Han pasado ya dos días desde que ese espeluznante hombre de porte noble vino a mi casa para amenazarme con llevarme ante mi pesadilla; desde ese momento no he podido parar de pensar una forma para librarme de ese destino...Cada vez que miro a través de la ventana o me digno a salir a la calle lo noto, percibo que alguien me observa desde lejos con sus ojos clavados en mí. A llevado un momento en el que he pensado que estoy loca pero se que eso es lo que quieren que piense, es por ello que no le daré más importancia, al menos por el momento.

Con tantas cosas en mi cabeza preocuparme por si me observaban carecía de completa importancia en cierto modo.

Actualmente me encuentro sentada en mi estudio escribiendo lo que ahora mismo estáis leyendo. Me a llevado algo de tiempo pensar un plan pero al fin e encontrado algo, o mejor dicho, a alguien, que puede ser la solución de todas mis preocupaciones, al menos eso quiero pensar y no caer más profundo en el abismo de rabia en la que me encuentro sumida.

La única opción de la que os hablo para poder salir viva y alcanzar mi meta es encontrar a Terea y esperar a que me ayude. Sin él podría caer presa en cualquier trampa de Alexander y sus hermanos...Soy una diosa, pero no lo suficientemente fuerte como para plantarles cara sola sin ayuda de nadie, sé que el dios de la desesperación me tenía aprecio en el pasado, pero no sé si seguirá sintiendo lo mismo en éste entonces después de tanto tiempo, espero que aún siga siendo así.

Estoy decidida a arriesgar todo lo que queda de mí para llevar a cabo mi venganza, aunque eso implique mi propia vida y el sacrificio de otros...