XIX
–¿Si no estás detrás de esto, por qué estás aquí?– Silver preguntó presionando los puños ya que no sabía si obtendría una respuesta clara.
–No esperes a que los ayude a vencer a un viejo y un fan de dragones.– Como era de esperarse, Giovanni desvió el tema como si no confiase en su hijo.
–¿Papá, podrías confiar tan solo un poco en mí y responderme?– Silver ya se estaba irritando por aquel gesto.
–Sabes hijo, en estos momentos no se puede confiar en nadie, pero tampoco desconfiar de todos.– Giovanni sentenció unas confusas palabras pero con un profundo significado.– En este asqueroso mundo, todos quieren que vean sus miserables actos.
–Y la gente miserable acude a ver y alabar.– El hijo completó la frase de su padre, entendiendo la indirecta escondida.
–Bien.– El líder del equipo Rocket sonrió satisfecho al ver qué es lo que había creado. Un hombre ideal para reemplazarlo cuando su día llegase.– Silver, te quiero.
–Papá...– Murmuró Silver antes de perder de vista a su padre que partía a paso lento.– Gracias.
–¡Silver!– Una voz lo sacó de trance. Una voz que le provocó dos sentimientos, estaba feliz de escucharla, pero a la vez no.
–¿Gold?– Preguntó Silver volteando a ver al chico de ojos dorados, su mejor amigo y rival.
–¿Feliz de verme amigo?– Preguntó Gold tocándole el hombro con el palo de billar para molestar.
–Tal vez.– Respondió Silver alzando los hombros con indiferencia. Los sentimientos eran algo que no demostraría.
–¿A qué te refieres con "tal vez"?– Gold fue perturbado por aquella respuesta y se molestó. Estaba listo para empezar a discutir con Silver.
–Me refiero a qué me da igual.– Respondió Silver apartando el palo de su hombro con un simple y elegante gesto.
–¿Ah sí? Pues yo vi como querías asesinar a Red al saber que me había ido.– Contradijo Gold cruzándose de brazos con su superioridad típica. Silver estaba empezando a enojarse.
–Lamento interrumpir su adorable discusión, pero Gold, los demás no saben qué es lo que está pasando.– Ruby interrumpió poniéndose en medio de ambos para evitar golpes y palabras innecesarias.
–Oh, el Hypmo.– Suspiró Gold rodando los ojos al saber que la discusión tendría que ser en otra ocasión.
–¿Hypno?– Preguntó Silver confundido a Ruby mientras ambos seguían al chico de ojos dorados. Ruby alzó los hombros sin saber.
El que busca siempre encuentra, dicen por ahí. Así fue como Yellow y Green estuvieron parados, estáticos frente a Lance, quién salía por la puerta que Green quería abrir. Una simple pregunta pasó por la mente de los dos jóvenes presentes. ¿Habrá escuchado lo que comentaron recientemente?
Con superioridad y soberbia, Lance caminó dedicándoles una mirada de odio, como si lo hubiesen interrumpido en medio de algo realmente importante. Un par de metros fueron suficientes para que Lance presionara un botón escondido en la pared y un buen montón de reclutas aparecieran.
¿Por qué Lance no quiso luchar? Green creaba una serie de hipótesis en su cabeza, pero decidió que sería bueno desarrollarlas mientras escapaba. Derecha, derecha, izquierda, abajo. Sin querer, ambos llegaron al sótano dónde la escena era algo extraña.
Blue y Sapphire luchando contra los Pokémon de Red mientras que Meganium tenía a Red frente a Crystal y esta tocándolo en diversas partes. Bastante perturbados, el par de Kanto bajó a la altura de los demás, dejando atrás a todos los reclutas.
–¡Lo tengo!– Exclamó Sapphire al ver el destello con cautela desde lo más profundo del sótano.
–¿Qué es?– Preguntó Blue retrocediendo por la fuerza de los ataques de Saur y Vee.
–¡Hay un Pokémon ahí!– Exclamó Sapphire pero no fue la única. Mientras entraba al lugar, Gold gritó la misma frase al mismo tiempo.
–¡Hey Sapphire! ¡Esa era mi frase!– Reclamó Gold entrando de un salto junto a Ataro, seguido más tranquilamente por Ruby y Silver.
–¡No vengas a hacer reclamos Gold!– Esta vez fue Crystal la que dio un grito de superioridad. Estaba molesta con la llegada del chico, y estaba en todo el derecho de regañarlo.
–¡Ambipom!– Mientras Gold estaba petrificado frente a Crystal, Ataro atacó al Pokémon escondido, quien resultó ser un Hypno.
–Red estaba siendo controlado por él.– Ruby comprendió lo que ocurría tras analizar los hechos.
–Y cuando alguien lo tocaba, el control se iba porque Hypno no podía controlar a dos personas simultáneamente.– Añadió Crystal después de haber realizado sus pruebas de toques a Red.
–Argh.– Se quejó Red sobándose la cabeza.– ¿Qué está pasando?
–Muchos cambios para una mente tan pequeña como la tuya.– Respondió Blue volviendo a sus juegos y bromas de chica traviesa.
–Ahora qué estamos todos...– Mencionó Ruby tras contar que eran nueve Pokédex Holders los presentes.– Podemos ir contra el enemigo.
–En un primer lugar, Lance y Pryce querían separarnos.– Murmuró Silver para dar a conocer su conclusión.
–Pero en realidad quieren...– Gold iba a interrumpir pero fue él a quién interrumpieron.
–¡Gold en silencio eres más bonito!– Gritó Crystal para luego taparse la boca rápidamente por la confesión que realizó.
Todas las miradas se centraron ahora en la chica y el chico. Crystal estaba muriendo de vergüenza y sus mejillas cada vez más rojas lo demostraban. A su vez, Gold estaba petrificado sin saber como reaccionar, pero sus mejillas combinadas con las de la chica dejaban las cosas claras.
Si bien no era una confesión de verdad, todos la interpretaron como tal. Al mismo tiempo, Ruby tomó aire para decirle algo a Sapphire, inspirado en la reciente "escena de amor". Pero las cosas no se dieron, pues Silver retomó la palabra, sin querer interrumpir a la pareja de Hoenn al propio.
–Cómo decía, lo que querían esos tipos era separarnos para así contar con nuestra ayuda indirectamente para derrotar al Red y que todos los admiren por haber vencido al entrenador más fuerte.– Explicó Silver satisfecho con su teoría finalmente completada.
–Patéticos.– Murmuró Green cruzándose de brazos bastante decepcionado por la estúpida razón de tanto problema.
–¿En serio tanto drama por vencerme?– Preguntó Red rascándose la nuca con una sonrisa apenada.
–Al menos nos ayudaron a traerte de vuelta.– Mencionó Yellow positivamente abrazando el brazo de Red como impulso.
–Creo que el amor está en el aire.– Comentó Sapphire viendo divertida las dos escenas qué tenía en frente: una petrificación y algo desapercibido.
–¿Green qué esperas para confesarte?– Preguntó Blue mirándolo con picardía pero luego se cruzó de brazos.– No, antes quiero unas buenas disculpas.
–¿Qué tal si vencemos al enemigo y luego buscamos un ambiente más romántico?– Preguntó Ruby bastante esperanzado para lograr su último objetivo, y el más difícil.
–Vamos.– Asintieron rápidamente Gold, Crystal y Green para salir del incómodo momento.
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