Capítulo XXI
Perdón por tardar tanto en subir capítulo, he estado atravesando una pequeña fase de bloqueo de escritor y ha sido un poco frustrante. Peeeero mejor tarde que nunca, ¿no?
A leer :D
XXI - LOS ÁNGELES
Kevin ha estado cantando todo el camino al aeropuerto. Sí. Todo. Durante media hora. Sin parar.
No sé quién está más harto de él. Mis apuestas están en Ally, que lo mira como si quisiera matarlo cuando se dé la vuelta. Jared también está empezando a poner los ojos en blanco. Los únicos ajenos a sus berridos son Cris y Hunter. La primera está ocupada insultando a alguien en su móvil y el segundo en comer todo lo que puede.
Y luego estoy yo, sentada ahí en medio preguntándome qué estoy haciendo con mi vida. Sé la respuesta cada vez que echo una ojeada a Jared.
Subimos los cuatro en el avión privado —sí, yo también flipo— que les ha alquilado la empresa que les patrocina la gira y cada cual toma asiento en un punto diferente. Yo me quedo con Jared en un rincón, pero no sirve de mucho porque me quedo dormida con la cabeza en su hombro poco después. Quizá sea porque el señorito no me ha dejado dormir demasiado esta noche.
No me despierto hasta que él me sacude ligeramente el hombro. Me asomo enseguida a la ventanilla y me decepciona un poco ver que Los Ángeles, desde arriba, tampoco es gran cosa. Sin embargo, mi emoción no tarda en volver. No me puedo creer que esté aquí. Esto parece demasiado bonito como para ser verdad.
Otra limusina negra nos espera a la salida del aeropuerto y yo voy andando tan tranquila con Ally, pero me detengo en seco cuando veo una horda de gente acercándose a nosotras. Estoy a punto de salir corriendo antes de darme cuenta de que son sus fans. Y les piden autógrafos. Suspiro aliviada.
Bueno... no tan aliviada. La primera chica que llega me dedica una mirada de odio profundo y la segunda la supera. Y así con todos los que se acercan. Supongo que no se olvidarán de lo de la foto tan pronto. Pongo una mueca y me alejo un paso buscando a Jared con la mirada. Él está buscando por encima de las cabezas de la gente con el ceño fruncido, preocupado, pero se tranquiliza cuando Cris me engancha del brazo y consigue sacarme de ahí con vida.
—Siempre igual —pone los ojos en blanco.
Sigo notando las miradas de odio en mi nuca, esta vez acompañadas de algunos comentarios preciosos y motivadores. Suspiro y me meto con Cris en la limusina.
—¿Siempre son así? —pregunto asomándome a la ventana cerrada. Todo el mundo se tira encima de ellos mientras los de seguridad del aeropuerto intentan defenderlos inútilmente.
—Esto es tranquilo, querida —me asegura, riendo un poco—. No habíamos avisado en ningún lado de que vendríamos hoy. No sé cómo se han enterado.
—¿Y qué pasa cuando avisáis? —pregunto, un poco asustada.
—Bueno, hay empresas de seguridad privada que... —se detiene cuando su móvil empieza a sonar—. Espero que tengas buenas noticias, porque sino pienso colgarte.
Suspiro y miro mi móvil porque sé que va a tirarse diez minutos insultando a quien sea que habla con ella. Lexi me ha pedido actualizaciones. Le paso una foto de mi cara aburrida y no tarda en mandarme una de ella y su hermana pequeña. Oh, claro. Ella está con su familia. A veces, se me olvida que la gente vuelve con su familia cuando empiezan las vacaciones.
Pasan unos minutos antes de que aparezca Ally, acalorada. Se abanica con la mano y tiene las mejillas rojas. Hunter la sigue bastante más tranquilo. Después, Jared, que se deja caer a mi lado y me da un beso en la sien. Kevin es el último. Tiene pintalabios en la mandíbula y no parece molestarle mucho.
—Qué dura es la vida del famoso —suspira dramáticamente.
—Pobrecito —enarco una ceja, divertida.
—Qué calor hace eso —Ally se asoma entre los dos asientos delanteros y mira a Bruce—. ¿Puedes darle caña al aire acondicionado?
Bruce sonríe y lo sube. Ally se deja caer en su asiento y suspira.
—Mucho mejor.
—¿Siempre os esperan hordas de fans en los aeropuertos? —pregunto.
—En algunos lugares hay menos —me dice Hunter—. En otros, parecen zombies hambrientos.
—Especialmente de mí —añade Kevin.
—Especialmente de Jed —corrige Ally.
Lo miro de reojo y veo que a él sonríe sin más. No parece importarle demasiado.
El viaje se pasa tranquilo mientras yo miro el paisaje, ávida de visitar cada rincón. El hotel está a poca distancia y nos suben las maletas. Es una suite gigante con cuatro habitaciones, cada uno con su cuarto de baño, una cocina y un salón pequeño. Bruce y Cris tienen habitaciones individuales. Me pregunto con quién me tocará compartir hasta que me doy cuenta de que es obvio que Jared ha pedido que nos den una para nosotros dos. Todos los demás van por separado.
Nuestra habitación es bastante sencilla, pero bonita. Voy directamente a la ventana y me quedo mirando la ciudad como si fuera la gran cosa. La verdad es que Los Ángeles no es muy bonita.
—¿Siempre dormís en hoteles? —pregunto, curiosa, dándome la vuelta.
Jared cierra la puerta y se encoge de hombros.
—Es lo más sencillo.
—¿Y dónde ensayáis?
—Directamente en el escenario. Siempre nos alojamos cerca de donde sea que vayamos a tocar. Pero es en dos días, así que tenemos tiempo de sobra para ensayar.
Me quedo mirándolo un momento y me acuerdo de que voy a estar sentada entre sus fans, las que me decían cosas bonitas y me dedicaban miradas de amor puro. Mhm... no será muy agradable.
—¿Qué? —se acerca al ver mi expresión. ¿Tan evidente soy?
—Nada.
Su expresión es de sí, claro cuando se inclina ligeramente y me pone una mano en la nuca.
—Sea lo que sea, puedes decírmelo —me asegura en voz baja.
—No es... —mierda, me cuesta decirle que no cuando me mira fijamente. Y él lo sabe—. Es que... tus fans no... bueno... creo que no les caigo bien.
Su pulgar me estaba acariciando la nuca, pero se detiene, un poco confuso.
—¿Y qué?
—Bueno, voy a tener que sentarme con ellos el día de tu...
—Puedes quedarte con Cris atrás si ese es el problema.
—¿Atrás?
—Detrás del escenario.
—Oh —parpadeo, confusa—. ¿Estás seguro de que no será un problema?
—Brooke, puedes ir donde quieras —dice, divertido.
—¿Y si quiero ir a la habitación de Kevin? —bromeo.
Me pone mala cara.
—Retiro lo de antes.
No podemos hablar mucho porque Ally no tarda en venir a reclamar a Jared para ir ensayar. En este caso, el concierto será en el mismo hotel, así que Bruce tiene el día libre. Los cuatro bajan al escenario y yo me quedo sola mirando mi maleta. Aunque solo sean cuatro días, igual debería deshacerla. ¿Y la de Jared? Igual él no tendría tiempo. Además, he metido el cargador en su maleta y lo necesito. Mhm... no será de mala educación, ¿no?
Me acerco a la maleta negra que ha dejado tirada junto a la cama y la abro lentamente. Me siento como si fuera a robar algo. Meto la mano entre su ropa y no tardo en encontrar mi cargador. Tiro de él para rescatarlo, pero mi mano choca con algo. Una bolsa pequeña. La saco también, sin querer, y me quedo mirando una bolsita pequeña con tres cajitas.
Oh, es su medicación.
Lamictal, Prozac y Clorazil. Madre mía, qué nombres. Ni me suenan. ¿Cada uno es para una cosa diferente? Cassie ha dicho esta mañana que tenía que obligarle a tomárselo, pero... ¿es realmente necesario? Es decir, ahora mismo se ve bien.
En fin, no debería meterme en esto. Lo devuelvo a su lugar y cierro la maleta.
Me paso el resto de la tarde con Cris hablando de las fotos que haré. No sabía que fueran tan importantes a la hora de hacer una gira. Como sea, empezaremos mañana para que yo pueda estar en el escenario con ellos sin preocuparme de que haya fans al otro lado.
Por la noche, salgo a cenar con los demás y me paso la mayor parte del tiempo con Cris otra vez porque ellos cuatro parecen muy centrados en hablar de no sé qué de una canción y yo me aburro cuando los escucho. Cuando volvemos a la habitación, me dejo caer en la cama pesadamente mientras veo que Jared se pasea tranquilamente hacia su maleta. Veo que aparta la bolsa de las medicinas sin siquiera mirarlas.
—¿Qué es eso? —pregunto, haciéndome la inocente.
Él se detiene un momento sin mirarme. Sin embargo, recupera la compostura rápidamente.
—Mi medicación.
—¿Y no tienes que tomártela?
—Estoy bien.
—Pero...
—Mira, Brooke, me imagino que Cassie te habrá dicho algo de que me obligaras a tomármela —me dice, mirándome—, pero estoy bien. En serio. Sé perfectamente cuándo voy a tener un episodio.
—¿Y puedes tomártela tan... esporádicamente? ¿No pasa nada?
Él saca lo que buscaba de la maleta y veo que me dedica una pequeña sonrisa malvada al levantar unos auriculares. Los atrapo al aire cuando me los lanza.
—Quiero escuchar esa lista.
—Eres un pesado con esa lista.
Y has evitado mi pregunta.
—Me da igual —se deja caer a mi lado y señala mi móvil—. Quiero oírla.
—¿Y si te mentí y no hay ninguna lista?
Me mira, analizándome con los ojos entrecerrados.
—Sí que la hay —me asegura—. Venga, enséñamela.
Suspiro pesadamente y le paso un auricular, poniéndome el otro. Sus ojos se clavan en la pantalla de mi móvil. Me quedo parada un momento cuando veo el título de la dichosa lista. Mierda, se me había olvidado.
—Estúpido Jared —lee él, divertido—. ¿Debería sentirme ofendido?
—N-no... es... eh... yo no... —mierda, ¿por qué siempre hago estas cosas?—. Es un título provisional.
—Espero que las canciones no estén relacionadas con llamarme estúpido.
—Claro que no, idiota —me irrito.
—Idiota, estúpido... yo nunca te he insultado, Brookie-tookie.
Me pongo roja al instante cuando empieza a reírse. No acaba de llamarme eso, ¿verdad?
—¡No me llames así!
—¿Liam y Lexi pueden y yo no?
—Ellos son... irritantes.
—Y yo soy estúpido e idiota.
—¡Que no me llames así o borro la lista!
Levanta las manos en señal de rendición, pero me da la impresión de que sigue riéndose de mí. Le paso el móvil de mala gana.
—Elige la que quieras, pesado.
—Otro adjetivo que añadir a la lista.
—¡Jared!
—Vale, vale.
Veo que pasa las canciones que ya conoce porque nos hemos estado enviando el uno al otro. Se detiene en Crazy, de Aerosmith.
—No, esa no —la quito enseguida.
—¿Por qué no? —la vuelve a poner.
—Porque no —vuelvo a quitarla.
—Esta en la lista y quiero oírla —insiste, volviendo a ponerla.
—No es... ¡la puse ahí cuando... cuando no sabía...!
—¡Deja de quitarla! —protesta.
—¡Es que no quiero estar delante cuando escuches estas cosas!
—¿Por qué no? —pregunta, confuso.
—Porque no... es un poco... eh... directa.
—Me estás dando más ganas de escucharla, ¿sabes?
—Pero...
—Brooke, me mandaste una canción en la que me preguntabas cuándo iba a ir y coger tu amor. Creo que no podrás superarlo.
Mierda, se me había olvidado. Sonríe cuando ve que pongo una mueca avergonzada y reanuda la canción. Sin embargo, vuelve a pausarla y me mira. Estira el brazo y me quita el auricular, poniéndoselo. Entonces, vuelve a poner la canción. Mierda. Odio no saber lo que escucha. Le pongo mala cara cuando sonríe malvadamente, escuchando.
Y no, no me deja escuchar en todo el rato, el muy asqueroso. Cuando se quita un auricular, me mira con expresión divertida.
—Interesante elección, como de costumbre.
—Cállate —le digo, irritada.
—¿Tienes otra canción de ese estilo o...?
—¡Cállate! —repito, dándole en la cara con la almohada.
—¡Vale, vale! —la segunda vez, consigue esquivarme mientras se ríe—. ¿Te has enfadado?
—Sí —me cruzo de brazos y miro el techo.
Su cara no tarda de aparecer. Si no fuera tan guapo esto sería mucho más fácil. Estúpida genética.
—Te he dicho que no la escucharas —protesto.
—Si me ha encantado —dice, perplejo y divertido a partes iguales. Me sujeta la cara con una mano—. Vamos, no te enfades.
Le saco el dedo corazón y él sonríe, atrapando mi mano cuando intento apartarme.
—¿Quieres que te ponga yo una canción?
—No —miento.
—Como sé que estás mintiendo, aquí tienes los auriculares.
Pongo mala cara, pero me los pongo mientras él busca algo con mi móvil. Espero de brazos cruzados hasta que empiezan a sonar las primeras notas de una guitarra. Mantengo el ceño fruncido cuando él sonríe y se vuelve a tumbar a mi lado. Clavo los ojos en el techo, pero sé que me está mirando.
Something about the way that you walked into my living room
casually and confident lookin' at the mess I am.
But still you, still you want me.
Mis brazos se relajan un poco, pero no dejo que lo note.
Oh, I always let you down...
You're shattered on the ground,
but still I find you there,
next to me.
Quizá mi ceño ha dejado de estar fruncido en contra de mi voluntad de querer seguir irritada.
And oh, stupid things I do...
I'm far from good, it's true.
But still I find you
next to me.
Intento no girarme hacia él con todas mis fuerzas, aunque la verdad es que cada maldita palabra de la canción me está llegando al corazón. Me miro las manos mientras sigo escuchando atentamente.
There's something about the way that you always see the pretty view.
Overlook the blooded mess, always lookin' effortless.
And still you, still you want me.
Oh, Jared...
So thank you for taking a chance on me.
I know it isn't easy,
but I hope to be worth it.
Vale, ya no estoy enfadada. Ni recuerdo por qué estaba enfadada. ¿En serio se siente así? ¿Conmigo? Lo miro de reojo cuando las últimas notas dejan de sonar y veo que analiza mi reacción. Cuando se da cuenta de que ha terminado la canción, estira el brazo y me quita un auricular suavemente.
—¿Te ha gustado?
Asiento un poco con la cabeza. No sé qué decir. Miro la pantalla. Next to me, de Imagine Dragons. No sabía que me gustaba ese grupo hasta que lo conocía. Ahora, me encanta. Creo que voy a escuchar esta canción hasta la saciedad.
Y no sé por qué, pero siento que no necesito decir nada más. Dejo el móvil y los auriculares a un lado y me acerco a él. Jared ve mis intenciones y tira de mí para ayudarme a unir nuestros labios.
***
—Kevin... voy a necesitar que estés un poquito más... —busco una palabra no-ofensiva— ¿natural?
—¿Natural? —repite, indignado—. ¡Las chicas no quieren ver naturalidad!
—Las chicas no quieren verte a ti —le dice Hunter tranquilamente.
Empecé ayer a preparar las fotos. La verdad es que ha sido bastante sencillo con Hunter y Ally. Cris me ha dicho que necesita doce de cada uno. Para poder elegir. Kevin está resultando ser un poco... problemático. No deja de decirme que quiere quitarse ropa, de ponerse en posturas incómodas y de mirar a la cámara cuando el tema de todo esto es que parezca que está tocando en un concierto.
—Cállate, envidioso —le dice antes de mirarme—. Oye, Brooke, no te ofendas, pero... ¿seguro que sabes lo que haces? Es decir, sé que sabes hacer fotografías de paisajes y tal y puede que te haya abrumado un poco pensar en que yo...
—Solo... —yo sigo con una rodilla en el suelo para hacer la maldita foto desde abajo— finge que estás cantando.
—¿Y canto de verdad?
—¡No! —intento no impacientarme—. ¡Solo fíngelo!
—Pero, ¿no puedo cantar de verdad?
—Voy a matarlo —dice Ally en voz baja—. Juro que me importa un bledo quedarme sin cantante. Voy a matarlo.
—¿A mí? ¿Por qué? Es culpa de Brooke, no me está dando bien las indicaci...
Jared estaba punteando con la guitarra, pero se detiene, impaciente.
—Brooke te está dando las indicaciones perfectas, el único problema es tu cerebro minúsculo —se impacienta—. Ponte ahí, finge que cantas y cierra la boca.
Kevin le dedica una mirada agria.
—Tampoco hacía falta ponerse así.
Pero, gracias a Dios —o a Jared—, se coloca por fin y puedo hacerle las estúpidas fotos. Sigue enfurruñado cuando se las enseño para preguntarle si le han gustado. Al menos, sí que le gustan y se le pasa el cabreo. Él y los demás se van a comer mientras yo me quedo con Jared, que sigue en su lugar con la guitarra, esperando. Me acerco con la cámara y sonríe de lado.
—¿Tengo que fingir que canto?
—Qué gracioso —le pongo mala cara.
Hace exactamente lo que le digo y resulta ser el más rápido. Es increíblemente fotogénico. Qué envidia. Yo nunca he salido bien en una foto. Es como si me hicieran parecer un ogro de las tinieblas.
—¿Puedo verlas? —pregunta cuando terminamos.
—Sí, claro —me acerco y le dejo la cámara.
Veo que se le dibuja una pequeña sonrisa en los labios al pasarlas.
—Sí que parece que estamos en un concierto. No está mal para una principiante.
—¿Una pr...? Soy toda una profesional, que lo sepas.
Sonríe y me la devuelve.
—¿No estás nervioso por esta noche? —pregunto, echando una ojeada al lugar vacío que tengo detrás. Es bastante grande. Parecido al del primer concierto al que asistí.
—¿Por qué debería estarlo? —pregunta, dejando la guitarra a un lado.
—Mi aspiración en la vida es tener tu paz mental, te lo aseguro.
Él empieza a reírse cuando se acerca a mí. Sigo sin acostumbrarme a que se acerque de repente y me bese. Creo que nunca me acostumbraré. Ni yo, ni las mariposas en mi estómago. Sigue haciendo que me tiemblen las piernas solo con tocarme.
—¿Estás preparada para volver a subirte a un avión mañana? —pregunta, separándose un poco para mirarme.
—Si vuelvo a quedarme dormida, va a ser un poco aburrido —admito, un poco avergonzada.
—Yo no tendría ningún problema si volvieras a quedarte dormida en mi hombro, te lo aseguro.
Sonrío cuando vuelve a inclinarse y me da un beso más de la categoría de solo-en-privado. Me separo porque no quiero que mis pensamientos se disparen por ese lado en un lugar público. Por su sonrisa, casi puedo adivinar que sabe lo que pienso. Habrá que cambiar de tema.
—¿Y dónde vamos?
—¿Quieres adivinarlo? —enarca una ceja.
—Mhm... ¿está en California?
Asiente con la cabeza, dando un paso hacia mí. Yo lo retrocedo y se le forma una sonrisa juguetona en los labios.
—¿Fresno?
Niega con la cabeza. Otro paso que él avanza y yo retrocedo. Yo también sonrío, divertida.
—¿San Francisco?
—Te has acercado un poco más, pero... no.
Sonrío cuando estoy a punto de llegar al borde del escenario y no puedo seguir retrocediendo. Él también sonríe maliciosamente cuando sigue acercándose.
—¿Barkeley?
—No —sonríe—. ¿Te rindes?
—Venga, vale. ¿Dónde? —le detengo la mano cuando la a tocarme, divertida.
—Sacramento —dice, inclinándose hacia delante.
Sin embargo, se detiene de golpe cuando yo doy un traspié. Me sujeta justo a tiempo antes de que me caiga del escenario y me atrae hacia él.
—Ten un poco de cuidado, Brooke —dice, frunciendo el ceño.
—Yo... lo siento —mascullo.
—¿Qué pasa? —pregunta, confuso.
Lo miro un momento. Mierda. Sacramento no. ¿No había más malditas ciudades?
—¿Qué? —insiste, y esta vez veo que su expresión va de la confusión a la preocupación—. ¿Estás bien? ¿Te has mareado?
—No, no —le digo enseguida—. Yo... mis padres viven en Sacramento.
Está claro que le falta información, porque sigue sin entenderlo muy bien. Agacho un poco la cabeza. Mi buen humor ha desaparecido.
—No los he visto en más de un año —añado.
—No tienes por qué verlos si no quieres —me asegura, levantándome la cara para que lo mire—. No tienes que hacer nada que no quieras hacer.
—Lo sé, pero... yo... no he estado en esa ciudad desde que... me fui.
Sé que quiere preguntar, y creo que es precisamente el hecho de que no lo haga porque sabe que me duele hablar del tema, lo que hace que me guste tanto estar con Jared. Se limita a atraerme y darme un beso en la frente.
—Vamos a por algo de comer, Rocky —me sonríe un poco.
No puedo decir nada, pero espero que sepa lo agradecida que estoy de que me cuide.
***
El ruido es ensordecedor cuando me asomo al escenario disimuladamente. Cris está a mi lado, riñendo a dos técnicos de sonido que están rojos de vergüenza. A saber lo que han hecho. Yo me asomo de nuevo para poder hacer una foto al público. Espero que no se hayan dado cuenta o empezarán a abuchearme. Reviso las fotos que he ido haciendo a un lado. Solo les queda un minuto antes de salir.
Efectivamente, veo que Ally y Hunter aparecen hablando en voz baja. Jared y Kevin los siguen. He tenido que volver a hacerle el maquillaje a Ally y... no es por presumir, pero se me da bien, ¿eh? Está genial.
Kevin pasa entre ella y Hunter descaradamente para adelantarlos y se coloca a mi lado, justo en la entrada del escenario. Jared pone los ojos en blanco cuando él empieza a hacer ruidos raros para calentar la voz.
—Deséame suerte, querida —me guiña un ojo.
Entonces, con toda la confianza del mundo, sale al escenario y se oyen gritos de todas partes. Lo oigo saludando al público y me tapo las orejas cuando se ponen a gritar. Hunter se ríe de mí al verlo. Lo presenta y sale junto a Ally, que es la siguiente. Jared se queda a mi lado mientras espera a ser presentado.
—¿Quieres salir a bailar? —pregunta, sonriendo.
—No saldría ahí fuera ni por todo el oro del mundo —murmuro al ver la masa de gente gritando.
—Podrías volver a ganarte su amor —bromea.
—En mi vida me he ganado el amor de nadie... como para ganarme el de toda esa gente.
—Te has ganado el mío —sonríe, levantando y bajando las cejas.
Lo empujo por el pecho, divertida. Él atrapa mi mano y se inclina para besarme mientras escucho que Kevin grita su nombre. Jared se separa de mí, me guiña un ojo, y sale al escenario limpiándose el pintalabios con un dedo. Sigo un poco acelerada cuando escucho todo el público gritando al verlo.
Creo que mi cara se vuelve escarlata cuando veo que los dos técnicos y Cris me miran con sonrisitas. Genial.
El concierto se me hace corto. Quizá es porque, desde aquí, puedo robar comida y mirar el móvil con más tranquilidad. Además, puedo ver el público y lo que hacen cada vez que suena una canción. La verdad es que son increíbles. No puedo imaginarme lo que se debe sentir al ser capaz de reunir un número tan grande de gente solo para verte.
Lexi está entusiasmada porque esté aquí. Hago una videollamada con ella y Liam y les enseño el camerino en el que estoy pasando un rato. Estaba cansada de estar ahí de pie. Y solo tengo que hacer fotos del final.
—Yo también quiero un novio estrella del rock —protesta Liam.
—Dirás novia —le recuerda Lexi.
—Mientras sea una estrella del rock y mi pareja, por mí como si es hermafrodita.
Empiezo a reírme mientras Lexi sacude la cabeza.
—Oye, Brookie —me dice ella—, avísame si Kevin se lía con alguna tonta, ¿eh?
—¿Y si se lía con alguien inteligente? —pregunta Liam—. Entonces, ¿no tiene que avisarte?
—Nadie inteligente se liaría con Liam —le dice ella—. Mírame a mí.
—Eso ha sido una de las cosas más auto-destructivas que he oído en mucho tiempo —le aseguro, divertida.
—Bueno, tú avísame, ¿eh?
—Lex... —busco las palabras adecuadas—, ¿estás segura de que quieres saberlo? Es decir, está claro que vuestra relación no es muy...
—¡No tenemos una relación!
—Bueno, ya me entiendes. La cosa es que no es... muy sana.
—¡No es una relación! —repite—. Es... simplemente, que no se tire a nadie en mi ausencia.
—Como si Brooke fuera a evitarlo —Liam empieza a mover los hombros como si bailara—. Nuestra Brookie-tookie estará demasiado ocupada tirándose a su guitarrista favorito.
—Qué fino eres, Liam —protesto.
—Sigo sin creerme que la tenga más grande que Kev —murmura Lexi.
—Y ha salido la otra fina —enarco una ceja.
—¿Tengo que avisar a Sam, que es nuestra referencia de finura? —pregunta Liam, divertido.
Me quedo en silencio un momento. He estado pensando mucho en Sam estos días. En lo que Jared me dijo.
—¿Puedo preguntaros algo? —inquiero.
—Usa siempre condón —me dice Lexi.
—¡No eso!
—Es mejor sin condón —me asegura Liam.
—Sí, para tener todas las enfermedades sexuales habidas y por haber.
—¿Puedo preguntaros algo o no? —insisto.
—Dispara, pequeño saltamontes —me dice Liam.
Respiro hondo antes de formular la pregunta.
—¿Creéis... creéis que Sam puede haber sentido algo por mí?
Hay un momento de silencio. Por un momento, pienso que se van a reír por la idea tan loca, pero cuando lo hacen me da la impresión de que, simplemente, se ríen a mi costa.
—¿En serio, Brookie? —Lexi no deja de reírse.
—Creo que sí es en serio —le dice Liam, también riendo.
—¿Qué? —pregunto, irritada.
—¿Cuánto has tardado en darte cuenta? —pregunta Lexi, sacudiendo la cabeza.
—¿Eh?
—Riley también se habrá dado cuenta —le dice Liam—. Si Brookie, estando ciega, se ha dado cuenta...
—¡Yo no estoy ciega!
—Riley lo sabe desde siempre, pero está demasiado enamorada de Sam como para dejarlo.
—Y Brookie está demasiado enamorada del guitarrista de su corazoncito.
—¡No estoy...!
—Bueno, tengo que irme —dice Lexi—. Mi hermana me llama para ir a cenar. Pásatelo bien, Brookie.
—¿Y yo qué? —protesta Liam.
—Sé que tú te lo pasarás bien, pesado.
Cuelga y Liam me sonríe ampliamente.
—Bueno, Brookie, yo también voy a irme. Tengo una cita esperándome y tengo que estar guapo.
—Siempre estás guapo —le aseguro, divertida.
—Lo sé, pero está feo que lo diga yo. Por eso, espero que lo digan los demás.
—¿Y lo hacen a menudo?
—Todo el tiempo. Buenas noches, Brookie-tookie.
Decido volver al concierto justo a tiempo. Jared está terminando su solo. Me quedo mirándolo embobada antes de acordarme de las fotos. Me asomo lo justo al escenario para hacerles fotos mirando al público. Quedan genial. Objetivamente hablando.
El público enloquece cuando ellos hacen una reverencia para despedirse. Kevin repite los nombres y no puedo evitar sonreír al ver que aplauden un poco más a Jared que al resto. Realmente les gusto. Finalmente, vuelven con Cris y conmigo. Jared es el último y su mirada se clava directamente en mí. Está tan guapo con la piel un poco húmeda del calor de los focos, la camiseta de manga corta ancha, el pelo revuelto, los ojos brillantes y esa sonrisa... y ya lo sé.
Es como si las palabras de Liam solo hubieran reafirmado lo evidente. Y que he estado sintiendo esto por más tiempo del que me gustaría admitir. Lo sé tan firmemente que cuando se acerca a besarme se lo devuelvo con más intensidad de la que debería, rodeándolo con los brazos. Porque sé que no me va a rechazar. Nunca.
Y también sé que estoy enamorada de él.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top