusquedad para hacer que se pusiera de pie y sin delicadeza se la había echado al hombro como si no fuera mas que un saco de patatas.

La pelirroja no se quejó o renegó, por la brusquedad del trato. Estaba tan rota que ya nada importaba.

Jace vio una ultima vez a Hermione frotando la espalda de Malfoy intentando tranquilizarlo antes de girarse para llevar a Clary al refugio.

-Vamos a casa Malfoy. -Pide suavemente de rodillas a tu espalda no deja de frotar su piel como si quisiera calentarlo o consolarlo.

-No los traje de vuelta. -Admitió con vergüenza, sin atreverse a girarse para enfrentar lo que posiblemente será el rostro decepcionado de la castaña.

-No es tu culpa.

-Como sabes que no es mi culpa, pude quedarme.

-Pudiste hacerlo, pero hubieran fracasado ¿De qué hubiera servido los sacrificios de todos?

-Pude salvarlos. -insistió con nuevas lagrimas corriendo por su rostro.

En el fondo de sus recuerdos una voz retumba como un eco. "los Malfoy no lloran, Draco" "Los Malfoy están por encima de esas debilidades" es la voz de su padre la que escucha, la que hace que le ardan las lagrimas y le duela todavía más el corazón.

Ya no le importa llorar, que más da mostrarse débil. Su mezquindad es superior a dichas debilidades.

-Pude intentarlo. -Se dice a si mismo golpeando con el puño el suelo lodoso una y otra vez. -Yo pude...

Se estaba haciendo daño, sus nudillos se abrieron después de tercer golpe.

Fue entonces que el calor de un cuerpo se pego a su espalda y unos delgados brazos le envolvieron suave pero firmemente.

-Basta. -Le susurro al oído, humedeciéndole el rostro con sus propias lágrimas.

-No entiendes Granger. Ya tenía la llave en mi poder, estábamos a punto de regresar. En un maldito campo abierto fuimos rodeados como si aparecieran de la nada. Pude obligarlos para escapar juntos, pero se empeñaron en protegerme.

-Entiendo. -Le dice suave como si sus palabras fueran de melaza.

El abrazo desde la espalda era sumamente cálido y compasivo, aunque no dejaba de ser firme para impedir que se siguiera lastimando.

-Hicieron los mismo que harías tu estando en su lugar. Tu mismo lo dijiste, todos sabíamos en que nos estamos metiendo, todos estamos dispuestos a jugarnos la vida por tener una oportunidad para salvar al resto. Por favor, no te hagas esto. Nuestro trabajo aun no termina.

Le suplica suave, casi con cariño. Sus brazos le sostienen con una firma calma que aplaca en algo los demonios que en ese momento asechan a Malfoy.

Las lagrimas resbalan esta vez silenciosas por el rostro pálido y sucio del rubio. Se deja reconformar, sintiendo que su cuerpo es contenido de una manera primorosa que recompone en algo el dolor que lo esta consumiendo.

La culpa esta ahí, aun lamiendo sus heridas con una pasmosidad mortecina. Pero al menos puede volver a respirar sin el sentimiento de ahogo que le oprime el pecho.

-¡Vamos! -Le pide comenzando a soltarlo.

Draco quiere suplicar que no lo suelte, mas se contiene. Se pone de pie con dificultad, comenzando a andar como un autómata entre los árboles en dirección al cuartel.

Siente la presencia de Hermione tras de él, el sonido de sus pequeños pasos y los sollozos que se empeña en contener.

Es entonces que toma una decisión. Quizás sea un error, quizás no deba ceder a sus pensamientos y deseos. Tal vez ese no sea el mejor momento, pero acaba de confirmar que quizás el tiempo de todos será corto y no quiere dejar pasar un minuto mas sabiendo que una vez que se vaya, no abra marcha atrás.

Se gira, encontrándose con el rostro triste de Hermione. Sus preciosos ojos miel están enrojecidos y nublados por las lágrimas. Esta destrozada, pero sigue siendo tan noble que a pesar de todo le ha consolado a pesar de que esta tan rota.

Parece que no noto cuando detuvo sus pasos, por lo que pronto choca con el cuerpo de Draco. Levanta el rostro confundida, encontrándose con la intensa mirada gris de Malfoy.

-Por favor, perdóname. Lamento haber sigo un pequeño bastardo arrogante que te causo demasiado sufrimiento por mi ignorancia, por esos estúpidos principios de sangre pura que son una mierda. Siento mucho haberte causado daño en ese entonces y no haber sido lo suficientemente valiente para defenderte de mi tía cuando fuiste torturada.

Están cerca el uno del otro, sin tocarse, pero sintiendo todas esas emociones a flor de piel.

Hace mucho que Hermione le perdono, sin necesidad de una disculpa. Pero entiende que pedir perdón es parte de un proceso de curación, demasiado necesaria para dejar ir las cosas que nos hacen daño.

-Hace mucho que tienes mi perdón.

Una sonrisa triste tira de las comisuras de sus labios por la respuesta, dejando que un suspiro de alivio escape de su boca.

Draco cierra los ojos un instante dejando que se asiente en su interior ese terror que le atenaza la garganta. Cuando los abre de nuevo Hermione puede detectar una chispa especial en el gris de sus ojos y se sorprende cuando esta vez es el quien estira los brazos para encerrarla en un abrazo.

Es tan alto que su cabeza descansa en el pecho de Malfoy, cuando la estrecha contra su cuerpo. Puede escuchar los rítmicos latidos de su corazón contra su oído. Se queda quieta a pesar de la sorpresa tiene que admitir que es reconfortante.

No espera nada, por lo que sus palabras la sorprenden de nuevo.

-Te amo.

Escucha las dos simples palabras, su corazón salta y sus mejillas enrojecen. Intenta separarse para mirar su rostro, pero Draco no se lo permite, la mantiene entre sus brazos sin posibilidad de moverse.

-Te amo Granger, -Repite- Desde que era un estúpido adolescente demasiado aterrado para admitirlo. Nunca guarde una esperanza sabiendo cuanto debías odiarme. Pero ahora no tengo nada mas que perder y no quiero irme sin que lo sepas. No te pido nada, se que no lo merezco. Quizás estoy siendo demasiado egoísta, pero dadas las circunstancias esto es lo que hay y necesitaba decirlo por fin, -Suspiro largamente, soltándola lo suficiente para buscar su mirada.

Acuno su rostro entre sus manos, acariciando sus mejillas con los pulgares.

"Es preciosa" se dice internamente. Sin importar que su rostro este manchado por las lagrimas y la marejada de rizos ingobernables floten salvajes a su alrededor.

-Te amo como nunca he amado a nadie, has sido por muchos años la única razón por la que me obligo a levantarme todas las mañanas, mi cariño a nacido y crecido en el silencio, en la ausencia, a sabiendas que no debía ser de esta manera. Yo soy un monstruo, un repudiado, un maldito ex mortifago con demasiados pecados a cuestas y tú, tu eres un ángel.

Sostiene su rostro entre sus manos de manera delicada, se inclina hasta poner la frente contra la suya.

-Ya no me importa morir, no le temo a la muerte. Estoy en paz, tu eres todo, siempre a sido así. Lo siento si esto es una carga, si te hace sentir mejor olvídalo, no espero nada a cambio, solo necesitaba decirlo por una vez.

Despego la frente de la suya para admirar el brillo cristalizado de sus ojos cálidos. La admiro por largos segundos antes de inclinarse de nuevo.

Hermione estaba demasiado confundida, fue la inercia de su cercanía lo que le hizo cerrar los ojos. Con los parpados cerrados percibió el cálido aliento contra su piel un segundo antes de que sentir sus labios contra la piel de su mejilla, peligrosamente cerca de su boca.

Cuando abrió los ojos Draco ya no estaba.

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Hola de nuevo,

No suelo poner tantas notas en un capítulo, pero no podía dejar pasar la oportunidad de agradecer a todos ustedes por su apoyo. Esta semana llegue a los 2,400 seguidores lo que me hizo sumamente feliz.

Gracias por todo su apoyo, por los votos y comentarios, por recomendar mis fics y seguirme.

Les mando un gran abrazo a la distancia, esperando de todo corazón se encuentren bien y pidiendo humildemente seguir contando con ustedes como hasta ahora.

Besos,

Helena Grand

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