Ya ha pasado una semana desde que no escribo.

En mi actualidad he estado investigando en donde podría estar y resulta que soy una ilusa ¿Cómo voy a encontrarlo si estoy en el mundo humano? Pues muy fácil, creando una situación en la que él tenga que estar presente.

Entonces encontré la solución, fui a una tienda de comida y vi que un chaval de unos 19 años sacaba su cartera ¿Qué puede ser peor que eso? Bueno, se que hay cosas peores, pero el dinero es valioso para todos, eso es una desgracia, así que se lo robé y salí corriendo.

¡Me hizo correr casi dos horas hasta que apareció! ¿Qué tipo de diversión obtiene con eso? Aggg, le odio, pero esta bien que al fin apareciese.

— Te diviertes ¿No es cierto?

— Es que me resulta muy gracioso verte correr, Arandel.

Terea llevaba su largo cabello negro suelto como de costumbre, no se si es por lo enamorada que estaba de Alexander que nunca me di cuenta de su atractivo; con sus musculosos y fuertes brazos, al igual que su cuerpo, ojos negros y en este momento divertidos; era todo un borde, pero uno muy atractivo, él aún sabía como crear ilusiones; se que dije que la magia no existía, a excepción de para él, que si que era capaz de manejar el aire y el fuego a su antojo; bello pero peligroso, eso es lo que era.

— Dejate de tus juegos, esto es serio, te he llamado por algo urgente.

— Ya sospechaba que no era para salir conmigo —no se porque pero su risa profunda que denotaba masculinidad me derritió por dentro; pero hice el poder para que no se notara, aunque no se si lo conseguí—.

— ¡Terea! ¿Puedes tomarte algo enserio por una vez en tu vida? —su risa cesó y me miró con ojos gélidos—.

¡Dios! ¡Qué escalofrío me produjo esa mirada! Pero aún  así yo mantuve la mirada en sus ojos; que parecían que te iban a abducir de un momento a otro.

— Ya me lo tomo enserio ¿Qué a sucedido para que me llames tan de repente?

— Es Dark, —mi mirada va dirigida al suelo— él a mandado a un hombre llamado Dearís a decirme que le vaya a ver y que por las buenas o las malas iré; me dio 42 horas y ya a pasado una semana y sigo sin saber nada; creo que tengo que actuar y para ello necesito tu ayuda.

— Esto es algo peligroso —se llevó la mano a sus labios y me miró—, pero me gusta el peligro; esta bien, acepto, te ayudaré a encontrarlos, aunque... Querida Arandel, por mucho que te quiera deberás pagarme por ello, y sabes que mis costes no son baratos.

— ¡No me importa nada de lo que pueda perder! — decidida apreté  mis puños— Si así consigo vengar la muerte de mis hijos, lo aré, lo aré por ellos; toma lo que quieras, —volví a mirarlo—, aunque solo te lo daré si cumples y conseguimos vengar sus muertes; por lo contrario, no recibirás nada de mí.

Tras unos minutos en los que creía que no me iba a ayudar; Sombra respondió, quizás hubiera preferido otra cosa con la que pagarle, pero el hecho de que en mí provocaba algo... no me disponía a decirle que prefería que me matara a tener que hacer eso.

— Actualmente busco una joven y atractiva chica que sea mi esposa y gobierne las sombras y sus pecados conmigo; quiero decir, que me ayude a llevar mi maldición con compañía. Si consigo lo que quieres tú deberás casarte conmigo. No se si sabías que a parte de ser borde por derecho, yo estaba enamorado de ti cuando decidiste que te casarías con Alexander.

¡¿Qué?! Mis sospechas eran ciertas, pero jamás hubiera imaginado que me apreciara de ese modo... Él me amaba y aun así...¿ pudo aguantar ver como mi amor y yo nos amábamos? Ahora me arrepiento de no darme cuenta antes de ello, tal vez si me hubiera percatado mis hijos seguirían vivos y tendría una familia muy feliz; aunque con eso mi futuro se debiera a las desgracias y todos los pecados de la gente; aun así yo tendría una familia y un amor al cual amar y que me amara de verdad.

— Acepto tu petición; esta vez no la dejaré escapar, aun siendo ese tu precio, yo lo acepto y con gusto.

Una vez dicho eso todo dio otro paso hacia mi futuro...