Capitulo 5.

Nota del autor:
KAIXOO, solo venia decirles que este capítulo será más corto, ya que el siguiente será mucho más largo. Sin nada más que decir. Disfruten la lectura.

Victoria.

He sido interrogada en múltiples  ocasiones por cuatro personas diferentes y ninguna de ellas ha logrado obtener información al respecto.

—Ya no aguanto más, creo que tendremos que traerlo —dice mientras se miran entre sí y se acercan a la puerta de la pequeña sala para salir.

—¡Sí, váyanse porque no pienso decir nada! —grito mientras se marchan.

El frío del suelo de cristal recorre mi cuerpo. ¿Quién diseñaría un suelo así? Pasaron minutos y solo puedo observar el techo, hasta que alguien entra.

—Me han informado que no quiere responder a las preguntas, señorita Dialara —dice a lo lejos.

—Así es y no tengo intención de decir nada, ya que fui entregada en contra de mi voluntad —respondo con firmeza, mientras se acerca cada vez más a mí.

—Creo que será mejor —se detiene de repente y se agacha para verme mejor.

—¿Mejor qué?

—Que respondas. Creo que no sabes quién soy.

—No, ni quiero saberlo —afirmo con seriedad.

Parece que intenta ocultar que lo que acabo de decir no le afectó.

—Escucha, para que las cosas se faciliten, necesitas colaborar y simplemente responder las preguntas.

—¿Cómo quieres que responda si tus intenciones no son buenas?

—Lo que puedo garantizarte es que no sufrirás ningún tipo de daño —contemplo la honestidad que se refleja en sus ojos castaños. Su cabello es igualmente de ese tono pero con un matiz más claro—. Pero si no respondes, Sargas será quien tome las medidas y allí ya no podré ayudarte.

—Adelante, responderé.

—Bien, iré directamente al grano. ¿Dónde está tu padre? —Ya empezamos con Gerald. Maldito sea el día en el mi madre se caso con ese individuo.

—¿Piensas que si supiera dónde está, estaría trabajando como un Pétalo?

—Tienes razón. Es muy raro que la hija de un señor que vomita dinero esté trabajando como una traidora, pero eso no tiene nada que ver.

—Hija de una señora que vomita dinero, no de un señor —le corrijo.

—¿Cómo? —Pregunta, arqueando la ceja.

—Sin Lara Abaliz, Gerald no es nada.

—Pero, tu madre lleva desaparecida dos meses, si pasa el tercer mes se  declarará como muerta —Cierro los puños hasta clavarme las uñas—. Y allí el control de todo pasará a tu padre.

Mi padre. Repito varias veces..

—No, si es asesinado en el proceso —murmuró, mientras miro hacia otro lado.

—Y por eso estás aquí —lo miro confundida—. Lo que no pagan los padres, lo pagan los hijos ¿alguna vez lo habías escuchado?

—No, porque es obvio que te lo acabas de inventar —el hombre pone los ojos en blanco.

—Bueno si, no hacia falta que lo dijeras —vuelve a mirarme a los ojos—. Sabes muy bien a qué me refiero.

—Si te digo la verdad, no sé qué estás insinuando.

—Acabamos de tomarte como rehén — Suelta directamente.

—Así me gusta, las cosas directas
—recapacito en lo que acaba de decir—. Espera, ¿qué? —me hago la ingenua—. Es más que obvio, no soy así de idiota

—Es la única manera que aparezca tu padre es esta. A decir verdad, no es la más correcta, pero se hará así.

—Sois unos cobardes, me tomáis como rehén para atrapar a un traidor —digo levantándome.

—Mejor siéntate que te queda una pregunta —lo único que puedo hacer es obedecerles para mantenerme con vida—. ¿Dónde vive tu tía?

—¿A qué viene esa pregunta? —Pregunto con un nudo en la garganta.

—Sabemos que tiene a Elrik Vennet.

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