Oceano
Penny despertaba, cada mañana con una sonrisa porque amaba los amaneceres. Su mascota Charly, un perro de raza Beagle, saltaba sobre ella apenas la veía poner ambos pies sobre el suelo.
Y tomaba una ducha. No demoraba horas bajo el agua porque tenía una ligera fobia a ella; hidrofobia, la llaman. Cuando salía, le gustaba mirarse al espejo y preguntarse porque siempre tiene que pensar en la sociedad en lugar de ella misma; o porque prefiere pensar en el océano cuando puede pensar en lo mucho que le gusta sentir la arena en sus pies.
Su abuela María, tenía noventa años. Penny debía ayudarla a levantarse de la cama, ayudarla a ducharse, a cambiarse y además prepararle el desayuno.
María padecía Alzhéimer, no siempre recordaba quien era Penny por lo que la batalla solía ser difícil a veces. No obstante, una vez transcurrido lo malo, María decía poder sentir cuanto ama a Penny. Porque ella era su nieta y la amaba.
Su padre murió y su madre trabajaba todo el tiempo.
Cuando su vecina cuidaba a su abuela, ella caminaba hacia la escuela.
No anhelaba a que las clases terminaran y tampoco anhelaba llegar a casa y encerrarse en su habitación.
No anhelaba sumergirse en su mundo porque su cerebro le hacía malas jugadas, yéndose a puntos tan altos que es increíble la cantidad de palabras que podían cruzar su mente en un minuto, o incluso segundo. Le daba miedo.
Pasaba sus tardes en la cafetería que quedaba en la esquina de su casa: The Sun. Y todos los días pedía una taza de té de manzanilla, su favorito.
Conoció a un chico llamado Patricio. La volvía loca porque la perseguía como un desequilibrado.
A Pat le gustaba mucho Penny porque era inalcanzable.
Si él quería estar con ella necesitaba tapar el sol con un solo dedo.
O aún más difícil, entrar en su cabeza.
Pero Pat era obstinado, dijo ella.
Pat tenía claras sus metas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top