II

Era medianoche, la mayoría de las personas dormían plácidamente, sumergidas en sueños profundos pero no todos eran bonitos. Los sueños son los deseos reprimidos del inconsciente, y es por eso que... tres personas tenían un extraño sueño.

El primer caso era Green, el entrenador originario de pueblo Paleta, se veía en medio de destrucción, fuego y escombros. Miraba todo el lugar pasmado, sin entender absolutamente nada. Poco a poco logró reconocer el lugar: se trataba de pueblo Paleta, y los escombros que tenía en frente eran nada más y nada menos que el laboratorio de su abuelo, ahora destruido.

–¡Red! ¿Estás aquí?– Preguntó en voz alta Green, moviendo escombros preocupado.

–¿Green qué sucedió?– Preguntó una voz a su lado.

–¡RED!– Exclamó Green reconociéndolo muy sorprendido, y liberando una felicidad muy poco común.

Pero las llamas crecieron alrededor, y los escombros caían con mas frecuencia por todo el lugar. Un fuerte movimiento telúrico acompañó esta destrucción, y en un abrir y cerrar de ojos, Red se encontraba a lo lejos, con una mirada fría y sin emociones, dónde solo brillaban sus ojos rojos.

–Ya olvídate de él.– Una voz que Green conocía pero no lograba reconocer habló desde la oscuridad.

–¡Red!– Exclamó Green divisando su figura a lo lejos. Éste miraba de reojo, y sus ojos rojos resaltaban con el fuego.– ¡Vuelve amigo!

Pero Red no respondió. El le dio la espalda completamente y comenzó a marcharse a paso lento pero firme. Green quería seguirlo, pero sus piernas permanecían inmóviles. Sentía que la extraña voz se le acercaba, quería gritar pero nada pasaba...

–Green-sempai despierta.– Esta vez era la voz de Ruby, que le movía el brazo, logrando despertarlo.

–¿Qué pasa?– Preguntó Green analizando la habitación completamente y así comprobar que se trataba de la realidad.

–Sapphire oyó unas explosiones cerca de aquí, y fue a ver.– Explicó Ruby algo preocupado.

–¿Y dejaste que fuera sola?– Preguntó Green a modo de regaño mientras se levantaba rápidamente.– Quizá el sueño era una señal.

–Sabe cuidarse sola.– Respondió Ruby sin entender el porqué del cambio de ánimo de su sempai.

–¿Hacia dónde se fue?– Preguntó Green terminando de vestirse y tomando sus pertenencias esenciales tales como Pokeballs y Pokedex.

–Al bosque Petalia.– Respondió Ruby agarrando sus cosas también para seguir a Green, pero antes, tenía dudas que aclarar.– Green.

–¿Si?– Preguntó Green volteando a verlo.

–Estás diferente.– Respondió Ruby intentando encontrar las palabras adecuadas.– ¿Es por Red?

–...– Green soltó un suspiro mientras una pequeña sonrisa se formaba en su rostro.– Si.

–¿Él era tu mejor amigo, cierto?– Preguntó Ruby mirándolo apenado, trataba de entender a su sempai.

–Sigue siéndolo.– Respondió Green.– Y lo será por siempre.

Ruby sonrió y siguió a Green con dirección al bosque Petalia, donde hace unos instantes, Sapphire se había dirigido.Al mismo tiempo, Gold estaba teniendo un sueño para nada bonito.

Estaba al borde de un abismo, enfrentándose junto a sus Pokémon a un villano que no lograba reconocer. Este tenía dos grandes Pokémon que atacaban sin cesar, y el chico con sus Pokémon apenas podían esquivar. Un hiperrayo iba directo a su primer compañero, Ataro quién parecía muy cansado como para esquivar o defenderse, por lo que Gold se interpuso recibiendo el ataque, impulsándolo al abismo.

–Te tengo.– Una voz que conocía perfectamente pertenecía al chico que le agarraba la mano para que no cayera.

–R-Red... ¡Red!– Exclamó Gold eufórico, olvidando por completo que estaba por caer.

Pero en una cosa de segundos, los ojos de Red empezaron a brillar, y el horizonte se llenó de fuego y destrucción. La mirada de Red se tornó fría y sin emoción alguna. Sin rodeos, soltó a su amigo, y este cayó por el abismo, sin lograr reaccionar ante tal acción.

–¡Red!– Exclamó Gold despertando de golpe, con la respiración agitada y con sudor.– Fue solo un sueño.

–¡Gold levántate!– Silver entró apresurado a la habitación, lanzándole la ropa a su amigo.– Hubo una gran explosión en el Encinar.

–Llamen a las autoridades.– Respondió Gold sin emociones ni interés.– Los bomberos pueden encargarse del fuego.

–¿Supéralo sí? Red no volverá, y si vuelve... No será el mismo de antes.– Silver habló serio y a la vez preocupado por su mejor amigo.

–Red es como mi hermano mayor.– Murmuró Gold mirando las sábanas de la cama.– Ponte en mi lugar, si fuera Blue la que te abandonara...

–¡Gold reacciona!– Exclamó Silver bastante enojado.– ¡Ahora vístete y acompáñanos al Encinar a ver qué sucede!

–Bien.– Gold obedeció levantándose sin ánimos.

Crystal había oído todo desde afuera de la habitación, y sin querer presionó sus puños molesta. Pero no estaba molesta con Gold, sino con Red. Por otro lado, Yellow también lidiaba con los deseos de su inconsciente, y su amiga Blue, la miraba preocupada, esperando a que despertara por sí misma.

Yellow estaba en el bosque Verde, alimentando a un par de Pidgey que se habían posado cerca de ella. De pronto oscureció, y una manada de diversos Pokémon empezó a correr pasando alrededor de ella. Algunos la pisaban, otros pasaban a golpearla. Yellow estaba indefensa ante la gran cantidad de Pokémon que huían de algo. Cuando pudo, alzó la vista con miedo, y vio como el fuego se apoderaba del bosque. Una llamarada empezó a rodearla, no tenía como escapar. Su única escapatoria sería volando, pero Kitty no estaba con ella.

–Yellow sube.– Escuchó una voz que provocó que lágrimas cayeran de sus ojos sin siquiera haber visto al sujeto.– De prisa.

–¡Red!– Yellow alzó la vista y vio a su héroe volando con Aero.– ¡Red volviste!

Pero la mirada de Red se tornó fría y ya no se dirigía a Yellow. Poco a poco se fue volando, dejando a la chica entre medio de las llamas que eran cada vez más grande, llegando al punto límite para quemarla. Las lágrimas caían, pero esta vez no eran de felicidad, y mucho menos de dolor, eran de tristeza. Tristeza pura, su amor se marchaba, dejándola en el fuego, regalándole solo una simple y traidora ilusión.

–¿Soñaste con Red nuevamente?– Preguntó Blue mientras Yellow despertaba con lágrimas.

–Él volverá, y todo será como antes.– Respondió Yellow pasando su brazo por sus ojos.

–Eso ya lo veremos, pero ahora... Se oyó una explosión en lo profundo del bosque Verde.– Indicó Blue preocupada.

–¡Debemos ir a ver rápido!– Exclamó Yellow levantándose inmediatamente.

–¿Segura que quieres ir?– Preguntó Blue.– Ahí fue dónde viste por última vez a Red.

Al igual que en mi sueño.– Pensó Yellow agarrando con firmeza la Pokeball de su Butterfree.

–¿Yellow?– Preguntó Blue esperando respuesta, aunque sabía que su amiga pensaba en Red.

–Vamos.– Con mucha seguridad y firmeza, Yellow se dispuso a ir.

***

En lo más alto del monte Plateado, un joven de ojos rojos, parado solo bajo la luna, admiraba el paisaje. Normalmente este debía ser completamente verde y azul, pero ahora había otro color que reinaba en tres zonas. Había fuego en el bosque Verde, en el Encinar y en el bosque Petalia. Aquel chico, miraba todo sin ninguna emoción reflejada en su rostro. Solo sus ojos brillaban con la luz de la luna, y en los cuáles, el fuego se reflejaba.

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