Capitulo I ✦

➸La separación.

10 años fueron los que pasaron desde la última vez que los vi. Lo último que recuerdo es que nos llamaron a una reunión muy importante.

...

—Y yo pensé que podía beber cerveza por el Aniversario. —Dijo Meliodas mientras avanzábamos hacia la gran puerta.

—Aunque usted, capitán, siempre toma cerveza sin importar el motivo. — Dije. —Hoy era un día de celebración en el Reino, teníamos que tener el día libre. — Reproche.

Di un leve giro, dándome a ver a todos mis compañeros con sus armaduras, solo algunos dejando ver sus rostros.

— Al parecer el jefe de los caballeros sagrados tienen algo que decirnos. —nos aclaró Merlín.

—¿Será que nos dará una recompensa extra por nuestra última misión? —Preguntó Diane emocionada.

—Bueno, da igual. —Meliodas contestó. — vayamos afuera después de esto. 

—No has cambiado en nada. —Dijo Ban con un tono divertido mientras llegábamos a la puerta.

—Hola... — Meliodas saludo mientras abría la gran puerta. Todos nos quedamos Atónitos al ver lo que había adentro. — Jefe de los caballeros sagrados... — Ante nuestros ojos se podía ver a un cuerpo inerte de dicha persona, y a su alrededor marcas de una gran batalla que sólo presenció la habitación.

—Es horrible. 

—Lo apuñalaron por todos lados. 

—¿Quién hizo esto? — preguntó desconcertado King.

—Primero debemos pensar porque el objetivo fue el jefe de los Caballeros Sagrados. — Merlin Habló.

—Esa sensación... — Dije mientras corría en dirección a una de las ventanas más cercanas. — ¡Fuimos rodeados por todos los caballeros del reino!

—¿Qué es esto? —Preguntó Diana. — ¿Qué está pasando?

—Nos están atacando.

—Debemos huir.—Grito Meliodas. — Nos dividiremos.

Cada uno salió corriendo a una dirección diferente.

Esa fue la última vez que los vi. Desde entonces he vagado sola en busca de cualquiera de ellos. He recorrido varios pueblos en recolecta de información, pero nada, es como si hubieran desaparecido. Ahora sólo es cuestión de pasar desapercibido, los pecados ahora solo son odiados.

Las miradas que se dirigen hacia mi, no son agradables, ser caballero ya no es tan honrado como antes. Que tristeza siento en estos momentos, pero es lo que más me define.

"Mi pecado es la tristeza de la ninfa"

(......)

Arrugue otro de esos papeles, cada año reparten la información de los más buscado. Cada año aparecemos, y deduzco que no han atrapado a ninguno.

Al girar mi rostro había otro cartel, era de un nuevo bar "Boar hat" que acaba de abrir, se ubica en la cima de una colina, en verdad quería tomar un poco, para poder relajarme. 

Estaba algo alejado del pueblo. Al pasar sonó una campana, mi bienvenida ,pensé con gracias, parece que ha este bar le está yendo muy bien, espero que sirvan un buen vino, me senté, hoy tomare un descanso.  

—¡lle- llego! — Exclamó un hombre que acababa de llegar. —¡Lo vi con mis propios ojos! No hay duda de que era uno de los Caballeros Oxidado.

—Por supuesto que no existe. Es sólo un cuento para asustar a los niños. —Hablaban unos hombres claramente ebrios. —"¡Si lo estropeas, uno de los Ocho Pecados Capitales aparecerá en una armadura oxidada!" 

Que tontería.

—Etto disculpen, me podrían...

Me interrumpió un fuerte ruido de afuera, silencio total, a excepción de las pisadas que se escuchaban, cada vez más cerca. Se abrió la puerta, dejando ver una armadura oxidada.
¿Entonces aparecerán los Ocho Pecados? Aquí hay una.

—Los Ocho Pecados... Capitales...— Decía el "caballero oxidado"

—Apareció. — Susurro

Todos huyeron despavoridos, y aun no me atendían. Que mal servicio

— ¿Quién eres? — Preguntaron, no pude distinguir a la persona debido al alboroto que causaba el escape de aquellos cobardes.

Mi vista se dirigió al "Caballero oxidado" y éste se desplomó dejando ver en su interior a una chica. Mis ojos vagaron un poco más encontrándome con un cerdo y un chico de cabellos rubios, que raro se parece mucho a Meliodas...

—C-capitán.

Me emocione y lo abracé con fuerzas, ¡Por fin había encontrado a uno de mis compañeros!

—¡Por fin lo encuentro capitán!

Con un movimiento ligero de manos mi apariencia cambio. Regresando a la apariencia de aquellos años.

— Oh Hola ______. — saludó con la mano en el bolsillo.

—Capitán . —Lo abrace.— ¡Capitán! ¡capitán! ¡capitán!

Pare cuando sentí una mano en mi trasero.

—Idiota, sigue como siempre no ha cambiado nada.—Le di un puñetazos y salió del Bart debido al impacto.

—Y tu sigues pegando igual de fuerte.— Dijo mientras se acariciaba el golpe.

Reí y me acerqué a él.

— Lo extrañe mucho capitán.—Nos dimos una gran sonrisa, realmente calidad, hasta que hablo.

—Yo igual, y a estás dos también. — Dijo mientras ponía su cara entre mis pechos.-—son tan cómodos.

Me ruborice y me separe, no lo vuelvas a lanzar contrólate, no queremos otro agujero. Trataste de auto-calmarte. 

— Espera un momento, nos olvidamos de la chica que estaba en la sala.

(.......)

Después de que le quitamos la armadura, le acomode en la cama, era una joven humana muy bella, se me hace conocida. 

—Ohh es una chica.- Dijo una voz detrás de mí, al gira y agachar la mirada, me di cuenta que era un cerdito.

—¡Ohh mira un cerdo que habla! ¡Que adorable! — Me arrodille y lo abrace mientras lo acariciaba.

—Soy Hawk, un placer.— Habló el cerdo mientras seguía acariciándolo.

—Esas líneas mientras duerme...—habló Meliodas mientras la miraba de cerca.

Solté un suspiro mientras negaba con la cabeza , es que nunca va a cambiar —pensé.

— Ese olor...— la comenzó a olfatear parecía un perro.—Y está flexibilidad...- le comenzó a tocar un pecho .—Es una mujer.

—Sabes, mejor yo voy a afuera a arreglar lo que destruí por tu culpa.— Salí de la habitación y me dirigí a la entrada dónde había un enorme agujero. —Esto tomará un rato.— Comencé a maldecir que flojera. 

(......)

Ya llevaba la mitad del trabajo listo, tuve que salir un momento a encontrar madera en el pueblo, y regresé rápidamente. Al llegar la chica ya estaba afuera de la habitación en la barra del Bar, al frente de un plato de comida.

—Hola.— salude con la mano mientras que con la otra traía las tablas.

Note que Meliodas la veía divertido mientras al frente de ella había un plato de comida, pobrecilla , mi rostro cambio a uno de pánico, va a morir.

— ¡Si aprecias tu vida, no comas de eso!— Dije con preocupación viendo como se metía una cuchara a la boca.

—¿Que tal, sabe mal?—Preguntó Meliodas divertido, ella asintió.

—Lo sabía.—Dijimos todos al mismo tiempo.

—Pero... Es muy sabrosa.—Dijo mientras ¿Lloraba?, eso es raro.

—Viste capitán, ya la rompiste.—Dije divertida

(......)

Me encontraba en la parte de atrás del Bar con la chica. Estábamos observando al Capitán como arreglaba los problemas a lo discreto, y de un momento a otro la princesa sale corriendo llamando la atención de los caballeros

—Espera, no, no corras.— Susurre. Porque al modo difícil.

—¡Atrápenla!.—Gritaron los caballeros detrás de nosotras.

—Vas muy lento, nos van alcanzar pronto.— Dije llegando a su lado.

Cuando íbamos a la salida del bosque, siento que me agarran de la cintura y me llevan hacia una rama del árbol.

—Ohh capitán eres tú.— y agarró fuertemente una de mis pompis.—Oye, Suéltame antes de que te envíe al bar.— Lo fulmine con la mirada.

—Pero si te suelto puedes caer, me importa mucho tu seguridad.—Dijo Meliodas, como si eso pudiera pasar. Después de soltarme salte al lado del cerdo.

(......)

—¿Entonces estás buscando a los Ocho Pecados Capitales?— Preguntó Meliodas, después de que podaron los árboles, este lugar tiene una buena vista.

— Descansen en paz.— Junte mis manos para darle una oración a los árboles, los pobres eran las víctimas silenciosas. 

—Para... Prevenir a los caballeros sagrados.— El cerdo la contradijo.

—¿Pero qué pasaría si están intentando traer guerra a este reino?—Preguntó la princesa. —Hace unos días, varios miembros de las familias reales fueron arrestados por los caballeros Sagrados.—Nos asombramos un poco por lo que dijo.—No sé porqué quieren empezar una guerra... Pero personas de la capital, pueblos y villas se están reuniendo para pelear contra ellos. Y siguen preparándose para ello. ¡La única esperanza que puede evitar que eso pase...—Se volteó.—¡Son los Ocho Pecados Capitales!

Al terminar de hablar se escuchó un gran estruendo muy cerca, al instante en el suelo donde nuestros cuerpos estaban posados se comenzó a mover muy fuerte y después a caer hacia el precipicio. Mientras nosotros nos encontrábamos cayendo.

Al caer me acordé que un caballero aún se encontraba en el fondo, lo agarre rápidamente y salte hacía donde nos encontrábamos antes junto con Meliodas, deje al Caballero en el suelo mientras que los del frente nos miraba incrédulo.

—Que suerte tengo, el símbolo en tu pendiente es se la família real. Princesa Elizabeth.—Habló el caballero.

—Corran.—Gritó Meliodas, seguido nosotros corrimos y nos adentramos al bosque.

—Está decidido.—Gritó de nuevo el caballero. Al voltear noto que nos va a atacar, Agarre a la princesa para poder protegerla.

—No puedo seguir escapando.—Se paró la princesa mientras hablaba

—Espera no dijiste que no te rendirás.— Dije mientras volteaba a verla y me levantaba.

De nuevo el caballero lanzó su ataque. ¡¿Eh, más árboles fueron asesinado?!

Meliodas la salvó, comenzaron a hablar, no podía escuchar bien sólo algunos murmullos.

— Meliodas. Mi nombre es Meliodas.— Escuche decir su nombre.

De inmediato se levantó y derrotó al Caballero, solo con un leve rose de su espada, causó un gran estruendo destruyendo al Caballero.

—¡Los Ocho Pecados Capitales, el Pecado de la Ira, el Dragón, Meliodas!— Meliodas hizo su gran presentación, que envidia.

—Ahora encontraste al primero de los pecados, Elizabeth.— Dijo Meliodas mientras envaina su espada.— Faltan seis, abrí un bar para recolectar información. Con una chica como tu podemos recolectar más información. ¿vines conmigo?.- le tendió la mano.

Me aclaré la garganta para que me prestarán atención

— Perdón aún no me he presentado yo soy _______, Mi pecado es la tristeza de la ninfa.—Dije mientras tendía mi mano con una gran sonrisa en mi rostro.— la presentación de Meliodas quedó mejor que la mía, pero bueno que puedo hacer.

Al terminar mi oración llegó un cerdo gigantesco de la nada. Meliodas nos agarró a mi y a la princesa y nos montó en el cerdo.

—Vamos al siguiente pueblo. ¿Podemos ir, madre de hawk? .—Le gritó Meliodas a el cerdo

— Si sabes que esto es totalmente innecesario.

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