Capítulo 5 - Nunca lo des por muerto
Me boté en el suelo a descansar, con las manos y ropa ensangrentadas, jadeaba por el cansancio y agotamiento, Jack y Daniel se encontraban en la misma situación.
Mientras tanto, el cuerpo del orco yacía de rodillas sobre su propio charco de sangre, liberando gran cantidad de humo, producido por su espalda quemada por los rayos que se canalizaron por la daga hacia su interior y su rostro quemado por el fuego de Daniel.
-Huele a carne quemada. – Dije con mi voz aun afectada por el cansancio.
-Vaya bastardo más duro. - Replico Jack, su voz era una mezcla de cansancio y risa.
-Nunca había derribado a uno tan grande. - Respondió Daniel.
-Derribamos, los 3 lo hicimos. - Aclaro Jack.
-Si claro, como digas, buen trabajo a ambos, y... Gracias por salvarme el trasero cuando casi muero aplastado por el garrote de este imbécil Orco, Darel. - Dijo Daniel con la voz menos desafiante y con una muesca casi imperceptible de gratitud.
-Con que así se siente salvar a alguien. -Replique su vago intento de agradecimiento con gracia. - Que gratificante-.
Los 3 nos reímos de la situación, aun tensos por derrotar al corpulento y resistente orco.
Mientras Jack y Daniel comenzaron a hablar payasadas (Daniel queriendo robarse el crédito en su mayoría) note que un salía demasiado humo de la espalda de la bestia.
Janet ayudó a bajar a Paul, quien aún no se encontraba en totalmente recuperado.
Janet corrió hacia mí con una sonrisa de fervor y me abrazó. - Wow, sí que es alta y fuerte. - Pensé mientras me apretaba.
- ¡Bien echo Darel, muy bien echo! Cada vez manejas mejor tu magia, lo vimos todo desde arriba, aguantaste en su espalda hasta que murió ¡Increíble! - Decía Janet con evidente fervor.
¡Lo hiciste bien Darel, ustedes igual Jack, Daniel, los Orcos de Tiniebla son enemigos duros y resistentes, no son tan comunes, es poco usual que uno allá aparecido aquí, y fuese el jefe de los duendes! - Complemento Paul.
-Si, muchas gracias, aunque pude hacerle todo ese daño porque tomé la daga de Daniel que estaba en el suelo. -Dije intentando salir del amarre poderoso de los brazos de Janet, la cual me asfixiaba con su pecho.
- ¡Malnacido, con razón encontraba que me falta algo! - Dijo Daniel dándose la vuelta para retirar la daga de la espalda de la bestia humeante.
-Bueno, podemos resumir que gracias a mí y mis dagas Darel pudo hacer algo, punto para mí. - Dijo Daniel.
Apenas Daniel se dio la vuelta, la espalda del orco líbero un humo púrpura con poderosa presión.
- ¡Cuidado! - grité advirtiendo a mis compañeros.
El orco se paró nuevamente, humo púrpura exudaba de las zonas debilitadas de su cuerpo, hasta por su rostro desfigurado por el fuego. Libero un gran rugido y marco la musculatura de su cuerpo mientras la tierra a su alrededor comenzó a temblar levemente, tomo su garrote y libero un aura asesina por el lugar.
PD: Siento que les debía una ilustración de como imagine que sería el Orco de Tiniebla en segunda fase, así que la hice rápidamente para alcanzar a subir hoy el capítulo, espero que les guste.
Lanzo un manotazo con su puño cubierto de la esencia púrpura en dirección a Daniel.
Active mi rayo para correr hacia él. Paul fue más rápido.
Coloco su escudo entre el golpe amatista y Daniel, quien aún no divisaba lo sucedido.
El golpe impactó en pleno centro del escudo de Paul, es cuál estaba revestido con magia para mitigar aún más el daño. No sirvió de mucho, tal golpe lo empujo metros hacia atrás. La presión que libero el impacto nos desestabilizó a nosotros, quienes estábamos a unos metros de distancia.
La bestia volvió a rugir. Casi parecía más grande que antes, su aspecto ahora era aún más agresivo, su rostro desfigurado por el fuego exudaba humo púrpura.
- ¡Mierda! Grito Jack. El sanador corrió en dirección de Paul.
-Una segunda fase, muy pocas bestias la tienen, solo las de alto nivel, esto es muy irregular, ¡Darel hay que atacarlo con todo!, cuando activa su segunda fase es mucho más poderoso que antes. - Grito Janet.
Mi mente quedó en blanco, por un lado, Paul nuevamente estaba en suelo por recibir el impacto, Jack debía curarlo, Daniel igual quedo en el piso desconcertado por el golpe y por el shock del impacto, Janet es combate a distancia, solamente quedo yo, debo distraerlo.
- ¡Darel, muévete! - Grito Janet. Volví mi vista a la bestia, para encontrar el puño humeante del Orco a unos centímetros de mi cara, el tiempo pareció ir más lento, Mierda- pensé, porque siempre me distraigo, no tengo tiempo para esquivar, si recibo ese golpe mi cabeza explotara, pensé en morir...... Una chispa sacudió mi mente, El rayo es rápido, debo moverme con él-. Instintivamente, mi cuerpo completo sintió una sensación electrificante, sentí un que un rayo de luz gobernaba mi cuerpo, apreté todos los músculos de mi cuerpo, no pensé en nada más que esquivar, cuando cerré y abrí los ojos, mi cuerpo se electrificó completamente, mis músculos se alimentaron de esta electricidad, y esquive.
Choque contra una roca a metros de distancia. No sé qué paso, hace un segundo estaba a punto de recibir el impacto y ahora... Estoy bastante lejos. Me moví a una velocidad inhumana.
Janet me vio con unos ojos de asombro e intriga, al parecer nadie más se dio cuenta. Sin embargo, suprimió su expresión para darle atención a nuestro enemigo.
Las flechas comenzaron a llover sobre el cuerpo maltratado del orco, que parecía sanar sus heridas lentamente por la esencia purpura que lo poseyó, Janet comenzó a correr y disparar, pero el orco resistía las flechas, algunas quedaban incrustadas entre sus fibras musculares, otras solo chocaban contra su piel y caían al suelo, solo para ser pisadas por los poderosos pies del Orco.
Necesita tiempo para canalizar su magia, debo atacarlo, pensé.
Canalice el rayo nuevamente en mi cuerpo, buscando replicar la velocidad y poder que había invocado recién en mi fugaz esquivada, pero no sucedió.
Si tan solo pudiera canalizar mi rayo en una lanza o proyectil, pero únicamente puedo mantenerlo en mis brazos o pies, reflexioné frustrado.
Volví a canalizar con fuerza y corrí hacia la bestia, electrifique mis puños y piernas, la intensidad de poder que invoque, esta vez no se comparaba a la anterior, comenzaré a atacar sus zonas heridas, pensé.
Lancé un golpe potenciado por el rayo por debajo de sus costillas, su cuerpo se estremeció, sentí como mi puño estaba intentando abrirse paso, pero su piel era dura y resistente. El Orco volvió su atención en mí.
Comenzó a atacar con sus puños imbuidos en la esencia púrpura y yo a esquivar, lanzó un poderoso golpe con ambas manos hacia el suelo, quebrando la tierra en el impacto, esquive el golpe y me acerqué para contraatacar nuevamente, pero el orco respondió con un golpe rápido, pero débil, el cual tuve que bloquear con ambos brazos electrificados, aun así, me desestabilizó y causo daño.
Respire profundamente e hice mi mayor esfuerzo por ignorar el dolor, me abalance contra el orco que no fue capaz de bloquear mi ataque, impacte su rostro con una patada electrificada desestabilizando al orco, mientras tanto, las flechas de Janet comenzaron a penetrar su espalda, esta vez las flechas estaban imbuidas en magia de viento, maximizando su daño y velocidad.
El orco envió un rugido potenciado de dolor, aproveche el momento para golpear su estómago, impactando el mismo lugar destruido por los golpes del mazo de Jack.
No pare de golpear hasta que la carne y sangre de su zona abdominal quedo expuesta.
- ¡Darel, abajo! - Grito Paul, disparando una lanza de magia que atravesó su estómago, dejando un orificio significativo en su cuerpo.
- ¡Ahora esto! ¡Wind Impact! - Grito Janet disparando una flecha de magia gran tamaño, cuando la flecha salió de su arco empujo a Janet hacia atrás por la fuerza. La fecha viajó una velocidad imperceptible e impacto en su hombro izquierdo destrozando toda la carne que encontró en su camino, el brazo del orco se separó de su cuerpo y voló varios metros hasta terminar rodando en uno de los charcos de sangre.
Pequeñas bolas de fuego concentrado impactaron sus piernas, derritiendo su piel hasta dejarlo de rodillas. Me di vuelta para ver a Daniel canalizando ese fuego.
Jack me mira fijamente, y agarra una de las dagas suelo. - ¡Rápido Darel, su cabeza, debes córtala! - Con fuerza lanza la daga en mi dirección.
Corrí hacia el punto de encuentro (entre mí y el orco arrodillado), agarre la daga, tomándola con la empuñadura al revés (el filo hacia abajo), canalice el rayo con toda la energía que me quedaba.
Mientras daba vuelta mi cuerpo en dirección al cuello de la bestia arrodillada, un rayo dorado enrosco mi hombro y avanzo por mi antebrazo hasta mi mano, donde termino por imbuir la daga.
El rayo concentrado sonaba como un millar de aves, pensé.
Con todas mis fuerzas restantes, realice un corte en forma de arco por el cuello del resistente orco, la daga electrificada rompió cada fibra muscular y la quemo al mismo tiempo, separe su cabeza del resto del cuerpo. La sangre bañó el piso.
La fuerza del golpe creo corrientes de viento y estelas de rayos dorados a mi alrededor, el viento se llevó el humo púrpura que habitaba dentro del cuerpo del orco, la cabeza de la bestia rodaba consumida por los rayos.
Esa esencia purpura, era casi igual a La Tiniebla, es como si poseyera sus cuerpos, pensé mientras tomaba aire.
Lo había matado, yo, un mago para nada excepcional, con débil control de magia, decapite un orco de segunda fase. Pensé, aun procesando lo recién ocurrido.
Dejé escapar un respiro agotador, el cansancio físico y mágico era notable, sentí como la fatiga cargaba mi cuerpo hacia el suelo, me senté en el pasto, el cual estaba bañado de sangre, una que otra visera o extremidad de duende se filtraba en el campo de batalla. Descanse, mire mis manos llenas de sangre oscura, proveniente tanto de los duendes como del Orco, cierre los ojos y respire hondo, hasta que, sin darme cuenta, caí dormido.
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