Capítulo 30

El ambiente estaba tan tenso que podía cortarse con un cuchillo. Luca no estaba diciendo nada, no se movía, no pestañeaba, no me gritaba, absolutamente nada, odio eso, odio cuando se queda callado porque no sé que es lo que está pensando.

— Oye Luca... di algo...

Dando un paso hacia él.

— Luca... hermano — Connor se acercó— es tuyo ¿La escuchaste? Es tu hijo el que está creciendo dentro de Jess.

— Voy a ser abuelo... vaya...

Tom se acomodó el cabello tal y como he visto a los chicos hacer cientos de veces, ya veo de donde sacaron el gesto.

Él al menos parecía feliz.

— Oye...

Tocando su brazo para que me prestara atención, hasta ahora no bajó la mirada para verme ni una sola vez, pero ahora su mirada me atravesaba como dagas, observándome con resentimiento, odio...

— Luca...

— ¿Me estás jodiendo cierto?

— Tengo nueve semanas, las cumplí hoy — tocando mi vientre— yo sé que tenemos planes, pero podemos incluir a un niño en ellos, no afectará en nada, además...

— ¿Yo siendo papá? — comenzó a reír con sarcasmo, dando vueltas por la habitación— Esa mierda no es mi hijo — señalando mi vientre— Nosotros teníamos planes y esa cosa no está incluida, abórtalo.

Abrí mucho los ojos, cubriendo mi vientre con ambas manos ¿Cómo podía decirlo de esa forma tan fría?

— ¿De qué estás hablando? Luca, yo no pienso deshacerme de él, esto es lo que pasa cuando tienes sexo, y nosotros tenemos mucho de eso, tenemos que hacernos cargo.

— ¡Yo no quiero un maldito crío! — gritó, asustándome— Te conté mi historia joder, te conté la mierda de vida que tuve ¿Crees que quiero tener un maldito mocoso? ¿Crees que tengo el tiempo y las ganas de cuidar a alguien además de mí? Ya contigo tengo suficiente, no pienso desgastarme por un mocoso que solo sabe llorar y cagar, deshazte de él.

— ¡No lo voy a hacer! Si no lo quieres, bien, pero yo no lo voy a abortar, si hubieras estado en la primera ecografía, si escucharas su corazón... quizá... quizá...

A estas alturas estaba llorando ¿Cómo podía ser tan cruel? Está diciendo que incluso yo soy una molestia en su vida ¿Cómo puede ser tan mierda? Yo no lo recordaba así, hace mucho que él no era Luca, ahora solo veo a... a Diablo.

— ¿El problema es el dinero? Eso lo podemos solucionar ahora mismo.

Tomó su móvil, tecleó un par de veces y entonces mi móvil sonó, revisé qué cosa había enviado, eran millones y millones ¿Qué joder cree que está haciendo?

— Busca una maldita clínica, y borra a ese maldito error de nuestras vidas — tomando los bolsos que estaban en un rincón del cuarto— ¿Y sabes qué? No tengo ganas de verte la cara en estos momentos, eres una maldita perra traicionera, sé que, si ese error naciera, me dejarás por él, me abandonarás, y yo no pienso estar ahí cuando eso suceda — comenzando a caminar— es por eso que sólo me buscaba zorras y terminaba con ellas antes de que se enamoraran — viéndome con odio— es por eso que yo siempre estoy sólo ¿Cómo pude llegar a creer que mis amigos y mi novia no me traicionarían? Váyanse todos a la mierda. Yo ya terminé contigo Jessa.

Abrió la puerta, salió y cerró con fuerza, dejando un maldito silencio incómodo en la sala, nadie hablaba, nadie se movía, nadie respiraba.

Todo hubiese seguido igual si mis piernas no me hubiesen traicionado, terminando de rodillas en el piso, observando un punto fijo delante de mí ¿Acaban de terminarme?

— Él me dejó...

Susurré más para mí que para las personas a mi alrededor, aún no me convencía de ello.

— Luca me dejó...

¿Cómo joder pasó esto?

— Creí que él había cambiado, creí que estaría feliz... pero sólo me dijo crueles palabras y se marchó...

— Cariño, no tienes buena cara, vamos a la cocina — Tom y Connor me ayudar a ponerme de pie— un vaso de agua con azúcar te ayudará.

— Señor Tom... lo siento... arruiné su cena...

— No importa eso cariño, tú y el bebé son todo lo que me preocupa ahora.

Llevándome hasta la cocina, me senté en uno de los taburetes, recibiendo el vaso con agua que Connor me ofreció.

— Jessa, sé que se arrepentirá, no es idiota, no te dejará por esto. Sé que volverá a la casa y te pedirá perdón por todo lo que dijo.

— ¿Y si no lo hace?

Levantando la cabeza para poder verle.

Era un mar de lágrimas en estos momentos.

— Pues si no lo hace, es un bastardo hijo de puta, perdió a su mejor oportunidad de ser feliz, si él no llama y no regresa hoy, pues nos gastamos todo el dinero en el bebé, en vez de abortar, compraremos ropa bonita, pagaremos las consultas para el doctor, podemos comprar un coche costoso y con cincuenta sillas como el de las viejas pijas — viendo el lado bueno del asunto ¿Cómo lo hacía? — Gastaremos el dinero en el bebé de todas maneras, es una muy buena idea.

— Estaba nerviosa en cómo decirle del embarazo, pero jamás imaginé que él se pusiera así, yo creí que se alegraría.

Dando otro sorbo al agua con azúcar.

Me temblaban las manos, aún no podía dejar de llorar.

— Él se lo pierde querida, no lo necesitamos, nos tienes a nosotros, nunca nos vas a perder, además, Oren y yo somos los padrinos de este bebé — posando su mano sobre mi vientre— Nos aseguraremos de que nunca les falte nada.

Apoyó su mentón sobre mi cabeza y me dejó llorar todo lo que quise en su pecho, mientras Tom, me susurraba por el otro lado que hablaría con Luca, lo haría entrar en razón y le exigiría que se disculpara conmigo.

¿De qué servía que si él realmente no lo sentía?

Supongo que no habrá más un nosotros.

Se acabó.

Cerca de la media noche nos marchamos de casa de Tom, cené con ellos de todas maneras a pesar de no tener hambre, ya no debía de pensar sólo en mí, debía cuidar de este bebé, no volveré a exponerlo al peligro, tampoco a personas que no lo quieren, si luca no lo quería, él se lo perdería, pero yo no renunciaría.

Entré a nuestra casa agotada física y mentalmente, dejé las llaves del auto colgadas en la pared y me senté en el sofá, donde Oren estaba.

— Ya lo sé todo preciosa — rodeando mis hombros con su brazo— Lo siento mucho...

— No seré la primera madre soltera del mundo...

Dándome ánimos yo sola.

— Debo decirte algo.

— ¿Qué pasó? — incorporándome para poder verle— Nada me sorprendería en estos momentos.

— Luca vino hace unas horas con un camión de mudanza — viéndome con tristeza— Se llevó todo lo que tenía en su cuarto, dijo que... no volvería. Tomó un trabajo fuera de la ciudad, aceptó el trato de los patrocinadores, así que... se marchó.

Fue la segunda vez en el día que el alma se me caía a los pies.

— Bien, sí para él es tan fácil desligarse de todo, no lloraré más, le hará mal a mi hijo — acariciando mi vientre— Luca Ross está muerto para mí.

— Ven aquí nena — Oren me abrazó— No lo necesitamos.

— Después de todo... él no cambió, sigue siendo el mismo y despiadado Diablo.

Concluyó Connor, sentándose a mi otro lado, abrazándome.

— Mejor veamos una película, es mi último día aquí.

Tomando las palomitas frente a mí, metiendo unas cuantas a mi boca.

— Va a salir todo bien, ya verás.

Me animaron ambos.

Rezaría para que así fuera, estoy cansada de las decepciones. Luca cree que es el único que a sufrido, pero a mí me han abandonado muchas veces también.

Y cometí el grave error de creer que a él siempre lo tendría conmigo, creí que él no me abandonaría, pero... me equivoqué.

***

Al día siguiente, Connor y Oren dejaron de lado sus estudios para llevarme al aeropuerto.

Yo creí que ambos vivían la vida loca cuando los conocí, pero resulta que Connor va en cuarto año de literatura inglesa, y Oren en cuarto año de psiquiatría, ambos están por graduarse y son tan buenos estudiantes que ganaron una beca completa, próximamente serán exitosos profesionales.

Me costó mucho despedirme de ellos. Cuando los conocí, creí que serían el peor error de mi vida, pero han sido los únicos que me han apoyado siempre, me han cuidado, me han respetado, y han resistido cada uno de mis arrebatos, y al enterarse de que pronto sería mamá... eso no los detuvo, siguen aquí, felices y contentos de ser los padrinos del niño o la niña que viene en camino para alborotar mi vida.

Sé que un cambio de aire me hará bien, ir a Rusia, a San Petersburgo específicamente, puede ser lo mejor que me haya pasado en la vida, lejos de casa, lejos de la rutina, lejos de todo lo que me recordara a Luca, todo lo que me quedaba ahora es un par de camisetas suyas que uso para dormir, y su sucio dinero en mi cuenta corriente.

el cual obviamente usaría, y disfrutaría.

Desde hoy, sería otra Jessa, mi meta era simplemente ser una de las mejores bailarinas, y ahora mi plan tendrá un par de pequeños baches que me motivarán a ser la mejor. Sería la mejor con o sin hijos de por medio.

Ya lo verán.



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¡HOLA MIS AMORES BELLOS! ESPERO QUE DISFRUTEN ESTE NUEVO CAPITULO Y LLOREN CONMIGO :c 

LO PROMETIDO ES DEUDA, VOLVERÉ CON MÁS FRECUENCIA POR AQUÍ.

UN BESOTEEE

LAS AMOOO

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