Agua
Clary, Ron y Jordan
"Agujero Eagle Nest" – Weeki Wachee,Florida.
El agujero Eagle Next, también conocido como el hundimiento Nido de Águila o el "Pozo Perdido" esta cerca de San Petersburdo, Florida, ha sido llamado el Monte Everest del buceo. Desde el nivel del suelo, parece ser nada mas que un estanque, pero los ejes estrechos de la parte inferior del estanque llevan a un sistema de cuevas bajo el agua mucho mas grande, con mas de 2 kilómetros de pasajes cartográficos, habitaciones más grandes que un campo de futbol y ejes no mas anchos que una puerta. El punto mas profundo de la cueva es 94 metros debajo de la superficie.
La comparación con el Monte Everest es debido a su lejanía, dificultad y belleza espectacular. Es también un lugar de buceo increíblemente peligroso. Solo los buzos certificados y más experimentados se atreven a explorarlo. En 1999, el nido del Águila fue cerrado debido a las numerosas muertes, pero se reabrió en el 2003.
Este fue el destino asignado en su primera tarea a Clary, Jordan y Ron.
Acceder a aquel lugar fue rápido y sin contratiempos. Llevaban documentos falsos que los acreditaban con buceadores expertos y certificados por el Trimix (certificación especial de buceo) tenían el equipo especial de buceo, luces, guías con arneses, tanques llenos con una combinación especial de oxigeno, nitrógeno e hidrogeno para sumergirse a grandes profundidades, aparatos de ubicación y computadoras portátiles especializadas para su inmersión.
Hermione se había encargado de investigar todo lo necesario sobre el tema, consiguiendo todos los elementos que pudieran necesitar para esa odisea bajo el agua. Además de los aditamentos muggles necesarios, también proveyó una buena dotación de hechizos a Ron que pudieran ser útiles para que estuviera completamente listo en caso de necesitarlo, siendo el único mago en el equipo, sobre sus hombros recaía la responsabilidad de librarle de cualquier barrera mágica que se les presentara.
Era de madrugada cuando se alistaban para sumergirse, el sol todavía no salía. Era común que las inmersiones fueran en pequeños grupos de 5 a 8 personas, por esa razón se acordó que se integrarían a otros buzos para cumplir con el requisito.
El otro grupo de buzos estaba conformado por 4 varones, no tenían claro si eran parte del mismo equipo o solo se habían juntado para ese proyecto, dos parecían hablar ruso y a los otros dos permanecían siempre en silencio. Posiblemente rondaban por los 30, no parecían tener demasiadas ganas de socializar pero no parecían peligrosos. Lo único evidente es que se encontraban completamente concentrados con equipos muy similares a los suyos.
Los trajes de buceo normales eran sumamente pesados y dado que estos eran especiales se podría decir que tenían el doble de peso, era difícil moverse con ellos fuera del agua, solo esperaban que al sumergirse todo resultara más sencillo.
Jordan parecía inquieto, no sabia a ciencia cierta a que se debía, pero se mantenía alerta, olisqueado disimuladamente el aire a su alrededor tratando de descubrir que era lo que lo ponía intranquilo.
Llegado el momento un bote se encargo de llevarlos lago adentro para sumergirse. Checaron una ultima vez lo sensores de sus equipos, abrieron los tanques de oxigeno y se precipitaron al fondo, tirándose de espaldas desde el borde del bote.
Clary, Jordan y Ron esperaron que los otros buzos se adelantaran para poder iniciar su importante búsqueda. Comenzaron a descender pegados a uno de los muros, alumbrados por la luz de las lámparas especiales que llevaron consigo. Entre mas se adentraban en aquellas cuevas, mas se dificultaba la visibilidad y la opresión en sus pechos se hacia mayor por la compresión del agua debido a la profundidad, al menos estaban agradecidos de que Malfoy se hubiera encargado de darles pociones especiales que les ayudaron a mitigar los síntomas y efectos dañinos, pues a esas alturas era mas que seguro que sus oídos estuvieran reventando y estarían al borde del desmayo.
Hermione fue clara en las indicaciones, debían adentrarse siempre tomando los túneles orientados al noroeste, que invariablemente intentarían desviarlos pero que se apegaran siempre a esa dirección para que no se perdieran.
Clary observo metros mas delante de donde se encontraban algo flotando, se acerco con cautela para ver que era. Cual seria su sorpresa que era uno de los buzos con los que se habían sumergido al inicio pensó que estaba perdido y toco su hombro para que notara su presencia, las luces de su equipo parpadeaban como si estuvieran haciendo un corto.
Al tocarlo el cuerpo giro y pudo verle el rostro. Asustada intento alejarse chocando con Jordan que estaba un poco más atrás de ella. El licántropo entendió al instante la reacción de su amiga, pues el buzo estaba muerto, se veía atreves del cristal de su mascarilla sangre, tenia los ojos abiertos y una mueca de horror tatuada en su rostro sin vida.
Mirando con mayor atención se dieron cuenta que su traje estaba roto en algunos lugares, algunos cortes rasgando las piernas, los brazos y el torso, como si hubiera sido atacado por algún tipo de animal marino.
Un corte profundo en su brazo dejo a la vista un tatuaje que llamo la atención de Ron, que se apresuro a observarlo con mayor detenimiento, para verlo por completo rasgo aun mas el traje. Sus ojos se abrieron con sorpresa al comprobar que se trataba de la marca de los mortifagos.
A partir de entonces debían andar con sumo cuidado, aunque no sabían bien a que le temían mas, si a los mortifagos o al ser que había atacado a ese pobre desgraciado.
Siguieron su camino, curiosamente llegaron un punto donde el agua era mucho mas calida, giraron hacia su derecha en el nacimiento de un nuevo túnel que les llevo a un callejón sin salida. Estaban a punto de regresar por donde habían ido cuando algo llamo la atención de Clary. Un tenue brillo salía de la pared de piedra, era como si un glamur distorsionara su vista y no pudiera ver claramente las inscripciones hechas en la piedra.
Fijo su vista en la pared hasta que el manto mágico que cubría su visión se rompió y pudo observar con mayor claridad las runas talladas en dorado en forma de espirales a lo largo del muro.
Clary se quito uno de los guantes especiales que cubrían sus manos para sentir directamente la runa con las yemas de sus dedos. Los símbolos irradiaban calor, pero no solo eso, también vibraban bajo su tacto. Sin pensarlo demasiado saco su estela de un bolsillo asegurado a su muslo derecho. Y tallo en el centro del espiral una runa nueva "vida" la llamo.
No era una runa cualquiera, había sentido en su interior una inmensa necesidad de crearla, su significado no era completamente claro pues no existía una runa que pudiera darle vida a algo inanimado, sin embargo, era para contrarrestar esa sensación de vacio que había sentido al tocar las runas.
Era una runa de equilibrio, de vitalidad contra la oscuridad creciente.
Un fuerte crujido, las runas comenzaron a vibrar con mayor fuerza hasta que la piedra se partió por la mitad para dejarles pasar.
Apenas lograron cruzar donde antes estaba la enorme pared de piedra, esta volvió a cerrarse tras de ellos, dejándolos atrapados. El pánico se hizo presente en los chicos, mas intentaron tranquilizarse para seguir con su camino y lograr su objetivo.
Ya dentro se encontraron maravillados con su descubrimiento.
Una magnifica ciudad submarina se levantaba ante sus ojos en toda su gloria. Lo que debían ser pequeñas edificaciones se alzaban aquí y allá sin fin hasta donde les alcanzaba la vista, una alta construcción encumbraba de caracolas doradas se encontraba en lo que debía ser el centro de aquella ciudad de ensueño.
A penas entraron se sintieron observados, decenas de pares de ojos seguían sus pasos. Se movieron lentamente para no provocar o asustar a quienes habitaban aquel lugar, pero sus precauciones no fueron suficientes. En un abrir y cerrar de ojos se vieron rodeados por lo que parecían ser Selkies, criaturas acuáticas parecidas a personas pequeñas, pero lejos de ser las feas criaturas que conocían, estas tenían una belleza etérea similar a la de las sirenas que habitaban en las aguas cercanas de la antigua Grecia.
-Venimos en paz. –Ron se apresuro a decir en lenguaje sirenio. No es que fuera un experto pero fue bien aleccionado en lo básico y hablaba por un intercomunicador anexo a su traje de buceo.
-Si vienen en paz tendrán que dejar sus cosas aquí par poder seguir su camino. –Le respondió quien debía ser la Reyna y líder de la ciudad, una hermosa mujer de cabellos anaranjados y preciosos ojos color violeta, parecía casi humana de no ser por que sus pies en lugar de dedos normales, terminaban formando una aleta.
-Así lo haremos su majestad. –Dijo obediente en sirenio, inclinando su cabeza en señal de respeto.
Después se giro lentamente para hablar con sus compañeros.
-Para dejarnos pasar debemos dejar nuestros equipos aquí.
-Solo pretenden matarnos. –Jordan dijo en voz baja.
-Creo que no tenemos alternativas. –Esta vez era Clary observando a aquellos seres hermosos pero amenazantes que no dejaban de apuntarlos con largas lanzas doradas. –Pero crees que funcionen las algas que nos dio Granger.
-Harry las uso una vez y funcionaron perfectamente, aunque no se claramente cuanto tiempo duren los efectos, creo que Hermione nos dio las suficientes para lograr salir.
-Pues esperemos que así sea.
Lo primero en quitarse fue el casco que les protegía el rostro, además del respirador para poder tragar rápidamente las algas que tenían en uno de los bolsillos del los chalecos que llevaban.
Se agitaron por unos segundos sintiendo un dolor palpitante desde sus oídos hasta sus mejillas. Las branquias les permitieron respirar perfectamente bajo el agua y se apresuraron a retirarse todo el equipo que llevaban.
Lo único que les permitieron llevar además de los trajes negros de combate de cazadores de sombra que se pegaban a sus cuerpos como una segunda piel. Incluso las luces tuvieron que dejarlas atrás, lo único bueno era que en aquella ciudad no eran necesarias, parecía que la luz natural llegaba de alguna parte y se reflejaba en las paredes dando un efecto óptico como si estuvieran en pleno día.
-¡Síganme! –Ordeno la reina, dejando atrás a sus súbditos que obedecieron un simple gesto de su líder para dejarla marchar sola con los extranjeros.
Caminaron por un estrecho corredor que se extendía entre dos hileras de casas que llegaba al frente de la enorme edificación que habían creído antes que era un palacio y resulto ser un templo.
-Hasta aquí puedo acompañarles. –Les informo. –Si son dignos cumplirán su encomienda, sino perecerán en el intento.
-Gracias. –Fue lo único que pudo decir el pelirrojo, pero cuando volteo para ver a la reina ya no estaba a su lado como segundos antes.
-Hagámoslo de una vez. –Nerviosa comenzó a nadar hacia el interior del templo acompañada por Jordan y Ron.
En el interior todas las paredes eran de oro, las runas se alzaban talladas de piso a techo, no había espacio que no estuviera cubierto.
-Debe ser la hora. –Aviso Jordán al ver un destello alzarse desde la cúpula principal del templo y descender como un rayo de luz que reflectaba en el agua un arcoíris por donde iba pasando. Al frente en el altar se encontraba un atril con un triangulo que brillaba cada vez con mayor intensidad conforme el rayo de luz se acercaba.
Jordan fue el primero en intentar tomarlo, pero de inmediato grito de dolor. El agua alrededor de la llave bullía como si estuviera hirviendo. Una profunda quemadura se extendió en su mano y corrió por su brazo.
No podían acercarse más sin ser rostizados vivos en el intento. Faltaban pocos segundos para que el rayo de luz llegara a la llave y ese era el momento justo cuando debían tomarla, pero no sabían como hacerlo sin morir en el proceso.
A las desesperadas Clary tomo su estela, la única posesión que le permitieron llevar, pues los Selkies lo consideraron parte de ella misma. Y se tallo en la palma de su mano una runa de fuego.
Se acerco tanto como pudo estirando su mano para tomar la llave. El agua bullía a su alrededor y un grito de dolor desgarro su garganta. Podía ser que la runa la protegiera, pero no le libraba por completo de la quemadura.
Fue justo en el momento que pudo tomar la llave que el dolor por la quemadura ceso, pero una nueva angustia se encendió en su pecho como un mal presagio. Pensó Jase y pidió a todos los Ángeles que pudieran escuchar sus plegarias que cuidaran de el, que saliera con vida de su misión.
Cuando salieron del templo afuera los esperaba la reina con sus súbditos, pero también los acompañaban dos de los buzos con los que se habían sumergido, debían de ser mortifagos como el que encontraron muerto, pues comprobaron que eran magos debido a que podían respirar gracias a que convocaron un hechizo de casco burbuja.
-Pueden irse en paz. –Indico la Reina, señalando un túnel a pocos metros de templo.
-¿Qué pasara con ellos? –Pregunto Clary a Ron.
-Lo mas seguro es que se los comerán.
-No podemos permitirlo. –Esta vez era Jordan quien hablaba, ya mas repuesto de su quemadura.
-Están dispuestos a arriesgarse para salvar a nuestros enemigos. Intentarlo nos condenara. –Ron no podía negar que tenia miedo y bastantes dudas respecta a arriesgar el pellejo por dos tipos que a la menor provocación intentarían matarlos.
El pelirrojo pensó en lo que diría Hermione, de inmediato supo la respuesta. Aun cuando fueran sus enemigos eran dos vidas y al menos intentaría salvarlos, su amiga era partidaria de las causas perdidas.
Vio en los rostros de Clary y Jordan que ellos pensaban lo mismo.
-¡Hagámoslo entonces! Cubran sus ojos –Susurro. –No nos podemos ir sin ellos. –Aviso a la reina, lanzando un hechizo de lumus máxima para cegar a
Jorda y Clary aprovecharon el sobresalto para tomar a los prisioneros y salieron nadando por el túnel que antes le había indicado la reina.
Los Selkies pretendían seguirles, pero Ron conjuro un bombarda para que la entrada del túnel colapsara impidiéndoles el paso.
-Eso solo nos hará ganar un poco de tiempo, pero no tardaran en seguirlos y a partir de este punto no sabemos por donde seguir.
-Además los efectos de las branquialgas no duraran mucho más. –Les dijo Ron al mostrarles que estaban desapareciendo las branquias.
-Pues no hay más remedio que utilizar los brazaletes. –Informo a las desesperadas la pelirroja la sentir como el aire comenzaba a faltarle.
Mientras hablaban sobre lo que debían hacer una lanza atravesó el corazón de uno de los mortifagos, los Selkies les dieron alcance.
-¡Es ahora o nunca! –Grito Clary haciendo que todos se juntaran para romper el primer brazalete.
Aparecieron los 5 sobre el techo de un gran edificio. Apenas recuperaron el aliento se pusieron en guardia.
Jordan había cargado incluso con el cuerpo sin vida de uno de sus enemigos, el otro a penas llegaron a aquel lugar se dejo ir sobre el hombre lobo para intentar reanimar a su compañero.
-¡Vladimir! –Grito su nombre, sacudiéndolo para que despertara, pero era inútil. Al parecer los hombres que escucharon hablar en ruso eran hermanos.
-Murió, lo siento. –Dijo Jordan haciéndose a un lado.
-¿Ahora que? –Pregunto Ron.
-Ya hicimos nuestra parte.
-¿Quieres que borre su memoria? –Pregunto de nuevo el pelirrojo dudoso, esos hechizos aun no los dominaba completamente y no estaba seguro de si podría conjurarlos de manera correcta, sin dañar sus mentes.
-No tenemos tiempo, debemos irnos. –Urgio Clary. –Tomándolos del brazo para romper el segundo Brazalete y luego el tercero.
Cuando llegaron al cuartel estaban empapados y aun no lograban recuperar el aliento completamente.
Clary había esperado de ver a Jace esperando su llegada, pero no lo encontró. Tuvo que contentarse con que le dijeran que estaba descansando y que no tenia nada grave, tenia que entregar la llave y contar lo que ocurrió, antes de poder retirarse para verlo.
Lo que ocurrió después la dejo descorazonada, su amado Jace la había borrado por completo de su corazón y no sabia si en algún momento podría recuperarlo.
El instante en que Jace entrego su corazón por la causa, fue el mismo cuando ella sintió ese dolor agobiante mientras obtenía su llave. Ahora entendía por que se sintió de aquella manera, sus peores pesadillas se estaban haciendo realidad.
*o*O*o*
La culpa no se había ido, seguía ahí, encajada en su corazón como una daga que la estaba matando lentamente, pero tenia que recomponerse a sus propias aflicciones pues todavía tenían mucho trabajo por delante.
Después de tomarse un tiempo a solas, se obligo a calmarse para poder pensar con claridad, había que seguir conforme a lo planeado y para lograrlo tenia que estar entera y fuerte, no solo física, sino mentalmente.
Pensándolo con frialdad el amor perdido no se comparaba con todas las vidas que estaban intentando salvar y aunque parecía un consuelo a las desesperadas, era lo único que la hacia mantener sus fuerzas y esperanzas puestas en aquel plan suicida.
Cuando entro de nuevo al cuartel tenia claro que lo mas complicado se les venia encima. Las piezas de la llave aun descansaban sobre la mesa, emitiendo un suave resplandor. Tenia preparado un pequeño saquito para guardarlas, estaba hecho de piel de topo que tenia ciertas propiedades que impedían ser rastreado y encantado para proteger su contenido, además de tener lógicamente un hechizo espansor.
Terminando de salvaguardar las piezas se coloco el pequeño saco al cuello atado con un cintillo y estudio por largo rato las cartas astrales, algunos mapas y anotaciones que había realizado con anterioridad para tener todo listo. Cuando termino estaba tan agotada que a penas podía mantenerse en pie.
Antes de meterse a la cama se tomo un par de pociones para poder recuperar energías mientras descansaba y entre las mantas dejo que el sueño la venciera para dejarla descansar al menos por un momento.
Con lo que no contaba era que sus sueños no serian tranquilos mucho menos cuando el calor que irradiaba las piezas contra su pecho comenzó a llevar a Hermione a lugares desconocidos.
Su espíritu se desprendió de su cuerpo en un viaje astral, llevándola por otras dimensiones a lugares tan remotos e inimaginables que pensó que todo era producto de su imaginación y no una realidad alterna de su propio mundo.
Vio la versión de si misma en dimensiones distantes, en algunas donde habían perdido la guerra y los mestizos y muggles eran esclavos del innombrable. En otras los rostros que la acompañaban eran distintos. Harry moria en algunas de ellas, en otras era ella quien moria en diversas situaciones, a veces luchando en otras vencida por el tiempo.
Viajando de dimensión en dimensión vio a Malfoy siendo castigado en la mansión de sus padres por el innombrable después de que escaparan, tenía el rostro descompuesto por el dolor. Cuando todo paso su madre le ayudo a levantarse del piso y ya a solas los escucho hablar.
-¿Por qué mentiste? -Pregunto la Señora Malfoy, limpiando la sangre de su rostro.
-Iban a matarles. –Fue toda su respuesta.
-¿Y eso que importa? –Le dijo entre lagrimas levantándole la barbilla para que la viera a los ojos.
Narcisa conocía demasiado bien a su hijo como para no necesitar de las palabras para entenderlo. Se llevo una mano a la boca consternada.
-¡No puede ser!
-Pero lo es madre. No soportaría que ella muriera.
-Por tu bien y el de ella, nadie debe enterarse.
-Lo se. –Dijo secamente Malfoy.
Hermione cayó en cuenta que hablaban de ella.
Siempre se había preguntado por que Malfoy mintió cuando los carroñeros los atraparon y los llevaron a su mansión.
-No estoy seguro. –Había dicho.
Pero mejor que nadie sabia que Draco reconoció a Harry apenas lo vio. Y ahora confirmaba sus sospechas y no solo eso, acababa de enterarse que mintió para salvarles la vida, especialmente por ella.
Si tan solo Hermione al despertar pudiera recordar todos esos viajes, se habría enterado de que Draco Malfoy la amaba, sin embargo, a penas abrió los ojos, el calor en su pecho se disipo dejándola solo con una profunda sensación de que acababa de olvidar algo importante.
*o*O*o*
Jace se debatía internamente, aun resistiéndose a la idea de haber entregado el corazón. Era una idea que no compaginaba con su manera de ser y de pensar. Jamás se había enamorado, de hecho siempre creyó que el amor era una estupidez y una verdadera pérdida de tiempo.
Disfrutaba dejándose querer y queriendo a momentos a aquella que calentara su cama, pero eran solo encuentros carnales, era satisfacer sus instintos y su necesidades sexuales, nunca nada mas que eso.
Entonces no comprendía si los demás decían la verdad, que había hecho esa tal Clary para cambiarlo hasta el punto de replantearse los estúpidos sentimientos que nunca había tenido.
Quería recordar, al menos para escupirles a todos en la cara que no era un amor verdadero, que como todo en su vida era algo pasajero. Deseaba gritar a los cuatro vientos que se equivocaba que no cree en el amor o mejor dicho a penas parece estarlo descubriendo o espera encontrarlo pero en unos ojos color caramelo.
No sabes si es amor, pero pensar en ella lo sacude, lo enciende, no solo en el plano sexual sino algo más profundo.
Ella salvo su vida, agitando algo muy dentro de su ser. Era algo magnético y gravitacional lo que le llamaba y hacia que se perdiera en sus ojos, deseando tomarla para quitarse esas ansias que lo consumían, sin embargo, era mas que eso. Quería cuidarla, protegerla, asegurarse que nada le pasara.
Cuando el sonido de la puerta al abrirse lo saco de sus pensamientos, fijo sus ojos dorados en los grises de Malfoy. De inmediato vio la tención en su cuerpo al verlo y eso le hizo sonreír.
-Creo que es tiempo de que hablemos.
-Tu y yo no tenemos nada de qué hablar.
-Te equivocas tenemos mucho en común, además claro de nuestra encantadora personalidad. -Dijo con petulancia Jace.
-¿Qué es eso que tenemos en común? -Pregunto con fingido interés Draco.
-Hermione Granger. -Esas dos palabras lograron que el mago se envara incómodo.
-No veo por que tendría que ser así. –Jace rio por esa respuesta.
-Eres tan cobarde que vas a negar que te gusta, eres tan transparente. Crees que no me he dado cuenta de cómo la miras. –Se burlo.
-Si Granger me gusta o no, no es de tu incumbencia.
-Claro que me incumbe, Hermione me gusta y voy a luchar por ella.
-No te atrevas a acercarte a ella. –Advirtió colérico.
Estaban frente a frente, con tal tensión que el aire en la habitación era tan denso que podría cortarse con un cuchillo.
-Voy a acercarme tanto como quiera Malfoy. Ella será mía.
Draco sonrió de medio lado.
-Ella no es de nadie. Si escuchara lo que has dicho te haría tragar tus palabras. Y ya que has sido franco y directo, voy a corresponder a tu cortesía. –Dijo con sarcasmo. –Yo no la quiero, la amo. Y terminando toda esta mierda voy a luchar por ella contra ti o contra cualquiera.
Jace sonrió satisfecho. –Siempre me han gustado los retos.
Simón escucho perfectamente atreves de la puerta, su oído súper desarrollado por su condición de vampiro se lo permitió. Tenía sentimientos encontrados respecto a lo que acababa de escuchar, por un lado estaba furioso pues sabía lo mucho que sufriría Clary cuando se enterara que Jace estaba verdaderamente interesado en Hermione. Pero por otro lado, si tuviera un corazón que pudiera latir, estaba seguro que lo haría con fuerza, pues quizás tendría una oportunidad para conquistar a su mejor amiga, aunque sabia que en el proceso podría lastimar a Isabelle su actual novia.
*o*O*o*
Nota:
Promesa cumplida. Se que he tardado demaciado en actualizar pero en los ultimos meses todo se me complico bastante, ahora tengo dos pequeños (4 años y 5 meses, respectivamente) que requieren mi atencion y eso me deja muy poco tiempo para escribir.
Mil gracias por esperarme, por todos los votos, sus siempre amables comentarios y a todos aquellos que pusieron esta historia en sus bibliotecas.
Me disculpo por mis horrores ortograficos, escribi este capitulo en mi trabajo, entre pausa y pausa. No tuve tiempo de editar por que sino es posible que hubiera publicado hasta la proxima semana.
Espero seguir contando con su atencion, recuerden que escribo por ustedes. Ojala hayan disfrutado su lectura, tanto como yo disfrute escribir este capitulo.
Con Cariño,
Helena Grand
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