Capítulo 16:
Me sentí extraña al pasar por delante de la puerta de Sebastian. Me hizo gracia pensar que la tarde anterior una doncella me había amenazado con que no fuera a buscarle la mañana siguiente y ahora no iría pero porque aún estaba encerrado. La mesa de la Guardia Oscura estaba más llena de lo habitual y busqué algún rostro conocido para sentarme cerca.
- Hoy sois muchos - comenté sentándome frente a Berck.
Como de costumbre, Christian estaba a su lado aunque su presencia era apenas perceptible. No solo por su silencio, sino por su cuerpo delgado que a penas era un tercio de la espalda de Berck.
- De vez en cuando coincide que todos volvemos al mismo tiempo. Además me parece que quieren enviarnos a alguna nueva misión y necesitan varios miembros de la Guardia.
- Ojalá yo pudiera salir de aquí - lloriqueé frotando el brazo algo molesto por la runa de custodia.
- He oído que la segunda fase del examen será pronto así que es probable que te envíen a alguna misión más sencilla para que realmente te plantees si esto es lo que quieres.
- ¿En serio? ¡Eso es genial! Aún no tengo recuerdos de nada. Quiero ver como es el mundo fuera de los muros del castillo.
- No quiero ser yo quien te lo estropee, pero puede que no te guste tanto como esperas.
- No espero nada realmente. Solo quiero saber como es - respondí pensativa.
Berck sonrió amablemente.
- Debería ir a entrenar - dije terminando lo que me había puesto en el plato.
- Si quieres algún contrincante a tu nivel avísanos - se ofreció con una sonrisa divertida.
- Me parece que hoy tendré más que suficiente. ¿Algún consejo para entrenar con un especialista de la Guardia Escarlata?
- ¿Has conseguido que alguien de rango S quiera entrenar contigo?
- Nate y yo contra su hermano.
Berck dejó escapar una pequeña mueca de disgusto pero tan solo me deseó suerte. Los uniformes eran más bien algo formal, por lo que debía cambiarme como de costumbre para el entrenamiento. Llevaba toda la mañana aguantando el dolor en la muñeca pero en cuanto puse un pie fuera del edificio principal para ir a la Academia donde se encontraba el campo de entrenamiento, el dolor me obligó a parar. Seguramente me dolería menos clavarme una daga en el brazo. Respiré hondo y traté de alejarme más pero el dolor se volvía cada vez más insoportable por lo que opte por volver.
- Nate - le llamé en cuanto le vi, seguramente con la intención de ir él también a la Academia.
- Kala, te estaba buscando.
- Tengo un pequeño problema con el entrenamiento de hoy.
Me miró algo extrañado pero entonces le mostré la runa de la muñeca y lo comprendió.
- Tal vez Kael pueda hacer algo. Mis conocimientos sobre runas son más bien escasos.
Me acompañó a su despacho pero no estaba allí por lo que nos dirigimos al comedor. Justo llegamos para verle salir. Cuando nos acercamos, Nate hizo el saludo oficial. Al parecer, al no haber pasado todas las pruebas, no era necesario que yo siguiera esa norma y me había escudado en esa excusa para evitar tener que realizar el saludo cada puñetero segundo.
- Me gustaría ir a entrenar a la Academia pero no puedo abandonar el castillo por la runa - le expliqué.
- Comprendo. Déjame un segundo la runa.
Sin dudarlo un segundo extendí el brazo dejando al descubierto la piel de la muñeca.
- Esta runa bloqueará temporalmente la de custodia. Si ves que empieza a dolerte de nuevo, regresa antes de que se pase del todo el efecto.
- Muchas gracias.
Observé la pequeña runa que había dibujado bajo la otra. Nate me acompañó hasta la Academia y me contó que había visto a Lia cerca de las cocinas. Al parecer, la habían asignado a una nueva dama de la corte y esta parecía tener especial interés en mí. Claramente en un sentido negativo. No sabía si sería por la mala imagen que había dado en general a las otras damas o porque esta en concreto también tenía interés en Sebastian. A estas alturas cualquier razón sería plausible.
Una vez en la Academia, me puse un atuendo más apto para entrenar y me dirigí al campo de entrenamiento donde Nate y Tyrion charlaban tranquilamente. Tyrion debía ser incluso más alto que Berck y tenía una espalda amplia en la que llevaba una enorme espada. Dudé que yo fuera capaz de levantar el peso de ese armatoste. Nate llevaba una espada en la cadera y un escudo en la espalda. Me dirigí a la armería y busqué algo que me pudiera ser útil. Guardé una daga en la bota derecha, un cuchillo largo en la parte trasera del cinturón y un látigo que colgué en la cadera al lado derecho. No había usado mucho este último pero algo me decía que hoy me vendría bien.
- Ya estoy, perdón por haceros esperar.
- Sin problema - contestó Nate con su habitual sonrisa.
Hicimos un breve calentamiento y unos pocos estiramientos antes de dirigirnos a la zona asignada para los combates.
- ¿Combate estándar? - preguntó Nate.
Asentí. Había varias modalidades de combates en los entrenamientos: básico, estándar y realista. El básico no permitía ningún tipo de lesión al contrincante. El estándar permitía roturas, luxaciones y cortes de manera provisional y sin llegar a casos graves. El realista, como su nombre indica, permitía que fuera un combate lo más fiel a la realidad posible y, por tanto, cualquier cosa estaba permitida. El estándar era el método más habitual aunque algunos utilizaban el básico. Aún no había visto a nadie en un combate realista.
- Voy a daros algo de ventaja. No usaré mi arma porque no creo que la necesite. Quiero ver si sois capaces de hacerme cambiar de opinión - dijo Tyrion.
Dejó la enorme espada a un lado y se recogió el pelo en una media coleta. Aunque lo tenía algo largo, llegaba a estar recogido por poco. No pude evitar pensar que era un regalo para la vista cuando la camisa se tensó sobre sus músculos al realizar un gesto tan sencillo como recogerse el pelo. No sé si se percató de ello pero antes de que el árbitro que nos habían asignado diera la señal, nuestras miradas se cruzaron. Aquel rojo tan intenso me recordaba al fuego. Era realmente apropiado que el uniforme le combinara con aquel cabello y con esa mirada.
- Adelante - dijo el árbitro.
Tyrion no esperaba mucho de nosotros, aunque siendo tan solo una novata yo tampoco esperaría mucho de mi misma, pero es por eso que debía aprovecharme. Había descubierto lo rápido que podía llegar a moverme en el combate de ayer con Christian y pensaba aprender a controlarlo para usarlo como mi velocidad habitual. Sentí que me movía más lento que ayer a pesar de que solo tardé unos segundos en colocarme detrás de Tyrion. Había sacado el cuchillo largo de mi espalda y ahora lo sostenía en el lateral de su cuello bajo la mandíbula.
- ¿Estás seguro de que no quieres usar la espada? - le pregunté.
Sonrió algo molesto.
- Puede que te haya subestimado pero necesitarás algo más que esto.
Volví junto a Nate que me miraba boquiabierto.
- Ni siquiera te he visto moverte - musitó -. Eres realmente tan increíble como dicen. Pensé que era mentira cuando oí lo de tu combate con Berck y Christian.
- En vez de halagarla deberías espabilar - le regañó su hermano.
Nos colocamos de nuevo en posición defensiva y esperamos a la nueva señal del árbitro. Esta vez, Tyrion estaba en guardia y Nate también se abalanzó hacia él. Dejé que él atacara primero y cuando Tyrion detuvo el golpe agarrando el antebrazo de Nate, traté de colocarme a su espalda de nuevo. Apartó a su hermano de un empujón que lo tumbó a un par de metros y se giró velozmente. No era buena idea estar frente a él a tan poca distancia por lo que retrocedí. Al girarse para mirarme a mí, había dado la espalda a Nate que se abalanzó de nuevo. Sin apenas girarse, detuvo de nuevo la estocada pero esta vez lanzó a su hermano hacia mí. Fui capaz de agacharme para esquivar el cuerpo y noté que Tyrion se movía pero para cuando quise alejarme de nuevo, me había agarrado por el cuello y me levantaba a una altura considerable del suelo. Mis manos a duras penas daban para rodear su antebrazo al que me aferraba intentando que no me bloqueara la respiración por completo.
- Sigues creyendo que necesito...
No pudo terminar la frase ya que le propiné una patada en la barbilla antes de pasar esa pierna por encima de su brazo y seguidamente apoyarlo en sus hombros por detrás de la cabeza. Me había soltado el cuello ligeramente y aproveché para liberarme. Como tenía un punto de apoyo, me tomo tan solo unos segundos colocarme a su espalda y apuntarle con el cuchillo largo de nuevo en el cuello. De nuevo había ganado el combate por lo que me dejé caer al suelo pero cuando fui a dirigirme a mi posición de inicio algo me puso alerta. Levanté ambos brazos una fracción de segundo antes de que el puño de Tyrion golpeara desde el lado uno de ellos. Noté como el hueso se partía mientras el impulso del golpe me arrastraba a varios metros. Había conseguido mantenerme en pie y en posición defensiva pero inmediatamente me llevé el brazo partido al pecho y traté de sostenerlo con el otro. Tyrion se abalanzó sobre mí pero una sombra se interpuso.
- Basta - dijo Nate deteniendo a su hermano.
- Ese golpe estaba fuera de lugar. Si se repite una cosa así... - comenzó a decir el árbitro. La mirada amenazadora de Tyrion le calló rápidamente.
- ¿Estás bien? No debería haber hecho algo así pero cuando se trata de combates a veces pierde un poco el control - se disculpó.
- Es solo un brazo roto pero voy a necesitar una runa - contesté.
James me había advertido del temperamento de Tyrion en cuanto a peleas se trataba pero era realmente agresivo y me había pillado con la guardia baja debido a que el árbitro ya me había concedido la victoria. Nate le hizo un gesto a un Guardián Cristalino que casualmente pasaba por allí. La runa tan solo tardó unos segundos en hacer efecto y moví el brazo con cuidado hasta notar que estaba en perfecto estado. Me fijé en que el labio de Tyrion tenía algo de sangre. Tal vez se hubiera mordido el labio o la lengua debido a que mi patada le había pillado hablando. Saqué el látigo y lo deje caer a mi lado. Esta vez, cuando el árbitro dio la señal, fue Tyrion quien hizo el primer movimiento. Traté de apartarme de su trayectoria pero me había fijado como blanco y me siguió cambiando de dirección sin apenas inmutarse. No podía dejar que uno de sus golpes me alcanzara puesto que acabaría de nuevo con algún hueso roto y tampoco podía esquivarle y huir eternamente. Esta vez cambié de dirección y me acerqué Nate que esperaba con el escudo en alto. Detuvo el golpe de su hermano y yo aproveché para enredar el látigo en uno de sus tobillos. Tiré con fuerza pero consiguió mantener el equilibrio. A pesar de ello, cayó al suelo de espaldas cuando Nate le golpeó utilizando también el escudo para cubrir su cuerpo y potenciar el impacto. Apuntó al cuello de Tyrion con la punta de su espada y de nuevo obtuvimos la victoria.
- Está bien, está bien. Voy a tener que tomármelo enserio.
A pesar de su comentario, no recogió la espada. La siguiente vez que el árbitro dio la señal, de nuevo corrió hacia nosotros pero esta vez, en vez de tratar de esquivarle, corrí yo también hacia él. En el último segundo me tiré al suelo y al pasar junto a él de un latigazo atrapé su muñeca. Me puse de cuclillas y frené. No me dio tiempo a reaccionar cuando agarró el látigo con la mano libre y tiró de él arrastrándome a mí también. Me lanzó contra Nate pero el no tuvo los reflejos suficientes para esquivarme y ambos acabamos en el suelo. Tyrion se deshizo del látigo y a gran velocidad se acercó a nosotros. Cada uno rodó a un lado y esquivamos el golpe de milagro. Me puse en pie rápidamente y traté de concentrarme como lo había hecho el día anterior. Cogí aire mientras veía como Tyrion se giraba y lo solté mientras se abalanzaba sobre mí. Calmé mis latidos y todo pareció ir a cámara lenta. Le esquivé facilmente y me aparté. Me fije en que Nate había recuperado mi látigo y esquivé unos cuantos golpes más mientras se acercaba. Me devolvió el arma que había perdido y trató de golpear a su hermano. Tyrion detuvo el golpe y cuando alzo el puño para devolvérselo, enredé el látigo de nuevo en su muñeca y tiré impidiendo que golpeara a Nate. Esquivó la siguiente estocada echándose hacia atrás y se giró hacia mí cuando notó que me acercaba. Me vi obligada a retroceder pero Nate se adelantó y trató de golpear de nuevo. La mano de Tyrion sujeto el látigo de nuevo pero esta vez cuando tiró, me aseguré de ser yo quien dirigía la trayectoria. Le di un rodillazo en el costado y tiré del látigo para obligarle a poner el brazo en su espalda. Nate golpeó con el escudo en la parte de atrás de las rodillas y previendo que no terminaría de caer con eso, asestó inmediatamente después un segundo golpe. Tyrion apartó a Nate con un violento puñetazo y trató de ponerse en pie. Liberé el brazo y apresé la pierna en la que se había apoyado para comenzar a levantarse. Me coloqué más a su espalda y tiré obligándole a apoyar la rodilla de nuevo. Nate trató de asestarle varios golpes pero Tyrion fue capaz de esquivarlos todos a pesar de estar arrodillado. Me acerqué de nuevo pero aprovechando que el látigo había perdido tensión, se puso en pie de un salto y agarró a su hermano de la camisa. Giró sobre sí mismo y con ese impulso le mandó rodando a una distancia bastante exagerada.
- Nate - le llamé preocupada.
Trató de levantarse pero los brazos le temblaron y vi que tenía varios arañazos que comenzaban a sangrar. Iba a acercarme dejando de lado el combate cuando noté que alguien tiraba de mi trenza. Tyrion me acercó a él y noté como mi espalda chocaba con su pecho. Esta vez fui yo la que acabó de rodillas y con un segundo golpe me tumbó en el suelo. Me giré para ponerme bocarriba y al menos tratar de defenderme. Cuando trató de colocarse sobre mí. Utilicé las piernas para impedírselo y cuando vi una apertura, le deje acercarse lo justo para atrapar su brazo con mis piernas. Traté de hacer fuerza levantando la cadera para obligarle a agacharse y aunque lo logré momentáneamente, de nuevo su fuerza se impuso. Fue capaz de levantar el brazo atrapado conmigo aún aferrada a él y seguidamente lo dejó caer con fuerza. Aquel golpe en la espalda me obligó a soltarle y traté de respirar inútilmente. Fue entonces cuando me di cuenta de que había gente alrededor gritando mi nombre y animándome. Al parecer éramos el espectáculo principal. Supuse que alguien se había acercado a Nate pero ahora me preocupaba más el dolor que me recorría todo el cuerpo. Tyrion tiró de mí y me levantó del suelo de nuevo apresándome el cuello pero esta vez mis piernas no respondían. Me tiró de nuevo al suelo y noté que algunos huesos se fracturaban. De nuevo me alzó. Notaba una fuerte presión en el pecho y el dolor hacía que todo comenzara a estar borroso y difuso. Sentí una fuerte necesidad de gritar y la presión en el pecho fue creciendo hasta estallar. Sacando fuerzas de donde no había, alcé mi mano en dirección al pecho de Tyrion y sin saber muy bien como, unas palabras salieron de mis labios. Una fuerte onda expansiva le derribó y le lanzó lejos de mí. Los espectadores se apartaron para esquivar el cuerpo y yo caí poco elegantemente al suelo. Traté de evaluar como de mal estaba. Tenía más de una costilla rota, un fuerte dolor en la cadera y sentía como la cabeza me daba vueltas. A pesar de ello, me puse en pie y traté de respirar hondo. Debía aprender a mantener mi concentración para ser más rápida y poder analizar al enemigo. Tyrion se levantó y no parecía muy contento. El árbitro trató de detener la pelea pero Tyrion no parecía dispuesto a cooperar. Miré a Nate que se recuperaba en un lateral con ayuda de varios Guardianes Cristalinos.
- Tyrion. Detente - le gritó.
Sabía que no se detendría. Su corazón latía acelerado por la ira. Sentía su presencia como una fuerza arrolladora que sería capaz de tumbarme. Fui capaz de predecir sus movimientos segundos antes de que los inciara. Se lanzó hacia mí y trató de agarrarme o asestarme varios golpes pero había conseguido calmarme y ahora veía todo con claridad. Todo parecía moverse con lentitud y sentía que podía pensar en mi siguiente movimiento con total calma. Traté de buscar una apertura en su defensa. A pesar de su enfado, no estaba lanzando golpes a lo loco. Él también meditaba sus movimientos, sin embargo, yo era más rápida incluso a pesar del dolor y las magulladuras. Durante apenas un instante, vi la oportunidad y repetí las palabras que desconocía haber aprendido. De nuevo salió propulsado hacia atrás pero esta vez el ataque me dejó secuelas. Notaba como miles de agujas se clavaban en el brazo con el que había atacado y esquivar tantos ataques había hecho que el dolor en todo mi cuerpo aumentara. Tyrion esta vez fue capaz de recolocar su cuerpo en el aire y frenó apoyando una mano en el suelo. Se incorporó y a pesar de haber recibido dos golpes de lleno parecía que no le importaban en lo más mínimo.
- Debo admitir que no lo haces nada mal pero, ¿cuántos hechizos como ese vas a poder lanzar? Incluso con entrenamiento es difícil atacar tantas veces seguidas así.
- Tyrion, ya basta - dijo Nate acercándose a duras penas.
Un compañero le detuvo y le impidió acercarse más.
- Puede que seas más fuerte de lo que esperaba pero para mí esto solo ha sido un calentamiento y parece que tú ya no vas a resistir mucho más.
- Es solo un combate de entrenamiento y yo solo soy una novata. El árbitro ha determinado que se ha acabado. ¿Tanto le duele a tu orgullo a pesar de tu victoria que no puedes dejarlo estar? - le contesté.
Esa pelea había terminado y Nate y yo habíamos perdido pero él insistía en continuar y ya comenzaba a pasarme factura. No pareció gustarle mi comentario pero siguió acercándose con calma. Traté de andar pero las piernas me temblaron y me fallaron. Aunque conseguí mantenerme en pie, Tyrion sabía que no podría moverme del sitio. No conseguí que el brazo respondiera y fui incapaz de conseguir alzarlo de nuevo para intentar atacar. Mi respiración era pesada y cada vez que cogía aire, las costillas rotas me lo reprochaban con un dolor agudo. Sabía que no podría atacar y tampoco sería capaz de defenderme. El siguiente golpe sería el último. Quería pensar que si me dejaba inconsciente, daría por terminada la pelea. A estas alturas parecía lo único que le detendría. Le sostuve la mirada dejándole claro que no le temía y que no me intimidaba lo más mínimo. Se dispuso a golpear cuando alguien se interpuso entre nosotros. No llevaba uniforme por lo que tardé un poco en idetificarle pero alcé ligeramente la mirada y le reconocí inmediatamente. Sebastian.
- Se acabó. Si no vas a dejarlo estar tendré que terminar yo la pelea - dijo con tono autoritario.
- Tú no deberías estar aquí. Deberías estar encerrado - comentó Tyrion con rabia e indignación.
- Como puedes ver, me han soltado. Ahora, retírate.
Tyrion apretó la mandíbula y me lanzó una mirada amenazadora antes de marcharse. Sebastian se giró hacia mí con una media sonrisa satisfecha. Sabía que iba a decir algo pero se detuvo cuando mis rodillas se flexionaron definitivamente y se abalanzó para detener mi caída. Le hizo un gesto a uno de los guardianes cristalinos que aplicó varias runas curativas.
- ¿Te han dejado salir tan pronto? - le pregunté.
- Sí. Aún deben llevar a cabo el juicio pero será mientras no esté aquí.
- ¿Te vas? - pregunté confusa.
- NOS vamos - dijo haciendo énfasis en el nos -. Enhorabuena, princesa. Vas a ir a tu primera misión.
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