Me quieren matar y yo lo sé sin verlo (corregido)
Hay veces en las que tengo pesadillas con mi pasado, esos momentos son terribles y me hacen sufrir más que la propia realidad... Hace poco tuve un sueño, en él escuchaba como si alguien quisiera entrar a por mí, son ruidos de arañazos y golpes en la puerta, yo me encuentro encerrada en mi castillo, más específico en mis aposentos, tengo miedo de que los humanos me den a conocer la mayor desgracia de todas, tener que matar al ser que una vez amé y sigo amando desde lo más profundo de mi corazón.
Cada vez que recuerdo ese sueño me doy cuenta el por qué no acepté la petición de aquel dios, lo hice para no conoce aquel letal dolor que me consumiría.
Puede que me haga muy repetitiva, por eso le llamaré "sombra", se que seguramente creéis que me enredo mucho, pero es necesario para explicaros mi causa. Sombra es por el nombre que se le conocía a Terea cuando era mi escudero, él, que abarcaba con todos los pecados de la humanidad, decidió pasarle parte de su maldición a otros nigromantes. Y ésto también me condenó a cometer lo que hoy estoy por hacer.
Como os estaba contando antes de escuchar esos ruidos en mi cabeza, que me gritan ¡Matadlo!
Mi querido amor se llamaba Alexander, el que ahora es el líder de esos desgraciados.
Toda mi vida de diosa benevolente...¡ Se terminó! Ahora van a conocer a quien no tendrían que haber despertado, una diosa que se rige por la venganza, esa soy yo, y ésta es mi historia. Ahora comienza la verdad de lo que actualmente soy.
Hoy en día trabajo desde mi humilde casa en un país llamado Londres, aquí la gente rara vez se acerca a mí, ya que dicen que soy una "mujer maldita", malditos ellos, esas asquerosas mujeres con sus ceñidos vestidos y que presumen por haber encandilado a veinte hombres o esos muchachos que van de arrogantes y ven a los pobres con miseria. ¡Oh! Cuán ansío que mi vida no se hubiera visto así de afectada, desde que estoy en este mundo mi cabello me lo teñí de rojo; mi bello cabello rubio, pobre de él, mis hermosos ojos verdes aún seguían de su color, lo que me refiero con ésto es a que no se han dejado llevar por mi sed de venganza...Todavía.
Antes dije que estaba trabajando en mi humilde casa, y quizás os preguntéis ¿En qué trabajas, Arandel? Os lo diré, trabajo en este libro que hoy tenéis en vuestras manos, así es, creo que puede sonar algo extraño, diréis ¿Cómo siendo una diosa, no puedes con tus poderes vencerlos y ya? Eso es porque...la magia no existe, sé que muchos de vosotros creéis que sí, pero la verdad es que no, y nunca a existido algo así, se que decís que los nigromantes somos magos que controlan los muertos, pero no somos así.
Sí que antes de nosotros estaban los nicromares, gente con aspectos hermosos mitad peces y mitad personas, ellos vivían en el mar y controlaban los muertos para que los Océanos no fueran profanados por la gente que solo quería el mal. Ahora os preguntaréis ¿Cómo reinábamos los dioses? Pues es muy sencillo; reinábamos y trabajábamos como vosotros lo hacéis, que fuéramos dioses no significa que somos como los de las películas; ni mucho menos -río- , nosotros trabajábamos y nos ganábamos nuestro dinero, —el cual era llamado kruiches, una moneda hecha de oro y que llevaba el emblema de la familia imperial—; los nacimientos eran escasos, los que nacíamos íbamos a estudiar; algo muy pesado la verdad. Pero no es por ello por lo que me puse a escribir; por lo que lo hice es por algo muy diferente, la impotencia, así es, la impotencia de ver como se marchaba todo lo que quería y no podía hacer nada. Ésto me ayudó a comenzar a escribir; al principio era por pasatiempo, pero ahora, ahora es por que es una cosa que me apasiona y que de ello depende mi día a día y la única manera de mantener mi cordura fuera de peligro...
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