Prólogo

Un año.

Un año desde que la guerra entre los monstruos y el hombre finalmente había llegado a su final, un año desde que una niña de ocho años junto con uno de los cazadores más respetados se enfrentó a la corona y los tacho de mentirosos, un año desde que todos los barcos de caza habían sido retirados del mar y, en su lugar, varios barcos de expediciones marinas fueron enviados, con tal de aprender más sobre los monstruos y poder convivir mejor con ellos.

Un año desde que la vida que todos conocían, cambio drásticamente.

Los cambios solían ser difíciles de afrontar, y Maisie Brumble sabía eso perfectamente.

Después de todo, los cambios que se habían presentado en los últimos meses le habían dado a su vida un giro de 180°.

Ya no vivía en el hogar para niños y ya no era huérfana. Ahora tenía casa propia y un nuevo padre adoptivo, Jacob Holland.

Al principio le costó acostumbrarse, tener su propia habitación, un plato con comida sustancia y una figura paterna que se preocupara por ella. En algunas ocasiones, antes de acostarse a dormir, solía preguntarse si todo eso era un sueño: su nueva vida, la gran aventura que vivió, su nueva familia... ¿Acaso todo era un invento de su imaginación?.

Y al despertar, se daba cuenta de que no, todo era completamente real.

Y estaba feliz de que las cosas fueran así.


[ . . . ]


La puerta se abrió de golpe, dejando ver a una Maisie entusiasta y sonriente. —¡Azul, ya llegué!.

El pequeño monstruo gorgojeo de felicidad al ver a la niña y salto a sus brazos, la azabache río mientras lo abrazaba con fuerza. Esa era una de las partes favoritas de Maisie a la hora de salir de la escuela y llegar a casa: reencontrarse con azul.

—Ve a lavarte las manos, Maisie, el almuerzo estará listo dentro de poco —la voz de Jacob sonó detrás de ellos, rápidamente, azul salto de los brazos de la niña y corrió hacia los del mayor, el cual solo le dio unas palmaditas en su cabeza como respuesta.

La niña asintió y corrió al interior de la casa, Jacob río por lo bajo.

El último año había sido algo difícil para él, tener que abandonar toda la vida que una vez conoció fue un completo ¡BOOM! Para él. Tuvo que dejar atrás todas esas aventuras y riesgos, donde pasaba por momentos en los que su vida podía depender y colgar de un hilo, para tener que dedicarse a la paternidad y a la carpintería.

Le tomo un par de meses estar al día con su nueva forma de vida: despertarse, cocinar, alistar a Maisie para llevarla a la escuela, asistir a su trabajo, recoger a Maisie, volver al trabajo y finalmente llegar a casa para descansar. Al principio cometió errores, como dejar que la comida se quemara, olvidar recoger a Maisie y la lista seguía, pero finalmente, logro acostumbrarse.

Sinceramente, era feliz con lo que tenía, vivía con su amada hija y mascota en una pequeña y acogedora casa, tenia un trabajo estable donde, aunque no ganara lo mismo que cuando era un cazador, le bastaba para las necesidades básicas de Maisie y suyas.

Todo estaba bien tal cual y como estaba, sus vidas ya habían sufrido de suficientes cambios y no necesitaban más.

¿Cierto?.



Toc toc.

La niña levanto su mirada del libro que estaba leyendo en espera del almuerzo, arqueó una ceja con curiosidad.

Toc toc.

Jacob salió de la cocina con cuchillo en mano, miro a su hija en busca de respuestas, la niña simplemente se encogió de hombros, Jacob chasqueo la lengua ¿Quién podría ser?.

Toc toc.

—Maisie, ve a tu habitación —ordenó el mayor con seriedad, la niña dejó el libro y salió corriendo a su habitación junto con Azul.

Jacob suspiró, acercándose con sigilo a la puerta y manteniendo su agarre fuerte en el cuchillo. Abrió con sumo cuidado, tratando de no dejar al arma a la vista.

El agarre de Jacob se soltó al notar quien estaba detrás de la puerta, su mandíbula se aflojo y palideció.

—Jacob...

—¿Capitán...?



Jacob estaba molesto.

Maisie podía notarlo en su tono de voz, era el mismo que utilizaba con ella cuando le desobedecía o hacia alguna travesura junto con Azul.

No tenía ni idea de con quien podría estar hablando su padre en esos momentos, por más que intentaba descifrarlo, la voz del contrario era apaciguada por los gritos de su papá.

—¿Quién crees que sea? —le preguntó a la pequeña criatura, Azul solo bostezo en respuesta.

No eran de recibir muchas visitas que digamos, de vez en cuando eran algunos amigos de Maisie quienes acudían a la casa a visitarla, o algunos de los compañeros de trabajo de Jacob y muy raras veces de Sarah.

Podría ser la Sra. Merino, o el viejo Nick... ¡También podría ser ese tipo del mercado que siempre amenazaba con matar a Azul! Habían muchas opciones, incluyendo...

...No.

No, no podía ser él.

Oh... ¿Tal vez sí?.

—Maisie, puedes salir —la voz de Jacob interrumpió sus pensamientos, sin pensarlo ni una ni dos veces salió de su habitación, manteniendo la expectativa de quien podría ser.

Sintió como todo su interior se revolvía al ver quien era, una mueca se dibujo en su rostro y trago grueso.

—Capitán Crow... —murmuró, recordando todo lo que había pasado y sintiendo como la ira crecía dentro de ella.

Rápidamente puso toda su atención en Jacob ¿Qué esta haciendo EL aquí? Le preguntó a su padre entre dientes, el mayor suspiró y le hizo señas con la cabeza para que se sentara en el comedor.

Parece que iba a ser un almuerzo muy interesante.


[ . . . ]


The sea beast es una ✨ joyita

Sinceramente, me encanto el final que le dieron a la película, pero me quede con las ganas de ver a Jacob como capitán y saber más sobre los monstruos, así que... Aquí estamos :D

La historia será corta, primer aviso.

Tratare de ser lo más fiel a las personalidades originales, mis disculpas si llegan a ver algo de Ooc :(

Y... Ya ¡Espero que mi historia pueda llegar a ser de su agrado! :D

Nos vemos ❤


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