Capítulo 1 - Un camino entre las Tinieblas

Luz y oscuridad, mi mente proyectaba una batalla eterna entre ambas fuerzas, se sentía como si estelas cegadoras penetran una profunda tiniebla, no pasaba tanto hasta que la luz se perdía en la oscuridad, o la oscuridad padecía ante la luminosidad, lo veía desde lejos, como un espectador, hasta que la luz y la oscuridad me miraron, se acercaban a mí, corrían hacia mi punto de vista y ambas invadían mi cuerpo, envolvían mis extremidades, corrompían cada centímetro de mi carne hasta que confluyeron en mi pecho. ¿Cuál ganara esta vez?

La sensación de escalofríos que invadió mi cuerpo me obligo despertar de lo profundo de mis vagos pensamientos, el sueño recurrente de ambas fuerzas luchando atormentaba mi cabeza desde hace ya tiempo. Mi piel se erizó con el frio característico que emanaba la entrada de la mazmorra, acompañado de la espesa Tiniebla de color amatista oscuro que se mimetizaba con el entorno. Abrí mis ojos para ver la entrada de la mazmorra, pequeñas chispas purpuras emanaban de manera aleatoria alrededor de ella, la presión de estas acompañada de los fuertes vientos movía la capa de mi abrigo con ferocidad, casi advirtiéndome que no entrara ahí, pero no, yo debo entrar, debo completar este viaje.

Sentí las voces mi alrededor, cerca de mi estaba mi grupo, 5 personas en total, me sentía alejado de ellos, concentrado en la extraña esencia que emanaba de la mazmorra, esta Tinieblas que envuelve todo, tan antigua como el mundo, pero con tantos misterios, estaba al frente de mí, pero su verdadero propósito era desconocido para todos.

Paul golpeó mi hombro, despertándome de mi momento de concentración y soledad.

–¿De nuevo te alejas del grupo para parecer interesante? Siempre haces lo mismo Darel, entiende que no llamaras la atención de las chicas así– dijo en tono burlón.

Paul, llevaba meses con él y también con el grupo, recorriendo el valle oscuro, eliminando asentamientos de bestias y buscando mazmorras, Paul era lo más cercano a un amigo para mí en este momento, era bromista, alegre, inspiraba confianza en el resto del grupo. Era alto, de tez morena, cabello largo y negro que le llegaba hasta el cuello, mirando con ojos marrones que transmitían amabilidad.  Hábil en defensa, combate cuerpo a cuerpo y distancia, llevaba una armadura color perla que se adecuaba a su cuerpo robusto pero atlético, en su mano derecha cargaba un guante que le permitía canalizar mejor sus lanzas de magia pura, en la mano izquierda portaba un escudo de la mitad de su tamaño de forma rectangular color perla con detalles verdes, aunque ya desgastado por el paso del tiempo y las batallas.

Me di la vuelta para devolver el golpe, pero esta vez dirigido a su estómago, causando una pequeña risa en ambos.

–Si claro Paul, acabas de descubrir mi plan secreto –respondí con sarcasmo.

–Cada vez que estamos a punto de entrar a una mazmorra te pones así de melancólico, intenta calmarte, solo es una exploración de bajo nivel, esta zona del Valle Oscuro no es tan peligrosa– replicó con voz amable.

El Valle Oscuro, se ubicaba en las afueras de la Última Fortaleza, donde la Luz del Árbol comenzaba a debilitarse. El cielo se veía lleno de Tiniebla amatista y nubes grises, rayos poderosos del mismo color tronaban e invadían mis oídos, la atmosfera en general era oscura y deprimente. Ni la flora ni fauna sobrevivía donde La Tiniebla gobierna, excepto las bestias de Tiniebla que nacen de los nidos dentro de las Mazmorras. El suelo en el valle oscuro es solo tierra seca, cuarteada e inerte de color gris, montículos y colinas se alzan en los horizontes, sin embargo, estos a la distancia se mezclaba con profunda Tiniebla. Al final, el paisaje triste de los Valles oscuros termina donde la pared de Tiniebla se lo permitía. 

Paul tenía razón, estábamos explorando una zona no muy alejada de la Última Fortaleza, donde con suerte, se pueden encontrar Mazmorras, estas, son entradas a espacios físicos distintos al nuestro, como puertas a zonas desligadas a nuestro mundo, en su interior, normalmente encontraban nidos de bestias, tesoros, minerales o quizás una bestia de tiniebla de poder inimaginable, aunque esto último solo eran leyendas. Lo importante, es que dentro de las Mazmorras existía la posibilidad de encontrar un Árbol de Luz Menor, estos Árboles Menores, replicaban el efecto del Gran Árbol de Luz, pero a menor escala, repeliendo La Tinieblas en un área reducida, esto permitía que las áreas seguras alrededor de la Última Fortaleza crezcan y que se construyan asentamientos para asegurar la zona desbloqueada.

Éramos el único grupo que se encontraba cerca explorando, por ello fuimos los primeros en encontrar la entrada de la mazmorra. Lo cual fue una suerte, ya que explorar los valles oscuros y encontrar una mazmorra no era tan común, normalmente los Portaluz tenían el derecho de explorar primero la mazmorra, pero no siempre eran los primeros en encontrarlos, ya que los aventureros como yo u otros, pueden salir a explorar los valles oscuros bajo su propio riesgo.

Obviamente esto no era por diversión, más bien era por el poder, los recursos y conocimientos dentro de las mazmorras, ya que esto era algo preciado en la sociedad. Un Portaluz o aventurero reconocido de alto nivel tenía asegurada su posición social y política en este mundo, su nombre se haría popular entre los habitantes de La Última Fortaleza y ganarían un gran prestigio. Los Portaluz, son humanos nacidos con la bendición del Gran Árbol de Luz que les permitía usar la magia, ellos son los encargados de proteger La Última Fortaleza y explorar los valles oscuros, para así eliminar La Tinieblas de la zona y expandir el territorio.  Ellos sirven directamente al Ministerio Portaluz y a su vez al Gobierno de Reina, que rige La Última Fortaleza, la última ciudad de la raza humana.

Sin embargo, no todos los bendecidos por el Árbol de Luz, ósea usuarios de la magia, eran Portaluz, algunos preferían usar su habilidad magia en otras profesiones, como ser aventurero, por ejemplo. Básicamente un aventurero le quita el trabajo a los Portaluz.

–¡Paul, nunca subestimes una mazmorra! recuerda lo que nos enseñaron en la academia, nunca sabes qué tipo de bestias o enemigos habrá adentro, aunque sea de bajo nivel, debemos ser precavidos, además Darel aún se recupera del todo de su última herida ¿o sí? – Janet interrumpió nuestra conversación.

–Si, creo que he curado bien, gracias por tu preocupación Janet– respondí recordando un corte en la espalda provocado por cuchilla de un Troll de Tiniebla cuando limpiamos un asentamiento de bestias hace unos días.

Janet era levemente más alta que su hermano Paul, de características faciales similares, un largo cabello negro y ojos más claros, aunque obviamente ella era guapa de la familia. Ella fue una de las primeras que me ayudo a integrarme al grupo, siempre amable y simpática, sobreprotectora y exagerada en algunas ocasiones. Su especialidad es el arco, muy hábil, rápida y certera, potenciaba sus disparos con su magia, tener alguien así de poderoso en el equipo elevaba la moral. Vestía una camisa de tela blanca con amarres y pantalones de cuero negro, según ella le daban más flexibilidad que una armadura ligera. En su espalda cargaba su arco y carcaj, de colores perlas con detalles verdes igual que el escudo de Paul, según me habían dicho, estos eran un regalo heredado de su familia, la familia de apellido Vulkan, conocida dentro de La Última Fortaleza por su riqueza y poder.

Paul respondió colocando los ojos en blanco y con una muesca –Hermanita mía, ¿cuándo será el día en que te preocupes más por mí que por Darel? 

-El día que dejes de ser tan despreocupado, idiota –replico ella con una leve risa.

Me alegre de ver como los ellos discutían por simples banalidades, rebosaban felicidad y alegría al apoyarse como hermanos y tener una familia de respaldo, algo que yo había dejado de sentir hace mucho tiempo.

–Sabes que el tipo de magia de Darel es poco usual, cada vez quedan menos personas capaces de controlar la magia de rayo. Desde que ha estado con nosotros su habilidad ha mejorado bastante pero no por eso debes ser tan despreocupado –replico Janet con seguridad, regañando a su hermano.

–Está bien, tienes razón, bueno, lo siento, solo era una broma– le respondió Paul, colocando los ojos en blanco por la actitud sobreprotectora de su hermana para conmigo.

Ella me dio una mirada y una sonrisa, le respondí de la misma forma.

Dirigí mi vista a los otros dos integrantes del grupo, Jack y Daniel se habían unido hace poco, eran dos aventureros que exploraban El Valle Oscuro y terminaron por unírsenos de casualidad. Jack es simpático y reservado, de aspecto robusto, no alto, pero si ancho, cabello castaño rojizo y Daniel, bueno él tiene su temperamento, de complexión normal, piel pálida y cabello negro corto. Ambos tenían experiencia como aventureros, se notaba por la calidad de sus armas y armaduras.

–¿Están listos para entrar? –Preguntó Jack.

–Sí claro, solo le estaba quitando un poco el miedo a Darel- respondió Paul guiñándome el ojo– Vamos a hacer esto rápido.

Janet y yo asentamos con la cabeza y entramos a la mazmorra.

Camine lentamente hacia adelante adentrándome a mi destino.

Crucé por la entrada que cortaba La Tiniebla, era como ver una fisura de luz brillante que abría y separaba La Tiniebla grisáceas y amatistas. Una presión poderosa impactó mi cuerpo, pero seguí caminando hasta cruzar por completo la entrada, vi ante mí un lugar rocoso y poco iluminado, la sangre teñía las paredes de lo que parecía ser un túnel.

La mayoría de las entradas de las mazmorras eran así, pero los paisajes dentro de ellos son diferentes al del Valle Oscuro.

En el Valle Oscuro, La Tiniebla marchitó todo a su paso, donde antes había bosques hoy solo quedan restos secos de lo que alguna vez fueron árboles, donde los ríos alimentaban los seres vivos del Valle, La Tiniebla se encargó de secarlos para dejar una estela de cadáveres de peces, ni si quiera el pasto crecía, todo se volvía carente de vida hasta podrirse, por eso recibía su nombre, porque solo queda un terreno muerto e inerte oscurecido por La Tiniebla. Pero dentro de las mazmorras era diferente, existía vida dentro de ellas.

Al fondo del túnel se podía observar una luz débil, comenzamos a caminar y mientras más nos acercábamos el frio y humedad de la mazmorra enfriaba nuestros cuerpos, luego de una pequeña caminata logramos salir del estrecho túnel para encontrarnos con un claro, una planicie rodeada de vegetación, árboles y estructuras de piedra y bloques deterioradas, con un gran pilar redonde en el centro.

Una vez salimos del túnel y nos situamos en el centro de este lugar, Jack y Daniel se acercaron a las ruinas formadas por los bloques de piedra para buscar algo de valor e inspeccionar, mientras que Janet potencio sus piernas con magia y saltó a lo alto del pilar central para ver que deparaba el camino desde arriba.

–Jack, Daniel, no se alejen, este lugar no debe estar deshabitado. ¿Janet que logras ver desde ahí arriba? – preguntó Paul.

–En los árboles hay movimiento, se están acercando, prepárense–respondió nuestra arquera vigía.

Era obvio, ninguna mazmorra esta deshabitada, diversos tipos de flora y fauna componen ecosistemas dentro de las mazmorras. Pero dentro de ellas, están las bestias de tiniebla, son diversos seres vivos hostiles que parecen estar influenciados por La Tiniebla para atacar a los humanos.

Desde los árboles  que rodeaban el claro, rápidamente bajaban unas especies de primates, su altura rondaba el metro y medio, su color era una mezcla entre el gris y un purpura claro, de espalda ancha, con garrotes y afiladas garras en sus manos, sus rostros, denotaba unas caras furiosas que acompañaba sus ojos color rojizo, grandes cuernos nacían de sus cráneos, comienzan a acercarse abriendo sus hocicos para gruñirnos, dejaron ver sus afilados dientes, la esencia oscura de La Tiniebla exudaba de sus cuerpos, como estelas de humo, pareciera como si estuvieran poseídas por ella.

Rápidamente más de una docena bestias nos rodea, Jack y Daniel se colocan de espaldas uno con otro y sacan sus armas, en caso de Jack, era un sanador, poseía habilidades mágicas curativas, que complementaba con un mazo de una mano para defenderse, mientras que su amigo Daniel utilizaba una daga en cada mano, las cuales complementaba con su magia de fuego.

Paul se colocó en posición defensiva con su escudo por el frente, con su otra mano invoco una lanza de magia pura, Janet tensó su arco en lo alto de la estructura, en posición y preparada para disparar.

Por mi lado, comencé concentrándome, sintiendo mi cuerpo cosquillear, me concentre en mis manos y canalice magia en ellas, débiles chispas doradas comenzaron a rodear mis brazos, intente concentrarme aún más hasta que estabilice esa energía mágica, logrando una capa de energía eléctrica en mis manos. Los débiles rayos de color dorado blanquecino se imbuían a desde mi la mitad de mi ante brazo hasta mis dedos.

–¡Cada vez te toma menos tiempo, recuerdo cuando te costaba tanto invocar tus chispitas! –dijo Paul en tono burlesco.

–Muchas veces casi nos han matado por que el no controla su magia y hay que salvarlo, que bueno que ya no es tanto una carga–replico Daniel con voz seria, aunque denotando burla en ella, mientras canalizaba llamas en sus dagas.

–Concéntrense, si alguien sale herido lo podre curar después, así que enfoquémonos en matar estas bestias y avanzar –dijo Jack mirando a Daniel, casi diciéndole que se calle.

Un gran rugido nació del primate más grande y rápidamente los simios se abalanzaron en contra nuestra, guarde distancia de Paul, quien rápidamente alzó su brazo y disparó una lanza de magia pura hacia el rostro de la bestia de tiniebla, la cual quedo empalada contra uno de los muros rocosos cercanos. Su cráneo exploto en el impacto.

Mientras tanto, Daniel se abalanzó contra dos simios que lo rodeaban, comenzando a repartir una serie de cortes contra las bestias, estas, cuya velocidad no era menor, esquivaron y se alejaron de estos cortes, rápidamente Jack aprovecho que uno de los primates centró su vista en Daniel para golpearlo con su mazo por un costado, rompiéndole el brazo y las costillas a la bestia, la segunda bestia se dio vuelta en su dirección y con furia respondió goleándolo con su garrote desde arriba, pero antes de que pudiera concretar su golpe las dagas de Daniel atravesaron su espalda y rompiendo hasta su pecho, dejando 2 cráteres llameantes que quemaban su cuerpo y escurrían sangre.

Mientras tanto, me concentre en mirar a Janet, que rápidamente cargo flechas imbuidas en magia de viento, disparo la primera flecha apuntando directo en la cien de uno de los primates con grandes garras, reventando la cabeza de este y dejando su cuerpo caer ante el pozo de sus propias viseras, Janet rápidamente giro su cuerpo en 45° grados para disparar una rápida sucesión 3 de flechas cada una potenciada por magia de viento que aumentaban enormemente su velocidad y poder, acertando en cada punto vital de las 3 bestias, cada impacto de sus flechas destrozaba la carne de las bestias, mientras la observo me percato que me mira y apunta con su arco, para rápidamente disparar, me sentí asustado, hasta que note que la trayectoria de la flecha pasaría por mi costado, acertando al cuello de un primate que se disponía a atacarme, volví a mirar a Janet, que me miro con un rostro enojado por mi lento actuar. Debía pelear como mis compañeros, no solo mirarlos.

Aunque el primate fue acertado por la flecha, este no murió instantáneamente, quedando parado tambaleándose débilmente sobre su garrote, aproveche ese instante para potenciar las chispas en mi brazo derecho, recordando lo que había entrenado, necesitaba concentrar la energía eléctrica en su máximo punto cuando el golpe impacte mi objetivo, por lo que cuando mi puño golpeo el estómago del primate, maximice el poder mi magia, he hice crecer pequeño rayo que se enroscaba de mi mano, el impacto creo automáticamente un orificio en el centro de la bestia y lo disparo hacia atrás con gran potencia, golpeando a 2 primates que estaban parados a unos metros atrás, al entrar el contacto con el cuerpo electrificado del primate, estos comenzaron a rugir, ya que el canal eléctrico que destruyo el cuerpo de su amigo, empezó a electrocutarlos a ellos.

Rápidamente Paul salto a la posición de ambos primates electrificados y ocupo su escudo como un martillo para estamparlos contra el suelo con gran fuerza, dejando un círculo de sangre y viseras alrededor.

En menos de 30 segundos gran parte de los primates habían caído, esto en lugar de causar miedo en las bestias, maximizó su ira, rápidamente atacaron las bestias restantes, para mi mala fortuna, dos de estos se centraron en mí, rápidamente avancé hacia ellos, impulsado por la grata confianza que me proporciono haber matado a una bestia. Una de estas bestias se adelantó y levanto su mazo y golpeó en forma vertical al suelo, fui más rápido y esquive hacia la derecha, lanzando un golpe directo a su rostro, fui imprudente, el rayo no surgió esta vez a pesar de mi concentración, por lo que la bestia solo recibió un débil golpe chispeante en el rostro. El segundo primate que lo acompañaba apareció por mi costado y golpeó con su garrote mi estómago, enviándome unos metros hacia atrás mientras me retorcía de dolor en el suelo.

Fue un lapso de segundos en que los 2 primates saltaron para rematarme en él suelo, el garrote y las grandes garras de estos estaban a punto de arrebatarme a la vida cuando una flecha atravesó la cabeza de una bestia y el escudo de Paul bloqueo el ataque del garrote de la otra, Paul ocupo la punta de su lanza mágica para atravesar el pecho de la bestia, levantarlo y empalar su cuerpo contra el suelo.

Rápidamente Jack se acercó a mí, imbuyendo sus manos con un fuego de color verdoso que coloco sobre el corte de mi destrozado estómago, su magia producía un calor agradable la cual estabilizo el sangrado y comenzó a curar lentamente la herida.

–Si me dieran una moneda de oro cada vez que te he tenido que curar, no estaría bañándome en sangre de monos para ganar dinero–dijo Jack mientras se concentraba en sanarme.

–Qué suerte que no te las dan, porque si no Darel ya hubiera muerto hace mucho–respondió Paul con risas.

Junte fuerzas y respire para estabilizarme, aunque el sangrado ya había parado, el dolor perduraba, libere un débil –Gracias –para Jack. Tenían razón, de no tener un sanador y un escudo cerca, habría muerto hace mucho, maldije mi debilidad y recordé para mí mismo por qué estoy aquí. Para salvar la raza humana de la oscuridad de La Tiniebla, es necesario liberar la luz de los árboles menores, solo ellos repelen La Tiniebla y estos se encuentran al final de las mazmorras. –Debo hacerlo, debemos liberar los árboles– dije en voz baja para segir convenciéndome a mismo mientras apretaba mi puño de rabia para esta vez, si manifestar mis rayos.

Una vez logre salir de pensamiento, vi a Daniel cercenando las extremidades al menos a 2 primates al mismo tiempo, sus dagas calóricas y magia de fuego, cortaban y cauterizaban los muñones de las extremidades de las bestias, envidie su habilidad, mientras el resto de las bestias fueron acabadas por las potentes flechas de Janet y las lanzas mágicas de Paul.

Pasados unos segundos, solo yacían sin vida los cuerpos ensangrentados de las bestias que protegían este lugar. Jack ayudó a pararme, observe como mi estomago había sanado gracias al poder curativo de mi compañero, dejando solamente un corte ensangrentado en mi túnica.

Janet de un salto descendió del pilar amortiguando la caída con su magia de viento, corrió donde mí para comprobar mi estado.

–¿Estas bien? ¿Te dolió mucho? ¿Por qué te atacaron de esa forma? ¿Y tus rayos? – dentro de su infinito cuestionario denotaba preocupación y afecto en su tono de voz, como si fuera un hermano menor para ella.  Pero no, la única familia que tuve ya pereció.

–Estoy bien gracias a la curación de Jack– Respondí –Mis rayos, no lo sé, esquive el primer golpe correctamente, pero cuando quise contraatacar, simplemente no se manifestó mi magia.

Daniel, quien observaba desde atrás, con un tono desafiante pregunto –¿Por qué la necesidad de preocuparse tanto por el?, todos aquí somos parte del grupo, pero el único disfuncional eres tú Darel.

–¿Disfuncional? No todos nacen o desarrollan un buen control de magia Jack, él está mejorando, solo dale tiempo– respondió Paul, buscando calmar los ánimos.

–Espero que cuando uno de nosotros muera por salvarlo, justifiques su incompetencia Paul, si no puede controlar magia tan única, no merece tenerla, que vaya a entrenar matando insectos o bestias simples o yendo a una academia o que se yo, no aquí en las mazmorras, donde solo es un lastre– dijo Daniel con agresividad.

–Basta–Dijo Janet con autoridad –Hasta donde sé, tu no lo has curado ni salvado, Jack tiene esa labor y no ha reclamado, tu cálmate, esto es recién la entrada de la mazmorra, no sabemos que habrá adelante y te sugiero que te concentres en los enemigos y no en Darel.

Daniel hizo una mueca de frustración y se dio la vuelta para recolectar las diminutas esquirlas que soltaban los cuerpos de las bestias una vez muertas.

Aunque me hubiera gustado responderle a Daniel y decirle que estaba equivocado, no lo estaba, yo era débil, apenas podía controlar mi magia, según escuche, era una magia muy única, pocos podían utilizar el elemento rayo hoy en día, yo tengo un pésimo controlar sobre este. La magia en este mundo es tan antigua como La Tiniebla. Aunque no todos los seres humanos nacen con la bendición del Árbol de Luz que le proporciona la magia, si son muy comunes las artes de magias elementales como lo son el control del viento, tierra, fuego, agua etc. Hasta las variantes de estas, el calor, hielo, lodo, incluso casos específicos como la magia de curación era mucho común que una magia de rayo. Para peor, sumarle a esto mis lagunas en los recuerdos, no recuerdo mi infancia, nada de ella, solo recuerdo La Tiniebla y su oscuridad, luego la recuerdo a ella, mi madre adoptiva, mi única familia, ella era Eira, me recogió cuando no tenía nada, me cuido, me ayudo a entender mi magia y luego.... Ya no estuvo más, La Tiniebla me la arrebato, por ello juré luchar dentro de las mazmorras para liberar la luz de los árboles de luz menores y que nadie más muera por el avance de La Tiniebla.

Janet y Paul me calmaron y levantaron los ánimos, después nos dedicamos a recoger las esquirlas que proporcionaban los cuerpos muertos de las bestias, Janet aprovechaba de recoger sus flechas de los cuerpos destruidos por en el campo de batalla.

Debíamos seguir, una mazmorra, era un lugar tan aleatorio, te podía tomar horas, días y en el peor de los casos semanas encontrar el final de esta. Debíamos eliminar las bestias de tiniebla que yacen en este lugar para liberar el árbol de luz menor.

Me calme y mire al cielo dentro de la mazmorra, y recordé la promesa que le hice a Eira. - Controlare el rayo y liberare al mundo de La Tiniebla, no dejare que nadie más muera por mi debilidad.

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