Capítulo 15 - Un sujeto irregular
En este capítulo entraremos a una dinámica que espero poder ocupar más a futuro, y es no siempre ponernos en el punto de vista del protagonista (Darel), sino también de terceros, esto me permite abordar la historia desde otra perspectiva y detallar información desde otros contextos.
Punto de vista del Portaluz Miles Malash:
El sonido de la puerta de madera siendo repetidamente golpeada invadió mis oídos, desperté con cierto grado de resignación, había estado trabajando sin parar alrededor del asentamiento de Rialde, necesitaba estas horas de sueño. Habrá pasado 6 meses desde que se liberó un árbol de luz menor en este lugar, desde entonces, el Ministerio Portaluz ha estado enviando personal y recursos constantemente para establecer un asentamiento militar, comenzamos construyendo barricadas, magos de afinidad de tierra levantaros muros perimetrales, casas y edificios pequeños surgieron mientras más personas llegan a habitar el lugar. Fui asignado como Portaluz terrateniente de esta zona, mi labor es proteger este árbol menor y resguardar la zona a su alrededor. Sin embargo, el deber siempre llamaba, sin importar la hora. Muchas veces debíamos hacer rondas de patrullajes nocturnas, por si una bestia de tiniebla aleatoria conseguía llegar aquí. Solo hace pocos días un Troll de Tiniebla llego a las puertas, de alguna manera esa comadreja logro salir de una mazmorra y colarse hasta llegar al asentamiento, no fue peligroso para mí, un simple movimiento de hacha partió a la bestia en dos, sin embargo, es necesario mantener a la gente segura, protegida, hacerles sentir que fuera de la Ultima Fortaleza puede ser un lugar donde vivir, es necesario poblar los alrededores, frenar el avance de La Tiniebla, la supervivencia de la raza humana depende de ello.
–Portaluz Miles– La voz firme, pero con cierto miedo de una soldado, traspaso la puerta– Portaluz miles, soy yo Melina, me han enviado a buscarlo, necesitamos partir rápidamente, se ha detectado un posible árbol liberado.
Un árbol de luz, ¡imposible!, sería extraño, ¿quién podría haber completado una mazmorra y liberado un árbol menor? Los informes no mencionaban ningún escuadrón de soldados Portaluz recorriendo esta zona del valle oscuro, si alguien entro a una mazmorra debió ser algún aventurero.
Lavé mi rostro en agua fría buscando despejar todo rastro de sueño y fatiga, me revestí en mi armadura de Portaluz, portando los sagrados colores del árbol de luz, un abrigo largo gris perla, en mis muñecas, pecho, hombros y botas, coloque las piezas revestidas de oro dorado, tome mi hacha y la coloque en mi espalda, no solía usar capa como otros Portaluces, pero siempre seguía el código de vestimenta que el Ministerio exige, gris perla con dorado, asemejando al Árbol de Luz.
Me miré atreves de la delgada plancha metálica, en el reflejo vi un rostro cansado, más de 30 de sirviendo como soldado y Prtaluz, el tiempo cobra factura, mis ojos ya tenían ojeras, una que otra cana se filtraba en mi cabello corto y oscuro, también en mi barba frondosa, en mi piel morena se filtraban cicatrices y marcas de batallas.
Me dirigí al gran salón del edificio del ministerio el cual tenía unos 20 metros de largo por 10 de alto, hecho casi en su totalidad de mampostería de piedra y madera. Grandes baldosas de piedra liza y cerámicos tallados formaban los suelos, en el fondo del salón ardía el fuego en la chimenea, alfombras doradas y cuadros embellecían las superficies revestidas en madera rustica, alumbrados por un cálido naranja que producía el fuego de los candelabros, el símbolo del ministerio era notable en casi todas las superficies.
Comencé a caminar hacia el segundo piso del edificio, escalera de madera reforzadas con metal permitían la conexión con el salón de la división científica del edificio. Muchos soldados y sirvientes me miraban y hacían una reverencia cuando pasaba, y debían hacerlo, soy un Portaluz, un instrumento directo del árbol de luz para combatir las tinieblas.
–Portaluz Miles– La soldado Melina interrumpió mi caminata por las escaleras– No es necesario que lo confirmé directamente con la división científica, ya hablé con ellos y todos sus dispositivos de detección ya confirman la aparición de un nuevo árbol, incluso se ve desde afuera, la luz de un árbol de luz surca los cielos.
Asentí a la soldado Melina, ella había sido transferida a este sector hace poco y era mi asistente, la mujer era rigurosa y habladora, con personalidad conflictiva, de baja estatura y cabello rubio corto, rasgos fáciles finos, la mayoría de las veces me exasperaba, pero cumple bien con su trabajo. La acompañé a las afueras del edificio, un escuadrón de varios soldados me esperaba ya en posición, todos arriba de sus caballos, me saludaron con respeto. También unos caballos tiraban de una carreta donde el sanador iba sentado, unos cofres vacíos y otros con implementos y raciones de comida. Con simple vistazo reconocí a varios magos (por su varitas y bastones), un par de defensas, y espadachines.
–Señor, al este, ahí puede ver la luz del árbol menor, sugiero que nos apresuremos ya que puede que el grupo que completo la mazmorra este herido y necesite atención médica.
–Lo sé Melina, no es necesario que me digas lo obvio, recuerda tu posición.
La soldado se ruborizo, agacho su cabeza y rápidamente fue se subió a su caballo.
– ¿Le notificaste al Portaluz Duran que mientras este fuera el queda a cargo? – Pregunte a Melina.
–Claro señor- Asintió con la cabeza la mujer.
–Perfecto, andando entonces.
Comenzamos a cabalgar en dirección de la Luz que surcaba el cielo, era idéntica a la luz que emanaba el árbol menor que se encuentra el Rialde. Los soldados porteros abrieron la gran puerta de 2 hojas metálica que funcionaba como acceso y salida del asentamiento. El pequeño asentamiento paso de ser un puesto de avanzada de soldados a ser un pueblo, el edificio más grande era del Ministerio de Portaluz, donde yo regia, aunque hace poco se instaló un edificio que funciona como sede de aventureros. Todo alrededor del árbol de luz comenzó a ser hermoso, el pasto verde emergió de la tierra seca, árboles frutales germinaron, incluso esteros y ríos menores comenzaron a surgir, permitiendo generar un molino en el pueblo.
Seguimos cabalgando en dirección a la Luz, me sentí esperanzado, el hecho de que hayan liberado otro árbol menor significaba replicar lo que había pasado el Rialde, otro asentamiento, luego otro pueblo, y así más personas migrarían de La Última Fortaleza hacia los valles oscuros.
Quienes fueran los que liberaron ese árbol, la humanidad les debería por su granito de arena, pero al ser aventureros, tengo la obligación de traerlos de vuelta al Ministerio de Portaluz más cercano e interrogarlos, y también, de confiscar los recursos que lograron sacar de la mazmorra.
Tal vez incluso podría negociar con ellos, dejarlos quedarse algunas ganancias para que renuncien al crédito de haber liberado el árbol, si eso llegara a pasar, mis influencias dentro de la nobleza y mi historial de Portaluz crecería, no sería correcto, pero, en este mundo, cualquier leve ventaja es aceptada.
Mi objetivo es seguir generando un buen historial de Portaluz, a si quizás, cuando mi servicio acabe, el Ministerio me lleve de vuelta a La Última Fortaleza y pueda ejercer como un noble influyente, en vez de seguir rigiendo un pequeño pueblo en los valles oscuros.
Continuamos cabalgando hasta llegar a un punto donde el árbol en si era visible.
Apenas salimos del radio de luz del árbol menor de Rialde, la flora y fauna en general comenzaba a perecer, o simplemente no se hacía visible, aunque esta zona no estaba cubierta en Tiniebla, parecía ser necesario estar cerca de un árbol de luz para que se genere "vida". Ahora que estamos cerca de este árbol menor recién liberado, el efecto de vida se replicaba, pasto y flores nacían de la seca tierra, humedad ambiental, arboles, pájaros, roedores, etc.
Finalmente galopamos cerca de 1 hora hasta llegar al árbol recién liberado. Era hermoso ver como una zona que anteriormente estaba cubierta en Tinieblas ahora albergaba vida, todavía se podía ver como las Tinieblas retrocedían lentamente mientras el brillo del árbol menor crecía.
–Señor Miles, creo que se ven personas. – Exclamo Melina mientras apuntaba con su dedo.
–Soldados, en posición, nunca se sabe que puede pasar-. Grité, dando énfasis en el orden hacia mis soldados.
Avanzamos más y más, y las débiles figuras iluminadas por la luz del árbol menor comenzaron a hacerse más visibles, cada vez más, notaba 4 bultos, pero solo 1 de ellos se movía.
Hasta que finalmente llegamos al tronco del árbol menor, y nos encontramos con un extraño escenario.
– ¿Quién eres tú? ¿Qué paso aquí? – Pregunte con voz firme y fuerte.
–Mi nombre es Darel, soy aventurero.
Todos los rostros de los soldados quedaron anonadados con la vista. Un joven, no, mejor dicho un niño, no más de 16 años quizás, estaba cavando 4 zanjas rectangulares en la base del árbol, pero en la corteza del árbol estaba lo extraño, cuerpos, 3 cuerpos, 1 de una de mujer, 2 de dos hombres, mire mejor y encontré otro cuerpo, aunque en por estado, destrozado en general, 4 personas muertas rodeaban al chico que se hacía llamar Darel, mire sus ropas, todas llenas de sangre, polvo, tierra y desgarradas, el lugar alrededor era igual, signos evidentes de batalla evidenciaban el lugar, zonas quemadas, rocas destruidas, el pasto en muchas zonas se teñía de carmesí, incluso en la propia corteza del árbol habían gotas de sangre.
–Bien niño, nos dirás exactamente que paso aquí-. Ordene al joven Darel, con un tono de voz autoritario, el chico necesitaba saber que aquí yo mando y el obedece, soy un Portaluz, el solo un aventurero.
–No hay mucho que decir, completamos la mazmorra, liberamos el árbol-. Respondió el chico, su tono de voz era completamente neutral, sin ninguna carga emocional, una voz seca y vacía. Pero sus ojos, sus ojos si expresaban algo más, me detuve para ver mejor al chico, cabello castaño oscuro, que se iluminaba hasta ser más claro gracias a la luz de árbol menor, tez blanca, alto para su edad, cuerpo atlético, aunque se notaba una contextura delgada, su ropa estaba desgastada, cortada, y llena de sangre, rasgos finos, mandíbula marcada, sus ojos, eran extraños, sus ojos de color miel, representaban amargura, resignación...odio.
–Ellos–Pregunte señalando los cuerpos– ¿Eran tu grupo?
–Si, lo eran-. Respondió con voz seca.
– ¿Qué fue lo que paso? ¿Solo tu sobreviviste? – Replique con insistencia y autoridad.
–Así es, solo yo sobreviví a las bestias dentro de La Tiniebla.
–Escucha niño, debes especificar exactamente lo que paso, las traiciones dentro de las mazmorras son habituales, y es extraño que justamente el integrante al parecer más débil sobreviva. – Melina interrumpió con voz ronca y llena de atisbos de agresividad.
–¡Melina, basta! – Grité mirando enfadado a la soldado– Deja que se explique, ¿Qué clase de bestia mato a 4 de tus compañeros?
– ¿Qué clase de bestia? – El niño respondido, ahora con notable furia en su voz, soltó el pedazo de metal con el que estaba haciendo los agujeros, nos miró fijamente. – De las bestias que hablan.
– ¿Bestias que hablan? ¿De qué hablas niño? – Interrumpió rápidamente Melina. Los demás soldados comenzaron a hablar entre sí, murmullos y diferentes comentarios comenzaron a invadir mis odios, "Bestia que habla", "se rumora que son bestias más avanzadas", "debe ser una mentira, las bestias no se puedes expresar, solo matan", "Son un mito, no existen", "debe estar delirando".
– ¡Basta! – Grité, haciendo callar los comentarios, inmediatamente el ruido cesó, y todos miraban a joven llamado Darel, él era definitivamente un sujeto irregular.
El joven sobrevivió a una bestia de Tiniebla consiente, las cuales son extremadamente poderosas, pero al parecer, él no sabía que El Ministerio Portaluz aun no hacía público el hecho de la existencia de Bestias consientes, hasta ahora solo estaban recopilando relatos e información sobre esto, pero esta información solo era manejado entre los altos rangos del Ministerio y Portaluces influyentes, como yo, aunque al parecer los rumores se han expandido de informal dentro de la Ultima Fortaleza y los aventureros.
–Basta, yo interrogare personalmente al niño, ustedes comiencen a explorar los alrededores y formen un campamento, Melina, manda un soldado de vuelta para que traiga más recursos y personal, debemos comenzar a levantar un puesto de avanzada. –Comandé a mi pelotón. – Niño ven, me contaras detalladamente todo lo que pasó.
–No soy un niño.
– ¿Eh? – deje escapar un gruñido desconcertado.
–Desde que llegaste se refieren a mi como niño y no lo soy, y puedes interrogarme después de que les dé sepultura a mis amigos. – Respondió con voz seca, el niño no se dejó intimidar.
– ¡Escucha niño insolente! Quien te crees para hablarle a si al señor Miles, él es un importante miembro de la Casa Malash y es Portaluz en jefe del pueblo de Rialde, más vale que pienses tus palabras o te mandara a ejecutar. – Melina interrumpió y comenzó a Gritar.
–Basta Melina, cállate por un segundo–. Interrumpí con voz más potente. – Eh, niño, disculpa, digo Darel tiene razón, hay que darle sepultura a los Aventureros que dieron su vida por librar el árbol.
Baje de mi caballo y active mi magia, con una mano surqué un rectángulo perfecto de tierra, levante la tierra dejándola a un lado, con mi otra mano invoque agua y moje la tierra, forme una mezcla homogenizada, también atraje las piedras granulares que quedan cerca le di consistencia, termine dándole forma de ataúd. El chico Darel me miro extrañado.
– Melina, genera una fogata–. Ordené a mi asistente con afinidad de fuego, quien rápidamente formo una llamarada uniforme, coloque el ataúd de tierra sobre la llamarada y la mezcla de tierra, piedra y agua comenzó a cocinarse, pasaron unos segundos y la mezcla endureció, el ataúd se ensamblo perfectamente. Repetí este proceso 4 veces.
Mientras seguía haciendo eso, vi como el único sobreviviente llamado Darel, caminaba hacia los cuerpos de sus amigos, limpiándolos con un pedazo de tela.
–Oye, chico, debes retirar todos los bienes y recursos que obtuviste dentro de la mazmorra, sabes cómo es esto. – Ordené.
El chico asentó con la cabeza, comenzó a retirar las pertenecías, bolsos llenos de esquirlas, piedras preciosas, libros, etc.
–Listo muchacho, los ataúdes están listos, ahora puedes darles sepultura a tus amigos.
Ordene a unos soldados que ayudaran a levantar los cuerpos e introducir los cuerpos a los ataúdes improvisados que cree. Un cuerpo estaba quemado, carbonizado. Otro cuerpo estaba despedazado en varias partes, la carne aplastada, fue desagradable de ver. El otro cuerpo bastante alto y grande, era un chico muerto por una herida atravesado en su pecho, incluso rompió su armadura. Qué clase de bestia es capaz de hacer eso, pensé. El ultimo cuerpo era de una mujer, estaba pálida y con el cuello morado, posiblemente le quebraron el cuello, una muerte rápida, pensé.
El chico agarró la mano de la joven muerta y la apretó fuertemente, luego la soltó y secó una lagrima que corría por su mejilla.
Cerré los ataúdes y los deposite en las excavaciones que genere, luego cerré las excavaciones vertiendo la tierra. Luego levante unos pequeños cuadrados de roca sobre la superficie de las 4 tumbas.
–Chico, dime sus nombres.
– Ese Jack, el otro se llamaba Daniel–. Dijo el chico señalando los ataúdes de cada nombre.
– ¿Sin apellidos?
–No conocía sus apellidos. Los otros dos son Paul y Janet, ambos Vulkan.
–Disculpa ¿dijiste Vulkan? –. Pregunto Melina.
–¿De la casa Vulkan?–. Pregunté.
–Si, de la casa Vulkan–. Confirmo el chico.
–Ellos eran aventureros famosos, escuche sus nombres varias veces en la sede de los aventureros–. Complemento Melina.
–Perfecto, nos explicaras que sucedió aquí, Darel.
Usé mi magia y escribí los nombres en placas piedra.
Levante rápidamente un par de sillas de piedra e invite al chico a sentarse para que cuente lo que sucedió.
–Melina, traer al sanador y un poco de comida para Darel–. Ordené.
–No es necesario un sanador, cuando libere el árbol curó la mayoría de mis heridas, sin embargo, si tengo hambre-. Replicó el chico.
Asentí y Melina fue en busca de provisiones.
–Okey Darel, empecemos por el principio, hace cuanto entraron a esa mazmorra.
El joven comenzó a relatar todo su recorrido dentro de la mazmorra, los enemigos a los cuales se habían enfrentados, no escatimo en detalles sobre los diversos parajes y situaciones que vivieron, aunque notaba que omitía ciertas cosas en la forma en que venció a estas bestias por su tono de voz. Le pedí a Melina que anote todo lo que el chico decía para generar un informe.
–Bien Darel, hay cosas que aun no entiendo, hiciste énfasis en la cantidad y fuerza de las bestias, varias veces dijiste que los más experimentados del grupo concluyeron que estas bestias no eran "normales", más bien estaban fuera de lo común, me describiste bestias de doble fase y más enemigos poderosos que normalmente no pueden ser heridos por magia normal, siendo así, ¿Cómo los vencieron? - Pregunté con tono de voz sugestiva.
–Yo creo que puedo usar artes de luz.
Demore un par de segundos en procesar la respuesta del chico, el mero hecho de que un usuario de ese nivel de magia ande suelto en los valles oscuros era un hecho ridículo, sin hablar de la importancia estratégica que tendría para el Ministerio Portaluz sumar otro usuario de Artes de Luz a sus filas, si este chico dice la verdad, debería ir inmediatamente a ser testeado por los Ancianos Mayores del Ministerio.
–¿Artes de luz dices? Eso significaría que tu magia es efectiva contra bestias de alto rango, lo siento chico, acabo de darme cuenta de que no pregunte por tu apellido.
-No tengo apellido–. Respondió el chico.
–¿A qué te refieres? Si eres usuario de Artes de Luz debes pertenecer a una casa con apellido de renombre, como los Gladster, Mirian, Kelendel, etc. ¿O Tal vez de refieres que provienes de la nobleza baja y que tu apellido no es conocido? – Pregunte intentado encontrar justificación a las respuestas del chico.
–No señor, me refiero que no tengo apellido, soy huérfano, una maga anciana retirada llamada Eira me crio hasta que murió, luego de eso vagué en las calles de la Ultima Fortaleza hasta tener el suficiente valor de hacerme aventurero y salir al valle oscuro.
–Chico, no esperas que vaya creer esa mentira, es imposible que seas solo un plebeyo, así como lo veo solo hay dos opciones, sobreviviste de suerte o estas mintiendo sobre las artes de luz, las cuales solo se dan en los linajes puros de la realeza, a menos que seas un bastardo de algún noble, sin embargo por mandato de los decretos reales los bastardos deben ser capturados y entrenados desde niños por el Ministerio Portaluz, si no es así el noble pierde automáticamente su rango social y bienes, no hay forma de que alguien se escape. No alguien como tú.
Era evidente, el chico mentía por alguna razón, lo más probable es que alguno de los miembros de su equipo muerto haya vencido las bestias, quizás el chico los traiciono y mató para quedarse con las recompensas de la mazmorra, no hay forma de que una clase baja tenga esos poderes, poderes que ni yo como Portaluz de alto rango tengo.
–Digo la verdad, cuando luchaba, mi magia de rayo cambiaba, su tonalidad era diferente, hacia daño real y tomaba formas que nunca antes había logrado, me sentía...poderoso.
–¿Magia de rayos dices? –Era evidente, el chico era un mentiroso, es imposible, la magia de rayos se perdió entre los magos, quedan muy pocos capaces de hacerla, tanto así que ha entrado al rango de magias extintas. Muéstrame esa magia, o te ejecutare inmediatamente por mentirle a un Portaluz de alto rango. - Repliqué con furia, el chico me estaba tomando el pelo.
–¡Señor este chico evidentemente está jugando con nosotros, debió haber traicionado a su grupo y ahora quiere mentirnos! - Interrumpió con ferocidad Melina.
Creí que melina comenzaba a tener razón hasta que el chico se paró y estiro su mano, vi como lentamente pequeños zarcillos de chispas doradas enrollaron su mano y fluyeron por su brazo, era como chispas aleatorias que generan ruidos similares a los de un polluelo, me hico recordar al Anciano Mayor Gelmi, cuando nos enseñaba sobre fundamentos de las desviaciones mágicas e invoco un rayo, este chico hacia lo mismo, pero a menor escala,
–¡Calma Melina! - Retrocedí al ver el espectáculo del chico. –Míralo, es un rayo efectivamente, creo que encontramos a un sujeto peculiar.
–Tu igual lo eres, vi como invocaste dos elementos para hacer los ataúdes, agua y tierra, no había escuchado de algo así antes–. Replico el chico mientras apaciguaba los rayos en su mano.
-Si chico, soy un doble elemento, nací así. Sin embargo, no es tan especial como un arte de luz y magia de rayo, el Ministerio Portaluz debe saber de ti inmediatamente.
El chico no emitió comentario alguno, pero asintió afirmativamente con la cabeza.
–Aún falta que me hables sobre esta bestia que habla–. Repliqué.
El chico esta vez fue más detallado y describió que con su magia de rayo combinada con las artes de luz hizo que la bestia escapara. Sin embargo, me pareció extraño, había cosas que no cuadraban, sin embargo, termine el interrogatorio y deje que el chico comiera tranquilo. Me aleje para darle su espacio y melina se acercó a mí.
–¿Qué opina señor? - Pregunto la asistente.
–Creo que dice la verdad, al menos en su mayoría, pero esconde cosas. La bestia que me describió concuerda con otros relatos que he escuchado, una bestia poderosa y consciente que mata por placer, que a veces deja a uno que otro sobreviviente vivir, el que lo haya hecho escapar me parece ilógico, sin embargo, de alguna manera consiguió liberar el árbol menor. - Necesito que vuelvas a Rialde con el chico, crea una copia del informe escrito y escribe un acta a mi nombre que permita al chico entrar a la Última Fortaleza y que lo reciban en el Ministerio Portaluz. Además, debes contabilizar los recursos que obtuvo y dejarnos con el 95%. Dale al chico un par de esquirlas por su trabajo. luego de eso mándalo a la Ultima fortaleza.
- ¡Señor Miles! ¿Está usted seguro de esto? –Preguntó la mujer sorprendida.
–Si, definitivamente lo que este chico vivió dentro de la mazmorra le interesara a los Ancianos Mayores-. Repliqué.
Pasaron minutos y vi como el chico llamado Darel se alejaba junto a Melina en la carrera tirada por caballos, mientras yo me quedaría para asegurar el asentamiento.
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