Llegando a casa, el camión de mudanza nos ayudó a bajar las cosas y bueno... teníamos un montón que ordenar, muebles que subir, ropa que doblar, mallas que colgar, repisas que armar, y joder... estuvimos literalmente todo el día en eso, pero los cuartos de ambas quedaron realmente bonitos gracias a la ayuda de todos, los de esta casa eran mucho más grandes que los cuartos que teníamos en Rusia, Lucía estaba encantada, tendría más espacio para practicar sus rutinas, quería que la inscribiera en clases de ballet lo antes posible para no perder el ritmo, dijo ella, le encanta bailar ¿Cómo no? Si sus primeros años los pasó en un estudio de baile, presentaciones, concursos y programas de televisión, ella nació para ser especial, es mi niñita preciosa después de todo.

— Estoy agotada.

Dejándome caer en el sofá luego de tomar un baño con Lucía.

— Yo también — suspiró— Teníamos muchas cosas que ordenar mami.

— ¿Qué dicen si vamos por unos helados? Para que se familiaricen con las calles.

Propuso Connor.

— ¡Sí! ¡Helado! — celebró la pequeña— Hace mucho calor aquí.

Estamos en medio del verano después de todo, estaba muy caluroso.

— Yo también quiero un helado, podríamos ir a pasear al parque.

— ¡Me pondré un vestido! ¡Ya vengo!

Emocionada, subió las escaleras, cuidadosa, directo a su cuarto, en casa, siempre que no salíamos, vestíamos pijama ¿Para qué vestirse?

— Yo también me cambiaré de ropa, ya regreso, Oren ¿Vas con nosotros?

Todo lo que recibí fue un ronquido de su parte, estaba completamente frito en el sofá, todos estábamos cansados, pero como dicen, los niños jamás gastan sus baterías por completo, así que aquí vamos.

— Te espero aquí.

Respondió Connor sonriente.

— No tardamos.

Subí los escalones de dos en dos, entrando al cuarto. Si algo aprendí de todo esto de ser mamá, es que los vestidos son peligrosos, nunca sabes cuándo una ráfaga de viento puede venir, y si tienes un bebé en brazos, y si bolso colgado en el otro, ni en un millón de años podrás evitar que se te vean las bragas, así que hace mucho que no uso ese tipo de prendas, y como el día estaba lo bastante caluroso, me decidí por un ligero enterito negro, con girasoles estampados en él, unas zapatillas blancas, lentes de sol, un poco de labial rojo para no parecer muerta, y listo.

Saliendo del cuarto, me encontré con mi pequeña, iba vestida con una camiseta amarilla, una jardinera negra, y zapatillas blancas, también llevaba sus lentes de sol bien puestos sobre su cabeza.

Cosas que aprendí siendo mamá parte dos: deja conjuntos de ropa colgados en su closet, así, tomar la decisión de que ponerse será independiente y se verá preciosa se ponga lo que se ponga.

No más look de payaso. Ya me pasó.

— ¿Lista?

— ¡Lista!

Cargándola en mis brazos, bajamos los escalones rápidamente, encontrándonos con Connor quien ya nos esperaba con la puerta abierta, tan guapo como siempre.

Ya no llevaba el cabello verde, ahora lo tenía de su color natural, castaño claro, y ni les cuento como se ve en sus trajes para ir a la oficina, se ve... muy guapo la verdad.

¿Cómo no lo vi antes? Él es un muy buen partido.

— Princesa ¿Quieres ir sobre mis hombros? Los brazos de tu mami se cansarán.

— ¡Sí!

Entregándole a la niña, pasó cada una de sus piernas por los hombros, sujetándola bien de las piernas para que no se cayera, mientras ella iba bien sujeta de su cabello sin llegar a jalar de él, digamos que más bien lo hacía por precaución.

Mi hija era muy inteligente.

— Jess, habrá una feria del libro muy importante en Los Ángeles, estará tu autora favorita ahí, Megan Maxwell, quería preguntarte si tú y Lucía querrían acompañarme, iré por trabajo, pero puedo llevar acompañantes, y el cuarto de hotel donde me hospedaré tiene dos habitaciones, cómo están de vacaciones...

— ¡Quiero ir! Claro que quiero ir, amo como escribe esa mujer ¡Es una diosa! Crea orgasmos con los dedos y oye que lesbiana no es — emocionada— Quiero ir, quiero ir, quiero ir.

Connor carcajeó.

— Lucía, tienes una mamá muy loca ¿Te lo han dicho?

Ella rio con él.

— La tía Katherina me lo decía muy seguido tío, pero yo también quiero ir, me gustan los libros, mamá me lee uno cada noche antes de dormir.

— Entonces iremos los tres juntos, podremos comprar libros que aún no salen a la venta para tu biblioteca personal ¿Qué dices?

— ¡Sí! Mi mami dice que siempre hay espacio para un libro más, y que los libros nos llevan a los viajes más maravillosos, para conocer seres que se ocultan de la vista humana, como hadas, unicornios, santa Claus...

Enumeró la pequeña, emocionada por el viaje que no sabíamos cuando sería, pero ya estábamos deseando comenzar.

Una nueva aventura.

— ¿Desde cuanto a tu mamá le gustan tanto los libros? Antes pasaba el día completo escuchando música y creando piezas musicales para sus presentaciones.

— Me gustan desde que me enteré de que cierta persona comenzó a trabajar en una editorial, debo tener tema de conversación ¿No crees? Además, yo nunca dije que no me gustaban, sólo que ahora me hago el tiempo para ir de vacaciones a través de los libros.

— Un libro es el sueño de alguien, es meses o años de duro trabajo, investigación, sucesos dolorosos, risas, bloqueos, y luego está el vacío existencial cuando ya está terminado y debes despedirte del mundo utópico que creaste, también es el lazo que creas con las personas que te están leyendo, que te apoyan, un libro es... es maravilloso todo el proceso de producción, desde que escribes la primera palabra, hasta que llega a manos del lector, no me arrepiento del trabajo que elegí, yo elegí cumplir sueños.

Dicho de esta manera, a mí me convence completamente de estudiar lo mismo que él, está cumpliendo su sueño, que es cumplir los sueños de otras personas, se le ve feliz, y con eso también lo soy yo.

— Me gusta escuchar como hablas de esa manera tan apasionada, me gusta como te ves con una sonrisa.

Se sonrojó.

— Tú también estás muy bonita, hace un tiempo que no te veía.

— ¿Y yo tío? ¿Yo también estoy bonita?

Nos observamos, y estallamos en carcajadas, al parecer, ambos olvidamos la presencia de mi pudín.

Pudín, ese es el apodo que le dio Oren a Lucía, después de todo, era el antojo que más tenía durante los largos meses, un piso del refrigerador repleto de pudín de caramelo y vainilla... delicioso...

— Tú también eres muy bonita tesoro, eres preciosa, la niña más preciosa que he visto en mi vida.

— Tú también eres bonito tío, pero no como el general Li Chang, Mulán es muy afortunada.

Hizo una mueca.

Después de todo, Oren y Connor si le pusieron mil veces la película de Mulán, es su película favorita.

— ¿Qué sabes tú de quien es afortunada? Eres una niña — tocando su pecho dolido— Crecen tan rápido...

— Dímelo a mí — enternecida— Apenas ayer lloraba para que le diera leche de mami, y ahora toma leche de un cartón.

— ¡Cómo el tío Oren!

La niña se sentía orgullosa de hacer cosas como los adultos, insisto, crece tan rápido... está por cumplir los cinco y hace muchas cosas sola, me siento inútil.

— ¡Ahí está la heladería! — señaló Connor— Hay un helado nuevo que me gustaría probar, es de galleta oreo, pero tiene M&M pequeños por todas partes, dicen que es repugnantemente delicioso.

— Eso suena muy rico... yo también quiero uno de esos.

Lucía era fanática de los helados, todo lo que veía ahora era la heladería frente a la calle, estaba a dos pasos de babear sobre el pelo de Connor.

— Es algo que yo también probaría — colgándome del brazo de Connor— me gustan las cosas de chocolate.

Quitó su brazo, y rodeó mis hombros en su lugar, quien nos viera, pensaría que realmente somos una familia, pero lamentablemente ninguno jamás ha cruzado el umbral de amigos... bueno, sólo una vez, cuando nos conocimos.

Sonrientes, entramos a la heladería, había varias mesas ya ocupadas, Connor bajó a la niña al piso y nos pidió tomar asiento mientras él pedía los helados, así lo hicimos, tomamos asiento y comenzamos a platicar sobre lo bonitas que son las mesas y los asientos, todo en colores pastel, las sillas eran conos vacíos, la mesa era un helado derritiéndose, las paredes parecían tener colgadas miles de paletas de todos los sabores posibles, este lugar no estaba por aquí antes, debe ser nuevo, está muy bonito.

— Mami... ese es mi papá.

Dejé de sonreír en segundos, viendo a Lucía bajar de su silla, yendo directo donde Luca se encontraba, me asusté tanto, que se me retorció el estómago, dándome nauseas.

— Hola señor.

Plantándose frente a él.

— Hola niña ¿Dónde están tus padres?

Extrañado.

Estaba compartiendo una copa con una chica, yo no fui capaz de mover un solo musculo, estaba muy asustada, no me sentía preparada para verlo aún.

— Mi mamá no creo que quiera verte en estos momentos, ella te odia ¿Lo sabías?

Él ladeó la cabeza notoriamente confundido.

— Oye, creo que no deberías estar aquí sola, vete a jugar a otra parte.

Le dijo de mala gana la mujer que iba con él.

¿Qué demonios se cree?

— ¿Tus padres están por aquí? ¿Quieres que te ayude a buscarlos?

Viendo en todas direcciones, buscando quizá alguien que buscara a su hija, antes de que pudiera observarme, levanté la carta, cubriendo mi rostro.

— Mi mamá llora siempre que te ve en televisión, ella cree que yo no la veo, pero debo cuidar a mami ¿No crees?

— ¿Tú mamá... me conoce?

— Aquí están los helados, tienen una pinta maravillosa.

Llegó Connor a nuestra mesa, cambiando su semblante apenas ve mi expresión de horror.

— Lucía... ella fue con Luca... ella está hablando con él...

— Mierda...

Respondió notoriamente preocupado.

— Yo me ocupo, sal tú por la otra puerta, no tienes por qué hablar con él.

Asentí, poniéndome de pie yendo hacia la puerta al otro extremo, quedándome lo suficientemente cerca para escuchar qué le decía.

— Lucía ¿Qué haces aquí? No tienes que hablar con desconocidos.

Acercándose a la niña, fingiendo no ver a Luca y compañía.

— Connor ¿Es tu hija?

Dijo el pelinegro completamente perplejo.

— Así es — guiñándole un ojo a mi pequeña, quien rió, lo entendió todo— Mami nos espera, se derretirán nuestros helados.

— Sólo le decía al señor — viendo a Luca— Que mi mami lo odia, pero creo que él ya lo sabe, no parecía muy sorprendido.

— Su mamá... — levantándose— ¿Su mamá es Jessa? ¿Tu madre se llama Jessa niña? ¿Él es tu papá?

Señalando a Connor.

— Así es — tomando la mano de Connor— Mami nos espera, así que debemos irnos, mami no debe querer estar cerca de usted.

Al ver que Luca hizo el ademán de voltearse, salí rápidamente de la heladería, con mi corazón latiendo a mil por hora.

— Eso estuvo cerca.

Apoyándome en la pared más cercana para recuperar el aliento, no me di cuenta de que no estaba respirando hasta que mis pulmones protestaron por un poco de oxígeno, cinco minutos después, Lucía y Connor aparecieron en mi visual, este último entregándome un helado.

— Lucía, no puedes hablar con extraños — la regañé— ese señor no es tu papá, aunque te lo encuentres, no puedes hablar con él.

— Yo solo quería verlo de cerca... lo siento... — apenada— esa chica era fea, dijo que era su novia, y no le gustan los niños, me dijo cosas feas.

Apreté los puños.

— Si llegas a encontrarte con una mala persona otra vez, le pateas la canilla, luego me llamas a mí para terminar el trabajo, nadie mira feo a mi niña.

Tomó mi mano un poco más relajada.

— ¿Vamos al parque a comer el helado?

Señalando la calle de enfrente.

— Es un buen plan, necesito recuperar el aire, gracias por ayudarme Connor.

— ¿Para qué están los amigos?

Colocándose a mi lado, rodeó mi cintura con su mano, cruzando la calle todos juntos, buscando un buen lugar bajo un árbol para disfrutar del verano sin asarnos.

No pensé que Luca estuviera en la ciudad, la ultima vez que lo vi en televisión, estaba en México ¿Hace cuanto tiempo fue eso? ¿Será actual?

Mierda...

Espero no volver a encontrármelo.

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HOLA MIS AMORES, TRAJE UN CAPITULO EL DÍA DE HOY A MODO DE DEDICATORIA PARA sara21sy HOY ESTÁ DE CUMPLEAÑOS Y ESTE ES MI REGALO PARA ELLA.

¡QUE CUMPLAS MUCHOS MÁS CORAZÓN! ESPERO TE GUSTE ESTE NUEVO CAPITULO.

APARECIÓ UN LUCAS SALVAJE EN EL NUEVO CAPITULO, Y LUCÍA QUE ES IGUAL DE OSADA QUE SU MAMÁ, LLEGA Y SE ACERCAAAA, AAAAAAAH

CONNOR BEBÉ, TE AMO.