Capítulo 11

La primera persona que vio Legolas al despertar en la habitación de invitados de Minas Tirith fue Gallard, que estaba sentado al lado de la cama, desamparado. Tenía la mirada baja, mirando sin ver el suelo bajo sus pies, pero rápidamente alzó los ojos cuando Legolas se movió.

"¡Legolas! Has despertado" –dijo el draq, inclinándose hacia él.

Legolas gimió.

"¡Ay, esto se está volviendo una costumbre!"

Gallard se quedó perplejo.

"¿Qué quieres decir?"

"Yo, en la cama como ahora, y despertar con gente mirándome. ¡Está empezando a ponerme de los nervios!" –gruñó el elfo mientras se sentaba, sonriendo todo el tiempo.

Gallard no sabía cómo responderle, así que dijo:

"Perdóname, Legolas. No quería causarte ningún daño. Yo... exageré. No estaba pensando."

Para sorpresa de Gallard, Legolas se limitó a sonreír.

"Te comprendo perfectamente. ¡Si yo fuera tú y Nara estuviera en el lugar de Kylea reaccionaría de la misma forma! Somos bastante parecidos en eso, supongo."

"Sí, pero creo que tu esposa y tu padre, por no mencionar a tus amigos, no estarán de acuerdo –Gallard sacudió la cabeza-. Nara me pateó" –añadió luego, avergonzado.

A Legolas casi se le salieron los ojos de las órbitas.

"¡¿Qué?! –entonces se echó a reír salvajemente-. ¿Te pateó? ¿Dónde?"

"En la espinilla –contestó Gallard con un suspiro-. Nunca la había visto tan enfadada."

"¡Gracias a los Valar! ¡Creí que te había dado una patada en... uh... el sitio 'en el que más duele'!"

A pesar de todo, Gallard también se echó a reír.

"Supongo que tuve suerte. Pero tu padre... Dios, ¡estuve a punto de morir! ¡Me habría roto el cuello de no ser porque Lord Celeborn y Aragorn lo detuvieron a tiempo!"

Tras secarse las lágrimas de la risa, Legolas preguntó:

"Y hablando de mi 'perversa' familia, ¿dónde están?"

"Están descansando en sus respectivas habitaciones, durmiendo –dijo Gallard, haciendo un gesto hacia la ventana abierta-. Nara y tu padre querían sentarse contigo, pero de alguna manera Lady Arwen se las arregló para dejarme a mí en su lugar. Te pido disculpas otra vez, Legolas. Te han herido por mí y yo voy y te hago más daño."

"No pasa nada. Estoy acostumbrado –respondió Legolas con una sonrisa-. ¿Entonces qué planean hacer ahora?"

"¡Creo que están buscando una manera de echarme de la Tierra Media mientras que tu padre planea mi muerte 'accidental'! –Gallard sonrió cuando Legolas sufrió otro ataque de risa-. No, ahora en serio, Aragorn y los demás están planeando la siguiente estrategia. Oí que le iban a pedir ayuda a Gwaihir."

Entonces el draq se puso en pie y se acercó a la ventana. Mirando la luna llena, dijo:

"No sé si merezco toda esta generosidad y amabilidad, pero parecen decididos a ayudarme a recuperar Tasqamaran de las manos de Kalden."

"¡Claro que te lo mereces! ¡Eres nuestro amigo! –dijo Legolas acaloradamente-. Nunca te abandonaríamos con tus problemas. ¡Nunca!"

"Y yo nunca te abandonaré, Legolas –con una sonrisa triste, Gallard se giró hacia el elfo-. Desde que me sanaste las alas rotas me moría por decirte quién era en realidad, pero... supongo que un secreto debe permanecer secreto. Aun así me siento culpable por haberlo hecho, era como estarte engañando todo el tiempo."

Legolas sacudió la cabeza.

"Gallard, eso ya forma parte del pasado. Olvídalo. Lo más importante es que recuperemos tu reino, y a tu Kylea. Me gustaría saber qué planean los otros... -de repente bostezó. Con una sonrisa somnolienta, dijo-: Solo que... no ahora mismo, supongo. Tengo problemas... para seguir despierto."

La voz de Legolas sonaba cada vez más débil, a la vez que se le desenfocaban los ojos.

"Hablaremos luego... amigo..."

Gallard lo observó mientras se quedaba dormido y luego se acercó silenciosamente a la cama y se sentó. Sujetó la mano de Legolas y se la apretó suavemente.

"Sí, amigo. Hablaremos luego."

***************************************

Dos días después, Legolas se sentía lo bastante fuerte como para ir al estudio del rey. Partirían hacia Tasqamaran esa misma tarde.

Habían planeado hasta el más mínimo detalle y todas las personas involucradas conocían sus posiciones y tareas. Gwaihir y los suyos habían llegado desde el Norte para prestarles ayuda y las flotas de Gondor y Dol Amroth esperaban cerca de Osgiliath, listas para partir.

A pesar de las protestas de algunos oficiales del consejo del rey, Aragorn había decidido participar en la misión, admitiendo finalmente que estaba aburrido y anhelaba aventuras desde hacía tiempo. Ocultando su preocupación por la seguridad de su marido, Arwen se había limitado a sacudir la cabeza y desearle buena suerte.

"Debemos tener éxito en esta misión –dijo Aragorn al final de su discurso de despedida. Entonces asintió, mirando a Gallard-. Y por su bien, Gallard debe recuperar lo que es suyo. Le han arrebatado cruelmente su familia y su reino, así que ganaremos por él."

Todo el mundo aplaudió y animó cuando Aragorn terminó. Todos estaban de acuerdo con sus palabras.

"¡Bien dicho, Estel!"

Con el corazón henchido de alegría, Gallard los miró uno por uno, agradecido. Al lado de su abuelo, Elladan y Elrohir sonreían con entusiasmo, casi incapaces de contener la emoción por la inminente batalla. Lo mismo podía decirse de Aragorn y Faramir, que estaban espléndidos con su equipo completo de batalla, acompañado de un fluido manto y las espadas que llevaban a la cintura. Siendo los mayores, Celeborn y Thranduil mantenían el rostro inexpresivo, pero el brillo de sus ojos delataba sus verdaderos sentimientos, pues también anticipaban el desenlace de la misión. Arwen y Narasene estaban sentadas en el sofá, reflejando la calma en medio de la tormenta.

Los ojos de Gallard se detuvieron sobre Legolas al fin. El elfo seguía un poco pálido, pero exceptuando su hombro roto, sus heridas de habían curado y recuperaba la fuerza. También parecía muy decidido.

"Te lo agradezco, Lord Ellesar –dijo Gallard tras carraspear-. Les doy las gracias a todos. Se supone que es mi lucha, pero aquí están todos arriesgando sus vidas por mí, incluso después de que Legolas haya sido herido. No se me ocurre otra cosa que decir mas que... estaré en deuda para siempre."

Legolas se le acercó y le apretó el hombro.

"No nos debes nada, Gallard. Lo hacemos con gusto. Para eso están los amigos."

Gallard alzó la mano y le apretó el antebrazo. Los dos se sonrieron mientras los demás observaban, asintiendo. Entonces Legolas se dio la vuelta y anunció.

"Bueno. ¿A qué esperamos? ¡Vamos!"

"¡Alto!" –exclamó Aragorn cuando Legolas salió andando tras los gemelos.

Legolas se detuvo y frunció el ceño.

"¿Qué ocurre?"

"¿A dónde vas?"

"A recoger mis armas, claro."

"¿Para qué? No vas a venir con nosotros."

El rostro de Legolas se llenó de furia.

"¡¿Qué quieres decir con que yo no voy?!"

"Eso es lo que dijo. No vas a venir, Legolas –dijo Elladan, lanzándole una mirada nerviosa a su gemelo-. Tienes un brazo roto, ¿recuerdas?"

"Un hombro roto" –dijo Legolas, con los dientes apretados, molesto al descubrir que tenía prohibido unirse a ellos.

Elladan se encogió de hombros.

"No hay diferencia."

"¡Todavía puedo luchar! ¡No soy un inválido!" –exclamó, cabezota.

Narasene puso los ojos en blanco mientras los demás gemían. Cuando se dejaba llevar por su temperamento, ¡la obstinación de Legolas podía hacer que hasta un Balrog llorara!

"Legolas –comenzó Faramir-. No ponemos en duda que seas un gran guerrero, pero no sabemos qué situación nos espera. Podría resultarte duro manejarte con un solo brazo."

"¡Esos shraqs y yo tenemos que ajustar cuentas! ¡¿Me arrastraron por el cielo y me lanzaron al maldito mar y esperas que me quedé aquí mirándome los pies?!"

Narasene bufó de una forma poco femenina, pero Legolas la ignoró y continuó.

"¡Voy a ir y nadie puede impedírmelo!"

Todos giraron las cabezas para mirar a Thranduil a la vez y el rey elfo alzó las cejas cuando se encontró siendo el centro de atención. Mientras los demás esperaban a que hablara, Thranduil se tomó su tiempo para pensar. Entonces miró a su hijo bastante tiempo antes de decir:

"Déjenle ir."

"¡¿Qué?!"

"¿Mi señor?"

Murmullos y protestas llenaron la habitación, pero Thranduil se mantuvo en calma mientras Legolas sonreía, victorioso.

"¿Estás seguro, Thranduil?" –preguntó Celeborn con escepticismo.

"Pero tu hijo no está del todo bien, mi señor" –dijo Gallard, ganándose una mirada asesina por parte de Legolas.

"Oh, estará bien. Puede cuidar de sí mismo" –afirmó Thranduil. Entonces le lanzó a Narasene una mirada significativa, tras la cual ella se acercó a su esposo.

"Está bien, mi amor. Vete entonces –dijo, tocando la mejilla de Legolas-. Pero primero déjame darte un beso como amuleto para que vuelvas a salvo."

Legolas sonrió y aceptó, inclinando la cabeza para reclamar sus labios. No se dio cuenta de cuándo padre se colocaba tras él. Cuando Thranduil le tocó el cuello de repente, Legolas rompió el beso al comprender. ¡Me han engañado!

Su padre no disminuyó la fuerza del agarre, presionando un dedo contra un nervio de su cuello hasta que la visión empezó a nublársele.

"Di... dijiste... que podía ir..." –se las arregló para decir antes de que se le pusieran los ojos en blanco y se desplomara.

Thranduil lo cogió en brazos y le sonrió al joven elfo inconsciente.

"Mentí."

Los demás suspiraron de alivio. Aragorn y los gemelos se sonrieron, mientras que Celeborn se echó a reír.

"Muy buena, Thranduil. Piensas rápido."

"¡Pero temo su temperamento cuando despierte! –exclamó Elrohir-. ¡Será mejor que nos vayamos antes de que lo haga!"

"Sí. Deberían –dijo Thranduil-. Me aseguraré de que se quede aquí. ¡Lo ataré a la cama si tengo que hacerlo!"

"Por supuesto –Celeborn sonrió y se giró hacia Gallard antes de anunciar-: ¡A Tasqamaran!"

¡Jajajaja! ¿Alguien se esperaba ese truco por parte de Thranduil? Yo me alejo antes de que Legolas se despierte XD

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