Capítulo 29

Siguiendo las reglas de mi doctor, seguí con mis actividades normales, cuidándome de no hacer ciertas posturas que podrían hacerme abortar en el peor de los casos, y bueno... no queríamos el peor de los casos, quería cuidar del bebé, no sería como mis padres, le diría todo el tiempo lo mucho que lo amo, lo apoyaría y no dejaría que cayera en la frustración por la presión excesiva de sus padres, no quiero que este bebé sufra lo mismo que yo sufrí.

Vamos a ser felices, sé que sí.

Me esforzaría por ello.

— Hola mamacita — Oren me recibió, quitándome las bolsas de las compras— ¿Qué demonios crees que haces? No puedes cargar cosas pesadas, lo dijo el doctor.

Entrando a la casa a duras penas con todas las bolsas entre las manos.

— Tú sí que eres dura de cabeza — Sam me golpeó en la cabeza— Siempre te he dicho que puedes tomar el auto para hacer tus cosas, siempre está en casa después de todo.

— Es que pasé justo después de las clases, me vine en taxi.

— Gastando dinero por gastar — Ahora Connor ¿En serio? Todos me estaban regañando hoy— Podrías habernos llamado, podríamos haber hecho las compras nosotros.

— Pero es mi semana, me corresponde a mí. Hace tiempo que no hacía yo las compras.

— ¿Te sentiste cómoda tú sola en el supermercado?

Preguntó Oren con preocupación.

— Sí, la verdad es que ya me acostumbré a estar rodeada de personas. Y esto es gracias a que todos ustedes me ayudaron con las terapias.

— Y este bebé precioso de aquí también te da más fuerzas, a que sí.

Connor se acercó, acariciando mi vientre.

— Tonto — reí— Aún no puedes sentir nada, ni siquiera yo lo siento aún, tengo muy poco tiempo.

— ¿A las cuantas semanas puedes sentir al bebé?

— Si es el primer embarazo, alrededor las veinte semanas, así que aún queda mucho tiempo por esperar, pero dicen que desde la semana dieciséis ya podría comenzar a sentirse.

— Vaya... alguien ha estado investigando.

Oren codeó mi costado, observándome con picardía.

— Sí... bueno... desde que tomé la decisión de tener al bebé, me da mucha ilusión. Esperaré un tiempo para comenzar a comprar sus cosas, lo haré cuando regrese de mi viaje.

— Cuando regreses, probablemente ya se te notará el embarazo — protestó Oren— Quiero una foto de cada mes ¿Oíste? Haremos un bonito álbum de fotos, quiero muchas fotos.

— Ya me hiciste una del primer mes.

Protestando.

— Y el domingo, cuando llegue Luca, haremos la del segundo mes, ya sabes, he estado investigando y los primeros meses se cuentan con cinco semanas, no cuatro. Y como no estarás para la semana diez, no creo que sea muy diferente si lo hacemos en la semana nueve.

— Vaya... alguien también investigó Oren.

Burlándome de él.

— Si seré el padrino, debo estar al tanto de todo lo que le sucede a mi ahijado ¿No crees?

— ¿Puede tener más de un padrino cierto? Yo también quiero ser padrino.

Connor se ofreció.

— Si ustedes quieren, yo no les diré que no, además, sé que mi hijo o hija los querrá mucho, después de todo, viviremos en la misma casa.

— Hablando de eso, las fiestas las trasladamos a otro lugar, las mamás deben estar tranquilas y a los bebés no los hace muy felices el ruido.

— Chicos... yo puedo adaptarme, después de todo, tengo pensado ir a las fiestas y al pacto de la calavera.

— Ya está decidido, las fiestas son en casa de Travis ahora, vive solo y ama las multitudes, así que todo bien.

— Está bien — suspirando— pero no pienso quedarme fuera hasta que la panza me impida disfrutar de las salidas.

— Trato hecho.

Respondieron al unísono mientras Sam se comía todo lo que encontraba en la cocina.

— Iré a tomar un baño ahora, dentro de poco tenemos que ir a casa de tu padre Connor, Luca estará esperando haya.

— Mi hermano — sonriendo— No me sorprendió lo de la adopción, ya era hora de que ese animal cediera, papá se lo ha pedido muchas veces y por fin aceptó. Dijo que fue porque tú le diste permiso a Diablo.

— Yo no le di permiso — riendo— Sólo le dije que era una buena idea.

— Y eso para él era tu autorización.

— Sigo sin entender por qué él querría mi autorización.

— Porque te ama, y quiere que estés bien con las decisiones que toma.

Suspiré.

— Luca es todo un tema, en ocasiones, se comporta como un niño, pero aun así... — sonriente— Lo amo.

— Bien tórtola, ve a arreglarte, ya podrás ver a tu enamorado — empujándome hacia las escaleras— Dios... no sé qué será de ustedes cuando deban estar dos meses separados, si una semana fue un calvario para ambos.

— Podremos hacerlo, tenemos que poder — subiendo los escalones aún con Connor empujándome desde atrás— dos meses pasarán muy rápido.

— Así es, y tú tranquila, que estaremos recordándole a ese idiota lo mucho que su Jessa lo ama y lo debe estar extrañando.

Parando frente a mi cuarto.

— Podemos con esto, tú no te preocupes — sonriente— Les enviaré dinero seguido para que me compren un par de cosas para el bebé. Quiero llenar mi cuarto de cosas para él.

— Ni se te ocurra hacer esa estupidez, porque es nuestra tarea como padrinos comprar las primeras cosas del bebé.

— ¿Y dónde están esas reglas?

— Junto con la regla que dice que te haremos un baby shower para revelar el sexo del bebé.

Dijo Oren pasando a nuestro lado.

— Ok... ok, hagan lo que quieran, nos pondremos de acuerdo ¿Sí? Serán sólo dos meses.

— Será divertido. La distancia me hará desear ver tu panza cuando regreses.

Oren besó mi vientre y se metió en su cuarto.

— Ve a cambiarte o no llegaremos a tiempo para cenar, se supone que debimos llegar hace treinta minutos, pero tú estabas en el supermercado.

— Mierda... olvidé la hora — golpeándome en el rostro con la palma extendida— me bañaré rápido y saldremos.

— Está helando, así que abrígate un poco, no quiero que te resfríes.

— ¡Sí papá!

Dándole la espalda, entrando al cuarto.

— Me vestiré mientras.

Y aprovechando que se había marchado, tomé ropa rápidamente y corrí al baño, duchándome a la velocidad de la luz, ya no tenía tiempo de secarlo, así que sólo me maquillaría ligeramente, me metería dentro de unos jeans azules ajustados, unas vans, mi camiseta negra de tiras y una camisa negra y blanca a cuadros encima, estaba lista.

Tomé mi bolso que ya tenía todo lo que pudiera necesitar y corriendo, bajé las escaleras para tomar a un arreglado Connor y arrastrarlo hacia el auto de Sam, el cual amablemente nos prestó, entonces nos marchamos.

— ¿Estás nerviosa?

Manteniendo la mirada fija en la calle, escuchando música a un nivel moderado para poder mantener una conversación.

— Muy nerviosa. No todos los días le dices a tu novio que estás embarazada.

— Lo tomará bien, Luca ha cambiado, es mucho más humano estos días, dudo mucho que haga una escena por lo sucedido, es más, creo que se alegrará porque creerá que, de esta forma, estarán juntos para siempre. El bebé será su garantía de que jamás lo dejarás.

— ¿Él te ha contado algo sobre eso?

— Constantemente dice que tiene miedo de que te des cuenta de que mereces algo mejor y lo dejes, así que creo que esto lo tranquilizará.

— Bueno... no está en mis planes dejarlo, menos ahora.

— Díselo cuando llegue el momento.

Acarició mi brazo para tranquilizarme, y seguimos el recorrido directo a casa de Tom, su padre.

Llegado a la casa, una pintoresca vivienda rodeada de plantas, pasto y árboles, la fachada estaba pintada de blanco, era tan preciosa que... sin sonar despectiva, no parecía nada la casa de un entrenador de boxeo.

— Vamos, papá y Luca deben estar esperando.

Tomé una larga respiración y reuniendo coraje, seguí a Connor hasta la casa, tocó tres veces la puerta, siendo recibidos por un sonriente Luca que me rodeó con sus brazos fuertemente.

— Te extrañe...

Dijo con sus labios pegados a mi oído.

Mi yo interno gimió del gusto, gritando: ¡Ay papiiiii! Mientras tenía el mejor de los orgasmos.

Sin duda, su voz grave, en susurro, y sus labios rozando mi oreja eran una combinación que me ponían cardiaca.

— Yo también te extrañé... Luca.

Rodeando su cuello con mis brazos, pegándome a su cuerpo.

— ¿Qué sucede? Te oyes extraña.

Connor me observó por un par de segundos, asintió, dándome apoyo moral y entró en la casa.

— Tengo que hablar contigo algo muy importante, demasiado importante, y eso me tiene de los nervios, me ha tenido de los nervios toda la semana.

— ¿Qué es eso? ¿Tú estás bien? Te pusiste pálida de pronto.

— Te lo diré cuando termine la cena con tu padre, es nuestra última noche juntos y quiero aprovecharla a concho antes de soltar la bomba.

— ¿Por qué suena a que es algo malo?

Preocupado.

— Ya verás cuando te enteres galán — palmeando su hombro— Tienes que estar sentado para eso.

Pasando por su lado, caminando hasta el interior de la casa, no me sentía con la suficiente confianza de contarle todo ahora, necesitaba más preparación mental.

— ¿Qué es? — siguiéndome— ¿Te quedarás más tiempo en Rusia? ¿Es eso?

— No es eso guapo.

Caminando derecho hasta llegar a la sala.

— Entonces ¿Qué es? ¿Rompiste algo de mi cuarto y temes que me moleste? No importa, todo es reemplazable, no te preocupes por eso.

— Tampoco es eso, tranquilo, te lo diré más tarde —Acercándome a Tom— Entrenador ¿Cómo está?

— Llámame Tom cariño, eres parte de la familia ahora.

Abrazándome a modo de saludo.

— Me sienta bien estar rodeada de chicos Landon, pero que bello apellido suegro.

Haciendo reír al hombre.

— Jess, necesito saber, sabes que no me gusta esperar y me estás preocupando.

Luca interrumpió el momento, parándose frente a mí.

Serio.

— Estoy bien, en serio, pero no creo que sea el momento.

— ¿Qué sucede?

Tom parecía preocupado.

— Eso quiero saber yo.

Luca no desistiría.

— Jess... creo que no hay escapatoria, es hora.

Me animó Connor.

— Te metiste con Connor. ¿Es eso?

Observándome asqueado. Su rostro poco a poco comenzó a tornarse rojo de la furia.

— ¡No es eso! Tonto. No es eso.

— ¿Qué es Jessa? Estoy comenzando a perder la paciencia, y por alguna razón, siento que mi medio hermano está involucrado, él es mejor que yo en todo y no me sorprendería que lo eligieras a él en vez de a mí, porque yo...

— ¡Estoy embarazada Luca! — gritando de pronto— Estoy embarazada... de ti.

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