CAPÍTULO 10

AURORA

Después de pasar unas horas maravillosas con Sevika, fuimos llamadas con urgencia por Silco y solo esperaba que nada más hubiera sucedido, aunque eso parecía algo imposible y supe que las cosas estaban realmente mal cuando vi la sonrisa orgullosa de Jinx quien de inmediato me contó lo que había hecho.

Una cosa era meterse en problemas en los carriles, después de todo, Silco controlaba las cosas en Zaun y, por ende, Jinx estaba completamente a salvo de cualquier consecuencia, pero atacar a los vigilantes en Piltover y matarlos, eso era mucho más peligroso y realmente imprudente.

-        ¡Feliz día del progreso! - gritó y suspiré con cansancio

-        Nada de feliz día del progreso, sabes los problemas que va a provocar todo esto

-        Necesitábamos esa piedra - dijo cruzándose de brazos

-        Jinx...

-        ¿Qué tal tu reconciliación con esa ogra gruñona?

-        No es una ogra y no me cambies de tema - dije con seriedad y ella sonrió

-        Parece que bastante bien por cómo caminas - respondió y mis mejillas se tiñeron de rojo haciéndola reír

-        Eres imposible

-        Soy asombrosa - afirmó y no pude contener la sonrisa

-        Hablo en serio, Jinx, lo que hiciste es muy grave

-        Silco está feliz, yo estoy feliz, debes estar feliz conmigo, Aurora - dijo haciendo un puchero con sus labios que me sacó otra sonrisa

-        Promete que no volverás a subir a la ciudad y que te mantendrás lejos de los problemas

-        ¡Que aburrida! - dramatizó y fruncí el ceño haciéndola reír - Lo intentaré - aceptó finalmente levantando las manos con inocencia y volví a sonreír

-        ¡Bien! - exclamé sintiéndome mejor y ella también sonrío

-        ¿Me arreglas mis trenzas? - preguntó y asentí mientras ella sentaba frente a mí y me dejaba peinar su cabello mientras tarareaba una vieja canción que me devolvió a una época de nuestras vidas donde todo parecía mejor

Estaba sentada en el suelo, en el sótano de la última gota en donde todos dormíamos; Claggor se había marchado junto a Mylo para ver a Ekko mientras Vi, Powder y yo nos quedábamos en casa descansando después del ajetreado día que tuvimos; habíamos conseguido un gran botín y todos estábamos felices, por lo que nos merecíamos un descanso.

Powder estaba en el suelo, arreglando uno de sus nuevos inventos y añadiéndole su toque artístico mientras Vi se quitaba las vendas de las manos para limpiar sus heridas, las que no terminaban de sanar porque una y otra vez se metía en nueva pelea que volvía a abrir las cicatrices y por más que ella no quisiera admitirlo, era realmente mala para curarse a sí misma y no importaba cuánto doliera, ella no pedía ayuda, así que una vez más, me levanté de mi lugar y me dejé caer frente a ella con una pequeña sonrisa.

-        Estoy bien - afirmó y estuve a punto de reír

-        No he dicho nada

-        Te escucho juzgándome

-        Ya estás paranoica

-        Te conozco - dijo como si fuera una acusación y mi sonrisa se hizo más grande

-        Crees conocerme, Vi, pero siempre puedo sorprenderte

-        Aurora...

-        Déjame hacerlo a mí, solo conseguirás empeorarlo - afirmé tomando su mano derecha y con cuidado terminé de retirar la venda

Podía ver en su rostro el dolor que sentía, pero ella no iba a quejarse; jamás admitiría en voz alta alguna debilidad, porque simple y sencillamente, aceptar que no era tan invencible como aparentaba la aterrorizaba y hasta cierto punto podía entenderla; Vi había perdido a sus padres cuando era niña, pero al contrario de mí, ella tuvo que fortalecerse para cuidar de su hermana y tuvo que madurar rápido para que ella no tuviera que hacerlo; Vi era valiente y fuerte, porque tenía que serlo, por Powder, por Claggor, Mylo e incluso por mí, porque pese a que solo era unas pocas semanas menor que ella, aun así me protegía como si fuera mi hermana mayor y esa era una de las razones por las cuales la adoraba.

Una vez que retiré las vendas, usé algo de alcohol para curar sus heridas y con cuidado fui pasando algunas gasas por los lugares donde todavía había algo de sangre y una vez que todo estuvo limpio, volví a vendar sus manos con delicadeza para no provocarle más dolor y si bien Vi hacía un gran esfuerzo por no quejarse o demostrar cuánto le dolía, tanto Powder como yo podíamos darnos cuenta de la verdad, aunque ninguna de las dos, era capaz de decir algo en voz alta.

Una vez que terminé de curar a Vi, ella se levantó para traernos algo de comer y mientras Powder hablaba y se perdía en sus propias ideas, yo me limité a relajarme un poco y no estar tan alerta como siempre lo estaba cuando pasábamos por los carriles, pero cuando acabamos de comer y Powder comenzó a tambalearse por el sueño, ayudé a Vi a llevarla a la cama y me quedé quieta escuchando el suave tarareo de Violet que entonaba una vieja canción que su madre les cantaba, lo que finalmente consiguió que Powder se durmiera.

-        No quiero que ella crezca aquí - admitió Vi una vez que subimos al techo para estar solas y hablar con tranquilidad - Quiero que tenga más oportunidad, que pueda tener más, como lo tiene los de arriba

-        Vi...

-        ¿No quieres lo mismo, Aurora? ¡Ellos tienen tanto y nosotros! ¡Debemos hacer algo! - estuvo a punto de gritar y la detuve antes de que lo hiciera

-        Hacemos lo que podemos, sabes que sí y entiendo, Vi, yo también quisiera algo diferente para Powder, para Claggor, Mylo, para ti... pero, no es tan sencillo; arriba tienen armas y los vigilantes... - murmuré y su mirada decayó

Muchos perdimos a nuestras familias por los vigilantes, el hambre o la enfermedad; pero si algo me había enseñado todo ese dolor era lo peligroso que era luchar contra los de arriba, en especial si tenías algo que perder.

-        ¡Vander debería hacer algo!

-        Vander hace lo que puede, Vi, lo sabes - dije molesta y ella bajó la cabeza

-        Estoy tan cansada de que todo sea difícil para nosotros; no es justo

-        La vida no es justa, Vi, lo sabemos bien

Esa fue una de las últimas noches que pude conversar con Violet, porque poco después nuestras vidas cambiaron para siempre; sólo unos días más tarde subimos a Piltover a robar y poco después todo terminó de colapsar hasta que Vander murió, al igual que Benzo, Claggor y Mylo, mientras que Violet nos abandonó.

Había días en los que intentaba convencerme de que esos recuerdos ya no me atormentaban, pero lo hacían y por más que parte de mí intentara olvidar, había noche en las que solo despertaba en medio de las pesadillas recordando todo con claridad, como si fuera ayer que esa tragedia me sacudió, aunque por la mañana me esforzaba en fingir que todo estaba bien porque si mis pesadillas eran difíciles, las de Powder o Jinx como honestamente empezaba a acostumbrarme a llamarla, eran aún peores y odiaba verla decaída, así que era preferible aparentar que todo estaba bien, aunque mi mente también me jugara en contra.

Los siguientes dos días fueron un absoluto caos; la presencia de los vigilantes era excesiva y mientras que Silco se encargaba de mantener el orden en los carriles y Sevika se encargaba de los más problemáticos, yo permanecí junto a Jinx, evitando que se metiera en otro problema o atrajera atención poco deseada, pero francamente necesitaba un descanso, así que después de hablar con Silco para que se quedara con Jinx por un rato, salí a buscar a Sevika a quien moría por ver.

-        ¡Hola! - exclamé con fuerza, lanzándome sobre su espalda y ella me sostuvo para evitar que ambas termináramos en el suelo

-        ¡No hagas eso! - me gritó y solo pude reír

-        Tan gruñona como siempre

-        Aurora... - murmuró mientras me obligaba a bajar de su espalda

-        Así me recibes después de no verme en dos días - me quejé cuando prácticamente me empujó dentro de uno de los callejones

Los labios de Sevika impactaron contra los míos acallando mis quejas y mis manos subieron por su cuello acariciando su piel con mis uñas mientras sus manos se aferraban a mi cuerpo, pero en el momento en que sentí los dedos de su mano metálica enredarse en mi cabello y tirar de mi cabeza hacia atrás alejándome de su boca, no pude contener el suspiro que brotó de lo profundo de la garganta.

-        Ese si es un buen saludo - dije con una sonrisa y ella solo rodó los ojos

-        Vas a ser mi muerte, ángel - murmuró deteniéndome antes de que pudiera volver a besarla

-        Oye... - me quejé frunciendo el ceño y eso si la hizo sonreír

-        Tengo trabajo que hacer - declaró apartándose y volví a fruncir el ceño

-        Pero...

-        ¿Vienes o te quedas haciendo berrinche?

-        Podrías tratarme con más cariño - me quejé, pero aun así caminé junto a ella

-        Te trato con cariño

-        En la cama puede ser - dije y ella sonrió

-        En la cama es con mucho más que cariño - respondió con soberbia y estuve a punto de reír

-        Bueno espero repetir esta noche

-        Sí que te gusta no poder caminar

-        Me gusta cuándo es por tu culpa - respondí y no tuve que ver su rostro para saber que sonreía como nunca lo hacía con alguien más

Tal como ella dijo, todavía tenía trabajo que hacer, por lo que permanecí con ella, observando atentamente como se encargaba de asustar a los idiotas que se creían lo suficientemente valientes para retarla y no pude evitar calentarme al verla dar órdenes a todos a su alrededor y lanzar golpes a quienes se negaban a seguir sus palabras; en realidad era fascinante observarla y ella también parecía disfrutarlo por la forma en que mostraba sus brazos y los músculos formados en su abdomen que sabía muy bien que yo no dejaba de mirar, pero dos podían jugar a ese juego, por lo que mientras que ella intercambiaba algunos gritos con un par de sujetos, yo me acomodé el top que llevaba dejándolo mucho más corto de lo que en realidad era y comencé a caminar dando vueltas a su alrededor consiguiendo poco a poco que su concentración se desviara de esos sujetos a la forma en que yo me movía hasta que prácticamente tuvo que echarlos para quedar a solas conmigo.

-        Aurora - dijo con ese tono de regaño que últimamente solo me provocaba ganas de lanzarme a su boca

-        ¿Qué? - pregunté con inocencia

-        Sabes bien lo que estás haciendo

-        Solo camino... - respondí con una sonrisa

-        Y si no quieres ser incapaz de hacerlo, no me provoques

-        ¿Qué pasa si eso es justo lo que quiero?

-        Aurora...

-        No soy frágil, Vika, rómpeme si eso quieres - dije provocativa y ella me acorraló con la pared

Sevika subió su mano a mi cuello apretándolo ligeramente, obligándome a exponer un lado de mi cuello que no dudo en atacar con sus labios, succionando con fuerza mientras su mano metálica apretaba mi cintura manteniéndome quieta en mi lugar y completamente sometida a ella.

-        Vika... - jadeé cuando soltó mi cuello y la estúpida sonrisa en su rostro me provocó ganas de estrangularla

-        Más tarde tendrás lo que llevas rogando - dijo y extrañamente esa promesa consiguió aplacar todo rastro de molestia reemplazándola por un deseo tan fuerte que empezaba a consumirme por dentro

Una vez que Sevika terminó con sus asuntos pendientes, nos dirigimos hacia uno de los almacenes donde ella solía reunirse con otros hombres a jugar a las cartas y apostar, algo en lo que ella era especialmente buena, por lo que, si bien no era mi actividad favorita, sonreí al verla pasarlo bien y me entretuve observándola ganar partida tras partida mientras que su humor solo iba mejorando después de cada victoria.

-        Mala suerte, chicos - dijo Sevika ganando otra partida mientras yo me reía desde mi lugar contra el muro

Parte de mi deseaba sentarse en sus piernas y acomodarme mientras ella ganaba en las cartas; no podía evitar mirarla y relamer mis labios mientras ella llevaba el cigarrillo a su boca aspirando el humo que siempre me había parecido desagradable, pero que ahora me parecía algo sensual en ella; sin embargo, no podía hacerlo; lo que existía entre las dos todavía era muy reciente y no estaba segura exactamente como llamarlo; ¿estábamos juntas? ¿Sevika me quería o era un capricho para ella? ¿Teníamos algo más que sexo? ¿Ella estaría dispuesta a arriesgarse por tenerme? ¿Estaría dispuesta a hacerle frente a Silco por lo que sea que estuviera pasando entre las dos?

Tenía la mente llena de preguntas y francamente no estaba segura de querer saber las respuestas, pero antes de que pudiera considerar moverme o intentar hablar con ella; alguien apareció de pronto dándole un rodillazo en el rostro y lanzándola a un lado, pero lo peor no fue eso, porque en el segundo en que vi a la persona detrás de aquella capucha negra, mi corazón se detuvo.

-        ¿Vi? - cuestiono Sevika mientras yo sentía que me faltaba el aire

Vi atacó a Sevika con rapidez, empujando su cabeza contra la pared mientras yo me encontraba paralizada sin ser capaz de reaccionar y ella ni siquiera me notó, como si solo fuera un fantasma a su lado

-        ¡Maldita traidora! - gritó Vi empujando su cabeza con fuerza

-        Vander tuvo su oportunidad - respondió Sevika utilizando su brazo metálico para golpear a Violet y tirarla al suelo.

Los ojos de Sevika se dirigieron inmediatamente hacia mí y honestamente debía de verme patética; Violet estaba ahí, la persona que nos abandonó, que dejó a su hermana pequeña cuando más la necesitaba; ella estaba frente a mí y yo era incapaz de moverme, pero en el momento en que los ojos de Sevika se encontraron con los míos, Violet giró en mi dirección y su boca se abrió de golpe al verme.

-        ¿Aurora? - preguntó y sin saber exactamente porque, retrocedí asustada

Siempre imaginé cómo sería volver a ver a Violet y por más que tanto Jinx como Silco decían que estaba muerta, una parte de mí jamás lo creyó, porque bueno, Violet era una de las personas más fuertes que conocía y era una sobreviviente, por lo que siempre imaginé que si la volvía a ver, le gritaría por habernos dejado, la golpearía por abandonar a su hermana, por dejarme cuando más la necesitaba y por no regresar por nosotras, pero en lugar de eso, simplemente me quedé parada, tan aterrada que mi corazón parecía estar a punto de salirse de mi pecho y en lugar de gritar o enfurecer por lo que hizo hace años, di media vuelta y salí corriendo como una cobarde mientras que Sevika se quedaba atrás, peleando con Violet.

Corrí sin detenerme, esquivando los obstáculos en mi caminos pero en vez de dirigirme a la guarida de Jinx o a la oficina de Silco, terminé en el departamento de Sevika, escondida en el suelo mientras las lágrimas se derramaban por mis mejillas y a pesar del esfuerzo que puse por tranquilizarme, no lo logré y todo solo empeoró; era como si la represa finalmente estuviera rota, como si hubiera pasado años conteniendo todo lo que sentía para sobrevivir y esta hubiera sido la última gota que pude soportar antes de caer rendida.

La pérdida de Vander, la muerte de mis amigos, el abandono de Violet; la pérdida de Powder y la locura de Jinx; el pasar años viviendo con Silco, aprendiendo a quererlo a pesar de todo lo que nos quitó y mis sentimientos por Sevika que era una traidora a la que juré odiar, aunque ahora solo sentía lo contrario; mis emociones estaban en conflicto y mi mente era un completo desastre; pensé que estaba estable o al menos más que Jinx, pero ver a Vi me devolvió a esos años en los que tenía una familia y el sentimiento de pérdida me devoró desde adentro como si lo hubiera perdido todo otra vez.

¿Cómo lidiaríamos con esto ahora?

¿Qué diablos íbamos a hacer?

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