Hogwarts

Los sueños de Clary no eran tranquilos, se agitaba en la cama azotada por fuertes convulsiones y espasmos. Cada musculo de su cuerpo estaba tenso como una tabla y apretaba con tal fuerza sus dientes que estos rechinaban haciendo un ruido desquiciante.

La oscuridad la engullía con una ferocidad infernal. Sofocada se encogía dentro de aquel lugar infinito incapaz de hacer nada y la sensación de estar cayendo se hacia cada vez mas fuerte. No podía ver nada, ni detener su inminente caída, solo se abrazaba a si misma hecha un ovillo intentando contener las nauseas y ese dolor cada vez mas fuerte en la cabeza que le hacia sentir que de un momento a otro le estallaría.

Algo escurrió por su frente. A ciegas tanteo con su mano izquierda sintiendo la viscosidad de algo espeso y caliente corriendo de su frente y resbalando hasta su barbilla. Pronto se dio cuenta por el penetrante olor que era sangre, su sangre.

El pánico se apodero de ella por un segundo, por inercia intento limpiarse el rostro con el dorso de su mano, aunque en esa oscuridad no era capaz de ver que era una labor perdida. Lo que si noto al moverse mas e intentar utilizar la mano derecha es que mantenía sujeta con fuerza el mango de lo que debía ser una espada.

Un sonoro crujir le lastimo los oídos, tuvo que cerrar los ojos deseando que el dolor atroz que la invadía cesara. Cuando abrió de nuevo los parpados, la oscuridad había sido sustituida por un resplandor tan intenso que por unos minutos la dejo completamente ciega.

Lentamente su visión se fue aclarando, no así el zumbido que persistía en sus oídos que le impedía escuchar lo que ocurría a su alrededor. Solo podía ver rayos de luz de colores volar y explotar los lugares donde chocaban, nubes de polvo se alzaban nublando de nuevo su vista de manera repentina.

Fue consciente hasta ese momento que estaba recostada boca abajo sobre un montón de escombros, con una herida en la cabeza de la que seguía fluyendo sangre, no sabia que tan grave era y por el momento ese era el menor de sus problemas, pues estaba tan aturdida y adolorida que no podía moverse.

Pedazos de madera salían volando, eran fragmentos de las sillas y mesas que estaban destruyendo. Alcanzaba a ver un enorme mesa volcada a pocos metros de ella, tras la cual podía ver a la perfección a dos hombres atrincherados tras de ellas, vestidos de negro con mascaras plateadas que cubrían en su totalidad sus rostro.

Gotas de sangre se quedaron enganchadas a sus pestañas y pronto tintaron todo de rojo. Aun con el ardor en sus ojos se negó a cerrarlos por miedo de perderse de nuevo en la oscuridad. De repente un plop y los zumbidos en sus oídos desaparecieron, aunque fue sustituido pronto por los aterradores gritos de niños, llantos y explosiones.

Con un gran esfuerzo logro girar el cuerpo para quedar boca arriba. Parecía estar en una antigua construcción, las paredes eran de piedra, pero parecía algo extraño que en lugar de encontrarse con un techo abovedado de piedra al igual que las paredes, se podía ver el azul del cielo raso sobre ella.

-¡Imperius! –Escucho a alguien decir, en un tono de voz metálico.

Entonces se vio a si misma moverse de manera mecánica, como si alguien mas fuera dueño de su cuerpo y le pidiera que se levantara. El dolor en su cabeza era más persistente y profundo, estaba al borde del desmayo.

La oscuridad amenazaba con tragársela de nuevo. Su cuerpo con voluntad propia sujetaba la espada con su mano diestra, poniéndola en alto llamas azules parecieron danzas sobre la afilada hoja.

Fue entonces que lo vio frente a ella, a pesar del rojo de la sangre que invadía su vista pudo reconocerlo al instante, Jonathan estaba frente a ella con sus cabellos rubios platinados y esos ojos negros tan oscuros y vacios como su alma.

-¡Mátalo! –Escucho de nuevo esa voz metálica, como si saliera desde su cabeza. -¡Mátalo antes de que el te mate a ti! –Le ordenaron en un grito.

Jonathan era la persona que mas odiaba en el mundo, pero algo en el fondo de su corazón se resistía a cumplir con aquella orden.

-Mátame. –Volvió escuchar, pero esta vez era la voz fría de su hermano quien le pedía que terminada con su vida.

Aun sin desearlo bajo lentamente la espada y la enterró en el cuerpo de Jonathan hasta atravesar su corazón.

-Gracias. –Le escucho susurrar al tiempo que sus eternos ojos negros se volvieron verdes como si alguien hubiera extraído de ellos toda la tinta oscura y exhalaba su último aliento.

Se abrazo a ella antes de caer sin vida al piso. Cuando Clary se atrevió de nuevo a fijar sus ojos en aquel rostro que alguna vez había odiado, se lleno de terror al descubrir que ya no era Jonathan sino Jace, quien yacía sin vida a sus pies.

-¡Jace! –Grito con todas sus fuerzas.

Con ese último grito despertó, pero ya no estaba sola en la habitación del cuartel. Hermione la observaba pálida sentada en la orilla de la cama.

-Clary se que ahora me odias, pero lo que tengo que decirte es importante. –Dijo con voz temblorosa.

-¿Qué quieres?

-Tus sueños.

-¿Mis sueños? ¿De que hablas?

-Permíteme ver tus sueños. –Le pidió acercándose más a ella con cautela.

-¿Por qué lo haría? –Pregunto desafiante.

-Es importante Clary, creo que tienes dones de adivinación y por lo que escuche que hablabas entre sueños puede ser que vieras algo de nuestro futuro.

-Si ese es nuestro futuro es mejor darnos por vencidos. –Dijo con amargura.

Sus ojos aun estaban húmedos por las lágrimas y el dolor punzante de ver a Jace muerto por su propia mano aun permanecía en su corazón.

*o*O*o*

El nombre de Jonathan Christopher Morgenstern le traía demasiados malos recuerdos, además de un amargo sabor a bilis en la boca. Por eso había decidido que le llamaran por aquel nombre que había usurpado para entrar a la ciudad de los cazadores de sombras Alacante. Había dejado de ser Jonathan el hijo de Valentine para hacerse llamar solo Sebastián Morgentern.

No quería seguir llevando acuestas un nombre que pare el ya no significaba absolutamente nada. Hace mucho tiempo había aspirado a muchas cosas, cegado por el consejo de su padre y por la ambición que este alimento en su oscuro corazón, ahora no pretendía nada que no fuera vengarse y acabar con ese mundo que tanto odiaba. Hace mucho hubiera tenido piedad con Clary y Jace, pero ahora no sentía mas que aversión por lo que el consideraba sus traiciones. Ahora todos sentirían su furia implacable.

Dentro de su castillo inter dimensional estaba colérico por los recientes eventos. Aun a pesar de las advertencias de la bruja británica no esperaba que ese grupo de magos y sus antiguos enemigos fueran capaces de hacerse con todos los fragmentos de las llaves.

Ahora tenia que encontrar la manera de apoderarse del resto de las piezas, a la vez que robaba los que ya se encontraban en su poder.

Erick quien fuera el líder de los magos pago con su vida haber subestimado a los antiguos héroes del mundo mágico y los que antes consideraban eran sus enemigos naturales. Ahora su ejército de magos era comandado por una mujer con la suficiente inteligencia y sangre fría como para ayudarle a conseguirle la victoria.

Además contaba con un as bajo la manga, por eso a pesar de su frustración por ser sorprendido, sabia que podía cambiar las cosas lo suficiente para ponerlas a su favor. En ese momento como para confirmar sus planes se hizo presente la Reina de las hadas Seelie.

*o*O*o*

Lo primero que hizo Hermione al despertar después de su agitado sueño fue ir a buscar a Clary a su habitación, necesitaba hablar con ella para aclarar algunas cosas antes de emprender el segundo viaje, sabiendo las altas posibilidades que existía de que no tuviera retorno para alguna de las dos.

Aun la agobiada esa sensación de que algo importante se le había olvidado, pero trato de ignorarlo apenas cruzo la puerta para concentrarse en los motivos que la llevaron a enfrentar a la cazadora de sombras.

En cuanto entro se dio cuenta de que Clary dormía profundamente, mas cuando se disponía a salir de nuevo para dejarla descansar fue cuando las pesadillas de la pelirroja comenzaron y eso logro llamar su atención lo suficiente como para quedarse.

La observo en silencio, su primer impulso había sido despertarla para que despertara de lo que debía ser una terrible pesadilla por la manera en la que se agitaba en la cama, sin embargo, comenzó a hablar entre sueños.

-Oscuridad engullendo la luz. –Murmuro con los dientes apretados.

Quizás mucho de lo que decía Clary parecía no tener sentido, pero a Hermione le parecía muy similar a algunos fragmentos que se decían en la profecía y no creía que fuera coincidencia.

"la espada tendrá que atravesar su corazón para liberar al hombre del demonio"

Las palabras que repetía una y otra vez Clary era oscuridad sobre la luz, espada y corazón, mencionaba también amores y odio que se pierden.

Hermione dejo que despertara por ella misma, con el nombre de Jace gritado a todo pulmón antes de abrir los ojos. Por esa razón esperaba que le permitiera ver los recuerdos de esas pesadillas, pensando que tal vez tenia algún don de adivinación o sueños premonitorios.

Al principio se resistió, pero conforme la castaña le explico lo que podía significar se quedo sin argumentos. Incluso se mostro preocupada de que sus suposiciones fueran acertadas y que terminara siendo ella misma quien matara a Jace, presa de algún conjuro o maldición.

Cuando Granger extrajo el recuerdo de ese sueño de los pensamientos de Clary, se apresuro a llamar a Magnus y a Malfoy para que vieran en el salón de juntas lo que extrajo en un pequeño panadero de piedra.

La castaña persuadió a Clary para guardar el secreto por el momento ellas dos, además de Magnus y Draco debían saber sobre sus conjeturas hasta confirmar si eran ciertas o solo se trataba de una coincidencia.

Con la punta de su varita tomo del frasco lo que parecía ser un hilo plateado que coloco sobre la superficie del pensadero. De manera inmediata pudieron ver con sus propios ojos la pesadilla de Clary, todos se quedaron mudos. La tención en el cuerpo de la cazadora de sombra se hizo evidente y no hizo mas que acrecentarse conforme volvía a ver con terror como atravesaba el corazón de Jonathan, como sus ojos cambiaban y al caer al piso sin saber como o por que terminaba siendo Jace.

Cuando todo termino Draco y Hermione se miraron a los ojos, con el miedo bailando en sus pupilas.

-¡Atacaran Hogwarts! –Dijeron a la vez con tal seguridad que les causo un escalofrió.

El lugar donde se encontraba Clary en su pesadilla era el gran comedor del colegio de magia y hechicería.


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