Capítulo Diez

La Sonriente Mei zenin

Después de aquella charla con su sensei, en la noche habló con kuuro y meditó mucho la decisión que estaba por tomar y era decirle la verdad a sus hermanas.

No sabía cómo lo haría, como lo diría y cuando lo haría pero lo hiba a hacer. Sus hermanas merecían la verdad, el porqué de su cambio drástico de humor y sus cuadros depresivos.

Así que se armó de valor y fue en búsqueda de Maki, pues mai había vuelto a Kioto.

La buscó por toda la Academia hasta que la encontró en el patio de entrenamiento, pero no estaba sola, estaba con sus nuevos amigos. La veía tan felíz, llena de vida y con esa chispa característica de ella, de Maki zenin. Estaba meditando en decirle, no podía hacerle eso cuando ella se veía tan feliz, simplemente no podía. Así que en silencio se alejó, pero lo que no había notado era que Maki y los demás si la habían visto.

Maki esbozo una sonrisa triste, le preocupaba mucho la actitud de su pequeña hermana.

— Maki-senpai, no quiero sonar grosera pero, Mei-senpai siempre fue así de fría y distante?.— preguntó Kugisaki, pues de algún modo le molestaba que cuando su adorada senpai veía a su hermana su humor disminuía.

— es sierto, puedo notar algo malo en su energía maldita... Es como si fuese otra persona.— dijo itadori, si bien no conocía a la hermana de Maki, su energía maldita lograba perturbarlo.

— chicos, no deberian preguntar algo sobre eso, Maki--.— panda fue interrumpido por la de gafas.

— no te preocupes panda.— le dijo para tranquilizarlo, vio a sus kouhai y sonrió como acostumbraba.— bien, les contaré sobre Mei.

Flashback

Narra Maki

Cuando éramos unas niñas, Mei y mai siempre hacían travesuras. Pero la que incentivaba a mai era Mei, siempre estaba haciendo bromas y nos hacia reír cuando estábamos tristes.

Una vez la muy cabeza hueca se le ocurrió gastarle una broma al líder de nuestro clan, el plan de Mei era cambiarle la botella de sake por una llena de agua con lombrices. Lo malo era que las descubrieron rápidamente, pues Mei ya era conocida como la niña traviesa de el clan. Así que el líder la mando a llamar, bueno a nosotras tres.

— Mei zenin, la niña traviesa del clan.— inició naobito con voz grave y hostil.— creíste que sería gracioso gastarme una broma, a mi?!.— exclamó enfadado lanzando su botella a la pared, esta se quebró y de allí salieron lombrices.

Maki estaba sería y mai estaba temblando de miedo, la única que se mantenía inmutable era Mei, por dentro estaba muerta de la risa y eso naobito lo noto enfureciendolo aún más.

— en reprimienda, Maki, mai y tu serán de ayuda a las sirvientas.— Mei abrió sus ojos molesta, pues la broma la hizo ella y sus hermanas no tenían nada que ver en ello.

— ¡¡Maki onne-chan y mai onne-chan no tienen nada que ver en esto!!.— le alzó la voz enojada y lo señalo.— viejo malhumorado.

Y una bofetada se escuchó, pues naobito se había levantado del suelo y abofeteó a Mei tan fuerte que la boto al suelo.

— ¡mocosa insolente, ustedes dos largo!.— les grito a Maki y a Mai.— su hermana y yo debemos hablar a solas, vallan con las sirvientas.

Maki y mai obedecieron dejando a Mei sola con el líder, fueron a ayudarles a las sirvientas como castigo pero no habían rastros de Mei hace dos horas y estaba lloviendo, Maki temía lo peor pues sabía de lo que era capaz el viejo.

Después de finalizar sus tareas, Maki y mai fueron a buscar a Mei. Finalmente la habían encontrado, pero no daban crédito a lo que sus infantiles ojos veían. En medio de la lluvia estaba parada Mei con sus muñecas extendidas frente a una escultura de dragón, hiban a acercarse a su hermana pero una sirvienta las detuvo.

— señoritas, les aconsejo que no se acerquen a la señorita Mei.— les dijo angustiada la sirvienta.— es por su bien.

— ¡pero, esta ahí parada toda mojada, se puede enfermar!.— protestó Maki.— no la dejaré ahí sola.

— porque tiene las muñecas descubiertas en en la lluvia?.— preguntó mai.

— naobito-sama le ordenó que limpiará la sangre de sus muñecas bajo la lluvia hasta mañana.— les dijo a las hermanas.— la ví salir de los aposentos de naobito-sama con sus muñecas cortadas.—

Maki y mai abrieron sus ojos horrorizadas, al fijarse bien notaron que la sangre de las muñecas de Mei se mezclaban con las gotas de lluvia y caían al suelo.

A la mañana siguiente, Maki se despertó y fue corriendo con un botiquín para atender a Mei, afortunadamente estaba en el mismo sitio que ayer así no tuvo necesidad de buscarla. Se acercó a ella y Mei rápidamente oculto sus muñecas de Maki y le esbozo una sonrisa.

— Maki onne-chan, que haces despierta tan temprano?.— le preguntó tratando de desviar la atención de sus muñecas heridas, pero Maki le jalo la mano para que le enseñara sus heridas.— valla, los gatos son violentos aveces no?.

— se que fue el viejo Mei, no tienes porque mentirme.— le hizo sentarse y comenzó a atenderla.— no siempre tienes que sonreír, sabes?.

Le puso unas vendas y curitas en los Cortes, ambas estaban en silencio.

Mei tenía un nudo en la garganta, pero no se permitió llorar frente a su hermana, no quería preocuparla más de lo que ya estaba.

— lo siento.— se disculpó Mei en un susurro.

— tonta.

Fin flashback

— entonces, siempre cuido de ustedes?.— le preguntó Kugisaki a Maki, pero ahora Kugisaki sentía que su pecho dolía.

Megumi se mantuvo callado y analizaba en su cabeza, ahora todo tenía sentido. Hubo una vez que tomó de las muñecas a su senpai, pues Mei casi se caía de no ser por los rápidos reflejos de el. Al separarse Mei le agradeció pero le pidió que no volviese a tocar sus muñecas y manos, ella le dijo que su agarre fue fuerte y la había lastimado. Ahora sabía que su senpai mentía, sus muñecas y manos estaban lastimadas.

— oh valla, me siento un total idiota ahora.— dijo itadori recordando la vez que Mei le mostro sus manos, pudo recordar aquellas marcas en sus blanquecinas muñecas.

Ahora el grupo de amigos estaba en silencio, pues el trío de amigos se sentían culpables por haber juzgado a la hermana menor de su senpai sin siquiera saber su pasado y las aventuras que compartió con Maki cuando eran solo unas niñas.

Maki por otro lado se sintió impotente eh inútil, que sentido tenía ser fuerte si nunca pudo proteger a quien más lo necesitaba.

Sus dos hermanitas, aquellas que vivieron un infierno en su ausencia, la pequeña Mei quien siempre le escondió su dolor


Con una radiante sonrisa...

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