-No te preocupes tanto, los chicos y más nuestra Luna son muy amables, jamás te harían sentir mal.

Agarré la mano de Agus, la cual estaba temblando de los nervios mientras nos acercábamos a la casa del Alpha.

-A..Aún así... es aterrador... No puedo evitarlo, tengo miedo, los de mi manada...

Ella se detiene de golpe al sentir el leve apretón que le he dado en la mano para que reaccionara. No quería que volviera a pensar en esos lobos de mierda que solo le hicieron daño.

-Lo siento... sé que debes de sentirte incómodo al escucharme decir estas cosas, yo debería parar...

La hice detenerse y jalé de su mano hasta tenerla pegada a mi, sujete su cintura para que no pudiera escapar y besé su frente para calmarla, cosa que funcionó perfectamente.

-Que me hables de como te sientes jamás me molestaría, al contrario... me gusta, porque significa que confías en mí y a la vez te estás desahogando.

Acaricié su cintura y ella suspiró profundo.

-Sí quiero que llegue el día en el que te detengas de hablar sobre eso, pero que sea porque ya no tengas nada que decir al respecto. Quiero que ya no necesites desahogarte porque vives una vida mejor y sana...

Ella oculta su rostro de mi al apoyarla contra mi pecho, pero sabia que estaba sonriendo porque la había visto antes de que se escondiera. La abracé con fuerza pero sin lastimarla.

-Haré que te olvides de tu vida en ese basural. Y que solo tengas recuerdos lindos conmigo y esta manada de la que ahora eres parte.

-¿Cómo es que siempre encuentras las palabras correctas... ?

Su voz parecía una queja de niña pero era tierna, de nuevo. Me reí un poco por aquello.

-Quizás y es un don. Pero anda, vamos a dentro.

Ella resopla y asiente agarrando más confianza, se separa pero volvimos a tomarnos de las manos. Finalmente entramos a la casa del Alpha, y fuimos a la sala pero solo encontramos a Damián y Camil, los cuales se besaban muy cariñosamente en el sofá, ignorando la película frente a ellos.

-Otra vez... - murmuré riendo -Am... chicos...

Damián gruñe pero no se separa de Camil, rodé los ojos pero escuché la risa ahogada de Agus quien intenta disimular cuando se entera que la miraba de reojo.

-Tenemos una visita.

Camil se separa rápidamente mientras que Damian se queja. La vampiresa mira a Agus quien aprieta mi mano y yo la suya para apoyarla.

-¡Ay, lo siento, lo siento!

Camil se levanta y se arregla mientras se sonrojaba completamente pero se acerca a nosotro sonriendo y tratando de hacer como si eso no pasó.

-Por favor empiecen a acostumbrarse a hacer esas cosas en una habitación.

Damián se ríe a carcajadas mientras se coloca junto a Camil quien se sonroja mucho más que antes.

-Creo que no tardarás mucho en comprendernos, Aarón. Y quien sabe... quizás y tu Mate y tú sean peores.

Sentí a Agus sobresaltarse y ponerse roja desde la cabeza hasta los pies. Me reí entre dientes y un poco.

-Chicos, ella es Agustina... mi Mate.

-Ho..Hola - saluda ella tímidamente.

-Es un gusto Agustina, soy Camil. Espero me disculpes por la escena que viste hace un segundo...

-N..No te preocupes, en serio. - Agus ríe un poco nerviosa pero ambas se sonríen amablemente.

-Soy Damián, alma de Camil y el Beta de la manada.

Agus asiente sonriendo.

-U..Un gusto...

-Agus quería ver a la Hignis que la ayudó con los cazadores... - expliqué -¿Dónde está Ley... ?

Antes de completar el nombre se escucha un chillido el final de las escaleras. Justamente ella aparece y salta desde el borde hasta estar frente a nosotros.

-Eres tú... Diosa, ¿estás bien? Estabas muy herida...

-Sí... en el hospital me atendieron muy bien... G..Gracias por salvarme...

Agus estaba muy apenada pero se veía feliz de verla. Leyla suspira aliviada de verla bien y se calma poco a poco.

-No fue nada... me alegra haberte ayudado. - hace una pequeña pausa -¿Pero como te llamas?

-Agustina...

-Bueno Agustina, yo soy Leyla.

-Es un gusto.

-El gusto es mío.