TANIA II
María y yo seguimos comunicándonos desde la distancia. Al final habilité Instagram y subí mis fotos de viajes en él, junto con testimonios relacionados a los misterios de la vida.
Aún me cuesta hacer amigos, pero los pocos que tengo son verdaderos y siempre nos mantenemos en constante contacto.
Me prohibieron viajar por un año entero, pero pude soportarlo. Después de todo, tanto María como yo debíamos recuperarnos de las secuelas ocasionadas por nuestras Tulpas.
Pero no todo fue tan malo. Durante mi confinamiento en casa, mis padres me trajeron un pequeño gatito blanco.
- Lo encontramos dentro de un basurero - dijo mi madre - ¡La gente es tan insensible con los animales!
- Ahora que suspendimos los viajes, pensamos que te gustaría cuidar de una mascota - dijo mi padre - espero que esto te anime un poco.
Tomé al gatito, quien me recordaba vagamente a Félix, y sonreí. Mi viejo amigo imaginario al fin logró encarnar en un ser vivo, acercándose lo suficientemente a mí para encontrarlo y cuidarlo con todo mi amor.
Un año después, fui absuelta y decidí visitar a María. Ella me recibió con los brazos abiertos y me dio una grata noticia: sus padres estaban esperando un bebé.
- Según los últimos estudios, será una niña - explicó María
- Me alegra que tengas una hermanita - le dije - Y, también, que tu vida haya mejorado.
- ¿Y qué hay de ti? De seguro habrá sido duro tu castigo.
- La verdad es que no. Estuve meditanto mucho y, además, mis padres aceptaron que cuidase de un gatito. Nunca antes tuvimos mascotas, pero siempre hay una primera vez. ¿No? Además, he aprendido bastante con mi nuevo amigo felino. ¡Es muy inteligente!
Ambas reímos. Por alguna razón, sentimos que nuestras Tulpas deseaban acompañarnos en nuestra dicha. Quien sabe, capaz la experiencia con los humanos les hicieron apreciar las diferentes matices de la vida.
- Solo espero que mi hermanita sea muy feliz - dijo María - Que disfrute de esa felicidad que yo no pude disfrutar en su momento y que lo disfrutó Dina cuando se apropió de mi cuerpo.
- Yo estoy segura de que mi gato Félix es una mascota muy alegre y dichosa - le dije - Hace poco estuve viendo videos de personas que viajan con animales, incluso gatos. Así es que tendremos que enseñarle a trasladarse con nosotros en cualquier lugar.
- ¿Será que nos volveremos a encontrar? - me preguntó María, con tristeza.
Una viajera nunca sabe cuál sería su último destino. Pero, en cualquier mometno, puede que coincidamos con nuestros amigos esparcidos por el mundo. Y, en el caso de las Tulpas, hasta podemos hallarlas con otros aspecto, una nueva reencarnación.
- Si. Nos encontraremos - le respondi.
Cerramos la promesa con un hermoso abrazo de amistad y un "hasta pronto".
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