Capítulo 24: Correr sin aliento
Song: Lovely
Billie Eilish feat Khalid
{Lysandro Thorlack}
—¿Os encontráis bien? —pregunté en un tono lo suficiente alto para que Brianna me escuchara, pero sin llamar la atención de los muertos.
—Lo estamos ¿Vosotros? —asentí.
—Igual lo estamos ¿Sabéis algo de los demás?
—Antes de llegar aquí huíamos con Arlan, Ivar y Sterling, pero una horda nos hizo separarnos.
—Yo salí desde temprano, solo, pero antes de llegar aquí fui salvado por Mirla, ella no lo logró... —informé algo triste.
—Oh, por la Diosa Lys —Brianna tapó su boca al recibir la noticia.
—Preparate para partir Brianna, debemos ir al refugio —la reina asintió comprendiendo y fue a hacer lo dicho.
Suspiré cabizbajo cuando sentí una mano halar mi pantalón.
—Mamá... ¿Mamá murió?
Me giré a ver a Lys, me agaché frente a él y lo abracé.
—Lys... lo siento.
Escuchar su sollozo encogió mi corazón, no debería ser así... no debería...
Lo abracé más fuerte sintiendo mis ojos arder por las lágrimas contenidas.
—No me dejes —pidió con la voz quebrada—. Tengo miedo.
—Tranquilo pequeño, lucharé para salir de esto juntos ¿Si? Vamos a reunirnos con nuestra familia —besé su mejilla y acaricié su cabello con ternura.
—Yo seré fuerte papá, lo juro —secó su carita—. Protegeré a mi hermanita.
Sonreí orgulloso y una lágrima resbaló por mi mejilla.
—Debemos partir Lys —él asintió poniéndose de pie, avanzamos hacia la cama, cargué a Kalis y salimos de allí encontrándonos con Brianna y los niños—. Andando.
Atravesamos un pasillo intentando ser sigilosos, mi espada en mano listo para defender, miré hacia atrás cerciorándome de que Brianna y los niños estuvieran bien, Lys caminaba a mi lado con la espada en alto.
Al doblar nos encontramos de frente con alguien, alcé mi espada rápidamente, pero al distinguir el rostro de Nolan la bajé suspirando aliviado.
—Nolan... me alegra tanto veros vivo.
—Lo mismo digo Lysandro, es un alivio.
—¿Os dirigís al refugio?
—Eso intentaba, pero creo que me perdí —avanzó hasta su sobrino para abrazarlo.
—Entonces vamos, nos falta solo un poco y este caminó se ve bastante despejado.
—Alguien debe haber pasado ya por aquí —asentí, tenía razón y eso me daba esperanzas.
Mientras seguíamos avanzando vimos un muerto en el suelo, estaba alimentándose, al sentirnos se giró hacia nosotros, su cara estaba llena de sangre fresca, de su víctima, tenía la ropa rota y el cuerpo lleno de mordidas, su cabello era un desastre, se puso de pie avanzando hacia nosotros, tambaleándose de más debido a su pie roto, el cual arrastraba.
—¿Mirla?
La voz de Nolan se quebró al ver el estado de su hermana.
—¡Mamá!
—Lys no mires —intenté cubrir sus ojos, pero él se alejó negando.
—Mamá —sollozó llamándola.
—Lys, ella ya no es tu mamá.
Dolía, dolía ver toda esta situación, me dolía en el alma no poder hacer nada para calmar su dolor.
El pequeño comenzó a avanzar hacia ella.
—¡Lys!
Solté a Kalis en los brazos de Brianna y avancé hacia él, pero me detuve al ver como pateaba las piernas de su madre haciéndola caer de rodillas y luego clavaba la espada en medio de la frente de esta.
—Te amo mamá —sollozó cayendo al suelo.
Fui hacia él, abrazándolo fuerte, permitiéndole llorar contra mi pecho mientras yo le brindaba caricias de consuelo.
—Ya no era mamá —explicó con la voz quebrada, yo asentí mirándolo y secando su carita—. Ahora descansa en paz.
—Lo hiciste muy bien pequeño, ella estaría orgullosa de ti, yo lo estoy —le sonreí y lo ayude a ponerse de pie—. Debemos continuar... Mirla dio su vida para que yo los protegiera, no la voy a defraudar.
Decididos continuamos avanzando, Nolan se deshacía de cada muerto que se atravesaba en su camino, yo permanecía atento de nuestro entorno para evitar ser rodeados.
—¡Llegamos! —Brianna señaló al frente, ya veíamos el refugio.
—¡Muertos!
Ante el grito de Nolan miré hacia atrás viendo aquella horda.
—¡Corran! —grité, cargué a Kalis y tomé la mano de Lys comenzando a correr, Nolan ayudaba a Brianna con los niños.
Al estar frente a las grandes puertas Lys comenzó a tocar incesantemente, estas se abrieron dejando ver al otro lado a Arlan, el cual nos observaba con sorpresa, rápidamente todos entramos y Arlan cerró con fuerza las puertas.
—¡No consigo cerrarlas!
Gritó el rey al ver que estás eran empujadas nuevamente.
—La horda era demasiado grande —avisó la reina totalmente asustada.
Nolan corrió hacia el rey y comenzó a empujar las puertas para ayudarlo a cerrarlas.
Arlan logró cerrarlas mientras Ivar puso contra estas una mesa para evitar que se abrieran.
Todos suspiramos aliviados al ver que al fin estábamos fuera de peligro, al menos por ahora...
Karel corrió hacia mí apretándome entre sus brazos, sonreí y caímos arrodillados, él lloraba, yo intentaba aguantar.
Lys y Kalis nos abrazaron, reí al sentirlos y los miré.
—Estamos en casa.
Miré alrededor, sí, hogar no son las paredes, el techo o las cosas que obtenemos.
Hogar es las personas, la familia, aquellos que te dan paz y felicidad, aquellos que luchan a tu lado hasta el fin.
Sonreí mirando a mi familia, Ade estaba sentada en el suelo, observándonos en silencio, Brianna y Arlan cargaban a sus niños, mientras hermosas sonrisas adornaban sus rostros, Nolan volvió, tomado de la mano con Jonella, la cual al parecer había llegado antes que nosotros, Ivar y Jakob abrazaban al escudero Ford mientras este reía con un bebé en brazos.
Familia, esta es mi familia.
—Este día ha sido duro... definitivamente no creímos que al amanecer perderíamos la poca seguridad que teníamos... —Karel nos miró.
—Y aunque ahora estamos aquí... a salvo... no todos lo lograron —la voz de Ade se escuchaba apagada, seco sus lágrimas mirando al suelo.
Me levanté para tomar una botella con vino de arroz y servile a cada uno de ellos.
—Erin murió, se convirtió... —informó el rey.
Tapé mi boca conteniendo un jadeo y abriendo mucho mis ojos, no podía ser... tan solo era una pequeña niña...
Supongo que la muerte no hace acuerdos...
—Mi mamá... dio la vida para protegernos —Lys asintió bajando su cabeza, Karel lo abrazó con fuerza para consolarlo.
—Entonces... brindemos por los que ya no están —alcé mi copa.
—Por los que dieron la vida por nosotros —continuó Brianna.
—Por Erin —brindó Nolan.
—Por Mirla —le siguió Arlan.
—Que descansen en paz... —susurró Ivar.
Todos bebimos, sentíamos el trago realmente amargo...
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