Capítulo Trece

*Nota: Mei narra en primera persona

La charla entre sukuna y mei

Donde estoy?, de pronto comienzo a sentir miedo de la nada. Trato de abrir mis ojos pero es inútil, esta todo oscuro.

Y huele a sangre...

— Mei, despierta Mei.

Abri mis ojos asustada, a mi lado estaba kuuro. Me levanto levemente del suelo quedando sentada, miro a todas partes desorientada. Era una especie de cueva pero esta era aún más tenebrosa, tenía un aura de desesperación.

— oi oi, mira que tenemos aquí.

Reconoci esa voz de inmediato, me levanto rápidamente del suelo y dirijo mi mirada hacia la oscuridad.

— ryomen sukuna.— soltó con amargura la joven.

— a pasado tiempo, no lo crees kuuro-kun?.— dice sukuna ignorando totalmente la presencia de Mei en el lugar.— como esta la mocosa a la que cuidas?.

Abro mis ojos con curiosidad, volteo mi mirada a kuuro quien estaba engrifado como un gato apunto de atacar mirando con furia a sukuna.

— eso no te concierne ryomen, no metas a Mei en esto.— le respondió con la Guardia alta, atento a cualquier cosa o amenaza.— que hago aquí?.

Sukuna soltó una carcajada desquiciada y con una velocidad impresionante se acerca cara a cara a el felino de gran tamaño.

— se que la humana esta aquí, puedo sentir el delicioso aroma de su sangre.

Kuuro retrocedió nervioso, sabía que no podría ocultarla al cien por ciento del rey de las maldiciones.

— porque estas tan nervioso, antes solías tratarme mejor.— dice ryomen esbozando una malvada sonrisa y lamiendo sus labios.

A que se refiere kuuro, de que esta hablando?

— no se de que hablas.— habló el felino notoriamente enfadado.

— acaso tu mascota humana no lo sabe aún, eso es muy desconsiderado de tu parte kuuro-kun.— río más fuerte la maldición.— no recuerdas nuestros viejos tiempos?.

— ¡cállate!.— vocifero kuuro enseñando sus colmillos.

— ¡oh, Mei-senpai!.— irrumpió una voz más infantil.— que haces aquí?.

— Itadori-kun!?.— exclamó impresionada.— como puedes verme?.

— ¡eso no importa ahora, pero debes despertar!

— ¿despertar?.

— despierta Mei..

— Mei...

•••

— ¡¡Mei, abre los ojos!!.

Ante el grito, desperté de golpe. Miré hacía todos lados asustada, sentía mi pecho subir y bajar.

— Mei-chan, estas bién?.

Gire mi rostro encontrandome a Gojo-sensei sentado a un lado de mi cama, estaba aún en pijamas y su cabello Albino estaba todo desordenado, tampoco usaba su venda facilitandome el ver sus ojos.

Estaba preocupado...

— qu--que pasó?.— pregunte confusa.— que hace aquí, son las 03:00 de la mañana.— le digo viendo mi reloj de la pared.

— sentí que gritabas, así que vine a verte.— me acarició la cabeza.— estas mejor?.

Asenti, ví a los pies de mi cama buscando a kuuro con la mirada pero no estaba.

— y kuuro?.

— no lo sé, no estaba aquí cuando llegué.

— ya veo.— Gojo-sensei hiba a levantarse de la cama hasta que lo detengo.— gojo-sensei, tengo miedo... Podría quedarse hasta que duerma?.

Satoru asintió esbozando una sonrisa cálida, se posicionó a un lado de Mei ya que le dio un poco de espacio en la cama, puso la cabeza de la menor en su pecho y comenzó a acariciarle el cabello.

— gracias Sensei.

— descuida pequeña Mei-chan.


Datos curiosos de Mei:
*Mei conoció a kuuro cuando niña, esta le había salvado de una manada de lobos cuando kuuro estaba en su forma felina.
*kuuro tiene un pasado ligado con la vida de ryomen sukuna cuando era rey en el pasado
*Satoru tiene su habitación al lado de la de Mei para poder vigilarla en la noche, especialmente cuando tiene pesadillas
*itadori después del sueño no recuerda haber visto a Mei donde reside sukuna

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