Capítulo 8

Narra Omnisciente

Si bien una criada no puede hacer mucho... Camil logró hacer lo suficiente. Agreguarle el antídoto a la carne que le dio a Leyla fue lo mejor que pudo hacer. El veneno ya no avanzaba e iba desapareciendo, pero Leyla no lo sabía.

Tanner y la manada cada vez estaban más cerca del castillo, él no podía pensar en otra cosa que no fuera Leyla, y en matar al rey vampiro. Quien justamente estaba junto a su hechicero; como nunca nada es gratis, el rey le dijo al hechicero que podía usar el resto de la sangre de Leyla para un hechizo de vida eterna. Pero que primero debe conseguirle los poderes.

El ritual consiste en trazos hechos con tierra del infierno, conseguidos gracias al hechicero y su trato con un demonio. El rey debería ponerse frente a Leyla y con sus propias manos matar a la dragona apuñalándola en el corazón, su sangre debería de cubrir el símbolo de la estrella en el círculo en medio de todo el ritual y esparcirse a todos los trazos.

La hora se acercaba así que el rey mandó a llamar a Leyla. Ella ya estaba sintiendo los efectos del antídoto, pero para ella era algo extraño volver a tener sus fuerzas aunque sean insuficientes para liberarse en este momento. Tanner estaba a metros de distancia del castillo, pero nada más verlos, los guardias los detuvieron. El rey comenzó a escuchar la pelea de afuera y se molestó, miró a Leyla, quien tenía una casi sonrisa en el rostro.

-¡Apresúrense antes de que interrumpan el ritual! ¡Rápido!

El hechicero se posicionó, lanzó un hechizo hacia Leyla quien comenzó a rugir del dolor porque la estaba obligando a volver a su forma humana a la fuerza. Los vampiros la atraparon antes de que se mueva y volvieron a encadenarla mejor al estar lista.

Entonces el hechicero empezó a recitar un conjuro. El rey tenía una sonrisa satisfecha en el rostro y Leyla intentaba librarse, escucharon el aullido de Tanner llamándola para saber dónde estaba. Ella quería responder, pero le pusieron rápidamente una cadena en la boca.

El rey se posicionó en su sitio frente a Leyla, Camil miraba todo aterrada; ella corrió hasta afuera, donde estaban los lobos, pero algo llamó su atención, algo la llamaba... corrió hacia allí pero antes de que ella lo encontrara, él la encontró a ella...

Damián la toma por la cintura, pegándola a su cuerpo, se miraron a los ojos con un brillo especial en ambos. Un vampiro salta para atacar a Damián pero él lo esquiva, aunque Camil tropieza con sus propios pies pero no cae ya que él la inclina como si estuvieran en un baile. Ella se sujeta por su cuello y él acarició su rostro antes de acercarse, Camil dejó caer su cabeza hacia atrás y Damián acercó su rostro a su cuello.

-Mía... - murmura con una voz que hace erizar el cuerpo de Camil y hacerla sentirse viva.

Ella sonríe pero al fin reacciona, abre los ojos de par en par y levanta la cabeza preocupada hacia él.

-No hay tiempo para esto. Su amiga... o Luna, lo que sea... Está en peligro, vengan. Rápido.

Él asiente y llama a Tanner y Aarón. Rápidamente siguen a la vampiresa. Ellos corrían, mientras el rey seguía esperando su momento para matar a Leyla.

Narra Leyla

El rey comenzó a acercarse a mi con la señal del hechicero. Yo comencé a forcejear con lo poco que sentía de mis fuerzas. ¿Por qué las estoy recuperando? De hecho, no importaba. Cuando se acercó a mi yo intentaba romper las cadenas pero no podía, él levantó la daga y yo cerré los ojos fuertemente.

Tenía miedo... ¿Iban a llegar tarde?

Abrí los ojos de par en par con el estruendo que se hizo cuando la puerta cae destrozada al suelo. Tanner aparece y rápidamente se lanza sobre el rey para separarlo de mí.

-¡Leyla!

La voz de los chicos se hace presente, miré con dificultad hacia el costado y los vi correr hacia mi, Camil estaba con ellos y fue ella quien me quitó las cadenas, justo antes de que los otros llegaran y empezaran a atacarlos.

Ellos me protegieron, yo me levanté aturdida y pesadamente pero conseguí hacerlo. Me enderecé y miré hacia Tanner cuando él mordió el brazo del rey. Yo me transformé con un rugido y lancé llamaradas de fuego, pero las manipulé para no quemar a los lobos pero incinerar a los vampiros.

Unos vampiros se pusieron frente a mí, yo me arqueé de lado y los miré fijamente mientras gruñía, ellos mostraron sus colmillos y sus ojos rojos. Rugí y les lancé fuego. Ellos corrieron a velocidad borrosa para esquivarlo, uno saltó hacia mi pero lo devoré de un bocado.

Los chicos luchaban contra nuevos vampiros a la vez, estaban en problemas y antes de que pudieran dañar a alguno, yo hice cenizas a esos vampiros y los chicos me miraron asintiendo agradecidos, pero un grito ahogado femenino hace que miremos atentos a Camil quien tenía una daga atravesando su hombro. El vampiro agarra la cabeza de Camil y pude ver como intentó arrancársela.

El rugido de Damián me hizo reaccionar pero ya lo veía corriendo furioso hasta ellos. Mordió el hombro del vampiro para alejarlo de Camil y al tenerlo contra el suelo mordió y arrancó su cabeza. Yo fui con Camil y me transformé.

-¡Camil... !

Ella estaba tirada en el suelo, pareciera realmente muerta pero vi que aquello en su cuello, que pareciera roto, se volvía a unir y desaparecer. Al acabar ese proceso, ella se sienta rápidamente, me mira y asiente.

-Estoy bien...

Suspiré aliviada, pero entonces apoyé mi mano en su hombro.

-Fuiste tú... - murmuré -. Tú me diste el antídoto con la carne ¿no es cierto?

-Sí... lo hice.

-Gracias, de verdad...

-No fue nada, dije que no me gustaba lo que hacían aquí y quería ayudar...

Ella se arranca la daga del hombro con fuerza y la herida se curó rápidamente. Notamos cuando unos vampiros vinieron hacia nosotras y sonreímos la una a la otra. Me levanté y le tendí la mano, la cual aceptó, y la ayudé a levantarse. Ambas nos posicionamos y cuando los vampiros llegaron junto a nosotras, atacamos.

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