Capítulo 22: La campana.
Song: Scars
Stray kids
(Karel Rossemberg)
Al abrir mis ojos y no ver a mi lado a Lysandro me sentí desorientado, me senté mirando hacia todos lados con el ceño fruncido, apenas amanecía ¿A dónde habrá ido tan temprano?
Acaricié el cabello de Kalis y luego de besar su frente observé a Mirla la cual recién despertaba.
—¿Podéis cuidarla un rato? Iré a buscar a Lysandro.
—Por supuesto, id con cuidado.
Me puse de pie suspirando y tomé mi espada saliendo del palacio. Me quedé observando el camino desolado debatiéndome sobre en que dirección ir.
Un llanto detrás de mí me hizo voltear apresurado, Ade venía hacia mí con Erin en sus brazos, la pequeña pelirroja sonrió al verme y no pude evitar hacer lo mismo.
—¿Todo está bien? —asentí ante el cuestionamiento de la castaña.
—Solo iba camino a buscar a Lysandro.
—Le acompaño, Erin desea tomar el aire —volvi a asentir y ambos emprendimos camino en silencio, observando las calles desoladas y desordenadas, carretas volcadas objetos de artesanía desparramados sobre el suelo.
—El reino se siente demasiado silencioso, solitario —susurró Ade apresurando su paso hacia mí.
—Así es. Aunque aún es temprano, tal vez permanecen descansando.
Al seguir avanzando comenzamos a ver cuerpos mutilados en las calles, algunos carecían de brazos, piernas, partes de la cara y hasta órganos.
Las escenas eran escalofriantes y repulsivas, eso sumado al olor a pudrición era realmente una tortura.
—Pensé se encargarían de limpiar esto —me arrodillé frente a uno de los muertos examinando sus heridas.
La piel de su cara había sido totalmente arrancada a mordidas, sangre demasiado oscura había salido de su boca manchando aquella zona, su brazo izquierdo estaba roto, el hueso por fuera y la carne colgando dando la impresión de que podría separarse del resto del cuerpo en cualquier momento.
Desde su pecho hasta su abdomen había un enorme hueco mostrando como habían devorado todo por allá adentro.
De pronto sus ojos se abrieron el muerto se lanzó sobre mí haciendo aquellos sonidos exasperantes, la sangre podrida de su boca caía en mi rostro mientras trataba de quitármelo de encima.
No podía tomar mi espada, ya que si lo soltaba me mordería y a dos mordidas no se sobrevive, no creo tener tanta suerte.
El sonido de un cuchillo atravesando su cerebro me dio paz, tiré su cuerpo hinchado hacia un lado y me reincorporé mientras escupía asqueado y trataba de limpiar mi cara.
—Esto parece demasiado reciente, Karel —la voz temerosa de Ade me hizo alzar la vista y asentir.
—Ese se acaba de convertir. Sigamos a ver si Lysandro se dio cuenta de ello y está con los soldados acabando este problema. No te separes de mí.
Seguimos avanzando sigilosos y pendientes a cualquier posible peligro entre los cadáveres. Un cuervo sobrevoló nuestras cabezas llamando mi atención, miré su vuelo extrañado, no se solían ver cuervos tan cerca del reino.
—¡Ahh!
—¡Ade!
Me volteé apresurado viendo como Ade y Erin habían caído al suelo. La pequeña miraba asustada desde su lugar a su hermana la cual forcejeaba para soltarse de un muerto que había agarrado su tobillo y trataba de morderla.
Traté de ir hacia ella para ayudarla, pero un muerto sostuvo mi pierna haciéndome caer de igual forma al suelo.
Empujé con fuerza mi pie hacia atrás golpeando su cabeza y desenfundé mi espada clavándola en su cerebro, así dándole fin.
Me puse de pie apresurado para ir hacia Ade y ayudarla, pero me detuve al ver a Erin con ambas manos sobre el cuchillo que atravesaba el cráneo del infectado que trataba de morder a su hermana.
Ade retiró el cuchillo y abrazó a su pequeña hermana diciéndole lo valiente que había sido. Me acerqué a ellas y miré a nuestro alrededor viendo como los cientos de muertos comenzaban a levantarse.
—Estamos en una zona roja, debemos irnos ¡Vamos! —Ade cargó a la pequeña y comenzamos a correr tratando de huir de aquella enorme horda de infectados.
Corrimos sin parar por callejones estrechos y entre casas, hasta llegar a un callejón sin salida.
No podíamos seguir avanzando y detrás de nosotros venía una enorme y hambrienta horda de infectados que nos devoraría en cuestión de segundos.
Miré hacia arriba viendo que uno de los balcones permanecía abierto.
—Ade. Ven subid —coloqué mis manos a su disposición para ayudarle a subir. Ella dejó a Erin sentada sobre unas cajas y con mi ayuda subió hasta el balcón.
Los muertos cada vez estaban más cerca, tomé a la pequeña y se la di a Ade poniéndola a salvo.
—Venga, subid. Aún hay tiempo. Dese prisa.
Tomé las cajas y me subí en ellas para con un poco de trabajo y ayuda de la castaña al fin poder subir. Cerramos el lugar y permanecimos escondidos dentro, lo único que se escuchaba en el oscuro y solitario silencio era el retumbar de nuestros corazones y nuestras respiraciones agitadas.
Ade acariciaba el cabello rojizo de su hermana mientras la abraza para calmarla.
Y yo, solo tenía una cosa en mente:
Espero que mi familia esté bien...
(...)
Luego de habernos calmado un poco me puse de pie avanzando por la pequeña y oscura habitación. Observé por la ventana hacia el otro lado de la calle notándola vacía.
—Deberíamos seguir avanzando, para encontrarnos con los demás —la joven asintió poniéndose de pie y yendo hacia mí.
Fui el primero en saltar desde aquel balcón para luego sujetarla y ayudarla a bajar junto a Erin. Avanzamos un poco hasta detenernos al toparnos frente a frente con otra persona.
—¿Karel?
—Jakob, es un alivio verte ¿Estais bien? ¿Habeis visto a los demás?
—Me tocaba el turno del amanecer, salí a hacer una revisión con un grupo de soldados, fuimos atrapados por los infectados, fue realmente horrible, solo yo conseguí salir con vida ¿Ivar no está con ustedes?
—No, salimos para buscar a Lysandro y ya no pudimos regresar —Jakob bajó su rostro suspirando.
Un campanazo resonó por todo el lugar haciéndonos mirar en dirección hacia la torre de vigilancia, aunque desde el lugar donde estábamos no se podía ver con claridad.
Esperamos algún otro campanazo, mas no fue así.
—¿Qué fue eso? Si fuese la alerta debían ser tres campanazos —informó Jakob.
No pudimos seguir cuestionándonos aquello pues nuevamente fuimos rodeados de aquellos muertos. Tratamos de agruparnos en el centro mientras nos defendíamos.
Decapitando.
Cortando.
Perforando.
Vez tras vez.
Sin descanso.
Erin comenzó a gritar entre el llanto llamando la atención de los tres los cuales volteamos rápidamente hacia ella, viendo como un muerto se había tirado encima de su pequeño cuerpo.
Ade corrió hacia su hermana, sostuvo la cabeza del muerto y comenzó a golpearla contra el suelo y una y otra vez con furia, la cabeza del muerto se reventó contra el suelo por el impacto, todos sus sesos adheridos al suelo y las manos de la castaña.
La chica se reincorporó abrazando a su pequeña hermana entre el susto de poder perderla.
Entonces volvió a suceder.
Las campanas sonaron.
Pero esta vez de forma completa.
Una.
Dos.
Tres.
Jakob y yo nos miramos cuando las campanadas finalizaron.
—Es la señal de alerta. Ya sabemos que hacer, sigamos con el plan establecido para estas situaciones, seguro los demás también lo harán.
Jakob asintió.
Ade cargó a su hermana.
Y empezamos a correr huyendo de la gran horda.
Yendo hacia nuestro nuevo destino.
Deseando hallar en este a nuestra familia, sana y salva.
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Capítulo de agradecimiento por el 1k en serio estoy muy feliz 🥺.
Ya casi estamos en el final 😨.
Les gustó el cap?
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