Capítulo 6: ETHAN

Jamás me he jugado el pelo tanto como lo estoy haciendo con este chaval.

Anoche nos escapamos del orfanato para ir a emborracharnos hasta las tantas, llorar a moco tendido y volver cuando ya no valíamos una mierda y casi nos pillan, y ahora estamos invadiendo el territorio del director.

Sí, como leéis, a Carlos se le ha ocurrido la increíble idea de colarnos en el despacho del director para buscar respuestas acerca de la familia adoptiva de Valeria. A la basura las clases y cualquier conducta moral y de valores que tengamos, seguro que lo que estamos haciendo tiene consecuencias legales por todo ese rollo de la protección de datos. Solo falta salir del orfanato para irnos a un centro de menores por saltarnos una estúpida ley.

—Carlos, tío, para ya, nos van a pillar, vámonos — le insisto tirando de la solapa de la camiseta de su uniforme.

—¿Pero tú no quieres respuestas? ¿No quieres saber dónde está el amor de tu vida? — me pregunta entre burlas.

—Claro que quiero, pero esto es jugársela demasiado, podríamos acabar hasta en la cárcel.

—Cállate, cagao, que eres un cagao. Estoy seguro de que vamos a encontrar algo.

—¿Por qué te la juegas tanto?

—Pues para ayudarte, tonto del culo — intenta susurrar, pero suena como un chillido —. Perdón, no quería gritarte, si me juego el pelo es por ti, porque al final mira, me has dado pena, me caes bien y te quiero ayudar. Además, yo también quiero ver a Val — me sonríe burlón.

Le doy un puntapié.

—Tío, mierda, mierda, el timbre, vámonos, buscamos en otro momento.

Carlos sigue fisgoneando entre papeles y más papeles y pasa absolutamente de mi cara.

—Va, hostia — intento empujarlo hasta la salida del despacho, pero es imposible.

¿Ahora se ha puesto a hacer pesas? Puto Carlos.

—Calla, estúpido, mira esto.

—Cógelo y vámonos, me cago en todo lo que se menea, que viene alguien, Carlos.

Los dos terminamos de recoger los informes que están esparcidos por el suelo y salimos del despacho del director cagando churros. De verdad, qué ganas de morir que tenemos.

Subimos corriendo las escaleras hasta nuestra habitación, cerramos la puerta y tiramos las mochilas. Ambos nos miramos a la vez, sonreímos y nos tumbamos en la cama de Carlos a toda prisa. Tengo que saber qué es lo ha visto y qué narices lleva entre las manos.

—Basura — comienza Carlos a tirar un papel tras otro —. Mierda — tira otro —. No sirve para nada — arroja el tercero —. Caca de elefante — me lanza el cuarto papel.

—Para, Carlos. Para, para, para — le digo mirándole con los ojos como platos —. Mira, ahí — le señalo en el papel el nombre de Ana.

—¿Quién es Ana?

—¿En serio? Yo cuando hablo contigo es como hablar con una pared, tío.

—No sé por qué lo dices.

Pongo los ojos en blanco y le pego una colleja.

—Ana, es la Profesora que me contó lo de Valeria y estaba tan afectada con lo del ataque de pánico por la comida.

—Aaaaaanda... ¿Y qué pasa? ¿Te mola?

—De verdad, tienes una neurona más que un caballo para no cagarte en los desfiles, porque no te sirven de nada. Déjame leer — le quito el papel y lo leo en voz alta.

ADMISIÓN DE ANA JONES MARTÍN

20 de enero de 2010

INFORME Nº 24Q45341234T

REVERENDO: Sebastián Morgan Leins en calidad del director del orfanato Mil Colores.

ASUNTO: Informe de admisión de la nueva Profesora Ana Jones Martín.

La presente Profesora posee grandes conocimientos en el ámbito de la educación, pues es maestra de Educación Infantil y ha viajado por diferentes lugares del mundo ayudando a los niños más desfavorecidos.

De estos lugares destacan China, África, Portugal y actualmente España.

Desea ingresar en el orfanato para supervisar y conocer a la alumna Valeria.

Francisco, antiguo Profesor de música le habló sobre ella, puesto que es talentosa y virtuosa con el piano.

Ana Jones afirma que no solo quiere estar al lado de Valeria durante su educación, sino saber si realmente es familia suya. Desea realizarle una prueba de ADN. Tiene dudas de que sea su prima hermana.

Por ello, yo, Sebastián Morgan Leins, admito a Ana Jones Martín como nueva Profesora de Mil Colores y doy permiso para hacerle las pruebas de ADN en el momento oportuno.

Atentamente, Sebastián Morgan Leins.



—No me jodas — dice Carlos boquiabierto.

—Hostia puta — continuo en la misma línea que él.

Tengo el informe en la mano y sigo sin poder creer lo que acabo de leer para los dos. Valeria tiene familia y es Ana, la Profesora del orfanato. Ana Jones Martín. Me cago en la leche jodida. ¿Qué clase de broma es esta?

—¿Qué mierda es esta, tío? — Carlos se levanta de la cama y se pasea de un lado a otro de la habitación.

—¿Puedes parar de dar vueltas por la habitación? Me estás dando dolor de cabeza.

—¿Yo? Eso que acabas de leer sí que da dolor de cabeza. ¿Qué demonios es eso? ¿Le han hecho una prueba de ADN a Valeria y nadie se ha enterado?

—Yo no tenía ni idea de nada de esto, te lo juro.

—Ya, ya me jodería que lo supieras y no me lo contaras.

—Vino cuando Valeria tenía seis años y llevaba un año tocando el piano con Francisco. ¿Valeria sabía algo de esto? — lo digo en voz alta como si Carlos tuviera las respuestas de todo, pero nada más lejos de la realidad, qué narices va a saber él.

—Esto es rarísimo.

—Hostia... no, no puede ser.

—¿Qué pasa?

—Mira, tío.

Carlos se acerca hacia a mí y lee en voz alta.

INFORME DE RESULTADOS – PRUEBA DE ADN

Las muestras han sido remitidas al Centro de Análisis Genéticos por parte de Ana Jones Martín.

Dichas muestras cuentan con un pelo de Valeria y otro de Ana.

Se procede a la investigación biológica de familiaridad entre los donantes de ambas muestras.

RESULTADOS

Positivo.

Ambas donantes son familia biológica.

Carlos no está blanco, está morado de aguantar tanto la respiración, y es que estamos alucinando.

—Es que no me lo puedo creer tío, ¿qué cojones es esto? — digo tirando el papel encima de la cama y levantándome como si esta quemara.

—Estoy flipando, tío, de verdad. Ana es su prima hermana. Dios, ¿Valeria no sabía nada de esto? — se pasa la mano por el pelo.

—No lo sé, que yo sepa no, estaba muy disgustada cuando la adoptaron... oh, mierda... ¿serán su familia biológica? No me fastidies.

—Tío, ¿y si hay algo más ahí?

Ambos nos miramos y nos lanzamos de nuevo a la cama con todos los papeles. Esto es un jaleo. Ahora el que necesita respuestas soy yo, no Valeria. Yo sé de dónde vengo, quiénes son mis padres, pero ella no tenía nada, y resulta que no era así, ha vivido siempre engañada. Ahora entiendo todas sus pesadillas, sus pensamientos y sus inseguridades, había una parte de su vida que estaba incompleta, y aunque pensaba que yo podría llenar ese vacío, estaba más que equivocado, para estar completa necesitaba a su familia. Necesito saber más por ella. Después la buscaré y le contaré todo, a no ser que su familia adoptiva sea su verdadera familia y tengan los huevos necesarios para contarle la verdad de pe a pa.

—Ethan, mira — se le van a salir los ojos de las órbitas. No puede ser tan malo, ¿no?

La puerta suena y casi me caigo del susto. Mierda, no es el momento.

—¿Quién es? — grito por encima del hombro de Carlos.

—Camila.

—Me cago en todo. ¡Un momento! — empiezo a recoger todos los papeles —. Tío, ayúdame, recoge, venga y guárdalo en el armario. Camila no debe enterarse.

—¿Por qué no? ¿No es amiga de Valeria también?

—No lo sé, tú escóndelo por si acaso.

—Está bien, abre, que va a tirar la puerta abajo.

Me dirijo a la puerta y al abrirla de golpe Camila cae a mis brazos como una pluma. Empezamos mal. Lleva semanas sin dirigirme la palabra y ahora se ha sonrojado. De mal a peor.

—Pe- perdón — tartamudea —. Os estaba buscando.

—¿Qué pasa, Camaleón? — pregunta Carlos detrás de mí.

—Esto... ya puedes soltarme — me sonríe.

Mierda, no me había dado cuenta de que todavía estaba en mis brazos, qué incómodo.

—Perdón.

—¿Dónde habéis estado todo el día? Os habéis saltado todas las clases y no habéis ido ni a comer. ¿Es por mí o algo así?

—¿Qué? — pregunto atontado —. Para nada, ¿por qué crees eso?

—No sé, me he sentido como apartada y... sola.

—No es por nada, pero llevas semanas sin dirigirnos la palabra. ¿Ahora querías que comiéramos contigo?

—Ya, lo siento, tienes razón, la verdad es que será mejor que me vaya.

Me da pena y no debería de ser así. Cuando pone esa cara de corderito degollado me dan ganas de abrazarla, como a Valeria. Al fin y al cabo, hemos vivido mucho tiempo juntos.

—Perdón, ven aquí anda — le cojo del brazo y vuelvo a conducirla dentro de la habitación —. ¿Querías algo más?

—Me gustaría hablar contigo, Ethan — mira a Carlos —. A solas, si puede ser.

—Espera un momento, ¿vienes a mi habitación y me echas de ella? — pregunta Carlos con la mano apoyada en el armario en el que ha guardado los documentos rápido y corriendo.

Camila le sonríe, aunque no es una de esas sonrisas que a mí tanto me gustan.

—Está bien, ya me voy — Carlos me mira como diciendo "que no se acerque al armario" y yo le guiño un ojo. No lo hará. Camila no debe saber esto y no sé por qué, pero tengo una corazonada de que si se lo enseño todo irá mal.

Observo cómo Carlos sale de la habitación y Camila se sienta a mi lado en mi cama. Por favor, qué suplicio, espero que no vuelva a declararse, no podré recuperarme de un second round.

—Me gustaría confesarte la verdad, los remordimientos me están matando y tienes derecho a saberlo.

—¿De qué estás hablando?

—Yo fui la culpable de que Valeria tuviera aquel ataque de pánico por la comida y fui yo la que la separó de tu lado hace apenas tres semanas atrás.

__________

✨Holiiiiiis✨

Aquí tenéis el capítulo 6 🙊

¿Qué os ha parecido? Quería darle intriga a la historia con estos archivos y mostrar la verdad por todos los personajes, solo espero que os guste ☺️☺️☺️

Contadme qué os está pareciendo la historia 👀👀

Os quiero 💖💖💖💖

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