Capítulo 11: Tengan cuidado


Song: James Young
Infinity

{Arlan Rossemberg}

El galopar de los caballos era lo único que se escuchaba, el aire frío chocaba contra nuestros rostros mientras nuestros cabellos se agitaban con el viento.

Miré rápidamente hacia atrás viendo como Karel y Lysandro me seguían de cerca.

Disminuimos la velocidad al adentrarnos en el pueblo, todo estaba destruido y derramado por el suelo, detuvimos los caballos y nos bajamos de estos, luego de dejarlos atados caminamos con calma, atentos a todos.

En el suelo yacía un cadáver en descomposición, su abdomen estaba rasgado y devorado, sus tripas estaban en el suelo, sus piernas rotas.

Una rata se estaba comiendo su piel descompuesta y el muerto hacía sonidos horribles.

—Está destruido y sigue vivo, o sea muerto pero vivo. Ustedes me entienden —reí.

—¿Cómo rayos mueren estas cosas? De nuevo ¿Cómo matamos algo que ya está muerto? —preguntó Lysandro algo irritado.

Ambos giramos inmediatamente cuando sentimos un ruido.

Karel había matado a dos de los muertos, pero lucía mal.

Perdió el equilibrio y cayó al suelo, ambos corrimos hacia él asustados tratando de ver que sucedía.

—¿¡Qué pasó?! ¿Le mordieron? —Lysandro me miró preocupado, con sus ojos llenos de lágrimas.

Karel comenzó a abrir lentamente los ojos y nos miró, parecía algo desorientado.

—¿Qué me pasó? —se reincorporó rápido y comenzó a vomitar mientras Lysandro sujetaba su frente y le sobaba la espalda.

Al terminar se volvió a sentar algo agitado siendo abrazado por Lysandro y ambos me miraron preocupados.

—Arlan decidnos que sucede.

—Yo... —las palabras se quedaron en el aire. Parpadeé varias veces y negué tratando de encajar las palabras.

Recordé la noche que volvimos a ver a Axel y como momentos antes Karel había estado vomitando.

—Tú...—suspiré—. Sentí un savje dentro de ti.

—¿Qué? —frunció su ceño mirándome confundido.

—Justo aquí... —guie mi mano a su abdomen.

—No, no, no. No es posible —negó rápidamente agitando su cabeza.

—Sí que lo es, tomaste la pastilla Karel —le explicó Lysandro mientras le acariciaba el cabello—. Vamos a ser padres de nuevo —algunas lágrimas cayeron por su mejilla mientras le besaba repetidas veces.

—¡No! ¡No podemos!

—Karel no entiendo. Tú querías esto.

—No así. No así —comenzó a llorar con desespero—. Un bebé no merece venir a un mundo tan destruido.

—Vamos a arreglar esto, cariño, no será para siempre. Nos desharemos de los muertos y reconstruiremos el mundo para que nuestra pequeña Kalis y este bebé vivan en paz. Lo lograremos.

—No estoy tan seguro. No lo creo.

—Ser el de la negatividad es lo mío, tú eres el que ve el mundo de una forma especial, no se rinde e inspira a todos a seguir luchando.

—Tengo miedo —confesó mi hermano entre lágrimas.

—Estaremos bien. Saldremos de esto y hasta entonces protegeremos a este bebé con nuestras vidas.

—Lo haremos —confirmé uniéndome al abrazo— ¡Voy a ser tío! —grité recibiendo un fuerte golpe en mi cabeza por parte de Lysandro.

—¡Vas a atraer a los muertos, bestia!

—Oh duende miserable ¿Cómo te atrevas a pegarle al rey?

—¿Duende? Eres horrible con los apodos Arlan ¡Y rey mis bolas! —contestó mi cuñado

—¿Dónde quedó el respeto de los jóvenes? Deberías estar besándome las botas.

—¡La confianza mata el respeto cuñado! —comentó entre risas mientras yo me lanzaba a hacerle cosquillas y Karel me ayudaba.

—¡Ya par de bestias me van a matar de risitis!

—Debería ser delito inventar palabras tan idiotas —los tres reímos felices.

—Vamos a ser papás —comentó feliz Karel.

—Este bebé es como un rayo de luz entre tanta oscuridad. Es vida entre tanta muerte —ambos sonrieron con ojos brillosos ante mi comentario— ¡Recordadme repetir eso frente a los demás! Será una de las frases sabias del rey Arlan.

—Creo que es la única que tienes hermano.

—Creo que incluso me podrían hacer una de esas cosas de frases que el rey Arlan si dijo —estallamos en fuertes carcajadas.

—¿De dónde sacas tantas estupideces?

—Me ofendes hermano —los tres juntos entre felicidad y risas nos pusimos de pie y comenzamos a revisar cada puesto reuniendo toda la comida que podíamos y montándola en una carreta que atamos a los caballos.

Luego de un rato suspiré viendo al cielo, pronto anochecería y pasar la noche a la intemperie con todos esos muertos por ahí sería muy arriesgado.

—Esto ya está —avisé—. Deberíamos buscar donde pasar la noche y mañana partir hacia el reino.

Ambos asintieron. Al sentir los galopes de un caballo los tres nos volteamos rápidamente y sacamos nuestras espadas.

Una joven de cabellos castaños nos miraba desde el caballo, algo confundida. En sus brazos una pequeña niña de cabellera roja sonreía radiante saludándonos con la mano.

—Erin, Ade, estáis vivas —comentó mi hermano algo sorprendido.

—¿Las conocen? —los miré frunciendo mi ceño.

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Heeello

¿Qué les pareció este nuevo capítulo?

¿Qué opinan de la noticia del rayito de luz?

¿Recuerdan a nuestras nuevas chicas Ade y Erin o ya las habían olvidado?

¿Tienen teorías, ships, personaje fav o personaje que no les guste?

En especial amé escribir este capítulo, luego de tantas cosas que tengan un respiro y un rato para bromear entre ellos fue bastante lindo.

Bueeeno espero leernos pronto 💜

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