Capítulo 10: En llamas
Song: Sam Tinnesz
Heart of
{Jakob}
El salón permanecía en silencio, luego de habernos lavado y calmado un poco nos reunimos todos.
—La situación fuera del palacio está peor de lo que imaginábamos —Jonella decidió romper el silencio.
—Fue horrible, nunca habíamos enfrentado algo tan... ¿Siniestro?... como eso... —hice una mueca mirando al suelo, mis propias palabras me hicieron volver a ese lugar y sentí nuevamente el miedo.
—¿Pudisteis conseguir la flor? —Mirla sonó tímida pero impaciente. Karel asintió suspirando
—La tenemos... fue difícil, pero... la tenemos —ante las palabras de Lysandro se escucharon varios suspiros aliviados.
—Me pondré a investigar y haré lo posible por hallar una forma de detener esto, tiene que haber una cura.
—Yo me brindo para lo que necesites —Nolan y Jonella hicieron contacto visual y se sonrieron cálidamente.
—Axel está detrás de todo esto... —Arlan, que hasta ahora había estado sumido en un extraño silencio, susurró cabizbajo ganándose todas las miradas del lugar.
—¿Cómo? —Brianna frunció el ceño— ¿Axel no estaba muerto? —Arlan pasó la yema de sus dedos por su frente.
—Al parecer Viggo le dejó vivo —explicó Jonella.
—Incluso después de muerto sigue dándonos problemas —Ivar se cruzó de brazos y se recostó a una pared mientras yo le miraba preocupado por los golpes en su rostro.
—Deberíamos tratar de estudiar a los infectados para conocer más sobre —me vi interrumpido por una explosión que sonó bastante cerca del palacio.
Salimos todos corriendo y seguimos el humo y el fuego hasta llegar al invernadero donde se almacenaba toda la comida.
El lugar ardía en llamas ferozmente. En el suelo había una chica respirando agitada, tal vez por el susto de la explosión y el fuego, su vestido estaba algo roto y sucio al igual que su cara y su cabello negro estaba todo despeinado.
—¿Qué sucedió? —la voz de Arlan salió demandante.
—N-no lo sé... iba a entrar, pero la explosión me arrojó.
—Esto tiene que ser obra de Axel —dijo Arlan mientras nos adentrábamos de nuevo al palacio.
—¿Pero para qué? —Lysandro frunció su ceño.
—Es obvio, nos quiere matar de hambre —comentó Brianna sentándose cuando llegamos al salón.
—Es más que eso... —todos miramos a Jonella—. Nos obliga a salir a buscar comida y morir a manos de los muertos o quedarnos aquí y morir de hambre.
—¿Para cuánto tiempo nos queda comida? —preguntó Ivar.
—Cinco días si reducimos las raciones.
—Hay que salir a buscar comida —concluyó Mirla.
—Es un suicidio —su hermano la miró y negó.
—Quedarse aquí sin hacer nada también es un suicidio —se cruzó de brazos.
—¿Y si pudierais salir sin que los muertos o Axel se enteren? —propuso Sterling.
—¿Tenéis una idea? —El rubio asintió mirando a Karel.
—Podéis salir por debajo, hay una especie de túneles o pasadizos que dan al bosque, rodearían a los muertos y Axel nunca les vería salir.
—Por allí salí cuando querían matarme ¿Por qué no lo pensamos antes?
—Suena bien pero... ¿Quiénes irán? —preguntó el rey inquieto.
—Yo voy —habló Lysandro firme.
—Si tú vas yo también voy —respondió Karel sin dudar.
—No pueden ir solo ustedes dos, es arriesgado —Brianna estaba preocupada.
—Nolan y yo tenemos que ocuparnos de buscar la cura —Intervino Jonella—. Ivar, Jakob y Sterling proteger el palacio.
—Iré yo —concluyó Arlan.
—Eres el rey —me puse de pie—. Si las cosas se complican tenéis que estar aquí para decirnos que hacer.
—Confío en que Ivar tomará decisiones sabias en mi ausencia.
—Pero tu pueblo va a necesitarte —insistió Ivar.
—Mi pueblo lo que necesita es comida y yo se la daré. No hay discusión —me senté suspirando y miré a Ivar de reojo.
—Entonces será mejor que preparéis todo y salgáis antes de que salga el sol —aconsejó Sterling.
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