Capítulo 6
No era tan difícil como lo pensaba, hacer barras utilizando la motivación de la rabia era bastante bueno, subiendo y bajando, humillando a los demás participantes quienes me veían "Fácil de derribar".
Yo les demostraré lo que es ser derribados con facilidad, esto no es nada comparado a lo que mi entrenador nos hace hacer, ya quisiera verlos un día en el estudio, debiluchos.
— ¡Ella es Jess de Los Diablos señores! — anunciando mi victoria— Carne nueva, y no es lo que aparenta, cuidado que puede arrancarles más que el corazón chicos.
Me solté de la barra, cayendo sobre mis pies con gracia, recibiendo el dinero.
— Que las chicas se cuiden también, particularmente me gusta morder.
Sonreí con malicia, regresando con mi grupo, Ramona rodeó mis hombros con emoción celebrando mi victoria mientras Carson depositaba un vaso rojo de dudosa procedencia en mi mano.
Vodka probablemente, ya me estaba acostumbrando.
— Vaya... ¿Te sirve acerté la inofensiva? — Luca llegó a mi lado— eres bastante fuerte.
— El ballet no es solo gracia y tutús — sonriéndole con burla— ¿Quieres ver quien resiste más tiempo?
— En la casa — imitando mi sonrisa— Veremos qué tan buena eres, a mí nadie me gana.
— Ya veremos Luca, ya veremos.
El sonido de sorpresa me hizo perder la concentración hacia el pelinegro frente a mí, Connor me sostuvo de la mano, alejándome de Luca.
— ¿Qué pasa?
Sin entender nada.
— Nunca lo llames por su nombre, el ultimo que lo hizo, terminó en el hospital con la nariz rota.
Observé tras de mí de reojo, viendo a Luca observar el piso con notoria frustración mientras apretaba los puños.
— Al diablo, Luca, te debo un trago por traerme, fue el trato ¿No es así?
Empujándolo hacia cualquier lugar, no sé donde están los tragos por aquí, pero al menos podría sacarlo.
— ¿Qué haces?
Preguntó cuando estuvimos lo suficientemente lejos del grupo como para no ser escuchados.
— Te salvo el culo, parecías incómodo.
— ¿Por qué lo hiciste?
— Algo está muy mal contigo.
— No es necesario que me lo digas.
Rodando los ojos.
— ¿Por qué todo el mundo se orina en los pantalones cuando pronuncian tu nombre? ¿Qué sucede realmente?
— Es una larga historia.
Viendo el lugar donde vendían el puto alcohol.
— Tenemos tiempo, te invito un trago.
Moviendo la bolsa de billetes en mi diestra.
— No quiero hablar sobre eso — incómodo— No es algo que me guste, no vuelvas a preguntar.
— Bien, lo entiendo, no tienes que decir nada— encogiéndome de hombros— Pero lo del trago va de todas maneras, me siento bien esta noche, quiero divertirme.
— Muy bien Virgen María, entonces déjame ser tu guía — tomando la cajetilla en su chaqueta, extendiendo un cigarrillo hacia mí— ¿Fumas?
— Podría hacerlo.
Tomando ese cigarrillo, dando una calada apenas puso el encendedor en la punta, comenzando a toser.
— Mierda — intentando no morir ahogada mientras él se reía— ¿Por qué a la gente le gusta esto?
— Porque es relajante, solo no lo respires de esa forma, y práctica. La práctica hace al maestro.
Eso suena coherente para mí, así que volví a intentarlo, tosí otra vez, pero el sabor amentolado que dejaba en mi boca me gustaba bastante, creo que me lo terminaría.
— Tengo una pelea ahora ¿Quieres ver algo que sí es increíble?
— Veamos de qué estás hecho.
Observándolo con superioridad.
— Te mostraré algo que sí vale la pena ver.
Comenzando a caminar hasta el área de peleas ¿Por qué no me sorprende?
— Ten esto.
Entregándome el contenido de sus bolsillos y la chaqueta.
— ¿Vas a pelear?
Recibiéndolas.
— Por supuesto, esto es lo mío, es mi área, los chicos te mostrarán las suyas más tarde.
Habló con el chico que los presentaría, en pocos minutos, ya había otro chico dispuesto a pelear contra él, Luca no le dio respiro, se puso en posición golpeando su barbilla con fuerza, destrozó el pómulo del contrario y este cayó, completamente destruido.
— El Diablo señores, acérquense y caminen directo al infierno.
Se acercó cauteloso hasta este con la bolsa de dinero, dudando en si entregársela o no.
— Pedazo de idiota ¿Por qué te demoras tanto?
Quitándosela de las manos, mirándolo mal, Luca tenía poco genio.
— Vaya... Sí que eres bueno.
Llegando a su lado impidiendo que se fuera en contra del temeroso hombre que dudaba si entregarle el dinero o no.
— Muévete.
Viendo al sujeto tras de mí.
— Vamos a beber, te dije que te debía unos tragos — empujándolo de forma amistosa— Vamos Diablo.
Alzó una ceja.
— ¿Ahora soy Diablo?
— ¿No que te molesta si te digo Luca?
El presentador ladeó la cabeza sin entender nada.
— Yo creí que era más intimidante — le susurró a su amigo— Pero lo domina una chica.
— Hasta ahí.
Luca me hizo a un lado, golpeando al chico hasta que su cuerpo dejó de moverse, intenté alejarlo, intenté, gritarle que lo soltara, pero simplemente él no quería soltarlo, al parecer, este era de la pandilla de Ángeles, porque los de su tipo se acercaron peligrosamente hacia nosotros.
Estamos fritos.
— Vámonos de aquí.
Asustada.
— Yo no escapo de una pelea — Limpiando la sangre de su labio— Corre si quieres.
— Como si pudiera hacerlo.
No había espacios libres para salir de aquí.
Apreté los puños, me temblaban las manos y no podía dejar que me vieran indefensa.
— Deja de lloriquear.
Parándose frente a mí, dándome la espalda.
— ¿Qué quieres que haga? ¿Qué me ría?
— Tonta. Quiero decir que yo te protegeré, así hacemos las cosas Los Diablos.
Me entregó su bolsa de dinero y comenzó a moler a golpes a todo quien se le acercara, preocupándose también de que nadie me tocara, cuando pensé que era literalmente nuestro fin, Connor, Jason, Carson, Ramona, Oren y otros más, llegaron como refuerzo, esto se estaba convirtiendo en una batalla campal, sangre, gritos, histeria colectiva, odio.
— ¿Qué joder haces aquí?
Travis estaba acuclillado a mi lado, Luca nos observó de reojo, sabía lo que pasaría si el resto se daba cuenta de que nos conocíamos.
— ¡Vete de aquí!
— ¿Qué?
Sorprendido.
— ¡Qué te vayas!
— ¿Estás loca? Tengo que sacarte de aquí, vamos.
Tirando de mi brazo.
— Perdóname. No puedo.
Patee su pecho, acercándome a Luca un poco más, que Travis entendiera que no podía moverme de aquí, no necesito más problemas.
— Buena decisión.
Medio sonrió el pelinegro, derribando al tipo frente a él.
— Necesito que me enseñes a pelear o me aplastarán la próxima vez que esto suceda.
Respirando rápidamente.
Todo esto era jodidamente irreal, luego todo se llenó de luces rojas y azules.
La policía.
— ¡No puedo manchar mi expediente! ¿Qué hacemos?
— No confíes en mí — dijo sujetando mi brazo— Pero ahora mismo, confía en mí, vamos.
Tomó mi mano, comenzando a correr a todo dar, empujando a quien se le acercara, íbamos directo a su motocicleta.
— Si se nos acerca alguien, patéalo con todas tus fuerzas — subiendo a su moto, llevando mis manos a su cintura— Y sujétate fuerte, sé que estás asustada, pero no te sueltes o yo mismo te mataré.
Lo abracé con fuerza, apretando las bolsas de dinero entre nuestros cuerpos, sintiendo mi cuerpo helarse del miedo mientras veía a la policía tras nosotros y un grupo de personas más.
— Iremos a tu casa primero para que vayas por tus cosas, luego a la nuestra.
Asentí.
Claramente no podía verme, pero no me sentía capaz de emitir palabras ahora, tenía la garganta apretada.
Me alegra no tener que patear a nadie para salir de aquí, definitivamente hoy fue un día terrible de principio a fin.
**
Llegué a casa, bajando de la motocicleta temblando como gelatina, le entregué las bolsas de dinero a Luca quien reía ante mi malestar, siguiéndome hasta el interior de la casa, entreteniéndose con el brownie y las cervezas mientras yo metía un par de cosas en un bolso, solo lo esencial para un par de días hasta que Blake se disculpara, porque... ella lo haría ¿Cierto?
Para cuando estuve lista, él estaba muy acomodado en el sofá, viendo el televisor, tan relajado y campante que no parecía que hace apenas un par de minutos la policía nos seguía.
— ¿Nos vamos?
Viéndolo como si estuviese loco.
— Esas son muy pocas cosas, creí que te mudarías con nosotros.
Apagando el televisor, caminando hasta mí.
— Es solo por unos días, hasta que Blake deje de comportarse como una idiota.
Se encogió de hombros.
— Te apuesto mi bolsa de dinero a que se arreglan en dos días como máximo, la vi llorando mientras competías.
Lanzando hacía mí, la bolsa de dinero que gané, metiéndola en el bolso.
— Solo vamos, estoy cansada — suspiré— Demasiadas emociones por un día, y no me interesa si tu querida Blake estaba llorando, espérala aquí si quieres consolarla.
Saliendo de la casa.
— Sí claro, como si eso fuera a funcionar — siguiéndome— Y yo también estoy muerto, estos idiotas de los Ángeles creen que pueden joderme y no es así — subiendo a su moto— Vamos ya, quiero dormir.
Esperó a que subiera tras de él, me entregó su bolsa de dinero, la cual metí en el bolso, y nos fuimos hasta la casa que compartían algunos integrantes de los diablos, Connor ya estaba ahí, Jason y Oren también, estaban limpiando el desastre que quedó antes que saliéramos.
— ¡Llegaron! Creí que algo les había pasado, estaban tardando un poco.
Connor se acercó, rodeando los hombros de ambos.
— Pasamos por mi casa por un par de cosas primero — sonreí— Gracias por dejar que me quede unos días, sinceramente no quiero regresar con Blake.
— Esta casa está para quien lo necesite, ahora ¿Quieres que te enseñe tu cuarto?
— Por favor.
Sonreí.
— Bien, vamos allá.
Le entregué la bolsa de dinero a Luca, y seguí a Connor por las escaleras, la ultima puerta a la izquierda sería mi cuarto por ahora.
— Bien, aquí puedes hacer lo que quieras, la llave está por dentro, asegúrate de cerrar la puerta cuando hagamos fiesta, no querrás que tengan sexo sobre la cama que duermes — sonrió— y bueno... has tenido un día pesado, no es necesario que limpies el desastre que armamos abajo, nos encargaremos de todo.
¿Remilgada? ¿Estirada? ¿Miro a la gente por sobre mi hombro? ¿Qué no puedo con esto?
Escuchar a Connor hablar me hizo recordar todas las cosas que Blake dijo sobre mí, le mostraría que tan poco me conocía, yo también sé divertirme.
— Connor... ¿No quieres darme la bienvenida de otra manera?
Desabrochando mi falda.
No tenía sexo hace un tiempo, y hoy se me apetecía un montón, necesitaba matar toda esta adrenalina que corre por mi cuerpo o no podría dormir por más que lo intentase.
— ¿Estás ebria? — abriendo mucho los ojos— Yo no toco a nadie si...
— No estoy ebria, estoy más que sobria, pasamos un buen susto ¿No quieres tener sexo? Quitándome la camiseta— Ayuda a una amiga en apuros, quiero dormir, pero me siento demasiado despierta para eso, necesito quemar energía.
— Bien, puedo ser un buen amigo en ese caso — cerrando la puerta tras de él, poniendo el seguro— ¿Te cuidas de alguna manera? Llevo preservativos encima.
Quitándose la chaqueta, acercándose a mí.
— Me cuido, pero úsalos de todas maneras.
Yendo hacia él, reclamando sus labios con furia, esto solo es placer carnal, Connor está muy bien físicamente, delicioso la verdad, buenos músculos, brazos fuertes, abdomen definido, su cabello verde le daba un toque personalizado a toda esa aura de chico malo lleno de tatuajes y magulladuras por peleas como la de hoy ¿Por qué no darse un gustito?
— Jessa — Maldita sea, era Luca tocando la puerta— Te quedaste con mi móvil. No lo perdiste ¿Cierto?
— Aah — gemí del gusto, golpeando a Connor por moverse gusto en ese momento— Estoy ocupada ahora, te lo entregaré después.
— ¿Qué tan ocupada puedes estar? Déjame entrar, no me interesa mirarte por si estás en ropa interior.
— Está ocupada hermano — Respondió Connor— Te la devuelvo en un rato.
— Oh mierda, sigan en lo suyo, no es urgente.
— ¡Bien!
Respondimos al unísono, cambiando de posición, a mi me gusta ir arriba.
— No eres tan estirada como aparentaste la primera vez que apareciste por aquí.
— Tengo un par de trucos bajo la manga que de seguro te gustarán.
Apoyando las manos en su pecho, levantando y bajando mis caderas buscando mi propia liberación, que no se le olvide quien usa a quien, yo puedo llegar al orgasmo solita, pero quería un poco de motivación.
Esto es divertido y excitante.
***
Cuando terminamos con lo nuestro, Connor se despidió actuando como si nada de esto hubiese sucedido y se metió en su cuarto, aprovechando el silencio en el exterior, tomé mi ropa, una toalla y me dirigí hasta el baño, tomando una ducha rápida para eliminar el sudor y resto de fluidos que pudo haber quedado por aquí por allá, al terminar, me puse la ropa interior, una camiseta que cubría hasta la mitad de mis muslos, negra, y cepillé mi cabello, dejando la toalla bien estirada para que se secara.
Regresé al cuarto, tomando asiento sobre la cama, buscando dentro de la cangurera el móvil de Luca, ahora debía adivinar cual era su cuarto, la mejor forma es tocar el más cercano y preguntar.
— ¿Quién es?
Oren, tenía el cuarto frente al mío.
— Jessa.
— ¡Pasa!
El pelinegro estaba sobre su cama, sin camiseta y en bóxer, viendo una película en el televisor.
— Quería preguntarte si sabes cual es el cuarto de Diablo, tengo su móvil.
Moviéndolo junto a mi rostro.
— Es el que está junto al tuyo, debe estar despierto.
— Gracias, nos vemos mañana — sonreí— que descanses.
— Descansa tú también guapa, nos vemos mañana.
Salí del cuarto cerrándole la puerta, cruzando el pasillo hasta la puerta que me indicó Oren, tocando tres veces.
— Quien.
Preguntó de mala gana.
— Jessa. Tengo tu móvil.
— Oh cierto.
Abrió la puerta, dejándome ver su rostro torso al descubierto.
— ¿Se te perdió algo?
Observándome con coquetería. Él sabía lo bueno que estaba.
— Tu móvil — entregándoselo— No recordaba tenerlo.
Quise mirar al interior, pero juntó aún más su puerta impidiéndome ver.
— ¿Necesitas algo más?
— De hecho, no, me iré a dormir ahora, gracias por lo de hoy.
— Los tragos quedan pendientes, y no olvides el trato de la comida.
Señalándome.
— No lo olvidaré, mañana te prepararé algo delicioso, ya lo verás.
— Trato hecho — medio sonriendo— Te llevo a las carreras entonces.
— Mientras me mantengas viva, te cocinaré lo que se te ocurra — dando un paso hacia el lado— Bien, nos vemos, tengo sueño.
Caminando hasta mi cuarto.
— Jessa.
— ¿Qué?
Tomó aire como si fuera a hablar.
— No es nada, que descanses.
Sin decir más, entró a su cuarto.
¿Qué habrá querido decir?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top