Capítulo 44

Ha pasado exactamente un mes desde que Luca, Oren y yo comenzamos a vivir juntos. Los días como parte de la pandilla de Los Diablos venía a mi mente seguido, turnándose con las compras, la limpieza, y el cuidado de la pequeña nueva integrante de nuestras vidas que, sin darnos cuenta, nos robó el corazón.

Hoy fue su primer día de clases aquí, y como la disfuncional familia que somos, los tres la llevamos, sacándole un montón de fotos para su álbum, y apenas saliera, Luca la llevaría al teatro para sus clases de baile, dónde yo la esperaría y la ayudaría a cambiarse para ingresar.

Digamos que nos hemos adaptado bien a la vida juntos, digamos que... comprobé que sigo enamorada de ese hombre que se ha comportado como todo un caballero, un padre amoroso y atento, no ha tenido arrebatos de ira, ya no necesita todo ese arsenal de medicinas, no pierde los papeles, ni me insulta cuando se molesta, él es literalmente otra persona, una persona con la que me gustaría pasar el resto de mi vida.

Uno no elige de quien se enamora, Luca y yo somos el mayor ejemplo de ello.

— Tomemos un descanso de cinco minutos.

Todas dejaron de hacer attitude con notorio cansancio, este paso era difícil, consistía en una posición sobre una pierna con la otra elevada detrás, con la rodilla doblada en ángulo de 90, y digamos que yo soy muy estricta con los ángulos y los arcos.

— Señorita Millet ¿Podemos preguntar sobre su tatuaje?

Señalando la calavera que cubría mi antebrazo.

— Representa a un grupo de amigos que tuve cuando era más joven — acariciando la tinta con Notoria nostalgia— eran prácticamente delincuentes — sonriendo— Pero buenas personas, siempre estuvieron para mí cuando los necesité.

— ¿Algo así como una pandilla?

— Sí, se puede decir que sí. Uno hace muchas locuras por inmadurez... y amor...

— Jessa, hay alguien esperándote abajo, dice que es urgente.

Miré el reloj, aún no es la hora para que Luca traiga a nuestra hija ¿Habrá salido antes?

— Cinco minutos de descanso con reloj, cuando termine, practiquen la coreografía, la revisaré apenas regrese y si hay un mínimo fallo, estarán en la sala de ejercicios hasta que las extremidades les revienten del cansancio.

Temblorosos, todos se juntaron en el centro del estudio para comenzar a practicar de inmediato, ellos saben que soy muy capaz de matarlos a ejercicios.

Ahora entendía a mi entrenador, era cruel... pero era el mejor.

Bajé los escalones de dos en dos sin molestarme en cubrir mi atuendo, estaba ocupada después de todo, debía apresurarme, pero para mi sorpresa, quien estaba afuera no era Luca ni Lucía, era Connor.

No sabía de él hace un mes, desde que me echó de su casa.

— ¿Qué quieres? Estoy ocupada.

Cruzándome de brazos frente a él.

— Jessa, acabo de regresar de mi viaje de trabajo — es verdad, iba con una maleta a la rastra— yo... no sé que estaba pensando cuando dije todo eso, estaba celoso de Luca, creí que sin él en el camino, tendría una oportunidad contigo, él no te merece, yo sí, soy mejor que él, soy más estable, viajo menos, por lo que nos veríamos más, soy la persona ideal para ti — tomando mi muñeca con fuerza, aplicando presión— Vuelve conmigo a la casa, Oren puede irse a la mierda, ese marica... — hablando de forma despectiva— Me cansé de fingir que somos amigos, me cansé de fingir que no te deseo — aplicando más presión— Vas a ser mía, fuiste mía primero, regresarás conmigo.

— Suéltame, estás enfermo joder — empujándolo— Lo digo en serio, si no me sueltas, llamaré a los guardias y te llevarán directo a la policía.

Su mano apretó mi trasero, pegándome a su cuerpo sin importarle cuanto esfuerzo ponía en apartarlo, esto era acoso, no podía permitirlo, pero me tenía tan bien sujeta que no podía hacer ningún movimiento para apartarlo.

— Eso no se le hace a una señorita ¿No escuchas que te está diciendo que no?

Tom apareció cómo mi salvador, apartando a su hijo con rapidez.

— No te metas en esto papá, es entre ella y yo, tenemos que hablar.

Dio un paso hacia mí, yo retrocedí dos.

Este Connor... no es el que yo conocía.

— La estás asustando ¿Qué no te das cuenta?

Acaricié mi muñeca, donde sus dedos quedaron fuertemente dibujados, tendría que dar muchas explicaciones más tarde por estas marcas.

— Tom yo... no reconozco a tu hijo.

— Yo tampoco cariño, créeme que yo tampoco.

— Este soy yo joder — empujando a su padre— estoy aburrido de fingir ser el hijo correcto, el bueno. A Luca le perdonas todo, siempre ¿Y ahora te atreves a mirarme así? ¿Qué mierda te crees?

Tom golpeó a su hijo con la palma extendida por su atrevimiento.

— Luca es honesto, él sabe que la caga y pide disculpas por ello, intenta enmendar sus errores, eso es lo que está haciendo con su familia — señalándome— pero tú... ¿Te das cuenta del daño que haces? Jessa te tiene miedo, la lastimaste, la echaste de casa sin preocuparte en dónde se quedaría sabiendo que tiene una hija, se supone que eran familia, tú quisiste ser el padrino de su bebé ¿Qué demonios te pasa?

Observándolo con decepción.

— Haría cualquier cosa para tener lo que tiene Luca — riendo con malicia— Sería el padre de esa mocosa — señalándome— si eso me permite meterme entre las piernas de Jessa.

Luca le cruzó el rostro de un puñetazo, llevándolo a perder el equilibrio y caer al piso.

— Jess, Lucía se durmió en el camino, llévala a su clase por favor, no tienes que seguir escuchando la mierda que sale de la boca de este idiota.

Respirando agitado.

— Yo... yo...

Nerviosa por la situación.

No sabía si hacía bien dejándolos solos.

— Me quedaré, no te preocupes hija, yo me quedaré.

Tom me tranquilizó.

Asentí caminando hasta el auto, tomé a Lucía y sus cosas, llevándome las llaves del auto conmigo, entrando con ella hacia el edificio, despertándola en el camino para llevarla a su clase, deseando que no haya escuchado nada de la conversación.

— ¡Oh no! Me dormí... no le dije a papá que le fuera bien con su entrenamiento... — fregando sus ojos— Bueno... se lo diré cuando salgamos de las clases.

Sonriéndome.

— ¿Cómo fue tu primer día de clases?

— ¡Divertido! Hice muchas amigas, Marta me invitó a su casa a jugar, su mamá habló con papá y el dijo que podía ir.

Y como mi pequeña salió igualita a su madre, habló y hablo y habló hasta entrar en su clase, donde siguió hablando con sus compañeritas y yo tuve que volver a mi clase a pesar de que estaba sumamente preocupada por lo que estaba sucediendo fuera del teatro, quería bajar más que nada, pero debía cumplir con mi obligación.

— ¡Haber esa rutina! — entrando a mi propia clase— Tienen dos oportunidades, de no salir bien, morirán a ejercicio el día de hoy, y recuerden que la próxima semana hay evaluación física, espero que estén respetando sus dietas.

Con dedicación, intentando enfocarme en ellos al ciento por ciento, corrigiendo sus posturas y siendo relativamente amable, lo hicieron bien, no hay necesidad de matarlos antes de tiempo, les daré tregua por hoy.

Lucía salió de su clase al mismo tiempo que yo terminaba la mía, nos dimos una ducha juntas y cambiamos nuestras ropas, sintiéndonos frescas y limpias, listas para salir. Teníamos toda la intención de ir por Luca al gimnasio, pero ni él ni Tom estaban.

— Hola, disculpa ¿Luca está por aquí?

Preguntándole al primer sujeto que se me cruzó.

— ¿Luca Landon?

— Sí, el mismo.

— Señor ¿Ha visto a mi papá?

Le dijo Lucía.

— ¿Papá? — sorprendido— Bueno señoritas... si buscan a Luca, él y Tom fueron llevados por la policía hace unas horas por desorden público...

Rascando su nuca con rostro de "Se veía venir".

— O... ya veo, muchas gracias.

— ¡Gracias!

Dijo Lucía, siguiéndome directo al auto.

— Mamá ¿Dónde está papá?

— Iremos a buscarlo ahora cielo.

Asegurando sus broches.

— ¿Y él está bien?

— Por supuesto, tu padre es increíble.

Era consciente de que me estaba tiritando una ceja en estos momentos, estaba muy enojada por la situación, pero por Lucía, debía disimular.

Llegué al cuartel de la policía lo más rápido posible, estacioné fuera y entré con mi hija, preguntando por esos dos en el mesón.

— Sí, ambos están aquí, llegaron con un tercero. Deben pagar una tarifa para poder salir.

— ¿Puedo hablar con ellos primero?

— Claro, pase por aquí, pero la niña no puede ir, es un poco...

La observé.

— Cariño, te quedarás con la oficial unos minutos ¿De acuerdo? Regreso enseguida.

— ¿Volverás rápido?

— De volada.

Asintió, tomando la mano de la mujer que la cuidaría mientras yo iba con esos dos, siguiendo al oficial directo a las celdas del ultimo pasillo.

Luca y Tom estaban esposados a la derecha, Connor hacia la izquierda, los más jóvenes seguían gritándose improperios, amenazándose de muerte en cada oportunidad que tenían.

— ¿Se puede saber por qué demonios están aquí? — viendo a Luca y Tom— Dijiste que te quedarías para que las cosas no fueran a mayores — viendo a este último— voy a buscar a Luca para ir a casa ¿Y qué crees? Me dicen que se los llevó la policía.

— Jess... yo... lo siento, sé que te mostré una mala faceta, yo cambié, te juro que cambié.

— No estoy enojada por eso — sonriéndole— ¿Cómo es que te atrapa la policía tan fácil? Recupera el ritmo Landon.

Me devolvió la sonrisa.

— Ay mierda... creí que nos iba a matar con la mirada, ya le salía fuego por la boca cuando entró.

— Iremos a casa a cenar, es tarde ¿Quieres comer con nosotros Tom?

Este observó a su hijo al otro lado de la celda.

— Gracias por el ofrecimiento, pero debo hablar algo muy importante con cierta persona.

Observé a Connor por primera vez.

— ¿No estás preocupada por mí ni un poco?

— Acércate a mí de nuevo y estarás en problemas, mucho menos te acerque a mi hija, o te aseguro que, en ese mismo momento, estarás muerto.

Sonrió sin gracia.

— Sí... sí... cómo digas. Casi me mata a golpes este maldito diablo cuando le dije que eras una zorra que se abre de piernas fácilmente-

— Vuelve a hablar así de ella y te romperé las piernas.

Tirando de las esposas con fuerza.

— Eh eh, guapo — llamando su atención— Luca, nos vamos a casa, deja de hacer escándalo. En estos cinco años, no me acosté con él ni una sola vez, habla porque tiene boca nada más, déjalo.

— No puedo tolerar que hable mal de ti, se hayan acostado o no, él debe respetarte.

Sonreí.

— Bien... creo que te amo más que ayer, cuando lleguemos a casa, dejaremos de dormir en piezas separadas, no más de esa mierda.

— ¿Lo dices en serio?

— Sí — sonriéndole— Se acabó el periodo de prueba, no puedo más.

Di media vuelta y regresé al mesón para pagar la fianza de Tom y Luca, saliendo con este ultimo directo al auto, nerviosa por la decisión que tomé de volver a dormir con él.

Ese día que Lucía nos pidió que durmiéramos los tres juntos, terminé negándome a su petición, intentando no mirar esa carita de desilusión, no me sentía preparada, pero ahora sí, las cosas eran muy diferentes ahora.

Estaba segura de que él me quería.

Estaba a un paso de ponerme el anillo.




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¡HOLA HOLA MIS AMORES! ESTAMOS MUY CERCA DEL FINAL, Y DEBO DECIR QUE CONNOR ME DECEPCIONÓ DE FORMA INCREIBLE, PERO AL MENOS PUEDO ASEGURARME DE QUE LAS INTENCIONES DE LUCA SON AUTENTICAS-

TOM TIENE RAZÓN, LUCA RECONOCE SUS ERRORES Y LOS ENMENDA, ESO LO DIFERENCIA DE SU HERMANASTRO.

NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO!

UN BESOTE PARA TODAAAAS

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