Vida y Amor

Recibía a la muerte con los brazos abiertos, estaba tranquilo y decidido, enfrentándose a la batalla ultima de cualquier cazador de sombras, con la dignidad de la determinación y la entrega absoluta. Quizás lo único que pudiera pesarle era no tener la oportunidad de ver de nuevo a Alec e Isabelle.

Sabía lo mucho que les afectaría su muerte. Incluso podía imaginarlos alrededor de su cuerpo inerte llevando el luto en su ropa de un blanco impoluto como acostumbraban los cazadores de sombras. Le bastaba recordar la muerte del pequeño Max para recrear sus propios servicios funerarios.

Todo parecía moverse con lentitud a su alrededor como si el tiempo se hubiera detenido y pasara ahora en cámara lenta. Notaba el olor salino de las olas, el agua pulverizada salpicaba su rostro cuando chocaba contra las rocas de la orilla, podía incluso ver el azul radiante del cielo despejado mientras se precipitaba hacia la muerte. No cerró los ojos en ningún momento, deseaba disfrutar ese último instante.

Los segundos se alargaron de manera indefinida y aun cuando estaba resignado a su muerte podía darse cuenta de que su caída se había detenido a pesar de que seguía suspendido en el aire. Quedo a poca distancia de las rocas, incluso una ola lo empapo de pies a cabeza haciendo que tragara un poco de agua haciéndolo toser.

Su cuerpo suspendido en el aire comenzó a elevarse poco a poco hasta que estuvo por encima de la orilla de risco, fue en ese momento que tuvo a la vista a la persona que lo había salvado de una muerte segura.

El viento azotaba su cara y despeinaba su indomable cabello, se veía tan pequeña con el traje negro de combate y al mismo tiempo tan temeraria con aquel pedazo de madera sujeto con fuerza en su mano, que resultaba una imagen contradictoria en muchos sentidos.

Era una mirada salvaje en su rostro de finas facciones, lo que más le desconcertaba era como ver la mirada predatoria en los ojos de una presa. Resultaba discordante notarla tan joven, tan pequeña y a la vez tan crecida en su propia determinación que le parecía admirable.

Sus ojos brillaban mientras se fijaban en él. Debía estar mucho peor de lo que se imaginaba por la manera en la que lo miraba. Lo cierto era que le dolía horrores el hombro, le escocia la herida como si le hubieran vertido acido en ella, lo que era más que lógico considerando que el demonio que lo ataco debía haber inyectado su veneno.

Lo bajo con delicadeza sobre el piso y de inmediato la vio inclinarse a un lado de su cuerpo evaluando su herida, mientras lo hacía, mordía su labio inferior de manera compulsiva tan fuerte que parecía que pronto brotaría sangre de este.

La voz de Granger llegaba a sus oídos como un eco que se confundía con el fuerte zumbido que perforaba sus oídos. Movía sus manos con rapidez, rasgando su ropa para descubrir por completo la amplia herida.

-Si querías verme desnudo solo lo hubieras pedido. - Susurro Jace y aquella frase le resulto tan familiar como si ya la hubiera dicho mucho antes de pronunciarla aunque no estaba seguro porque se sentía de esa manera.

Hermione rodo los ojos, sus manos ya estaban manchadas de sangre, solo había logrado estabilizarlo y parar la hemorragia para poderse trasladar a un lugar más seguro. Malfoy estaba a solo unos pasos de la castaña pasándole lo que ella le requería para curar las profundas heridas del cazador de sombras.

-Ya no puedo hacer más por Jace aquí, será mejor irnos. -Aviso.

Juntos los tres se trasladaron cuando Granger rompió el segundo brazalete. No perdió tiempo y rompió el ultima apareciendo en las inmediaciones del bosque cercano al cuartel.

Llegaron a duras penas al patio trasero Draco estaba débil por la pérdida de sangre y a punto de desplomarse. Jace no estaba mucho mejor, en esos momentos el veneno estaba invadiendo cada vez más su sistema.

-¡Ayuda! -Grito lo más fuerte que pudo la chica intentando mantenerse en pie pues sostenía casi todo el peso del cazador de sombra pues Malfoy en esos momentos a penas y podía mantenerse en pie.

Pronto salieron de la casa con varita en mano Harry y Pansy seguidos por Simón pocos pasos más atrás.

-¿Quién era Canuto? -Pregunto el pelinegro con desconfianza apuntando con su varita a los recién llegados.

-Tu padrino. -Respondió casi sin aliento.

Al instante Harry bajo su varita y le ayudo a estabilizar a Malfoy, mientras Simón ayudaba con Jace.

Dentro Blaise curaba la ceja herida de Pansy después de haber conjurado un hechizo de "Enérvate" para despertarla y verificar que estuviera bien. Isabella se encontraba haciéndose cargo de Ginny, la había vestido aunque no quiso despertara para que terminara de reponerse.

-¡Súbanlos! -Ordeno, mientras corría a uno de los estantes de la cocina para sacar algunas cosas que necesitaría para curarles. -Simon necesito un par de las botellas especiales de sangre que te di.

El vampiro se apresuró a obedecer. Recostaron a ambos chicos en la primera habitación a un lado de donde descansaban Pansy y Ginny.

-Toma esto. -Indico ayudando a Draco a enderezarse un poco para que bebiera el contenido de dos de las botellas que le había llevado Simon. -Esto te ayudara a reponer la sangre que perdiste.

A esas alturas Draco ya le había dicho que había tenido que dar buena parte de su sangre para obtener la llave. Hermione se había horrorizado cuando supo del precio que habían tenido que pagar sus compañeros de equipo, se sentía sumamente culpable por no haberlos ayudado, pero no había contado en que sería retenida como prenda por los ángeles guardianes de aquel portal.

-Descansa, necesitas dormir un poco para recuperarte.

-Estoy bien. -Dijo intentando levantarse.

Hermione coloco su mano en el pecho empujándolo ligeramente para que volviera a recostarse. -He dicho que descanses. Es una orden.

Después de asegurarse de que estaba bien, se enfocó completamente en Jace que estaba al otro lado del biombo.

Había encargado a Simon y a Harry que le ayudaran a desnudar y a limpiar a Jace en lo que se ocupaba de Malfoy así que cuando corrió el biombo que separaba ambas camas se encontró con un joven sumamente pálido con decenas de marcas en la piel. Tuvo que contener un grito y recordarse que a pesar de lo joven que pareciera el era un guerrero y esas marcas las lucia con orgullo.

-Sé que mi belleza es impresionante, pero deberías de tratar de disimular un poco, ya sabes. -Las mejillas de la chica se sonrojaron ante el comentario fuera de lugar de su paciente.

-He visto mejores. -Aseguro rodando los ojos.

-Lo dudo mucho.

-Mejor cállate guarda tus fuerzas para decir algo que no sean tonterías.

-Como usted diga. -Soltó con sarcasmo haciendo señas de que sellaba sus labios.

-Eso está mucho mejor. -Admitió aun con un tono carmesí en sus mejillas.

Sentía los ojos dorados de Jace seguir sus movimientos, trataba de ignorar el nerviosismo que le causaba tener que tocar su piel y ver su torso desnudo. Era difícil concentrarse y no entendía por que la miraba de esa manera, con tanta intensidad. Sabía que debía dolerle mucho la herida en su brazo cuando la limpiaba con un ungüento especial por el veneno, pero parecía que no sentía nada pues su rostro permanecía en calma.

-He sacado todo el veneno de tu sistema, pero seguramente tendrás fiebre, aun estas muy delicado, he cerrado tus heridas pero tendré que esperar a que alguno de sus compañeros cazadores te pongan runas curativas y sea más rápida tu recuperación. Así que mientras tanto debes descasar. -Le dio a beber algunas pociones e intento levantarse para dejarlo dormir, pero la mano de Jace le impidió retirarse.

-¡Quédate! -Le dijo sosteniéndola con firmeza por la muñeca, sus ojos dorados la miraban con un brillo especial que hizo que Hermione se estremeciera.

-No creo que sea conveniente.

-No me importa que creas, quédate. -Soltó demandante con una sonrisa petulante en sus labios. -Además tú ya me has visto desnudo, lo justo sería que yo te viera a ti.

-¿Qué? -Exclamo escandalizada con las mejillas rojas de nuevo.

Movió una de sus manos restándole importancia. -Acabas de salvar mi vida, lo menos que puedo hacer por ti, es hacerte pasar un buen momento.

-Creo que la lesión que sufriste te afecto el cerebro.

-Mi cerebro esta perfectamente.

-Dudo mucho que así sea. -Frunció el ceño y se soltó bruscamente de su agarre. -No creo que a Clary le cause alguna gracia tus estúpidas bromas a mis costillas.

-¿Clary? -Pregunto confundido sin comprender a que se refería.

-Tu novia no estará complacida de tus insinuaciones.

Jace sonrió. -Creo que a quien le hace falta descansar es a ti. Yo no tengo novia. Ni siquiera sé quién es Clary.

Hermione tuvo que sentarse en la orilla de la cama cuando comprendió todo. Draco había ofrecido su sangre y Jace su corazón.

El amor del cazador de sombras era Clary, por tanto era dueña de su corazón, pero ese había sido el precio exigido para obtener la llave, por ese motivo ella había sido borrada de sus recuerdos junto con el amor que los había unido.

-¿Estas bien? -Pregunto al verla palidecer.

-Sí, solo que tengo que salir un momento.

Temblando salió de la habitación, afuera las esperaban, les había pedido a los chicos que la esperaran afuera no los quería tener a su alrededor poniéndola más nerviosa con sus preguntas. Cuando la vieron salir se notaba pálida, de inmediato se dieron cuenta que algo no estaba bien.

-¿Qué pasa? -Se acercó Harry pasándole un brazo sobre sus hombros como si temiera que de un momento a otro fuera a desmayarse y no era para menos.

-¿Esta bien Draco? -Era visible la angustia en la voz temblorosa de Pansy que tenía una pequeña marca sobre su ceja izquierda donde antes había tenido su herida, Blaise estaba a su lado sosteniéndola.

-¿Jace...? -Esta vez era Simón quien intentaba averiguar algo sobre su estado, el muchacho no era su persona favorita pero le debía mucho, además claro de que su mejor amiga estaba enamorada de ese arrogante cazador de sombras.

-Ambos están estables. Draco solo necesita descansar, en cuanto a Jace logre cerrar la herida y limpie su sangre del veneno del demonio que nos atacó.

-¿Entonces qué ocurre? ¿Qué va mal? -Pregunto Harry sin soltarla.

-Vamos abajo necesitamos hablar y no quisiera que me escuchen. -Dijo señalando hacia la puerta cerrada.

La castaña vio salir a Isabelle de la habitación donde descansaba Ginny, según le habían informado y le pidió que pasara con Jace a ponerle runas curativas sobre su hombro, pero que por ningún motivo mencionara a Clary, ya le explicaría después sus razones.

Escucho su alegre voz al saludar a Jace y sintió un nudo en la garganta pero siguió adelante tratando de apartar la pena que le embargaba al saber que se empezaban a pagar los altos costos de esa búsqueda.

Después de algunos minutos la mayoría de sus compañeros habían regresado, a esas alturas los únicos que faltaban por regresar era el equipo de Clary. Todos parecían ansiosos pero al menos no tenían heridas graves visibles.

Hermione camino un par de paso y sobre la mesa en torno a la que se reunían coloco la llave que habían obtenido Draco y Jace. Theodore, Magnus, Harry y Blaise hicieron lo mismo dejando al centro las piezas que habían conseguido. Sobre la superficie de madera brillaron al estar juntas por unos segundos antes de volver a la apagarse y separarse en dos partes, luz y oscuridad.

En ese momento entraron Clary, Jordan y Ron un tanto maltrechos y mojados pero completos. Viendo que habían reunido las piezas la pelirroja coloco también la que habían obtenido ellos también.

La joven cazadora de sombras paso la vista por los reunidos en la sala y se alarmo al no ver por ningún lado a su novio. -¿Dónde está Jace?

-Arriba descansando lo hirieron pero ya está fuera de peligro. -Aclaro Simón acercándose a ella. -Draco y Ginny también están recuperándose.

La cazadora de sombras inclino la cabeza en una señal de aceptación, pensando que en cuanto terminara la reunión iría a ver con sus propios ojos que estuviera bien, desde hacía unas horas atrás un mal presentimiento la había hecho temblar de repente como si algo muy malo estuviera ocurriendo. Se sentía intranquila y sabía que no se calmaría hasta no estar a su lado.

Uno a uno resumió los hechos. Neville había sido el único que hasta el momento había guardado para si la información sobre la promesa que tuvo que hacer de entregar su vida cuando todo terminara.

Cuando todos terminaron sus relatos solo Hermione faltaba en mucho debido a que sus dos compañeros no se encontraban presentes. Así que no tuvo más remedio que ser ella quien le diera a Clary las malas noticias.

-Ángeles de oro resguardaban la puerta que conducía al altar donde se encontraba la llave y me tomaron como garantía de que Malfoy y Jace completaran su misión, yo no pude acompañarles ni siquiera estuve consiente cuando esto ocurrió, me sumieron en un sueño profundo. Fue Malfoy quien me conto que les pidieron un pago. -Su voz tembló llegando a ese punto.

-¿Qué les pidió? -Exigió Clary tensa.

-Que tendrían que ofrecer sangre y corazón.

-¿Qué? -Pregunto Isabelle con incredulidad. -¿A qué te refieres con eso?

-Tenían que colocar sus manos sobre círculos que tomarían de ellos esa compensación; de Draco tomaron la sangre, dice que cuando coloco la mano sobre el gravado de piedra algo le hirió la palma y tomo parte de su sangre, por eso está débil estuvo a punto de morir desangrado.

-¿Y Jace? -Clary se había levantado y sujetaba por los brazos a Hermione para que le diera la respuesta apretándola con demasiada fuerza.

-El entrego su corazón.

-¿Qué significa eso? -Grito Alec impaciente

-La sangre representa vida y el corazón amor. Jace entrego su más grande amor. -Trato de explicar.

-Granger estás diciendo que Jace entrego el amor que siente por Clary. -Pregunto Magnus tratando de darle sentido a sus palabras.

-Jace ya no recuerda a Clary. Al entregar su corazón entrego el amor que sentía por ella, es como si se hubiera esfumado de su vida todo lo que han vivido juntos.

-¡No es cierto! ¡Mientes! -Le grito a la cara sacudiéndola con fuerza. -¡Jace no me olvidaría! El nunca olvidaría todo lo que vivimos, no olvidaría que me ama tanto como lo amo yo. -Los ojos de Clary estaban nublados por las lágrimas.

-¡Cálmate Clary! La estas lastimando. -Le dijo Simón tomándola con cuidado por los hombros para alejarla de la castaña que no parecía dispuesta a defenderse.

Magnus se dejó caer en la silla abatido, quizás era el único aparte de Hermione que comprendía la dimensión de ese pago y lo que eso implicaba.

Clarissa se dejó abrazar por su amigo Simón.

-¡Lo siento! -Fue lo único capaz de decir Hermione antes de que la joven girara y la abofeteara.

-Esto es tu culpa los dejaste solos. Es tu maldita culpa bruja. -Le grito con rabia lanzándosele de nuevo para lastimarla, pero no logro hacerlo porque alguien la había detenido tomando con fuerza sus muñecas.

-¡No la toques! -Sentencio una dura voz. -Ella salvo mi vida.

Jace sostenía firmemente a Clary para que no lastimara a Hermione.

-¡Jace! -Exclamo con voz entrecortada, libero sus muñecas de un tirón solo para abrazarse al cuerpo del joven rubio.

Todos habían enmudecido, presenciando en silencio la escena de cómo Clary se abrazaba con fuerza a su novio con lágrimas en los ojos y al mismo tiempo sintieron una pesadez en la boca del estómago cuando vieron como la apartaba suave pero firme para que lo soltara como si le molestara que lo tocara de esa manera.

-No vuelvas a tocarla. -Volvía a advertirle y de manera protectora se interpuso entre Hermione y ella. -No sé quién eres y no me importa pero no te voy a permitir que la lastimes de ningún modo.

Congelada la pelirroja no supo que decir, su cuerpo temblaba como si tuviera frio y las lágrimas no paraban de escurrir por sus mejillas. Era desgarrador ver la manera en que la había olvidado, como si todos esos años que habían sido novios, en los que habían luchado juntos se hubieran convertido en nada.

Su más grande temor siempre había sido perderlo, esa había sido la razón por la que había pedido al ángel que lo reviviera cuando Valentín lo asesino, pudo haber pedido cualquier otra cosa en el mundo pero lo único que en verdad quería era a él y ahora, ahora ni siquiera la recordaba.

-Eres un desgraciado. -Soltó Simon con furia.

Magnus se apresuró a intervenir antes de que se complicaran más aun las cosas.

-No es su culpa, Simon. Es mejor que te lleves a Clary a descansar necesita calmarse, después hablaremos de este asunto.

Hermione también lloraba en silencio, sintiendo el dolor de la culpa atravesándola. Las palabras duras de Clary la habían afectado demasiado. En silencio abandono la sala necesitaba estar unos momentos a solas.

En la mesa estaban las primeras 6 piezas, pero era un triunfo con sabor amargo, sus vidas jamás volverían a ser las misma, eso sin contar que se entregaría la vida de Neville al final.

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