Capítulo V ✦
—¡Qué me sueltes!— Le grite para después golpearlo y lograr que me soltara.— Esta es la única forma de hacer que te comportes.
(......)
— ¿Y el tipo que estuvo aqui?— Preguntó Meliodas.
— Es un caballero sagrado llamado Golgius, estaba detras de la princesa y tu espada rota.— Contestó Hawk.
— Es un cobarde, ni me pudo enfrentar.— Comenté acostada en la cama.
—Y ese medico estaba de cómplice.—Siguió Hawk.— ¡Huyo! ¡Maldito!
—Otro cobarde más, No me sorprende.— Hable mientras seguía acostada en la cama.—¿Ya podemos ir a buscar a ese "Caballero Sagrado"?—Hice comillas con los dedos al pronunciar el nombre, pero es verdad antes los caballeros sagrados eran más fuertes.— Es el peor caballero sagrado que ví.
—Espera, todavía no se han curado las heridas de Meliodas-Sama.— Dijo la Princesa.— ______-Sama, nunca te has preocupado por Meliodas-sama.— Me dijo.
—Míralo esta bien o no.— Le comencé a mover el brazo.— Y además que sabes tu si me preocupo o no del Capitán.— Añadí. Y le quite las vendas.—Esta bien.
—¡No puede ser! ¿En serio?— Dijo La princesa mientras le tocaba la cicatriz.
—¿Que te sucede? Hoy estas mas atrevida.— Preguntó el capitán.
—No es eso...
— Toca lo que quieras.— Volvió a decir el capitán.— Vamos, vamos.
—Da igual, ponte algo de ropa rápido.— Dije enojada mientras caminaba hacía la ventana.—¡Me voy!—Grite mientras salía por ésta.
¿Que les pasa a esos dos? Bueno el capitán siempre fue así, no puedo hacer nada... ¿Y que hago yo pensando eso? Tengo que buscar a ese "Caballero Sagrado"
— ______-Sama, venga con nosotros a buscar a el caballero sagrado, Hawk- chan ya encontró su aroma.— Me dijo Elizabeth mientras se acercaban los demás.
(..........)
—¿Como estará Diane?— Susurre sin prestar atención a lo que pasaba a mi alrededor. Hasta que sentí algo chocar contra mi espalda.— uhhh.— Agarre el objeto que seguía clavado en mi espalda.— Ohhh... Creo que esto es tuyo, toma te lo regreso.—Me empecé a tocar la espalda.—¡Ahhhh!
—¡¿Que te paso?!—Preguntó el Capitan.
—¡¿Estas herida ?!—Preguntó Hawk.
—No, solo me rompí la parte de atrás de mi ropa.— Dije rascando mi nuca, y ellos suspiraron.
—Golgius-sama, ahí esta.—Gritó alguien en la parte trasera del callejón al voltear nos dimos cuanta de que era el médico.
—¡Ah, ese Maldito médico!—Gritó Hawk molesto.
—Falle en asesinarlo, pero si hice que tomara le veneno.— Habló con el caballero sagrado.— Quiero que me devuelvas a mi hija como acordamos.
Seguía mirando a aquél médico aún sabiendo que le caballero sagrado desapareció, me conmovió que el hizo todo eso por su hija, aún sabiendo los rumores, de que podría haber muerto en nuestra manos. Es un gran padre aunque es malo matar, claro está. El medico de un momento volteó repentinamente y Habló con "Alguien", seguido apareció el caballero sagrado y le enterro en el abdomen una gran espada atravesandolo por completo, seguido saco la espada dejando caer a el médico.
—Es de mala influencia que empiecen a decir que un caballero sagrado trato de envenenar a un niño.— Dijo el Caballero sagrado cuyo nombre ya me olvidé.
—¡Doctor!—Gritó Elizabeth.
—Olvídate de ese tipo.—Gritó Hawk
— Doctor, resista.—Gritó Elizabeth preocupada y poniéndose de rodillas.
—Este lugar es peligroso, no sabemos donde pueda aparecer ese sujeto.—Nos anunció el capitán.
—Pero no puedo dejarlo morir.— Después de que Elizabeth dijera eso el Caballero atacó pero el capitán lo detuvo y este volvió a desaparecer.
— De nuevo desapareció, esto es teletransportación.—Gritó Hawk mientras daba vueltas.
—Yo le pudiera ayudar al doctor, solo si pudiera.... Olvidenlo, lo lamento.— Susurre triste.
—Por ahora lo único que podemos hacer es correr.— El capitán nos agarró y comenzamos a correr, aunque aún seguían con los ataques.
—Lo único que puedo percibir es el olor al hierro.—Dijo Hawk. Aún se puede percibir su olor Aunque desaparezca sospechoso.
—Donde sea que se escondan los encontraré.— Dijo el caballero mientras reía.
—Por aquí.— Dijo Meliodas mientras entrábamos a una vieja casa.
— ¿Porque entramos en un lugar así?— Preguntó Hawk.
—Hawk,¿Acaso piensas involucrar a las personas de la ciudad?— Respondió el capitán.
—Ohhh, Tú siempre piensas en todo capitán.— Dije
— Tienes razón pero...
— Trataremos de escondernos aquí.— Interrumpió al cerdo.
—Este lugar esta completamente podrido, huele a hongos.— Se quejó Hawk.— ¿Que haces?— Preguntó debido a que movió la espada rápidamente por la entrada.
—Pongo un conjuro para que no entre.— Respondió.
— Capitán me sorprende, en los diez años que estuvimos lejos aprendiste hechicería.— Dije sarcástica.— Yo también echaré un conjuro.— Dije mientras posaba como maga.
—Quién sabe...
—Pero no importan las puertas cuándo se usa la teletransportación.
— Si es teletransportación el aparecerá justo delante de nosotros.— Dijo el capitán.
—Lástima, es atrás.— Dijo el Caballero riendo.
— Lastima, mira tus pies.— Le Dijo el capitán con una sonrisa triunfante, para que después el caballero callera por el agujero que causó su peso y lo viejo que estaba este.
—Vaya, si que este lugar es viejo.— Comentó Hawk.
— Habían cortes en el suelo.— Dijo el caballero adolorido.
Bajé a donde el había caído juntó con El Capitán.
—Pobre, pobre Caballero Sagrado, Tu magia no era teletransportación si no Transparencia ¿Verdad?
—Me tenía intrigado el lapso de tus siguientes apariciones.— Le habló el capitán mientras lo señalaba.- Además es raro que dejes olor, eso quiere decir que solo caminabas.— Sonrió triunfante.
— Muy buena deducción Capitán.
— Gracias. Como seguía, Entonces, Obviamente entrarias por la única puerta que había. Además aquí no me tengo que preocupar por la Princesa.
— Igual, es hora de arreglar cuentas.— Dije mientras me le acercaba con una sonrisa en el rostro.
—Mejor lo hago yo, no quiero que lo mates, solo hay que hacerlo hablar.—Me dijo el capitán, yo obedecí de mala gana y subí con Elizabeth
(.......)
— Vaya huyo.— Habló Meliodas.
Suspire y le di un leve golpe en la cabeza.
— Capitán a veces me sorprende tus deducciones y después te gana la estupidez.
— ¡Oye Elizabeth!— Gritó Meliodas mientras veía a la Princesa irse corriendo.
(......)
— Doctor, doctor dana, resista.— Gritó la Princesa mientas movía al Médico tirado en el suelo.— ¿Por qué?— Preguntó ella mientras lloraba.
— ¿Por qué tú lloras? Lo siento, quería salvar a mi hija y...— Hablo con dificultad mientras en sus mejillas se derramaban lágrimas.— Por lo menos quise salvarte...— Suspiro y murió.
—Por mi culpa...— Hablo Elizabeth triste.
— ¿Qué dices? Quien lo mato fue el Caballero.— Hable.
— Si nosotros no hubiéramos venido a esta ciudad, no habria la necesidad de que nos mintiera y tampoco de que tomen como rehén a su hija.— habló Elizabeth.— Para empezar si yo no te hubiera buscado ni pedido tu ayuda, Gilthunder no te hubiera herido, ni tampoco Golgious hubiera tratado de envenenarle, ni atacarte.
— Princesa, Se entiende de que tu quieras llorar y desahogarte, pero no tienes que rendirte, no tienes que abandonar tu Reino por esto, se que es duro ver a personas morir pero esto no es tu culpa, Tu fuiste la única que tuvo la oportunidad de salir a buscar ayuda, Porque tu pueblo te necesitas, Tú Família te necesita, no te rindas.— Le dije mientras me acercaba a ella y le acariciaba el cabello.
—Además, Yo decidí buscar a los ocho pecados capitales y luchar contras los caballeros sagrados.— Hablo el Capitán.
— Y nosotros decidimos ayudarte a luchar.— Seguí yo.
— Elizabeth aunque tú mueras, yo cumpliré la promesa que te hice.— Le habló el Capitán.
— Meliodas-sama...— Fue lo único que pudo articular.
El capitán solo desvió la mirada tristemente.
— Las personas mueren en algún momento. Pero mientras llevemos con nosotros sus sentimientos nunca morirán. Prometí cuidar esos sentimientos, aunque derrame mucha sangre, aunque derrame muchas lágrimas yo lo haré.— Nos dio la espalda con la cabeza abajo.— Eso es ser un caballero.— Hablo y se alejó caminando.
(.......)
— Bueno Iremos a Baste.— Habló el capitán Alegre.
— ¡Si— Grité, tanto tiempo sin ver a Ban...
— Oye, ¿Piensas dejar a Elizabeth-chan?— Preguntó el cerdo.— No quiso dejar al doctor desde que lo dejamos ahí.
— Tonto, creo que es mejor que se quede quieta en la ciudad.— Confesó el Capitán.
— En el Baste hay caballeros sagrados que están detrás de Elizabeth.
— ¡Meliodas-sama!— Gritó Elizabeth mientras corría a nuestra dirección, la mire un tanto confundida, no se quedaría con el doctor.
— ¿Que es lo que traes?— Preguntó Meliodas.
— Arreglé esto mientras usted estaba dormido.— Confeso avergonzada.— No me salió muy bien pero...
— Eres una buena chica.— Dijo Hawk.
— Gracia Elizabeth.— Agradeció el capitán.
— Que bueno.— Se alegró Elizabeth.— Entonces a partir.— Gritó Emocionada.— Yo no soy caballero, pero seguiré luchando para proteger al reino y al pueblo. Aunque Meliodas-sama muera ahora.— Eso hasta a mi me dolió.
— No me mates tan rápido.
— Lo siento...
— ¿Elizabeth-Chan y si yo muero?— Preguntó el cerdo.
— Esto... Me esforzaré.— Respondió amable ella.
— Elizabeth-chan, ¿Por qué me tratas así?
— Lo siento Hawk-Chan.
— No te preocupes Hawk— Interrumpió el Capitán.- aunque tu mueras no desperdiciaremos tu carne. ¿Verdad Elizabeth?
— ¡Si!
—¿Y mis sentimientos?— Pregunto Hawk indignado por la idea de esos dos.
— Bueno vamos.— Siguió el Capitán sin prestarle atención a la pregunta de Hawk.
— Si, a salvar a Ban-sama.— Dijo con entusiasmo la Princesa.
—No es eso.— Quedamos confundidos ante la respuesta de El capitan.— ¿Creo que se llamaba Senetto? Primero debemos salvar a la hija de Dana.— Nos aclaró el capitán, una sonrisa aparecio en mi rostro debido a el, era tan generoso que hiciera eso.
— ¿Pero y ban-sama?
—Tan solo que se entere que estamos en camino saldra por si solo.
— Ya veo...— Hablo Elizabeth.
Después de caminar unos minutos más se escuchó una fuerte pisada justo adelante de nosotros, una gran capa de polvo de levantó debido a esta pisada y como consecuencia que nosotros ni podamos ver a nuestro posible enemigo. Adoptamos nuestras posiciones de ataque, hasta que a los minutos se diviso a nuestro supuesto enemigo.
— ¡Diane! ¿Que haces aquí?— Le pregunte deshaciendome de mi postura.
Se mantuvo varios segundos callada como si en un trance se encontrara.
— ¿Chicos?— Reaccionó.— ¡Capitán! Deberías estar descansando.— Le regaño. A decir verdad Diane siempre era así y más por el Capitán. Siempre la e admirado.— ¿Qué rayos estas haciendo?— Le preguntó mientras se agachaba.
— En vez de preocuparte por mi, ¿Tu te encuentras bien.— Le preguntó el Capitán.
— ¿Si yo estoy bien?— Se volvió a repetir así misma Diane.
— ¿No te habías ido directamente al calabozo de Baste luego de aplastar a esos bichos?— Le pregunte yo algo confundida.
— ¿En serio?— Preguntó confundida.
— Creo que tenemos un oponente muy molesto.— Me Susurre a mi misma pensando.
— ¿De verdad te encuentras Bien Diane?— Le volvió a preguntar el capitán.
—Si, solo estoy un poco mareada.— Respondió ésta mientras jugaba con su cabello. El ligero sonido de una campana hizo que Diane cambiara derrepente su expresión, mirándonos fijamente.— ¡Caballeros Sagrados! Capitán cuida de la Princesa...— Nos dijo, a lo que nosotros nos confundimos.— ¿Capitán, chicos? ¿Donde estan?— Empezó a mirara a todas partes, mientras nosotros estábamos adelante de ella.— ¡Regresa a mi capitán!
Alzó una pierna y la impacto contra el suelo causando que nos elevemos, ella aprovecho y nos dio un puñetazo causando que por la fuerza saliéramos volando a varios metros de distancia.
— Diane, ¿Por que haces esto tan derrepente?— Preguntó Meliodas saliendo de la tierra en la que había sido enterrado después de el impacto.
— Diana-sama, Meliodas-sama esta aquí.
— ¿Qué haces dormida mujer grandota?— Le preguntó Hawk.
— Te advierto, yo no perderé contra una pareja de caballeros sagrados.— Advirtió Diane mientras se ponía en posición de ataque.
— Esos ojos no nos están viendo
— Le dije a Meliodas.
— ¿Que hacemos?— Preguntó aterrado Hawk.
— Por ahora huyamos.— Respondió el capitán. Yo agarre a Elizabeth antes de que Diane volviera a atacar.
Y empezamos a correr, Diane no se quedo atrás y nos siguió mientras nos atacaba.
—¡Rayos, son personas!— Grito Hawk al ver un hombre y un niño es nuestro camino.
—Oigan, si no quieren morir huyan.— Grité, mire al capitán y asentí, mientras le lanzaba a la princesa. Los agarre a los dos para esconderlos.
— ¿Donde se esconden caballeros Sagrados? A unas pulgas como ustedes los haré pedazo.— Nos empezó a buscar Diane.
— Meliodas-sama, ¿Que le sucede a Diane-sama?— Preguntó la princesa preocupada.
—Se que le está pasando algo...
— Toma princesa,— Le pase al niño que Cargaba.— te lo encargo.
— Si.— Me respondió ella.— ¿Ustedes que están haciendo aquí?— Le preguntó al niño
Empezamos a acercarnos silenciosamente a Diane dejando atrás a la princesa y a los demás. Justo cuándo estábamos debajo de Diane se escucho otro ruido de campana y Meliodas comenzó a actuar raro sus ojos estaban igual que los de Diane, al verme salto hacia atrás y quedo entre Diane y yo.
— Ustedes son...— Nos empezó a hablar.— Oigan ustedes, ¿Que le hicieron a Diane?— Nos preguntó.
Al terminar de hablar Diane nos atacó a los dos, yo lo esquive pero Meliodas la atacó.
— vuelve a la normalidad a Diane.— Gritó mientras la seguía atacando.
Y así comenzaron a atacarse, yo trataba de evitar en lo máximo posible se que se hicieran daño, y que me hicieran daño a mi. lanzaba a Meliodas lejos de Diane mientras yo recibía los ataques de ella para evitar que se hicieran daño. Si les soy sincera, me cuesta hacer esto, además de que ellos son fuertes por algo son integrantes de los ocho pecados capitales. Tal ves yo me recupere rápido pero que ellos dos se quieran matar y yo estoy de por medio es un trabajo duro, además de que si me afectan sus golpes, aunque es un buen entrenamiento ¿Verdad?
—Son fuertes a pesar de ser enanos.— Nos halago Diane, o eso creo
— Y tu eres rápido, para ser grande.— Le devolvió el halago Meliodas, mientras le daba una buena patada.
Diane agarró al capitán, lo lanzó y yo lo ataje, el me dio con su espada haciéndome volar contra Diane.
—¡Ya paren!— Grité enojada.— ¡Eso me dolió! ¡Me están haciendo enojar!— De un momento otro se detuvieron y sus ojos cambiaron.
— Lo siento.— Dijo Diane, comenzando a actuar normal.— ¿Qué estás haciendo?
—¿Nos puedes ver Diane?— Le pregunté.
— Claro, ¿Que tienes? estas actuando raro.— Me dijo Diane.— ¿y los caballeros sagrados?
— Ahora que lo mencionas...— Dijo el capitán mientras miraba a todas direcciones.
— Chica gigante, ¿Estas bien?— Se le acercó el niño.
— ¿oh, sigues aquí?— Preguntó amable Diane
Se volvió a escuchar un ligero sonido de campana yo me alerte y mire todo a mi alrededor. Solo habían dos Caballeros Sagrados.
— Yo soy el caballero Sagrado Ruin, pertenezco a weird Fangs y soy quien traera la destrucción de los ocho pecados capitales.— Me dijo un caballero sagrado gigante.
— Maldito caballero sagrado.— Lo mire con furia, al momento me detuve, y si estaba como los chicos hipnotiza y ellos eran Diane y el Capitán.— ¿Como me consta la que tu eres un caballero y esto no es una ilusión?.— Le pregunté.
— Si yo fuera una ilusión, ¿te pudiera atacar?— Dijo para luego darme una gran patada.— Ves, yo soy real.
No se si este Caballero sea real, Talvez sea Diane o Meliodas, pero estoy segura que ellos están atacando para matar, y no puedo permitir éso.
(......)
Después de una paliza por parte de estos caballeros, me harté e iba atacar, ya estaba bastante herida. Me detuve al ver que esos Caballeros eran los chicos, algo había detenido nuestro trance, al verlos bien, suspire y me senté en el suelo.
—¿Estás bien?— Pregunto Meliodas, se acercó con una mirada algo preocupada.
— Ustedes, me dieron una paliza.— Le sonreí y el me imitó. Mi rostro cambio al ver algo lejos a la distancia.— Tenemos más problemas.
Fuimos corriendo en dirección a la tormenta de insectos que había mas adelante. Al llegar nos encontramos a la princesa tirada en el suelo y Meliodas se lanzó a atacar al responsable.
— Está muy herida, tenemos que llevarla a la ciudad.— Me aviso Diane.
— Esperen... Llevenme dónde esta Meliodas y Ban...— Pidió con dificultad la Princesa.
—¿Que estás diciendo? ¡Estas muy herida!— La cuestione.
— Prometí... Que continuaría luchando para proteger a las personas del reino...—Me respondió ésta.
—Es una pena, pero no puedo.— Dijimos Diane y yo al mismo tiempo.
—Diane-sama... _______-sama.
— Estamos yendo a la prisión Baste, donde muchos enemigos esperan. Si asi fuera, con tu cuerpo así, no podrás hacer nada.— Diane trato de hacerle entrar en razón.
— Es cierto... Es cierto que no tengo fuerzas. No puedo hacer frente a los Caballeros Sagrados... Pero... Aun así... Decidí caminar junto a todos. Para cumplir mi promesa.— insistió
— No vas a llorar, ¿No es así?— Preguntó Diane
— No.
—Te voy a poner en mi bolsillo. Pero vas a girar mucho. Puede afectar a sus heridas. ¿Aun quieres ir?— Le preguntó Diane.
— Diane... ¡Sí!
— ¡Hey! Eres un soldado de Baste, ¿no?— Le preguntó Hawk al hombre que supuestamente era el Papá del niño que resultó ser un caballero.
— ¡No! ¡Solo he sido amenazado por los Caballeros Sagrados!— Nos rogó nuestro entendimiento
— ¡Sabes donde esta uno de los Ocho Pecados Capitales y la hija del Médico!— Le grité esperando respuesta.
— ¡Espera! Si te digo eso, voy a sufrir con los Caballeros Sagra...— Habló pero Diane lo interrumpió.
— ¿Prefieres sufrir con lo Caballeros Sagrados o que hagamos esto contigo?— Diane sonrió tiernamente mientras tiraba el cuerpo de un caballero sagrado echo trizas.
(.........)
— Es en esa torre.— Le indiqué a los chicos.
— No parecía que el soldado estaría mintiendo.
— Lo sé.
Entramos al lugar , si que era grande hasta Diane puedo entrar. Aquí me puedo perder muy rápido.
— Esta bastante vacío aquí.— Hablo Diane.
— Haber mandado un caballero sagrado volando funciono muy bien.— habló Meliodas.
— Montón de cobardes.— suspire.
(.......)
—Es ella. Ella es la hija de médico, sin duda.— Hable mientras la miraba.
— Vamos a llevarla,¿Cabe uno más en la bolsa?— Le preguntó el capitán a Diane.
— ¿Está bien?— Preguntó Hawk después de que calló inconsciente la chica.
— Si, ella solo se desmayó.— Respondió relajada.
— yo me voy a explorar.— Dije mientras me daba la vuelta y caminaba lejos de mis compañeros.
Después de caminar aburrida un par de minutos, pude encontrar a Ban. Nos quedamos viendonos varios minutos como si de una guerra de miradas se tratara, después de unos segundos corrí hacía el con una enorme sonrisa en el rostro y con los brazos extendidos.
— ¡Ban!— Lo abraze y el no tardo en corresponderme.— ¡Zorro idiota!-— Le grité a unos pocos minutos después.— Encerrandote en este basurero.— Le golpee el pecho suavemente.— Te extrañe.
— Yo también te extrañe.
— ¡Suéltame maldito zorro!
— No, ahora me tienes que aguantar bruja.— Me dijo éste sacándome la lengua.
— Cuántos años tienes.— Me burle de él.— Solo porque eres una jirafa no tienes derecho a burlarte.
— Callate enana.
— ¡¿A quién le dices enana?!— Mordí su brazo.
— ¡Auch!— Se quejó mientras daba saltitos.
— Ahora vamos donde el capitán. Nos están esperando.
(..........)
— Chicos,— Grité llamándo su atención.— Miren a quién encontré.— Señale a Ban energéticamente.— Al masoquista.
— Ban.— Dijo el capitán
—Ah, capitán.—Hablo el nombrado.
—¿Se reunieron, pero que tensión es esa? Estoy sintiendo algo peligroso.— Tembló Hawk.
—Eso es correcto. Es mejor que te escondas detrás de mí.—Le dijo Diane a hawk.
—¡Ban!— Gritó Meliodas mientras alzaba sus brazos energéticamente.
— ¡Capitán!— Actuó igual.
— ¿Que? Ellos se llevan muy bien.— Habló confundido Hawk.
— ¡Capitán!— Gritó Ban mientras le daba un golpe al nombrado haciéndolo impactar contra varios muros. —¡Vamos, vamos, capitán!— Gritó Ban alentando al capitán.
—¿Que fue eso?— Habló Hawk alterado al ver al capitán haciendo lo mismo.
— Ignoralos.— le Dijo Diane hawk.
—Qué sorpresa, pensé que habías muerto.— Hablo Ban saliendo de unos escombros.
— Y te ves bien también.— Le contesto Meliodas mientras se ponían en el suelo para hacer una lucha de brazos.
-Preparado...- contó el capitán.
-¡Vamos!-Siguió Ban.
-¡¿Que?!-Gritó Alterado Hawk al ver como el piso era destruido.
-ellos fueron siempre así.-Comenté.
-¡¿Como?!-Gritó Incrédulo Hawk.
-Los hombres son tan infantiles...-Suspiro Diane.
-Nuestro conteo es de 361 ganadas de 720 a mi favor, ¿No es así?-Dijo ban y empezaron su "Batalla"
-¿Estas soñando despierto? ¡ llegué a 361 victorias!-alardeo el capitán
La pelea de brazos o como se llamen, ocasionó el derrumbe de la prisión, sin embargo ellos no paraban y seguían con su encuentro mientras nosotros bajabamos piso por piso.
-¡Capitán, eres tan lindo cuándo estás serio!-Canturreo Diane.
-¡Vamos Capitán! ¡Vamos Ban!-Los animé.-¡Que gane el mejor!
-¡No es momento para esto!-Grito temeroso Hawk.
Después de que la prisión fue totalmente destruida y que la que los ocasionaron terminaron empatando, nos dirigimos al pueblo de nuevo y llevamos a la hija del Médico a su casa.
-¡¿El volvió a la vida?!-Gritó Hawk desde la puerta de una habitación.
-¡¿Hay un Zombie?!-pregunté Histérica, acercandome a los chicos.-¡Hay que exterminarlo!-Saque una espada de por hay y le apunte.- ¡Alejese Capitán!- Y me golpeó el capitán.
-Calmete, deja que expliqué.-Me dijo.
-Pero no me tenías que pegar.-Dije mientras me acariciaba el golpe.-Aún Siguo sensible, después de aguantarlos recibí mucho daño. ¡Me largo!
(.......)
-¿Como esta Elizabeth?-Pregunte.
-Está muy tranquila.-Me respondió Diane.
-Bien, pero, ¿Porque esta durmiendo en mi habitación?
-Es que Ban tomo la cama de Elizabeth, El dice ese sera su cuarto.
-Así que, ¿Que hacemos con _____-chan?- Preguntó Hawk.
-Déjala conmigo, esta en buenas manos.-Respondió.
-En realidad, no hay otra habitación y... ¡Por supuesto que no!-Me defendió Hawk.
-hay que Kawaii eres Hawk, pero yo me se defender.-Dije abrazando a Hawk.-Además la princesa nesecita la habitación más que yo.
(.........)
-Entonces... Voy presentarlo de nuevo.- Repitió Meliodas.
-¡Este es el pecado Zorro Codicioso, Ban!- Lo presente interrumpiendo a El Capitán.
-Es un placer conocerla.
-¿Que ropa es esa?-Preguntó El Capitán.
-No puedo estar sin ropa delante de la princesa, ¿No?
-¿Tenías dinero para comprar ropa?
-Estaba tirado, gran coincidencia.-Contestó sin prestarle importancia.-¿Cuanto tiempo? Estas igual, Diane.
-Prefiero no verte en otros cien años.
-Soy Elizabeth. Disculpe por esta situación.
-No hay problema, princesa. Siento haber sido grosero. Vamos a llevarnos bien los cuatro.-Hizo una leve reverencia.
-¡Cinco, somos cinco!
-No juegues conmigo, Capitán. Son cuatro ¿No es así?
-¡Somos cinco! ¡Su tornillo aún esta suelto!
-¿Quién esta hablando?- Enserio Ban es tan despistado.
-¡Yo!-Dijo Hawk.
-¡El cerdo esta hablando!-Grito asustado Ban mientras daba un salto atrás.
-¿Vas a tener miedo ahora?-Le preguntó el cerdo.
-¡Esto puede ser solo una ilusión! ¡Un cerdo que habla lenguaje humano, no tiene sentido!- Gritó Ban.-¡Ya entendí! Tu eres King, ¿No?-Preguntó, Kami-sama iluminalo.- Entiendo te colocaron una maldición y finalmente se volvio un cerdo.
-Estas mal.- Contestó Diane.
-King está muerto. Pero son solo rumores.-Respondí.
-Te estoy diciendo, Yo no soy cualquier cerdo. Yo soy el lider de los Caballeros Sagrado, el gran Hawk.
-¡Increíble! ¡Yo nunca había oido hablar de el!
-¿Ya terminaron de presentarse?-Nos interrumpió el médico.-Vengan a comer pronto, antes de se enfrie.
-¡Vamos a comer!-Me acerqué a la mesa.
-¡Esto es injusto! ¡Capitán!- se quejo Ban.
-¡Esto es mio!-Grité apartando mi plato de demas.- ¡Hawk alejate!
(.......)
-Ban deja de tomar tanto, tu tienes muy poca resistencia.-Dije corriendo tras el.- además esa es mi bebida.-Salté y lo atrape.-Te tengo.- en un rápido movimiento el me agarro y me puso en su pecho y me sonroje.
-Ban ¿Que que haces?- le preguntó el capitán a Ban, y este me solto.
(.......)
-Vamos aceptalo.-Me trato de convencer el capitán, quería "Compensarme" por no dejar que se mataran el y Diane, su modo se compensarme era dándome de comer.- abre la boca.- y lo hice, el metio un trozo de comida y yo lo comí, me sentía avergonzada. Aunque era lindo a la vez
Y Diane también pidió que el Capitán le diera de comer, no se como pero el Capitán fue el que quedó en su boca.
(.......)
-No seas tan rigido, líder Hawk. Por favor domine.-Habló claramente ban borracho encima del pobre cerdo.
-¡Cuiden de el!
-¡No te excedas, Ban!-Grité tratando de separarlos.- ¡Suelta al pobre cerdo! ¡Baja de hay!-Grité mientras ban subía con el cerdo.-¡Capitán, Tu también!- me enoje más al ver a Meliodas Alentando a Ban.- ¡Haganlo que quieran!
-Padre mira el cielo.-Dijo la chica.
- Oh se parece a los antiguos poemas de Britania. Cuándo los cielos se llenen de estrellas fugaces cruzando Britania se enfrentara a un gran peligro. Es un presagio de un juego de pruebas definido desde tiempos antiguos. Una guerra santa entre la que conduce la luz y el linaje de la oscuridad.
-Yo creo que es una hermosa vista.
Y así terminó ese día, después de varias horas de diversión, caímos rendidos ante el sueño.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top