Después de esa "cálida" llegada de los padres de Tanner a casa, la idea de Camil no estaba tan mal... por lo que decidimos que comeríamos fuera. Al comienzo del paseo, en lo que decidiamos que comer, la situación era tensa e incómoda...

Pero poco a poco se fue formando la conversación en la que salió la razón por la que Roger odia tanto a los humanos. Al parecer, cuando era un adulto joven, estos mataron vilmente a su manada entera; la de Eva... esta misma manada, fue la que lo ayudó cuando él huyó. Fue ahí que supe que Eva fue la Alpha de esta manada antes que Tanner.

No podía decir que le perdonaba el casi matarme, o compartía el profundo odio... quiero decir, sí, lo entiendo y sí comparto la tristeza. Le dije que mi clan también había sido masacrada por humanos, pero no odiaba a todos... solo a los cazadores. Eso dejó sorprendido a ambos, pero no dijeron más nada.

Miré a Tanner sonriendo mientras seguíamos caminando, él me devolvió la sonrisa. En ese momento siento que alguien me jala levemente de la remera por detrás, al girar vi a un niño pequeño con una pequeña flor en mano, se veía avergonzado pero me tendió la flor.

-Para usted, Luna... - habla mientras se sonroja.

Aquello derritió mi corazón, me agaché hasta su altura a la vez que agarraba la flor y sonreía antes de colocarla en mi cabello.

-Muchas gracias... ¿Cómo te llamas, pequeño? - pregunté amable.

-Luke. - reesponde.

-Bueno Luke, es una muy hermosa flor.

Él sonríe aún más apenado mientras se agarra las manos tras la espalda, le di un tierno beso en la frente y él se sonrojó aún mas. Sus padres lo llaman desde lo lejos y él se despide de mí antes de irse. Me levanté mientras veía como la feliz familia se iba del parque.

-Me acabo de poner celoso del Niño.

-¡¿De un niño?!

Me giré rápidamente mientras miraba divertida pero sorprendida al lobo tras de mi. Me eché a reír a carcajadas mientras él me sujetaba por la cintura y gruñía un poco.

-Diosa, no puede ser... - aplaste sus mejillas pero le di un leve beso en los labios -. No necesitas ponerte celoso de un niño, yo te amo a ti.

Él hace una mueca antes de sonreír divertido e inclinarse hacia mi hasta besarme nuevamente.

-Ejem... bueno... ¿Para cuando es la boda? - Tanner casi que se caía.

Se separó para inclinarse a un lado tosiendo por atragantarse con su propia saliva, yo me quedé pensando un momento. Oh, es cierto... ahora recuerdo que era una boda, lo vi en películas.

-Uh, eso suena interesante. - mencioné y Tanner me mira rápidamente.

Se veía sorprendido mientras yo sonreía, los demás amplían mucho sus sonrisas y las chicas, incluida Eva, aguantan los chillidos de emoción. Pero dejamos el tema justo ahí, cuando los chicos tuvieron que irse y las chicas decidieron acompañarlos.

Llegamos a una cafetería para la hora de la merienda, nos sentamos y esperamos a que alguien nos atendiera, no tardaron mucho en hacerlo. Frente a nosotros estaba un chico joven, rubio con ojos negros.

-Buenas tardes, ¿qué van a ordenar?

Notaba como intentaba no mirarme tanto, pero aún así desviaba la mirada a mí por mucho más tiempo que a los demás, y de igual forma incomodaba. Supongo que le causé interés pero sabe que soy su Luna... Me removí un poco en mi lugar y traté de disimular, pero no importaba ya, porque Tanner lo había notado y se puso algo tenso.

-Yo querré un capuchino... ¿Y tú... amor?

Tanner pasa su brazo por encima de mis hombros y me sonríe antes de mirar de reojo de forma seria al chico que nos atendía. Me mordí la lengua por aguantar la risa.

-Qué sean dos.

Respondí sonriendo y apoyando mi cabeza sobre el hombro de Tanner para que sea más disimulado lo que voy a susurrarle.

-Ya, no te pongas así lobito...

Él reacciona al apodo con un leve gruñido parecido a un ronroneo, sonríe pero ambos nos enderezamos para concentrarnos en lo demás.

-Un café negro - pide Roger, y mira a Eva -¿Querida... ?

-Yo un café con leche.

El chico anota todo rápidamente, pasa una última mirada por mi que ya me hacia molestar un poco... ¿A pesar de todo no pensaba parar con sus miraditas esas? Se dio la vuelta para irse pero Tanner no lo iba a dejar así.

-Espera. - el chico se detiene -. Ven un momento. - él hace caso, ahora sí se veía nervioso -¿Qué te pensabas... ? ¿Que te iba a dejar irte como si nada luego de mirar de esa forma a mi Mate? ¿Qué pensabas ganar?

-N..No Alpha, y..yo...

-La hiciste sentir incómoda e igual seguías. ¿A caso quieres que te destierre? ¿Que te meta en una celda para que no puedas mirarla de nuevo?

Él balbucea asustado pero llega una mujer de mayor edad que lo saca de la situación y se disculpa con nosotros. Aparentemente ella era su abuela y este lugar era suyo, tenía problemas de conducta por eso sus padres lo enviaron aquí a trabajar, pero veo que no sirvió de mucho...

Suspiré profundo cuando la mujer se fue luego de darnos nuestros pedidos. Me acerqué a Tanner y disimulada encontré su mano en su regazo, entrelacé nuestros dedos y le sonreí.

-Gracias, sí me estaba incomodando.

-Lo sé... pero no te preocupes, no dejaré que te hagan incomodar de nuevo.

Besa mi frente con ternura y yo me sonrojé ya que sus padres nos miraban. Su mamá parecía estar al borde de un infarto por diabetes mientras que su padre trataba de disimular una leve sonrisa mientras tomaba su café.

Nos acomodamos de nuevo y yo me dediqué a beber de mi capuchino, aunque teniendo mi mano entrelazada con la de Tanner.

Terminando nuestros cafés y nuestra conversación, en la cual reímos bastante, estábamos diciendo para ir a algún otro lado o pensar en qué haríamos luego... pero bueno... la felicidad no dura para siempre. El estruendo en el lugar lo confirmó...

-¡Leyla!